tag:blogger.com,1999:blog-65145902462775365602024-03-06T00:50:56.052+01:00 PRUSIA Y MAGENTAPACO BALLESTER ACUARELA Y ACUATEXTOS (Relatos cortos inspirados en una acuarela propia)
Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.comBlogger289125tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-61129356109338535262021-04-09T20:13:00.000+02:002021-04-09T20:14:11.977+02:00EL PARQUE Y LA ABSENTA<div><span style="font-family: arial; font-size: large;"><b>Acuatexto sobre una acuarela de mi amiga la pintora naif Marie Oreja</b></span></div><span style="font-family: arial; font-size: large;"><div><span style="font-family: arial; font-size: large;"><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;"><br /></span></div>Si, estaba en otoño en Paris intentando hacerme pintor a rebufo del éxito de aquellos pintores geniales que habían roto con todo lo establecido a principios del siglo XX. <br /><br />Me senté con ellos en un oscuro tugurio rodeado de humo, griterío y música de acordeón. Me sirvieron Absenta. Yo no la había probado nunca, luego la prohibieron por su extraordinaria graduación alcohólica y los efectos alucinógenos que a veces producía. <br /><br /></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-95sku4ICuFGooOgtVEvqREf1DenBAelKILmHIzfuIJy4IjTiL9Uvz6jPrkI4VDpZ6K3Lq9jJWGN28MXhg8RW3jcyEthTH415MdcOG_2ViBAp_8p-B0RW1PwPqX33gmuAOUqujM0js8zi/s936/fuente+de+marie.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: arial; font-size: large;"><img border="0" data-original-height="936" data-original-width="656" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-95sku4ICuFGooOgtVEvqREf1DenBAelKILmHIzfuIJy4IjTiL9Uvz6jPrkI4VDpZ6K3Lq9jJWGN28MXhg8RW3jcyEthTH415MdcOG_2ViBAp_8p-B0RW1PwPqX33gmuAOUqujM0js8zi/w448-h640/fuente+de+marie.jpg" width="448" /></span></a></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">A pesar de lo fuerte que estaba aquella bebida, traté de imitarlos y bebí como un cosaco sin estar acostumbrado. A partir del cuarto vaso mis recuerdos se llenaron de lagunas, y yo rubio, nórdico y poca cosa, que siempre he visto con aprensión y temor las razas africanas, no sé cómo , me encontré bailando abrazado como un zulú con una mujerona africana de pelo rizado, sonrisa blanca y culo y pechos grandes y temblones. Su piel negra como el carbón contrastaba con un vestido rojo avolantado cuyos movimientos que me tenían hipnotizado.</span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;"><br />De nuevo una laguna amnésica me impide continuar un relato coherente. Supongo que la mujer me acompañó al parque para que se me pasara la borrachera, pero cuando como de un sueño volví a recordar, estábamos junto a un estanque, mi brazo la abrazaba por el hombro, el viento helado había conseguido que todo estuviera desierto y todo el parque tenía formas y colores imposibles, todo lo verde era de un rosado extraño y antinatural y en los arboles cuyos troncos estaban deformados y negros las hojas parecían arder como un fuego fatuo o una aurora boreal enloquecida, las sillas vacías y deformes parecían tener vida propia y campar a su aire junto al estanque bailando una danza que solo ellas podían oír. <br /><br />Fue entonces, apoyados en el borde del estanque, cuando sin notar el frio, una sensación intensamente cálida brotó mágicamente de nuestro abrazo. Cuando la miré, ella también me miró y sonrió abriendo aquellos labios gruesos y rollizos y yo, sin pensarlo, sumergí mi boca en la suya con un ansia tan sorprendente que jamás pensé que viviera dormida en mi interior. <br /><br />Enloquecidamente y sin dejar de besarnos nuestros cuerpos se estrujaron como si cada uno quisiera penetrar en el otro y nuestras manos como hidras voluptuosas, comenzaron a tocar nuestros cuerpos de modo desvergonzado. <br /><br />Jamás yo había sentido tanto placer a la vez que un deseo de posesión que hacía que un amor infinito hacia ella brotara de mi corazón como la lava ardiente de un volcán, y sintiendo en ella misma pasión salvaje que yo, fuimos torpemente caminando besándonos sin soltarnos hasta detrás de unos arbustos donde nos derrumbamos en un blando lecho de hierba y hojarasca otoñal donde al resplandor de aquella luz rosada rodamos el uno sobre el otro. <br /><br />Pronto nuestras manos dejaron los manoseos para tomar la fuerza de garras que impacientemente buscaban una presa. Sus faldas y cancanes subieron haciendo fru-fru hasta su cintura, sus medias blancas se desgarraron, saltaron los botones de su corpiño liberando unos pechos cuyos pezones parecían enormes margaritas negras mientras ella, bajaba mis ropas hasta la rodillas y me atraía con fuerza hacia su sexo rizado y húmedo. <br /><br />En aquel amasijo de ropajes y cuerpos del que salían jadeos y resuellos hicimos el amor durante horas hasta que tras un éxtasis sincrónico coincidiendo ya con las primeras luces, caímos agotados el uno junto al otro. <br /><br />Mi único pensamiento entonces fue que si aquel maravilloso amor lo había propiciado la Absenta, no podía permitir que aquello terminara y pidiéndole que me esperara allí me fui de nuevo hasta el tugurio a comprar mas. <br /><br />Cuando regresaba con una botella en cada mano, el frio viento arreciaba, la luz aunque mortecina devolvía sus colores al parque, y la mujer había desaparecido de nuestro lecho dejando solo un hueco desordenado de hojas aplastadas. <br /><br />La busque, claro que la busqué, pero se había evaporado con la luz como una gota de rocío. <br /><br />Tire las botellas al estanque y permanecí horas llorando sentado en su orilla. <br /><br />Algún afamado pintor cuando le referí mi aventura me dijo que solo era un sueño frecuente en las borracheras de Absenta en los novatos, pero yo sé que no, no fue un sueño, los sueños no dejan lechos de hojas aplastadas, los sueños se van cuando la Absenta se evapora y el amor que yo sentí en mis entrañas ha anidado para siempre de tal manera que me ha impedido amar así a una mujer condenando mi vida a la soledad de mi recuerdo. <br /><br /> <br /></span><br /> </div>Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-80154907798100275622021-01-14T12:51:00.003+01:002021-01-14T13:02:04.941+01:00EL ROSARIO DE LA AURORA<p><span style="color: #660000; font-family: arial; font-size: large;"><span style="text-align: justify;">Acabar como el Rosario de la Aurora es lo que se</span><span style="text-align: justify;"> dice en España cuando algo concluye en una tragedia, y es en recuerdo de la contienda a farolazos y
palos que por motivos desconocidos, causó heridos y muertos cuando dos
cofradías de parroquias rivales que procesionaban ambas a la aurora
rezando el rosario por las calles de Cádiz se enzarzaron entre si </span><span style="text-align: justify;"> </span><span style="text-align: justify;">tras lo cual, dicha procesión fue prohibida
para siempre por las autoridades. </span></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;"><span><span style="color: #660000; font-family: arial; font-size: large;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: #660000; font-family: arial; font-size: large;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgThxjzgghgr-14FqIYqJ-zFkgULHX2Omhbif6z5NdjpZ7Ac2gxf1j8Eu32vvSFQahzIXVBCLLE1l8HV7E88lSuHY7DOcAobdfSJeKMh1QDizj9gfW8ljDc-j2J78vHE84FhEZU0B340owg/s510/EL+ROSARIO+DE+LA+AURORA+PUB.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="510" data-original-width="344" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgThxjzgghgr-14FqIYqJ-zFkgULHX2Omhbif6z5NdjpZ7Ac2gxf1j8Eu32vvSFQahzIXVBCLLE1l8HV7E88lSuHY7DOcAobdfSJeKMh1QDizj9gfW8ljDc-j2J78vHE84FhEZU0B340owg/w432-h640/EL+ROSARIO+DE+LA+AURORA+PUB.jpg" width="432" /></a></span></div><p style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;"><span style="font-family: arial; font-size: large;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span></p><span style="color: #660000; font-family: arial; font-size: large;">Nuestra historia, fue allá por los años 30 del siglo pasado y comenzó en la mansión de
Don Germán, un estirado y distante personaje que además de fortuna y
patrimonio, profesaba <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y vivía
obsesionado como toda su estirpe de una profunda y casi ascética
religiosidad. <o:p></o:p></span><p></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;"><span><span style="color: #660000; font-family: arial; font-size: large;"><br />
Las únicas hijas de Don Germán eran unas mellizas (que no gemelas) hijas de
aquella familia de alcurnia que no podían haber nacido mas diferentes ni en
aspecto ni en carácter. <o:p></o:p></span></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;"><span style="color: #660000; font-family: arial; font-size: large;"><span><br />
</span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZpApdon4mg3aKe1Me1F8K3Zt3DABBY9S8Zo6GXvAwKwbHmvMWdazC4m7iuRHtFFfLnYeEyQ5MidckFcFj317JyWj_NhhmgfK9jCDqnD4nQ-mCIulo_rqp2s_yvWXsNkgXDLVN03iXXVVL/s1600/EL+ROSARIO+DE+LA+AURORA+PUB.jpg"><span style="mso-no-proof: yes; text-decoration: none; text-underline: none;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f">
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</v:imagedata></v:fill></v:shape></span></a><span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;"><span><span style="color: #660000; font-family: arial; font-size: large;">Mientras
Elisa bonita rubia como una muñeca, simpática y sociable era la joya del
colegio religioso donde naturalmente estudiaban. Enriqueta, la morena, aunque
no era fea ni desagradable, heredó de su padre todo el estiramiento, arrogancia,
sequedad y antipatía, por lo que a diferencia de Elisa, siempre rodeada de
amigas y risas, Enriqueta, no sé si por la inclinación propia de su carácter,
por envidia de su hermana o por ambas cosas, refugió su soledad desde niña en
el mundo religioso donde sus virtudes eran mas valoradas. <br />
<br />
Cuando fueron creciendo y pese al amparo que encontró en su mundo religioso, fue
