domingo, 9 de agosto de 2020

LA OBSESIÓN DEL DR. LOTHAR


Lothar no se sobresaltó cuando el teléfono lo despertó a las 3 de la madrugada del sábado, estaba acostumbrado, atenderlo era su deber.

Esta semana estaba de guardia en el pequeño hospital de la región del que además por su mayor experiencia era director. Annike , su esposa, se limitó a darle un suave codazo, se arrebujó y se dio la vuelta para continuar durmiendo.

El Dr Lothar se repartía los turnos de las urgencias con sus colegas de otras pequeñas localidades próximas. Era lo que tenía ser el único medico de Waldkirchen, una pequeña y montañosa población bávara lejos ya de Munich y cerca ya de la frontera con Checoslovaquia.

La intempestiva llamada era de una mujer con la voz angustiada.

- ¿Si....?, soy el Dr. Lothar, ¿Qué ocurre....?

- Dr., Lothar, no le he molestado jamás y hoy lo he dudado mucho en hacerlo, pero no se qué hacer, estoy desesperada y ahora le necesito...

En pocos segundos Lothar le puso cara a aquella voz anónima .

-¿Erika....?, ¿Eres Erika la comadrona del hospital...?, ¿ hay problemas con algún parto...?

- No Dr. Lothar, no se trata de un parto, no estoy de guardia en el hospital, le llamo de mi casa, pero necesito ayuda con urgencia. Es por Frida, mi hija, tengo un problema grave con ella. ¿Quiere Vd. mi dirección?.

- No, no hace falta, el pueblo es pequeño y se dónde vives.

La historia del Dr. Lothar era curiosa. Estudió en la República Democrática de Alemania (RDA) donde había nacido y como un resto del pasado hitleriano del norte de Alemania, era un hombre guapo, rubio, de una extremada pureza aria que conservaba en su sangre todo lo bueno del carácter germánico.

Como médico del ejercito socialista, Lothar recibió una completa y practica educación en medicina y cirugía y afiliado al régimen comunista había llegado al grado de comandante médico, pero un desgraciado suceso cambió por completo al Dr. Lothar cuando a su pesar, no pudo salvar a su hermana menor, que era su ojito derecho, cuando aquella muchacha adolescente, rebelde y llena de ansias de libertad, se quedó enganchada en las alambradas cuando trataba de escapar saltando el muro que la separaba de la Alemania Libre y los guardias de la torre de vigilancia siguiendo la orden 101 (disparar a matar), la abatieron como un cazador a una gacela dejándola como un colador con siete disparos y agonizante y sangrando la llevaron su hospital cuando ya no había nada que hacer...

Si, al Dr. Lothar se le cayó la venda de los ojos y en su interior mudó toda su adhesión por un odio visceral a aquel régimen tiránico y a aquella nación de tramoya de la que en cuanto el muro cayó y Alemania se reunificó, salió jurando con el corazón lleno de rencor nunca mas volver.

Sin embargo, a pesar de su alta preparación, los emigrantes de Alemania oriental aun eran vistos con recelo y solo podían acceder cargos oficiales el aquellos lugares lejanos donde nadie en la Alemania occidental quería ser destinado.

-Tranquila Erika, en unos minutos estoy ahí...

A pesar de que el trayecto apenas era de unos minutos, mientras Lothar conducía apresurado entre la niebla por las calles desiertas de aquel pintoresco pueblo alemán, un montón de ideas, todas ellas alarmantes, se amontonaban en su cabeza. ¿Porqué Erika me llama precisamente a mi...?, ¿ Sabía que acudiría tratándose de Frida..?, ¿ Sospecharía Erika algo de mi obsesión por Frida...?

Erika, era la mejor amiga de Annika, en aquel grupo de montañismo donde Lothar hizo sus amistades hace años cuando fue destinado a aquel pueblecito perdido. En aquel mismo grupo montañero Lothar conoció el amor de su vida , Annika era una preciosa abogada morena de aspecto frágil y latino, hija de la mejor y más adinerada familia del lugar con la que Lothar se casó y siempre hasta ahora y a pesar de que no pudieron tener hijos, lo habían asumido y eran completamente felices juntos.

Lothar también recordó un vergonzoso episodio de aquellos tiempos: El grupo había organizado una fiesta en la que todos se pasaron bebiendo. Annika su novia por entonces, se retiró antes de acabar y él, que no estaba acostumbrado a beber, cogió la única y más completa borrachera de su vida hasta no tenerse casi en pie y Erika lo tuvo que llevar casi a arrastras entre vómitos y caídas a su casa y acostarlo.

Al día siguiente de aquella borrachera Lothar se levantó avergonzado con una resaca terrible y casi sin recuerdos de lo que había pasado pero tan completamente abochornado de su comportamiento y mal ejemplo como médico que después de agradecerle a Erika su ayuda la noche anterior, jamás volvió a beber.

Al cabo de algún tiempo Erika desapareció de sus vidas y se fue a Dresde a estudiar su carrera , su amistad con Annika se diluyó con el tiempo y solo volvió a Waldkirchen acompañada de su hija Frida ocho años después para ocupar una plaza de Matrona que había quedado libre.

Lothar aun avergonzado, no hizo por reanudar su amistad y se limitó a mantener las distancias profesionales con ella como si aquel vergonzoso episodio jamás hubiera existido.

