Creedme si os digo que no tengo motivo para mentir y disfrazar mi
memoria, porque lo que escribo no es para mí más que un desahogo. Solo escribo a
modo de "Confesión laica" para entretenerme un rato ahora que soy un anciano. porque el tiempo
pasa más despacio para los que ya nos hemos quedado solos. Soy Apoderado,
bueno…fui Apoderado porque ahora no soy más que un viejo; un "Apoderado" solo es la persona a la que
le das poderes en tus negocios, ahora se dice: "Representante",
o más anglosajón y mas "cool": "Mánager". Yo
creo que he sido un " Apoderao" de aquellos que se han "
Aprovechado poco de la gente". Fui rico de cuna y heredé este oficio de mi
padre. Él, sí que "desplumó" a unos cuantos "Maestros"
cuando lograba que siendo poco más que "Maletillas" ganaran los
muy ignorantes el dinero a " Capazos" y así, hizo la fortuna de mi
familia.
Pero vamos al grano que este escrito no trata de mi persona : Ésta mañana, desde mi ventana, las calles mojadas , el cielo gris y la mansa lluvia, me han traído a la cabeza al "Desmayao" y me gustaría glosar su figura juntando cuatro sinceras y agridulces palabras en su memoria.
Pedro González " El Desmayao" era todo un personaje. Alto y muy flaco, triste y cetrino, y pálido hasta en verano, su piel aceitunada se negaba el bronceado como "La santa" se niega a aceptar la herejía y prefiere el martirio. En un rostro donde se marcaban los pómulos como las ancas de un caballo famélico, sus patillas negras y rizadas a la antigua, enmarcaban "un careto" cuyos raros ojos verdes apenas eran visibles entre los parpados caídos y las cárdenas ojeras. Sus ojos de "borrego degollao", como dos aburridos guardianes, custodiaban una larga nariz aguileña, que sobrevolaba una boca violácea de labios finos.Era un hombre extraño....más que eso… !raro de cojones! ; todo en Pedro era " Pausa y desmayo"; ni un gesto de valor… ni de carácter… ni de desplante o desafío. Era de cuna frío como un lagarto, como un reptil; no necesitaba el valor, porque no conocía el miedo; y no es que lo venciera..., ! es que no lo sentía !, simplemente nació sin nervios!.
¿ Mujeres?... Mujeres sí, pero al "Desmayao" le gustaban las mujeres de " Rompe y Rasga", espectaculares y de carácter, porque esperaba de ellas que lo "hicieran todo". Yo creo que era vago y desmayado hasta para el sexo. Solo lo vi entusiasmado un par de veces cuando hablaba de cigarros habanos o de relojes caros.
Pero..... en la plaza...sobre la arena... lo de Pedrito, era
simplemente mágico. Era " El Artista del capote" . Maravillaba cómo
lo hacía volar suavemente con elegante habilidad, manteniendo su cuerpo
hierático sobre las dos piernas abiertas. Verónicas…. Navarras…. Chicuelinas…
Reboleras….. Arrodillado… De pie…. Rodilla en tierra….. En el primer tercio,
derretía los tendidos; bueno… más que derretirlos…. los iba cocinando a fuego
lento para comérselos en el último.
Lo suyo no eran las banderillas : " Mu Cansao, yo no nasí pa los
palos y menos si tién pinschos…" decía de ellas con su gracejo andaluz .
Pero en la muleta…, en la muleta podía torear los toros con los pies clavados
en el suelo, sin moverse. Impresionaba el contraste de la belleza de su toreo
parsimonioso, con la fuerza y pasión de los pasodobles, cuando la banda de
músicos en la naya, allá en lo alto de las gradas, atacaba entusiasmada
la música. "El estatuario" lo bordaba y en las tandas de
muleta, de lentas y desmayadas, parecía un juguete al que se le estuvieran
acabando las pilas. Creo que los toros no lo corneaban, porque para ellos era
transparente… simplemente no existía…. para los cornúpetas, debía ser una
especie de espíritu o fantasma que había venido acompañándolos desde la lejana
la dehesa donde pastaban. Mataba bien, lo que le llenaba de orejas y de
contratos. Tenía la costumbre de besar la punta del estoque cuando lo recogía y
alzar los ojos al cielo como pidiendo inspiración, y yo aun no sé porqué;
porque él, no mataba a los toros, nada de " Bolapié" ni
leches.. A él, los toros… se le suicidaban. Vago de nacimiento, él mataba
recibiendo. Se limitaba a estarse quieto, poner el estoque y que el toro
pusiese la energía "ensartándose" él solito " hasta la
bola".
Si, Pedro Gonzalez "El Desmayao", era todo un
"personaje"; me dio dinero a ganar "hasta decir basta",
pero fue poco tiempo. La mala suerte le llevó a morir en su primera y
última cogida. Toreaba en la arena negra de Bilbao. Era una tarde desganada
como él mismo y chispeaba sin parar desde unos nubarrones color panza de
burro. Los tendidos estaban trufados de paraguas negros y cualquiera con un
mínimo de sensibilidad hubiera podido sentir los malos augurios en el ambiente.
Yo, que de siempre he sido algo supersticioso, veía la corrida tocando
madera con los dedos cruzados. Fue un toro bizco y cornalón más negro que una
sotana al que yo creo que la muleta no pudo engañar porque era medio
ciego y que derrotó por error hacia el diestro creyendo era el trapo. Una
sola cornada en el pecho fue suficiente, aunque fuera por la sorpresa,
fue la primera vez que le recuerdo con los ojos completamente abiertos. Es
curioso, pero ni siquiera le vi roja su sangre; el albero negro ceniza y la lluvia dejaron un charco violeta casi
morado clarete cuando la vida se le escapaba por aquel agujero del pecho.
Sinceramente, yo no me imagino
al " Desmayao" en el infierno sufriendo, Pedro no era un santo… pero
no era malo para tanto. Tampoco lo veo en el cielo
! Quillo … que er sielo ta mu arto allá arriba. y yo eztoy mu
cansao.. ! Su espíritu, se debe haber quedado entre nosotros; tirado
perezosamente por los tendidos lleno de hastío, o dejándose caer, sobre las
barreras y burladeros, o tal vez sentándose traviesamente encima de
los toros cuando las mulillas se los llevan " Al Arrastre" .