imposible que Enriqueta no desarrollara una envidia soterrada hacia Elisa aunque,
eso sí, su orgullo jamás le permitió que nadie le notara inquinaalguna, ni
siquiera ante sí misma, porque con, su inmenso ego y ambición siempre lograba
autojustificarse y esconder sus malquerencias y juicios escudándose en sus
duros criterios de pureza espiritual. <br />
<br />
En casa, las dos hermanas no se llevaban mal, aunque quedaba claro que Elisa
quería a su hermana y la trataba con más cariño que, mas fríamente, lo
hacía Enriqueta con ella. Cada una se dedicaba a lo suyo y cuando surgía algún
roce entre ellas, su madre, mujer inteligente y práctica, lo resolvía con
soltura. <o:p></o:p></span></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;"><span style="color: #660000; font-family: arial; font-size: large;"><br />
Todo fue más o menos bien en aquella casa hasta que, en plena juventud de las
muchachas, Don Germán enviudó cuando un agresivo cáncer de mama de llevó a la
madre de las muchachas y Elisa más sensible, ante la sequedad de padre y
hermana se refugió para su consuelo en Jacinto, un mozo enorme y buena persona
del que Elisa se enamoró y que gracias a su habilidad y fortaleza era el
campanero del templo parroquial y cuya relación con Elisa fue inmediatamente
rechazada por la familia debido a su origen humilde.<br />
<br />
Eran otros tiempos antes de la guerra civil. Tal vez de tener a su madre
hubiera podido resolverse de algún modo la situación cuando la ignorancia de
aquellos dos enamorados llevó al embarazo de Elisa. <br />
<br />
! Una madre soltera en nuestra familia !, ! No..., si se veía venir..!, !La
deshonra total para nuestra estirpe...!, ! Con que cara vamos ahora a reprobar
el comportamiento de los demás...! ! Quien va a querer casarse ahora con la
hermana de una pecadora... ! <br />
<br />
Eso le faltaba a Don Germán, había llegado la hora de la venganza de la
soterrada envidia de Enriqueta que como toda envidia suele ir teñida de
resentimiento, ira, sensación de injusticia y deseo de venganza, y no paró de
azuzarlo para que la desheredara y la expulsara de casa como único medio de
expiación de la honorable familia mientras ellos en el dosel de la puerta de
pie como si se hubieran tragado un palo expulsaban a Elisa con su niño en
brazos delante de toda la gente. <br />
<br />
Pero llegó la guerra, y aunque Don Germán fue ajusticiado por los rojos republicanos
a las primeras de cambio y sus bienes confiscados para el pueblo, la ciudad fue
de las primeras reconquistadas por los ejércitos nacionales de Franco y con la
ayuda de la iglesia, y en especial del obispo, todos los bienes de la familia
fueron recuperados y restituidos a Encarna que quedó como heredera universal,
mientras que Elisa, Jacinto y la recién nacida quedaron aislados en el bando
republicano sin recursos para sobrevivir. <br />
<br />
Jacinto, además, fue reclutado forzosamente para el frente y la pobre Elisa sin
casa y a falta de trabajo alguno no tuvo más remedio que acabar prostituyéndose en medio de aquel horror para dar de comer a su pequeña y procurarle un refugio caliente en
un hogar colectivo miliciano en aquel duro invierno. <o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;"><span style="color: #660000; font-family: arial; font-size: large;"><span><br />
Enriqueta , aunque enterada de la situación de su hermana, y aunque podía de algún modo hacerlo, se negó a enviarle ayuda alguna arguyendo que Dios les estaba haciendo
pagar el terrible pecado que habían cometido y ella no debía influir en sus
designios. <br />
<br />
Ni siquiera pestañeo ni soltó una lágrima cuando finalizada la guerra y con
Jacinto preso en un campo de trabajo se enteró de que Elisa había muerto en un
bombardeo de los que abundaron en las últimas ofensivas. Pero a continuación,
maniobró una vez más con la ayuda de la iglesia, disfrazando de acción justa y
generosa, para arrebatar como un buitre a aquella pequeña desgraciada que no
había tenido ni un solo minuto bueno desde su concepción y adoptarla como hija
propia arguyendo, con razón, que no teniendo mas familia su padre desde la
prisión no podía hacerse cargo de ella. <br />
<br />
Tras pasar ocho años preso en el valle de los caídos en trabajos forzados,
Jacinto al fin fue liberado y sin trabajo, con la secuela de republicanismo y
el sentimiento de fracaso y de haber sido despojado de su familia, ni siquiera
buscó a la niña. <br />
<br />
Cualquier intento legal hubiera sido inútil, y Jacinto, impotente, dejó pasar
los años malviviendo de peón caminero y sufriendo su desdicha mientras su
hija, crecía con la belleza y simpatía de su madre pero moldeada a su gusto por
su tía Enriqueta que llena de orgullo, la preparaba para tomar los hábitos en
el Opus Dei donde la muchacha acabó de profesora. <br />
<br />
Todo hubiera sido una historia normal de las que la guerra fratricida y vil
dejó en una España partida en dos, pero no, esta historia acabó como el Rosario
de la Aurora porque a veces, la vida se hace malignamente casual. <br />
<br />
Doña Enriqueta, tras toda una vida dedicada a las cofradías, procesiones,
camareras de la virgen ,vigilias. donativos y trabajos para excluidos de la
sociedad en Caritas , la ONG de la iglesia católica, tras años de pertenecer a
su comité ejecutivo, al fin estaba a punto de conseguir su mayor deseo por el
que siempre había trabajado: ser la presidenta de la organización para desde
allí brillar como la luz de un faro. <br />
<br />
Mientras, la fuerza de Jacinto y su desprecio por la vida le fue llevando a los
trabajos que todos rechazaban y acabó de guardián de la peor prisión del país
donde los mas desalmados delincuentes y los penados a muerte más peligrosos
acababan sus días.<br />
<br />
Jacinto, bien valorado por su trabajo y </span>pese a su oposición llegó a ser nombrado Verdugo y caritativamente, acabó aceptando el terrible trabajo
porque nadie quería serlo y él, era el único con la fuerza necesaria para
manejar bien el terrible Garrote Vil y conseguir que el enorme tornillo de su
respaldo perforara con rapidez las vertebras cervicales y el bulbo raquídeo y
produjera una muerte rápida e inmediata en vez de prolongar, como cuando se manejaba mal aquel engendro, la horrorosa agonía del reo que
moría de asfixia con el consiguiente sufrimiento
de las autoridades presentes viendo como la terrible ejecución que, causada por
la argolla que le rodeaba el cuello, llegaba a durar media hora de espantosas
convulsiones y pataleos con el rostro morado. </span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;"><span style="color: #660000; font-size: large;"><span><span style="font-family: arial;"><br />
Dos malas acciones fruto de la envidia de una y la venganza de otro llevaron
casualmente por un lado a Doña Enriqueta y por otro a Jacinto a acabar sus
cuitas como el famoso Rosario de la Aurora. <br />
<br />
La de la tía Enriqueta se produjo cuando, con mas méritos que nadie, estaba a
punto de ser elegida por el comité ejecutivo presidenta general de Caritas, que
como hemos dicho, era la cumbre de todas sus ambiciones, vio su objetivo
amenazado por la intromisión de la sobrina del obispo que por nepotismo iba a
arrebatarle su merecido triunfo y enloquecida por el rencor, decidió acabar con
ella untando durante semanas de matarratas diluido la cruz del rosario de su
rival mientras ella comulgaba, aprovechando su costumbre de besarla tras cada
misterio. <br />
<br />
Pero el médico que estuvo tratando a la pobre mujer de sus ataques y
sufrimientos, reconoció antes de su fallecimiento en la perdida desordenada de
su cabello las huellas del envenenamiento y tras la sospecha, una investigación
de la policía encontró el frasco de matarratas en el bolso de Enriqueta que sin
defensa alguna y con gran escándalo mediático fue condenada a muerte. <br />
<br />
Doña Enriqueta hablar tras con el confesor y a pesar del uniforme de
prisionera, entró en la sala de ejecución mas estirada que nunca, caminando
despacio, con dignidad y los ojos cerrados y como última
voluntad, las manos juntas rezando en silencio el rosario sin reflejar en
su cara la mínima emoción, se sentó muy tiesa en el en el Garrote Vil y se dejó
atar sin resistencia alguna. m</span></span><span style="font-family: arial;">ientras tras unas cortinas laterales, Jacinto que jamás sabía quién era el reo </span><span style="font-family: arial;">, porque nunca quiso, </span><span style="font-family: arial;">se disponía a ponerse la preceptiva capucha
cuando cruzaron ambos sus miradas. A la cara de sorpresa de Jacinto, Doña Enriqueta
tirando el rosario al suelo, le correspondió lanzando un grito entrecortado y
poniendo la única mueca de miedo y dolor se descompuso como jamas había hecho.</span></span></p><p style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;"><span style="color: #660000; font-family: arial; font-size: large;"><br /></span></p><p style="margin-bottom: 13.5pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 13.5pt;"><span><span style="color: #660000; font-family: arial; font-size: large;">
Jacinto recordando todas sus maldades no pudo reprimir su rencor, y dio a
Doña Enriqueta la muerte más lenta y agónica que se pudiera imaginar hasta que
el doctor se acercó al cadáver morado y con la lengua fuera y decretó su
muerte. <br />
<br />
No, a Jacinto no le perdonó Dios..., estoy seguro ningún párroco consintió en
absolverlo hasta que murió de viejo porque aunque Jacinto reconocía su maldad, admitió la condena de su alma pero su corazón tranquilo y en paz, jamás le permitió el arrepentimiento. <br />
<br />
fin <br />
<br />