Cuando Lothar llegó a casa Erika, lo hizo nervioso, con las piernas temblando, pálido y con una ansiedad que le sorprendía a él mismo, porque había un secreto que Lothar ocultaba:

Cuando Erika le llevó a su hija Frida para la revisión pediátrica de los nueve años, Lothar se quedó prendado de aquella niña rubia de ojos azules que se parecía como dos gotas de agua a su hermana muerta. Desde su corazón notó sorprendido una misteriosa corriente de atracción hacia ella e incluso tuvo que contenerse para no abrazar aquel cuerpecito infantil cuando se desnudó para explorarla.

A partir de ahí, Lothar sin poder evitarlo , comenzó a comportarse extrañamente, necesitaba ver a aquella niña..., la espiaba cuando jugaba en el bosque..., cuando se bañaba en el rio con sus amigas... y cuando acompañaba a su madre a comprar, pero... cuando una noche se sorprendió a si mismo emboscado en los arbustos espiando su ventana iluminada deseando ver aquel cuerpecito, se alarmó tanto de que en su interior hubiera nacido un pederasta que consultó en secreto a un psiquiatra de Munich para que le aclarara su atracción por la niña y su anómalo comportamiento.

-Mire Lothar, le dijo el psiquiatra, yo no creo que sea pederastia porque su atracción no parece de índole sexual ni tiene fantasías eróticas con la niña, pero no puedo negarle que su caso es raro y deberemos estar atentos a que no sea una pederastia inicial, de momento, intente Vd. controlarse para que sus actos no destruyan su reputación y veremos su evolución en algún tiempo.

Lothar le hizo caso a su colega y durante años dejó de espiar a Frida, pero esto no solucionó el problema, Frida estaba dentro de él, era una adicción, pensaba en ella constantemente y solo su férrea voluntad le privaba de acecharla.

Cuando llegó a la casa de Erika, ella lo estaba esperando en la puerta.

-Erika, que pasa con Frida tu hija...

- Pase Dr. Lohtar, y mire por favor.... Erika le condujo hasta la puerta del dormitorio de su hija y le hizo mirar por el ojo de la cerradura.

A pesar de que la imagen solo duró unos segundos a Lothar a se le disparó el angustiosamente el corazón y se le hizo un nudo en la garganta al ver que Frida, su secreta, culpable y patológica obsesión, estaba acostada en un ovillo de sábanas arrugadas y húmedas por las lagrimas, abatida y acurrucada sobre sí misma, con la imagen de abandono y la quietud del que cae desfallecido por el agotamiento de sufrir y llorar y piensa que la muerte es la única escapatoria a su tormento.

Cuando Lothar se levanto sudoroso y pálido como la cera Erika le dijo llorando :

- Lleva ahí encerrada tres días..., llegó en silencio, se encerró en su cuarto sin mas explicaciones y no ha hecho mas que llorar sin descanso noche y día. No me responde, no ha comido en todo ese tiempo y yo no tengo fuerzas para abrir la puerta. Hasta ayer pensé que se trataba de un desengaño amoroso quinceañero, pero ahora tengo miedo.

Temo que pueda hacer una tontería, su cuarto da al baño pequeño donde en el botiquín hay tijeras y frascos de somníferos y desde he sido consciente de ello, la ansiedad no me deja ni respirar...

Lothar intuyó lo que había pasado, él mismo había tratado de salvar hacía tres días a un muchacho adolescente víctima de un accidente de motocicleta que ingresó en el hospital ya cadáver con el cráneo destrozado...No era difícil deducir que aquel chico era el novio de Frida...

-! Hay que sacarla de ahí y llevarla al hospital para sedarla y rehidratarla ! !Ves llamando a la ambulancia Erika !¿ Tienes herramientas en el sótano?

- !Si!, mientras llamo puede bajar y coger lo que necesite .

Cuando Lothar subía con una palanca de pata de cabra en la mano para descerrajar la puerta le dijo a Erika murmurando:

-Lo que no me explico es por qué me has llamado precisamente a mi...esto es cosa de la policía o los bomberos...

Erika miró al suelo y con los ojos llenos de lagrimas le dijo tuteandolo ya:

-Lothar, no es culpa tuya, es solo culpa mía y por eso nunca te dije nada, pero desde que sé que un cáncer de ovario sin solución alguna me tiene comida por dentro, sabía que este momento tenía que llegar...

- ! No te entiendo Erika !

-Aquel vergonzoso día de la fiesta, yo también andaba bebida, estaba enamorada de ti y quería vengarme de Annika que se me había adelantado y aunque tú estabas tan borracho que no lo recuerdas, aquella noche en el bosque te tiré al suelo y te hice el amor antes de llevarte a casa...

- ¿Y...? dijo Lothar sorprendido....

- ¡Pues que Frida es hija tuya y cuando yo muera tendrás que hacerte cargo de ella ...!

Cuando la ambulancia llegó a por Frida, les sorprendió encontrar al Dr. Lothar medio extenuado, ausente y desparramado en un sillón intentando digerir la mezcla de preocupación por lo que se le había venido encima y el alivio de saber que su única pederastia era la atracción animal y genética de un padre por su hija .

Dos meses después, un enorme ramo de rosas blancas tapaba las lágrimas de emoción de Annika que vestida de luto y arrodillada frente a la tumba de Erika, le agradecía que aunque tarde, le hubiera dado lo que mas anhelaba en el mundo...una hija preciosa y un nieto que venía ya en camino....

FIN

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