<br style="mso-special-character: line-break;" />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br style="mso-special-character: line-break;" />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="line-height: 115%;"><o:p><span style="color: #660000; font-family: arial; font-size: large;"> </span></o:p></span></p>Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-21917132446332478572020-12-30T11:05:00.001+01:002020-12-30T11:11:22.215+01:00 LA VENUS DE LA VENTANA<div class="separator"><br /></div><span style="font-family: arial; font-size: large;">- Don Alfonso, por favor, estese Vd. quieto, suba la barbilla y quítese el puro de la boca o no acabaremos nunca... <br /><br /> Don Alfonso, gran marqués y diputado, andaba ya muy enfermo y decrépito, y barruntando su fin quería para dejar una memoria imborrable, que le pintara un retrato de los que reflejaran el poderío de su familia, la dignidad de su estirpe, su férrea personalidad y firmeza de su carácter. <br /></span><span style="font-family: arial; font-size: large;"><br />Mi familia, aparentemente próspera por aquellos años treinta, andaba en realidad de capa caída en lo económico y como el arte moderno no se entendía bien en este país siempre atrasado, como tantos otros pintores que estudiamos en Paris, en espera que me llegara el tiempo de triunfo y gloria, tenía que dedicarme a pintar retratos de próceres, políticos, industriales y religiosos, afortunadamente abundantes en mi ambiente. </span><div><span style="font-family: arial; font-size: large;"><br /> </span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhm3wQWduSMrlXDlExIfV4CcS4lhKFgqJg9jrINW-HYm2tCrbxgODP4TbBZzG0XcRm1K1nu-LhpOIgwp7zF6YeYhpAiDI8I2fYS6eSoW0XGTTg-UvQrdnaeLqz71KqpLOkocB4h9pPiuFQX/s794/VENUS+DE+LA+VENTANA+PUB.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="510" data-original-width="794" height="412" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhm3wQWduSMrlXDlExIfV4CcS4lhKFgqJg9jrINW-HYm2tCrbxgODP4TbBZzG0XcRm1K1nu-LhpOIgwp7zF6YeYhpAiDI8I2fYS6eSoW0XGTTg-UvQrdnaeLqz71KqpLOkocB4h9pPiuFQX/w640-h412/VENUS+DE+LA+VENTANA+PUB.jpg" width="640" /></a><span style="font-family: arial; font-size: large;"><br /><br />- No se preocupe Luisito que ya me queda muy poco de vida y quiero un cuadro que deje constancia de mi estirpe, mi inteligencia, mi empaque y mi donaire...cuando lo tenía, claro, así que invéntese Vd., lo que sea y emplee el tiempo que necesite para que así quede bien ... <br /><br />Y quedo muy bien si, pero don Alfonso ya no lo pudo ver <br /><br />la obra, porque murió de una apoplejía pocas semanas después. <br /><br />Por respeto al luto familiar fui a cobrar el cuadro algunas semanas después. <br /><br />Me recibió su viuda, la marquesa de Valdeterra , amiga de la monarca y la mujer más digna y estirada de toda la aristocracia española con su larguísimo y altanero cuello adornado con un sencillo collar de perlas oscuras, un costoso vestido de puntilla negra a la francesa, su tez pálida enmarcada por una peineta de carey cubierta de un velo negro de tul, su barbilla bien alta y su mirada indiferente. <br /><br />-¿ Luisito... ? Luisito ¿no? hemos quedado satisfechos con la obra <br /><br />Me dijo a la vez que me alcanzaba un historiado sobre con mis emolumentos con una voz grave pero elegante acostumbrada a mandar desde que nació. <br /><br />Le di las gracias con una leve reverencia y ya me retiraba tímidamente y algo anonadado cuando con un gesto elegante me detuvo... <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">-¿ Luisito... ? Luisito ¿no? Ha hecho con mi difunto una magnífica obra realista, Sé que ha Vd. ha estudiado en parís algunos años, ¿Pinta Vd. en estilos modernos como eso locos de Paris, Mattisse , Picasso o Braque que están haciendo furor en los ambientes intelectuales de toda Europa menos en este atrasado país?. <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">- !Si señora marquesa!, ese es mi verdadero arte y esto de los retratos y murales para instituciones y ministerios es solo para mantener abierto mi taller hasta que me llegue el momento del éxito. <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">- ¿Es su discreción acorde con su maestría ? <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">- !Doña Marquesa!, todo pintor que se precie mantiene un secreto con su modelo, si así se le exige, mayor incluso que el de confesión. <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">-Verá joven Luisito ¿ Luisito? ¿no?...Siempre he admirado el cuadro de la maja desnuda de Goya e incluso el secreto que mantiene la duda de si el cuerpo pertenece a la duquesa de Alba, sin embargo, nunca en vida de don Alfonso me atreví a pedirle que me pintaran así. Sin embargo le confesare que ahora, libre, viuda y con mi belleza aun conservada en la cuarentena, soy consciente de que mi cuerpo, aún bello, debe ser inmortalizado antes de mi declive y como no falto a mi deber a nadie, quisiera que me pintara como la maja de Goya, desnuda pues, pero como sé que estudió en la ciudad de la luz, quisiera un cuadro al estilo moderno y rompedor pero que, como en la maja de Goya, que represente mi dignidad aristocrática pero que quede siempre la duda de si soy yo y de que su cuerpo sea el mío. <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">Era un difícil encargo, pero acepté animado por el reto que suponía y la obscena suma de dinero que me ofrecía. <br /><br />El primer día que fui a pintar la Marquesa, había dispuesto a modo de estudio un pequeño y oscuro cuarto en el ático con una sola ventana, un sofá y un biombo. <br /><br />Mientras yo disponía mis aparejos pensaba decirle, para aminorar su pundonor, que los pintores no vemos cuerpos sino que cuando pintamos, solo vemos líneas, puntos, curvas, espacios geométricos, etc., pero no tuve ocasión. <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">La Marquesa como si yo fuera su criada, salió de detrás del biombo completamente desnuda con toda naturalidad y se tumbó en el diván con la mirada altiva y algo desafiante. <br /><br />Pero yo no estaba pintando aún y mientras la tocaba y manoseaba para alcanzar la pose final, me fui ruborizando a la vez que notaba algo duro en mi entrepierna y no hacía más que tragar saliva. <br /><br />La verdad es que pintar lo que ella quería era un difícil desafío para el arte y antes de comenzar, necesitamos numerosas sesiones solo de bocetos para fijar poses y luces. <br /><br />Por fin cuando ya tuve el dibujo y sombreado a mi gusto y comencé a pintar los fondos, observé que a las marquesas no les ocurre como a los pintores que solo vemos geometría, porque aunque impasible, cuando se aburría no me quitaba sus ojitos brillantes de mi cuerpo. <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">En aquellos años treinta yo era un tipo guapo bien plantado y de buena familia. Había estudiado bellas artes en Paris, de donde además vine a la moda...mostachos de guías hacia arriba, pelo rizado, chaqueta de rayas, pajarita y un sombrero blanco de ala ancha con su cinta colorada. <br /><br />Un día pasadas ya unas sesiones cuando ya repasaba los perfiles sinuosos de su cuerpo, la marquesa se dirigió a mí: <br /><br />- Luisito ¿ Luisito? ¿no?... ¿ Cuantos años estuvo Vd. en la ciudad de la Luz con los pintores modernos en aquel ambiente bohemio? <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">- Estuve seis años señora, y la verdad es que me vine porque se me acabó el dinero. <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">-¿Conocerá pues bien Vd. la sexualidad de la mujeres francesas ?¿no?... <br /><br />-Bueno...si, la verdad es que no nos alcanzaba para mantener una novia, pero en cuanto nos llegaba la ayuda familiar, pagábamos nuestras deudas y nos íbamos corriendo a quemar el resto en prostíbulos, burdeles y cabarets donde las muchachas francesas totalmente liberadas nos hacían todo tipo de cosas para fidelizarnos para el futuro. Además y aunque más raramente, a veces lográbamos embriagar con absenta a las modelos y aquello acababa como una bacanal romana entre cortinajos caídos y lienzos <br /><br />- Entonces andará bien versado Vd. del sexo moderno y escandaloso parisién. <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">Yo, avergonzado, me escondí un poco detrás del lienzo dije, <br /><br />-Es un poco embarazoso confesarlo, pero experiencia no me falta... <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">Al día siguiente cuando entró le noté cierta decisión en la mirada y en cuanto cogió la pose me dijo: <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">- Luisito ¿ Luisito? ¿no?... hoy voy a hacerle una confesión y una proposición ambas como absoluto secreto <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">La confesión es que a pesar de llevar veinte años de matrimonio y tener tres hijos, no sé lo que es un orgasmo porque al marqués, ferviente entusiasta del "misionero", la cosa apenas le duraba un minuto y gracias a que sé inglés he podido enterarme en las revistas femeninas de lo que es un "orgasm" y de que la mujer puede disfrutar mucho del sexo si lo hace con un hombre paciente y hábil. <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">La proposición por supuesto mejor pagada que el cuadro , es que sea Vd., mi maestro de sexo y me enseñe todas las técnicas modernas que conozca y que yo como alumna aplicada aprenderé... <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">Pálido y tembloroso acepté, me gustaba la mujer y necesitaba el dinero. <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">Tuve suerte de que la Marquesa se excitaba con facilidad y no era lenta en llegar al orgasmo (un poco escandaloso eso sí ) No os explicaré aquí todo tipo de posturas y técnicas que incluían las que ahora se denominan con nombres latinos y acaban en -atio o -lingus , pero os aseguro que repasamos el Kamasutra entero e incluso repetíamos muchas técnicas frente a un gran espejo que ella ponía frente al diván para no perderse nada de nuestras evoluciones. <br /><br />Lo que me llamaba la atención es que al contrario de la mayoría de las mujeres que después del coito sonríen o ronronean y se abrazan a su pareja, La Marquesa muy seria me daba las gracias, se levantaba e incluso sin lavarse se dirigía a un pequeño escritorio donde apuntaba todo en un cuaderno que tenía a propósito para ello y en el que a veces, me pedía que le dibujara algún sencillo boceto. <br /><br />Naturalmente el cuadro lo terminé pronto, pero las sesiones se fueron prolongando varios meses y cuando yo ya iba pensando que ella me había convertido en una especie de "amantillo" o "putillo" , un día al acabar una trabajosa sesión erótica, cuando se levantó me pidió que esperara diez minutos. <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">A los diez minutos exactos salió de de atrás del biombo totalmente arreglada y peinada ciñendo un voluminoso vestido de seda azul y se vino hacia mí con un sobre en su mano enguantada y ofreciéndomelo me dijo:. <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">- Luisito ¿ Luisito? ¿no?... ha hecho conmigo un buen trabajo del que estoy francamente satisfecha, pero la tarea ha acabado, me siento bella en el cuadro y la sexualidad completara mi vida. gracias y adiós. <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">Cuando la Marquesa se dio la vuelta y se fue, me quedé allí de pie un buen rato con cara de idiota. <br /><br />La exposición del cuadro en una fiesta en su casa, fue un verdadero éxito, efectivamente y aunque nadie dijo nada, la imaginación llenó el ambiente como ella deseaba y mi nombre alcanzó el triunfo y consideración en la corte. <br /><br />Pero algo de nuestro secreto se debió filtrar y no por <br />mi parte...porque mi taller, se llenó de condesas, aristócratas y señoronas pidiéndome desesperadamente que las retratara a lo moderno mientras ostensiblemente me guiñaban un ojo... <br /><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">fin.</span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /></div>Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-89115391801531520372020-12-30T09:18:00.003+01:002021-03-03T08:40:09.581+01:00HABITACION AMARILLA CON SILLON AZUL<div class="separator"><span style="font-size: x-large;">SILVANA: </span></div><span style="font-size: large;">Si, soy una mujer caliente y siempre lo he sido, no he encontrado otro modo de decirlo. En el diccionario desde frígida a ninfómana no he podido encontrar un término adecuado que me pudiera definir, tal vez el benigno termino...apasionada, pero apasionada ¿de qué?, yo te lo diré...de los hombres y del sexo cuyo contacto y cercanía producen involuntariamente en mi una excitación sexual y un anhelo interno que endurece mis pechos, dispara mi temperatura y libera mis fluidos hasta mojar la ropa interior.</span><div><span style="font-size: large;"><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8LH8DuVhDjNRADEHzraY7YD_6cS9ZPPoOlGdp4gpSEa05ee8NfRfteoVdDIM_aT3vmAzBuYwbGR-RoslnlOnzHvsez14y_46pT4QxzCKBwRToSM0qebeqKxWE9IO_MtjtL_opYMiH_UjH/s538/habitacion+amarilla+con+sillon+azul+bordes+acentuados+pub.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="538" data-original-width="410" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8LH8DuVhDjNRADEHzraY7YD_6cS9ZPPoOlGdp4gpSEa05ee8NfRfteoVdDIM_aT3vmAzBuYwbGR-RoslnlOnzHvsez14y_46pT4QxzCKBwRToSM0qebeqKxWE9IO_MtjtL_opYMiH_UjH/w488-h640/habitacion+amarilla+con+sillon+azul+bordes+acentuados+pub.jpg" width="488" /></a></div><br /><div class="separator"><br /></div></span><span style="font-size: large;">Pensaba que mi sexualidad se troqueló de adolescente cuando siendo ya mujer seguía jugando con mis primos a juegos de lucha persecución y contacto y día a día observé el cambio que en ellos se producía. Recuerdo que sus olores y sudores producían en mi estómago cosquilleos, y que cuando sus brazos y piernas se fueron musculando y en su pecho y bajo su nariz asomaban algunos tímidos pelillos, cada vez me agradaba mas permanecer atrapada bajo sus cuerpos a pesar de que pesaban mas, incluso cuando a veces notaba una cosa grande y dura que me presionaba a nivel de la entrepierna. <br /></span><span style="font-size: large;"><br />Nadie... y digo !Nadie!, salvo mi psiquiatra, sabe lo que os estoy contando y fue ella misma la que me tranquilizó. Me explicó que era genético, Las mujeres como yo, siempre han existido. Ya desde la prehistoria cuando el homo sapiens vagaba en manadas o tal vez incluso, entre los primates que fueron nuestros ancestros y la naturaleza las hace así como las pudo hacer altas, comilonas o pelirrojas. <br /><br />Vienen a ser unas pocas, tal vez apenas un cinco por cien, y no suelen ser las mas agraciadas, pero la naturaleza las ha dotado de tal nivel de excitación que consigue superar sus miedos y desconectar su razón, para solo ellas arriesgarse a ser preñadas en situaciones de hambruna, guerra, o desastres naturales cuando las demás, mas racionales en ese aspecto cierran las piernas y las ganas a cal y canto e incluso inhiben sus menstruaciones. <br /><br />Está claro, que para la naturaleza la reproducción es lo primero y mas necesario. Ah...y se es así, no tiene cura, solo una mente inteligente lo puede evitar con disciplina . <br /><br />Pero a diferencia del grupo de genéticamente facilonas al que de un modo u otro debo pertenecer, yo soy una mujer inteligente y aunque he tenido mis tropiezos a causa de mis calenturas, he aprendido de cada uno de ellos para evitar desperdiciar mi vida en manos de los demás con mi voluntad perdida que solo me iba llevando al desastre. <br /><br />He tenido amores que me han abandonado hastiados de mis exigencias sexuales tratándome de puta , relaciones sin amor con personas indeseables que abusaban de mi, embarazos inoportunos por las prisas de un coito de hombres casados sin escrúpulos que me engañaron y cuyos abortos me dejaron yerma... <br /><br />Pero al fin aprendí. A base de garrotazos de la vida pero aprendí. Debía abandonar el camino a mi destrucción. <br /><br />Siempre quise ser Abogada como el resto de mi familia y si quería conseguirlo debía mantenerme alejada de los hombres como un ex alcohólico del licor. <br /><br />Siguiendo los consejos de mi Psiquiatra, a base de disciplina cambié mi actitud, volví a la universidad, me hice reservada, me vestí con elegancia y decoro sin llamar la atención masculina , fui antipática y cortante con cualquiera que meara de pie, y con la ayuda de la aliviadora masturbación para los momentos de urgencia y mi fuerza de voluntad, acabé Derecho hice el doctorado y gané las oposiciones a judicatura. <br /><br />Una juez puede mantener a distancia a todo el mundo. <br /><br />Así continué el enorme teatro en que se convirtió mi vida, Nadie, nadie sabe ni sabrá que a esa jueza que te acaba de condenar a tres años de cárcel se te habría follado con toga y todo en su despacho sin reparo alguno si te hubiera dejado acercarte lo suficiente y olieras feromonas a masculinas. <br /><br /> Fue por entonces ya en la cuarentena, lo de Norberto. El hombre que se me coló por una de las pocas grietas que mi vida dejó a los hombres para acercarse...era guapo, educado, tolerante y viudo sin hijos y además mi ginecólogo...no os podéis imaginar el esfuerzo que tuve que hacer para no tener un orgasmo cuando me exploró. <br /><br />Por entonces ya en mi corazón iba pesando día a día mas la soledad y la falta de compañía empezaba a abrumarme tanto como la falta de sexo y el caso es que el hombre valía la pena y me enamoré de él y que él se enamorara de mi, fue fácil para una mujer atractiva. Simplemente técnicas de mujer, hacerse la encontradiza en bares o restaurantes, conversaciones inteligentes, señales corporales inequívocas y hacerse la estrecha con mucho esfuerzo por mi parte fingiendo inexperiencia en lo sexual. <br /><br />Norberto me pidió matrimonio en varias ocasiones, pero yo le di largas....Estaba insegura y vacilante de mi misma y muy preocupada de asustarlo con algún exceso de mi comportamiento sexual. <br /><br />Solo le di al final el si cuando como un milagro me vino la idea del viejo sillón azul que había pertenecido a mi madre. Si, con el sillón azul y una férrea disciplina podría sostener aquel matrimonio. <br /><br />NORBERTO: <br /><br />Solo hacía dos años y medio que había muerto mi Elisa. A mí se me había atravesado el duelo y me había quedado enganchado en él como en una fina red. <br /><br />!No...! No era doloroso, no me pesaba ya la soledad, solo una tristeza sutil que me dejaba indiferente e impedía que la alegría y la belleza entrara en mi cuerpo y como si los colores desaparecieran de mi cerebro, todo lo veía en blanco y negro, no me apetecía nada y cualquier ocurrencia para animarme la suprimía una intensa pereza. <br /><br />Poco a poco hice amistad con Silvana , una cliente de mi clínica que era Magistrada del Tribunal Supremo y guapa y que me la solía encontrar en la cafetería donde cuando acabo de trabajar, tomo una copa y echo un rato mas que por placer, por retardar el regreso a mi solitaria casa. <br /><br />Silvana me dio a entender que su soledad se debía a que su profesión espantaba a los hombres y además era muy selectiva con el nivel de los pocos que se habían atrevido a acosarla. Sin embargo también me confesó que conmigo se sentía cómoda y natural y que al igual que a mí, esos encuentra fortuitos , que pronto pasaron a ser cotidianos, la relajaban y le hacían olvidar los malos tragos de la jornada. <br /><br />Me enamoré de ella, era como si en cada encuentro nos diéramos mutuamente una inyección de vida. Comenzamos un noviazgo, un poco a la antigua pero noviazgo, pero a pesar de ello, ella se negaba una y otra vez a que nos casáramos. <br /><br />Por fin un día, dijo que si. Pero puso dos condiciones : que viviríamos en su casa y que solo haríamos el amor cuando ella lo desease y lo propusiera porque para ella, era un tormento hacerlo sin apetencia. Yo que nunca fui muy de calentones acepté sin inconveniente alguno. <br /><br />Lo raro de mi historia fue el extravagante modo con el que Silvana manejó aquello...Cuando llegué a su piso, herencia señorial de sus padres en la mejor parte de la ciudad, me quede impresionado de su fina decoración, de sus cuadros y obras de arte, de sus alfombras persas y de muebles estilo inglés. <br /><br />Pero...y esto es lo mas extraño...cerca de la puerta de entrada había una estrambótica habitación pintada de amarillo rabioso con marcos rojos enlosada de un damero con cuadros amarillos y violetas donde al lado de una pequeña mesita con un dado y una copa de granadina, reposaba un antiguo sillón orejero azul intenso de aspecto cansado. <br /><br />Acostumbrado como médico contener mis sorpresas y sabiendo que Silvana tenía sus rarezas, yo no dije ni palabra pero en conjunto, aquella habitación podía parecer una cuadro fauvista de Matisse o de Chagall . <br /><br />Sin embargo, ella si dijo algo: Cuando entres en casa, lo primero que harás será mirar este cuarto, porque si estoy receptiva me encontraras sentada el sillón azul desnuda y deseosa esperándote mientras me tomo mi copa de granadina. <br /><br />Y aquella teatral ceremonia funcionó, funcionó hasta que tras veinte años de equilibrio y felicidad la parca se me llevó... <br /><br />SILVANA: <br /><br />Si amigos, lo del sillón azul fue un éxito para mi matrimonio. Era una manera de dosificar mis continuos ardores y mantener una chispa que alejara el sexo de la monotonía matrimonial. <br /><br />Norberto...un autentico santo, jamás me preguntó por nada de aquello como si fuera lo mas natural del mundo y hasta supuso que el dado era decorativo sin pensar que su suerte venía de él. <br /><br />En aquella extraña habitación, todos los domingos, día de descanso sexual, yo tiraba dos veces los dados. La primera vez la cifra me señalaba el día de la semana en el que tendríamos sexo, la segunda vez, que intensidad yo debería mostrar, para que así para Norberto siempre fuera algo diferente..... <br /><br />Cuando Norberto se fue, hacía tiempo ya que la menopausia me había curado de mi mal de hombres y solo sentía atracción y placer con él... <br /><br />Ahora, los domingos tiro el dado igual, y con las cifras obtenidas y sentada desnuda en mi sillón azul cada semana me acaricio en su memoria pensando en aquellos ojos alegres y chispeantes que le daban mis eróticas sorpresas.... <br /><br />fin <br /><br /> <br /><br /> <br /><br /> <br /><br /> <br /><br /> <br /></span><br /> </div>Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-40911242902457051732020-12-22T11:21:00.000+01:002020-12-30T11:11:14.200+01:00 EL ANGEL DEL BURDEL <p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMmcDC-JkBO3wadlamk0_iWTx-K8-_aBesuDzpaPwVPEcO9gmtqstl6SH1ZOQehw9zuh2n8xFyHR50Ynv17vsiQhcVnqMfYDhUIW3eLa0WAst7pTJmXcBEdeqAWNP__HtX3SCW__js0ziv/s2048/IMG_20181219_212255.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2022" data-original-width="2048" height="632" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMmcDC-JkBO3wadlamk0_iWTx-K8-_aBesuDzpaPwVPEcO9gmtqstl6SH1ZOQehw9zuh2n8xFyHR50Ynv17vsiQhcVnqMfYDhUIW3eLa0WAst7pTJmXcBEdeqAWNP__HtX3SCW__js0ziv/w640-h632/IMG_20181219_212255.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: arial; font-size: large;"><br /></span><p></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Cuando mi abuelo Didier y a la luz del gris amanecer de aquel otoño de 1917 entró </span><span style="font-family: arial; font-size: large;">pisando entre escombros</span><span style="font-family: arial; font-size: x-large;"> </span><span style="font-family: arial; font-size: large;">en el último burdel que quedaba en Verdún en el viejo y obscuro sótano de una de las escasos edificios que aun aguantaban de pie en aquella ciudad martirizada por la artillería alemana durante tres años, no buscaba sexo. </span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Hacía mucho tiempo que los deseos físicos habían volado de su cabeza. La primera guerra mundial estaba ya finalizando y Alemania, ya sin recursos, tendría que rendirse no sin que en esa loca guerra quedaran un millón de muertos sobre los campos de Verdún.</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Mi Abuelo Didier, ya entrado la cincuentena , era fotógrafo y por su edad, solo pudo ayudar a su país como corresponsal de guerra.</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;"> Llevaba ya dos años fotografiando el paisaje lunar en que aquella bonita campiña junto al Mosa se había convertido por los cráteres de de las bombas de artillería y las zanjas de las trincheras anegadas de un lodo trufado de cadáveres, miembros y vísceras y sus abominables fotos se repetían un día tras otro bajo el sonido de los inmensos cañones y los gritos de los heridos.</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Didier solo acudió al burdel para atizarse unos tragos que le anestesiaran un poco para poder salir a fotografiar y luego enviar su terrorífica crónica cuando al amanecer los soldados ya habían deshecho la enorme cola formada por la noche donde los hombres casi niños iban a echar lo que ellos llamaban "su último polvo", </span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">-¿Collete....? ¿Hay alguien por ahí que me sirva una copa de Absenta... ?</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Una voz aguardentosa de mujer respondió:</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">-Pasa Didier y corre el cortinón, ahora mismo hemos acabado ya pero estamos tan agotadas que tendrás que servirte tu mismo....</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Cuando Didier corrió el cortinón, la imagen de Collete, la madame, fue lo primero que vio sentada al revés derrengada sobre el respaldo de una silla sonriendo cínicamente, pero a sus pies, lo segundo que vislumbró, lo dejó helado : Era una muchacha de apenas quince años desnuda sobre unos almohadones tan cansada y abatida que ni siquiera levantó la vista de su ensimismamiento.</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Sin Embargo aquella muchacha era lo más bello que veía tras tanto tiempo viviendo en aquel horroroso infierno y Didier se quedo unos minutos paralizado contemplándola como si un verdadero ángel hubiera caído del cielo en el portal de belén o una ninfa de un fresco de Rafael. Era la mismísima imagen de la pureza en el fondo de un fosco burdel en el culo del mundo... Didier no pudo evitar fotografiar la escena con un rudimentario flash de polvo de magnesio</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">-¿Solo sois dos putas Collete?</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">-Dos putas y con suerte....ayer una bomba mató a tres mas que venían en un camión y otra bomba mató a toda la familia de Isabelle , dijo señalando a la muchacha, y la dejó sin familia y sin casa....</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">-¿Pero esta muchacha no está preparada para esas artes? le dijo a Collete un poco angustiado.</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">-¿ Artes ? ¿Qué artes...? Aquí no hay mas arte que tumbarse abierta de piernas con un trago de absenta y otro de Láudano y dejarlos pasar a razón de cinco minutos por hombre y pasarse un trapo húmedo por la entrepierna entre uno y otro hasta que se acaba la cola </span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">No lo pude remediar, un vomito amargo de asco me llegó a la boca y lo que hice fue un impulso que ni pensé... hay otras formas de servir a la patria...</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">- !Collete!, ! Esa chica no va a volver a hacer eso!, !Me la llevo de aquí !. Te pagaré lo que ganaras con ella en un mes y mientras tú te buscas la vida...</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">A Collete le sonó bien el tintineo de mis la monedas de plata, pensó que saldría ganando y sin pensárselo dos veces tragó en el trato. -Mas vale pájaro en mano que ciento volando...-</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Didier dejó su trabajo con la agencia alegando estar herido y ese mismo día comenzaron los dos el viaje a Chartres donde vivía al lado de la enorme catedral.</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">No, no lo había debido pensar bien..., porque aunque yo trataba a Isabelle que era todo dulzura y agradecimiento como a la hija que nunca habíamos tenido y pensaba que mi esposa piadosa y católica lo agradecería igual porque podría ayudarla y llenar la ausencia de Denis, mi hijo, que aun estaba en el frente, todo fue un desastre.</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Desde el primer minuto y en cuanto oyó que venía salvada de un burdel, Bernardette le mostró su mayor rechazo, le comenzó a llamar la putilla, le encomendó las peores tareas de la casa pero siempre criticándola y humillándola, le daba sus vestidos viejos y lo peor que había para comer hasta el punto de que yo que me esforzaba en darle cariño y compensarla, me preguntaba si no hubiera estado mejor en el burdel que con mi mujer que, mientras yo estaba en el frente, se había convertido en la Madrastra de Cenicienta o la bruja de Blanca nieves.</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Afortunadamente y por vergüenza y dignidad de Bernardette, el origen de Isabelle quedó en un profundo secreto familiar hasta que por lo menos yo, que andaba ya muy mal de salud me muriera y ella pudiera tirarla a patadas a la calle al día siguiente.</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Ahora queridos lectores tendréis que cambiar de narrador, mejor dicho ahora será una mujer la narradora...Me llamo Angellique soy una reputada escritora y lo que habéis leído, lo he novelado de un viejo cuaderno de notas de Didier que junto con la foto del burdel encontré cuando buscaba material para una novela en el fondo polvoriento de un baúl en una visita a mi abuela enferma.</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">El resto, de secretos familiares que hasta ahora ignoraba me los fue contando mi tío Antoine a base de insistencia.</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Sabéis, a veces Dios castiga sin palo y Didier fue a morir el día siguiente de los dos milagros.</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">- ¿Qué dos milagros?</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">El primer milagro fue que Denis regresara de la guerra indemne cuando media Europa se había quedado sin hombres jóvenes. El segundo, que Denis e Isabelle se enamoraron a la primera mirada aun sin hablar...</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Bernardette por amor a su hijo, tuvo que seguir tragándose a Isabelle y acumulando rencor durante algún tiempo, pero lo que ya no pudo soportar y fue superior a ella es que su hijo, que era carpintero, la preñara y en una ataque de rabia, los tiró de casa como si fueran una maldición o una peste contagiosa.</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Según mi tio Antoine, que lo vio, la escena con Isabelle preñada subida en una mula y tapada con una manta vieja le recordó a la de San José y la virgen montada en un burrito camino de belén.</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Pero las desgracias no habían acabado...Cuando Isabelle en el viaje comenzó toser sangre, Denis comprendió que había enfermado del mal trato sufrido y que el embarazo la estaba empeorando, decidió dirigirse a la Provenza donde pensó que el clima mas benigno la ayudaría para la enfermedad y el parto. </span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Pero no llegó..., Isabelle parió en una fonda a mitad camino y sin fuerzas para superar el puerperio falleció dejándome a mi huérfana de madre y a Denis destrozado.</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Dicen que cuando una puerta se cierra siempre se abre una ventana...aquí la ventana fue Geraldine mi madre , pues nadie jamás me habló de Isabelle.</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Geraldine era una solterona maestra del pueblo que enternecida nos acogió en su casa a cambio de algunos trabajos, nos cuidó hasta que con el tiempo mi padre se repuso, acabó casándose con ella y nos fuimos a la Provenza donde nadie nos conocía ....! otro secreto mas!</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Y tanto secreto con cuarenta años marea...</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">!Si! soy Angellique en honor a mi verdadera madre Isabelle : el ángel del burdel de Verdún. ! Y no soy una hija de puta....soy hija de un ángel al que incluso me parezco en aquella foto!.</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Y !Si!....En esta historia la única hija de puta es mi abuela Bernardette que por mucho que rece en la catedral de Chartres, estoy segura que en el infierno tiene esperándole un reclinatorio.</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">fin</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;"> </span></p><div><br /></div>Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-27971316810384580582020-12-16T11:20:00.001+01:002020-12-30T11:11:06.722+01:00 LA CATEDRAL<div><span style="font-size: x-large;">Serían las tres de la tarde y a esa hora la iglesia del pueblo solía permanecer vacía y oscura hasta el rosario de las cinco. </span></div><span face="Arial, Helvetica, sans-serif" style="font-size: x-large;"><br />-¿Cómo qué pecadora…?,! Puta !, !Tú lo que eres es una gran puta!. <br /><br />El pesado confesionario de nogal oscuro comenzó a temblar como si fuera una hoja de papel por los golpes y patadones de ira que recibía desde su interior mientras las imprecaciones e insultos de aquel enloquecido párroco con voz de barítono amplificada por el eco de las desconchadas bóvedas, se iban elevando atronadoras sin importar que alguien las pudiera oír hasta anular el soniquete del llanto de la asustada muchacha. </span><div><span style="font-size: x-large;"><br /></span><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQxahzLjr9YGKM_-ItUZw6DrXGe71T8A-Us0l5QVPMQHIausKgVUiuH1zqa1bYDBH_gO6cidTbl_i4rr5Y43zzAXdsupiCAwcthdUv-ZHYefpd-G_Rf8fLfGEHDWJnuEeDrQsxiuTWLSV4/s687/catedral+para+facebook.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><span style="font-size: x-large;"><img border="0" data-original-height="687" data-original-width="432" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQxahzLjr9YGKM_-ItUZw6DrXGe71T8A-Us0l5QVPMQHIausKgVUiuH1zqa1bYDBH_gO6cidTbl_i4rr5Y43zzAXdsupiCAwcthdUv-ZHYefpd-G_Rf8fLfGEHDWJnuEeDrQsxiuTWLSV4/w402-h640/catedral+para+facebook.jpg" width="402" /></span></a><span face="Arial, Helvetica, sans-serif" style="font-size: x-large;">Afortunadamente, no había nadie en el templo. Paulina, tan arrodillada y contrita que casi no alcazaba el enrejado del ventanuco y apenas percibir el olor a pies y al rancio vino de consagrar que emanaba el interior de la cerrada negrura donde Don Cristóbal dormitaba su disimulada y plácida siesta habitual y tras oír el somnoliento e inoportuno "Sin pecado concebida", la muchacha acababa de introducir casi inaudiblemente y con la cabeza baja y cubierta de velos oscuros, la dolida confesión de su terrible pecado llena de arrepentimiento, con una carrerilla solo </span></div><div><span face="Arial, Helvetica, sans-serif" style="font-size: x-large;"><br /></span></div><div><span face="Arial, Helvetica, sans-serif" style="font-size: x-large;">interrumpida por breves hipidos, lamentos y sollozos. </span></div><div><span face="Arial, Helvetica, sans-serif" style="font-size: x-large;"><br />-!Lo tuyo no tiene perdón aquí en la tierra!, <br /><br />-!Una Jezabel con cara de mosquita muerta…!. <br /><br />-!Una Salomé serpenteante que ha traído la vergüenza a éste pueblo…!. <br /><br />-!Una Dalila perversa de traición peor que cualquier cortesana bíblica…,! <br /><br />-!Dios te perdonará…!, pero lo que es yo…!No!.! Esto es superior a mí!. !Yo no te perdono así Dios me castigue!. <br /><br />-! No puedo perdonarte.! Lárgate de este pueblo sabandija ninfómana y que yo no te vuelva a ver más, vete a ver al obispo a ver si él te alcanza a perdonar tanta porquería !. <br /><br />Blanca como el mármol, la muchacha no pudo aguantar mas y salió huyendo de allí como alma que lleva el diablo dejando a aquel indignado párroco dentro del confesionario gritando como un poseso vociferándole al vacío y Paulina, llorando avergonzada huyó de aquel pueblo sin despedirse de nadie. <br /><br />Si, había sido el mismísimo padre de Paulina el que para su desgracia la había enviado a aquel pueblecito de la sierra cuando en su lecho de muerte y para limpiar su conciencia le confesó que su madre, no había muerto como ella creía y que debía visitarla antes de coger los hábitos y esposarse con Dios. <br /><br />Como hija del sacristán y sobrina del obispo, para Paulina que había ayudado desde niña a su padre a cuidar aquella extravagante catedral, aquellas enormes naves eran su casa y que la muchacha consideraba como una madre protectora en la que ella proseguía una vida casi fetal rodeada de su sagrado mundo del que apenas salía para hacer algún obligatorio mandado. <br /><br />En aquella mole heterogénea construida como toda la ciudad a golpes de pasada grandeza en enormes pedazos de diferentes estilos cada uno mas bello que el otro y en cuyo centro y corazón reposaba la Reliquia del Santo Cáliz, Paulina que desde niña había sido el canon de la sencillez, de la modestia y de la humildad, era feliz cuidando y limpiando cada objeto sagrado, cada retablo, cada clavo de la cruz y cada cuenta de rosario, cada voluta dorada y cada suciedad dejada caer por las palomas en las góticas y venerables cabezas de apóstoles, santos y patriarcas . <br /><br />Su valía, su espíritu de colaboración y su enorme devoción religiosa hizo que su tío el Obispo, consciente de que de la madera de santa de su sobrina, liberada de la obligación de ayudar a su anciano padre al morir, entrara en el convento como ella tanto anhelaba, al servicio de Dios para su mayor gloria . <br /><br />Pero el mismísimo Dios, suponía Paulina, debía tener otros planes para ella porque la guió a aquel pueblo con la mejor edad para emparejarse y la menor experiencia con la vida, y cuando llegada al pueblo de su madre conoció al apuesto hombretón de su primo, hijo de su tía materna en cuya casa había sido acogida su madre, la llamada de la naturaleza estalló en su corazón, se enamoró perdidamente de él y se le borraron de golpe todos sus anhelos religiosos. <br /><br />Si, aquel amor fue secretamente correspondido a espaldas de la familia y facilitado por la libertad de aquel verano de cálidas noches, el barullo de las fiestas del pueblo y la belleza de aquel escondido paraje a la orilla del río donde con el perfume de claveles y de higueras y el rumor del la corriente espumosa acabaron haciendo el amor apasionadamente a la luz de la luna cuando los besos se les quedaron pequeños para expresar el fuego que había entre los dos. <br /><br />!Tarde !, El amor le había ganado la carrera a la vergüenza y ya era tarde cuando su madre, alarmada al ver como Paulina miraba a al chico, le tuvo que confesar a su pesar su secreto mas profundo: que su primo era su hermano, que él no lo sabía y que cuando ella llegó al pueblo a punto de dar a luz, lo parió escondidamente sin dejarse ver en el campo y para evitarle la vergüenza y el oprobio de ser un bastardo sin padre coincido, se lo cedió en adopción a su hermana y su estéril cuñado, con el acuerdo de que vivirían y lo criarían juntos. <br /><br />Paulina desesperadamente atrapada por el destino pasó la noche llorando inconsolable. No podía dejar de amarlo y no encontraba fuerzas para renunciar a él y tampoco podía explicarle nada sin hacerle daño a quien mas quería, a él. <br /><br /> Además, de tal forma excitaba su deseo solo el roce de su piel o el aroma de su cuello que cuando sentía su tacto u olía su presencia, perdía la razón y nada le importaba. <br /><br />Aunque lo intentó, cuando no pudo resistirse mas a su influjo, Paulina, sin decirle nada a él y con la resignación del que no puede luchar contra la corriente se dejó llevar por el río y se abandonó de nuevo a gozar cada noche incestuosamente de aquellos abrazos en los que su hermano la poseía, pensando que así solo ella cargaría con la culpa y que al final del verano, la distancia y la confesión sincera, acabaría con el pecado y que los hábitos que la esperaban y el abandono de aquél amor sería la mas dura penitencia para expiar la culpa y que Dios la perdonara. <br /><br />Solo cuando Paulina se descubrió preñada se le derrumbó su autoengaño y fue súbitamente consciente de la magnitud y monstruosidad de la abominación que, emborrachada por el amor, había cometido y sin contárselo a nadie y tras darle vueltas en su cabecita como una noria, había corrido a confesarse. <br /><br />Abatida en el tren huyendo hacia la ciudad, con los ojos ya secos de tanto llorar, jamás hubiera imaginado Paulina una reacción así de un representante de Dios al que había acudido en busca de perdón y consejo. <br /><br />Cuando al amanecer salió de la estación y enfiló temblando el viejo puente del río buscando anhelante la catedral como si buscara a esa madre única capaz de perdonar cuando todos te abandonan, desde el mar, los negros nubarrones parecían pesadas losas que pendían sobre su cabeza y súbitamente se levantó un viento helado y cortante que la obligó a protegerse caminando tras el pretil del puente medieval agachando la cabeza asustada y apurando el paso con los brazos inconscientemente cruzados sobre su vientre como si quisiera proteger lo que fuera que crecía dentro de sus entrañas y que era la única razón por la que, con esfuerzo, desoía las voces de la vergüenza y la ignominia que las colosales y gemelas como las torres de la entrada del portal de serranos, parecían gritarle desde el final del puente una y otra vez, para que se dejase llevar por la ventolera y se quitarse la vida en las negras aguas del Turia ahogando así toda su angustia. <br /><br /><br />Cuando por fin alcanzó la esquina, de la casa de los caramelos y supo que solo con doblarla vería a su amada y materna catedral, un sentimiento de alivio y esperanza la invadió. Pero cuando entró en la calle, el viento arremolinado comenzó a empujarla hacia atrás y Paulina tuvo que arrodillarse penosamente para poder llegar a la plaza de la virgen donde cayó derrumbada y agotada. <br /><br />Pero cuando levantó la cabeza..., la gigantesca puerta de los apóstoles que ella tanto amaba se alzaba sobre ella amenazante, amarilla de ira y deformada por la indignación y a sus espaldas, sus gárgolas la miraban con un odio infinito y todos los edificios y torres y cúpulas de la catedral se arracimaban cárdenos , tenebrosos y ceñudos mirándola con las ventanas fruncidas de cólera contenida sobre un fondo tormentoso de rayos que confirmaba una amenaza de muerte si se le ocurría poner un solo pié sobre sus losas. <br /><br />Paulina aterrorizada por aquella visión, apenas tuvo fuerzas para ponerse en pie, el rechazo de la catedral, su única esperanza, y el mortal desengaño la dejó tan abatida que desmayadamente y tapándose la cara de vergüenza y con los ojos llenos de lágrimas se dejó arrastrar mansamente por las ráfagas de lluvia helada hacia la estrecha calle que baja al barrio de las putas donde a la entrada, al pasar por la inclusa, el torno de maderas donde tendría que abandonar a su hijo cuando naciera, la llenó de consternación. <br /><br />Paulina siempre fue puta, si amigos, ¿ Qué sentido tenía el destino que su amado Dios había reservado a aquella muchacha criada para santa y virgen para acabar de puta vieja aunque fuera una buena puta que ofrecía a dios su trabajo de calmar las ansias de los necesitados de amor como si fueran oraciones?. <br /><br />Paulina ya jamás pudo poner un pie en la catedral, pero con sesenta años le llegaron dos alegrías por las que dio por buena su arrastrada vida. Su primera alegría fue cuando leyó en el periódico que su hijo, cuya vida discreta y anónimamente había vigilado de lejos, había sido nombrado obispo de la ciudad. La segunda alegría fue la de la dulce venganza de que su sangre, antes vilmente rechazada, por la rencorosa y estirada catedral, ahora en las venas de su hijo, entrara en ella por la puerta grande toda engalanada y con las campanas repicando para celebrar la misa mayor. <br /><br />Había que ver como Paulina mientras se bebía un buen vaso de aguardiente con su boca ya desdentada no pudo evitar una risotada grotesca y murmurar irónicamente: <br /><br />-!! Cuantos prelados y sagrados dignatarios y cardenales con toda su santidad ignoran llevar bajo los cien botones de su sotana a un autentico hijo de puta.... !!. <br /><br />fin <br /><br /> </span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: x-large;"><br /></span></div><span style="font-size: x-large;"><br /></span><br /> </div></div>Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-73158124958125775552020-10-31T08:16:00.000+01:002020-10-31T08:16:07.189+01:00LA FOTO<span style="font-family: arial; font-size: large;">Bueno, en realidad no fue un atún porque lo que pescó ese día Aureliu fue un "Bonito" que es como aquí en el Cantábrico llamamos a una especie de atún mas pequeño y de carnes muy blancas que hace nuestras delicias, pero aquel animal era enorme para su especie y aquella foto enmarcada y descolorida ya por el tiempo, que debía rondar ya sus treinta años largos, me llamó la atención a pesar de estar en un rincón junto a muchas otras. Ignoro el porqué, pero por la juventud y sonrisa de felicidad de los protagonistas intuí su valor sentimental. </span><div><span style="font-family: arial; font-size: large;"><br /></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbmQn1ANlfRWxHJCyc8tlOtoB4Md06wWCtzhVyhcf1AH8gSFfCMqhmjdqZhqVI1u2MX4gWm_nxE6KNuGUwEXCIfA2soDU9Be6WiNmEzzYH8wRezUXbvLWHlqWybqWwVYLd49MTbYsGZIiD/s566/EL+DIA+DEL+BONITO+PUB.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: arial; font-size: large;"><img border="0" data-original-height="566" data-original-width="321" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbmQn1ANlfRWxHJCyc8tlOtoB4Md06wWCtzhVyhcf1AH8gSFfCMqhmjdqZhqVI1u2MX4gWm_nxE6KNuGUwEXCIfA2soDU9Be6WiNmEzzYH8wRezUXbvLWHlqWybqWwVYLd49MTbYsGZIiD/w362-h640/EL+DIA+DEL+BONITO+PUB.jpg" width="362" /></span></a></div><p class="MsoNormal"><span style="font-family: arial; font-size: large;">Cuando llamé a su puerta, Aureliu sin levantarse del sillón orejero donde lo aprisionaba un enorme volumen de historia, me gruñó sin soltar su pipa de la boca ni su redonda copa de brandy de su mano derecha y me invitó a pasar a su casa por primera vez con un ! Adelante Balbín, que está abierto...! </span></p><span style="font-size: large;"><span style="font-family: arial;"><br /> Yo entré despacio para no romper el ambiente de la música de Bach y mirándolo todo con la curiosidad de quien entra en una catedral por primera vez, me detuve como hipnotizado por aquella foto. <br /><br />En aquella imagen todo era felicidad, hasta el Bonito plateado y azul parecía sonreír </span><span style="font-family: arial;">con</span><span style="font-family: arial;"> su boca</span><span style="font-family: arial;"> semiabierta vanidoso de mostrar su imponente tamaño. El perro lanudo y pajizo recordaba un peluche enorme con su boca abierta y la lengua juguetona. La amplia sonrisa de un joven Aureliu no solo me parecía sorprendente por su juventud, sino por lo extraño que era verlo reír, pero la sonrisa de Maruxa sin embargo, era algo mas, era un gesto de amor de verlo a él tan feliz. </span></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;"><br />-! Joder que ojo tienes Balbín !. Con la de recuerdos y trastos viejos que tengo en esta casa, has ido a dar a la primera con el único recuerdo que me importa y lo único que salvaría de esta casa en caso de incendio. <br /><br />- Bueno Aureliu..., los periodistas, escritores al igual que los policías tenemos la deformación profesional de encontrar rápidamente lo mas importante en cualquier escenario. <br /><br />La verdad es que a pesar de ser hijos ambos de buena familia del mismo pueblo pesquero cuyas callejas estrechas y medievales parecían precipitar sus coloridas casas de sobre aquel pequeño puerto batido día si y día no por oleajes y galernas, hasta hacía poco, solo se habían conocido vista. <br /><br />Sus vidas fluyeron en la cercana ciudad, llevaron caminos divergentes y solo recientemente, ya en la jubilación y arrastrados en parte por la soledad, iniciaron una inesperada y bella amistad colaborando voluntariamente en la construcción del museo marítimo regional. <br /><br />Bueno, yo sabía de Aureliu mas que él de mi... Los cotilleos en los pueblos son inevitables. Se sabía que era un hombre adinerado de una familia de indianos de apellido conocido que cuando volvieron de hacer las Américas aumentaron su fortuna industrializando la zona y creando miles de puestos de trabajo y que Aureliu, solo era uno de los once hijos que con mayor o menor éxito dispersaron riqueza por la región. <br /><br />Pero salvo esto último, el resto solo eran rumores. Nadie sabía con certeza a que se dedicaba, todo lo mas que era algo de la universidad. Por otro lado, era un hombre educado y comedido al que jamás le podías notar la riqueza porque su casa aunque antigua y señorial no era mas que un antiguo caserón indistinguible de los del resto pueblo, el hombre no se hacía de notar entre los capitostes ni autoridades, vestía con normalidad, nunca se le vieron cochazos ni relojes o yates, tenía un barquito pesquero pequeño y tradicional de color azul para salir a pescar los domingos que hacía bueno y sin más, comía luego el menú del día en la tasca del puerto. <br /><br />Tengo ojo para la gente, !Si!. Eso es un talento de Dios y por eso en nuestra madurez me pegué un poco a él porque intuí que era uno de esos raros hombres sensatos a los que a pesar de que la vida le dotó de riquezas, comprendió que la felicidad no la dan los objetos ni el poder sino la riqueza interior, la modestia y el equilibrio y que alegra mas el sueldo emocional que produce el interés por sus propios asuntos que un dinero real fruto asuntos ajenos. <br /><br />No, no era un hombre introvertido. No, pero tampoco hablador pedante o parlanchín, respondía sin evasivas a lo que se le preguntara y su soledad no era impuesta sino buscada por que en ella radicaban sus recuerdos sus vivencias y su paz. <br /><br />Conteniendo mi natural curiosidad de escritor, despacio, muy despacio y sin indagar demasiado, en nuestras largas conversaciones me fui enterando de que había sido Catedrático de Historia, amante del arte y de la música y un librepensador de los que jamás se había atado a nada y así, nuestra amistad fue fluyendo inteligentemente a pesar de nuestras propias diferencias, evitando roces y controversias como dos ríos antiguos que sorprendentemente coinciden algo cansados y ya sin fuertes corrientes en la planicie cerca del mar. <br /><br />- ¿ Esa foto precisamente Aureliu...? ¿La del Bonito..? le pregunté discretamente. <br /><br />- ! Pues si, Balbín !. Esa foto precisamente se hizo en el momento más feliz de mi vida, fue mi cumbre, el vértice del único diamante del anillo de mi existencia. <br /><br />No es que antes o después no haya sido feliz, murmuró Aureliu , la verdad es que pocas veces he sentido que la desgracia me aplastara, pero, jamás me he sentido así como me sentí en esa foto. <br /><br />Nos la hicieron poco antes de esa época, entrada ya la madurez, en la que uno, de un día para otro, se da uno cuenta de que la vida, entre luchas y descansos, no es una pendiente en la que uno sube hasta el final, sino una montaña que en cuanto llegas a su cumbre, dejas de engañarte y vislumbras que la otra mitad de vida que te queda es un descenso lleno de dificultades y sinsabores, que con suerte, debes a bajar con menos fuerza y salud hasta el fondo de otro valle en el que dejarás dispersos tus huesos. <br /><br />-! Joder Aureliu !, que pesimista estás hoy, das miedo... le dije aún de pie casi cortándolo, ! Estoy por largarme antes de que me hagas llorar...! , ¿Eso que fumas es tabaco solo...?, ! Mira que tu y yo ya no debemos estar lejos del fondo ese puto valle de los huesos esparcidos...! <br /><br />-! No seas simple Balbín !, me dijo mirándome con indulgencia, párate a pensar que yo te tengo por inteligente. <br /><br />Ese momento en la cumbre de la vida es el de pensar que el sentido de la vida es que no tiene sentido o que tiene el mismo sentido que el de un árbol, un oso o una piedra de cuarzo y lo importante que va a ser aprovechar en tu descenso cualquier momento dichoso como el último, separar lo necesario de lo accesorio, desligar bien lo importante de lo banal y ayudar y ayudarte de los demás para llegar a bajo lo mas entero posible. <br /><br />-! Aureliu ! le dije yo...,! Me estás poniendo malo...!,! Déjate se hostias filosóficas que yo estoy hoy un poco resacoso del aguardiente de orujo de anoche ! y ves al grano con la dichosa foto que es lo único que te he preguntado. <br /><br />- Vale, vale...pues mira, esa foto representa para mí la cumbre de la felicidad porque refleja en un instante que había conseguido todos los deseos que hasta entonces había perseguido y mi sonrisa no era de pose sino de un autentico triunfo que infantilmente pensaba que sería eterno. <br /><br />Aun no estoy seguro de como lo hice ni porqué lo conseguí, pero por fin, tras varias décadas de pesca, había conseguido enganchar en mi Curricán con un gastado cebo de madera que imitaba una sardina herida y una vieja caña de mi difunto tío, el bonito más grande que vi jamás y que necesitamos dos personas con garfios para tirarlo a bordo. <br /><br />Sin embargo, lo de pescar a la Maruxa, la muchacha de la que anduve profundamente enamorado desde la facultad y lograr que estuviera en esa foto, fue mas difícil aun que lo del atún porque para conseguir su amor necesité suerte, paciencia y buena estrella, mezcladito todo con algúna dosis de destino fatal. <br /><br />Si, Maruxa, muy guapa e inteligente se casó con el más guapo de la promoción que, putero y fanfarrón, le dio una vida de perros especialmente tras el desgraciado aborto que la dejó definitivamente seca. No me duele decir que su viudez tras un accidente de coche en el que el susodicho andaba como una cuba, no me dio la menor pena y mi cercanía y consuelo facilitó mi camino. <br /><br />¿El perro?. Bueno, a veces suerte en la vida es como las cerezas que vienen de dos en dos y cuando me casé con Maruxa se vino con un cachorro que parecía una madeja de lana y que para los dos fue como el hijo que no podíamos tener. <br /><br />Cuando vi aquella foto comprendí que ningún instante en el mundo yo sería nunca tan feliz y pese a lo descreído que soy, solo se me ocurrió pedirle a la Santina de Covadonga que por favor fuera yo, después del bonito claro, el primero en desaparecer de los de la foto. <br /><br />! Pues ni puto caso oye !, quien quiera que ande mandando por estos cielos oscuros y nubosos, me dejó el último de todos como castigo a mi ateísmo. <br /><br />! Fueron diez maravillosos años...!, hasta que un día, con gran disgusto, el perro ya muy viejo se quedó muerto a los pies de nuestra cama. <br /><br />Yo creo que se fue por que los perros presienten la muerte de los humanos y no quiso soportar el dolor de lo que le venía a Maruxa , porque a las pocas semanas una leucemia se la llevó dejándome su cuerpecito blanco y encogido como un pajarillo. <br /><br />No, Balbín, desde entonces no volví a pescar, ni volví a tener perro, ni volví a mirar a una mujer... Sabes...no fue tristeza !No!, que naturalmante la hubo... ! No! <br /><br />! Solo fue mi inconmovible certeza de no poder encontrar jamás nada que pudiera igualar aquella foto! </span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;"><br /></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: large;">FIN<br /></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: large;"><br /></span></div><span style="font-family: arial; font-size: large;"><br /></span><br /></div>Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-78650232582927052022020-09-22T20:56:00.006+02:002020-09-24T16:12:23.581+02:00 EL SINDROME DE STENHDAL <div class="separator"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihNhO-BfjCyQhcTon-GaQZwuXyNK_iow9KA_yOI1sCaG2HW6-7l-McQzK8H0XlAIayPrpvdlpCbcnHt4Mc0aVFUf9QFT4VJBohrBC1WEuAtrNoVghayHDGnPfas1vonaebcjYOrVJyNry6/s2048/IMG_20200409_082824.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><span style="font-size: x-large;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihNhO-BfjCyQhcTon-GaQZwuXyNK_iow9KA_yOI1sCaG2HW6-7l-McQzK8H0XlAIayPrpvdlpCbcnHt4Mc0aVFUf9QFT4VJBohrBC1WEuAtrNoVghayHDGnPfas1vonaebcjYOrVJyNry6/w480-h640/IMG_20200409_082824.jpg" width="480" /></span></a></div><span style="font-size: x-large;"><span><span style="font-family: arial;"><br /></span><span style="font-family: arial;"><br />Con solo mirar la acuarela, se puede percibir que este Acuatexto se pudo llamar "La Belleza", y así lo hubiera llamado Don Diego de haberlo escrito él. <br /><br />¿Sabéis...?, a veces el amor surge tan intenso y espontaneo entre dos personas, que en su inseguridad ambas piensan que su unión es tan imposible, inalcanzable y despareja que a veces durante años, andan rondando el uno cerca del otro amándose sin saberse correspondidos como dos ciegos perdidos en un inmenso bosque en el que se buscan sin cesar con la estúpida esperanza de que el azar los una y sea una casualidad y no su valor la que supere el temor paralizante que les impide manifestar sus sentimientos por miedo a quebrar lo poco que tienen el uno del otro y que a través de ilusiones y fantasías y sueños, mantiene día a día su corazón esperanzado. <br /><br />No amigos, no hay luz sin sombra ni amor sin riesgo. <br /><br />Don Diego Galván era médico en una pequeña ciudad de la Extremadura profunda cerca ya de las Hurdes, una zona extremadamente pobre de la península, y aunque de buena familia y natural de allí, no era un médico ni una persona al uso. <br /><br />Para la gentes, era extraordinariamente raro y extravagante pero todos lo admiraban por su sabiduría y ojo clínico aunque nadie consideraba una persona normal. <br /><br />Muy culto y estudioso, yo creo que de haber sido escritor, estoy seguro que hubiera pertenecido a la desencantada generación del 98. <br /><br />Don Diego era de los que con su ejemplo de abnegación, pretendía ayudar a levantar aquella España hundida empobrecida y analfabeta que durante siglos siempre había sido víctima de los avariciosos negligentes poderosos de turno e insensatos religiosos. <br /><br />Con un mostacho negro como su rizado pelo que comenzaba a encanecer y arrugas en el ceño casi siempre fruncido por la seriedad, el hombre no era muy alto ni tampoco era grueso. El sempiterno sombrero de bombín con que se cubría junto a los lustrosos botines de piel fina y tacón elevado buscando parecer mas alto y los anteojos redondos y dorados, le daban un aspecto intelectual y cultivado y vestía siempre con una elegancia extrema, ropas oscuras y discretas y corbatas de colores apagados y bajo sus chalecos, siempre bailaba una cadenita de oro de la que pendía un reloj que consultaba continuamente. <br /><br />Tenía su consulta en su domicilio en la planta principal de un edificio señorial donde atendía por las tardes y a veces, hasta bien entrada la noche . Solo se le solía ver desde bien temprano por las mañanas de un lado para otro atendiendo las visitas domiciliarias y a los enfermos de las aldeas cercanas muy recto y serio sobre su acharolada calesa de grandes ruedas blancas tirada por un caballo negro. <br /><br /> Si, Don Diego era un hombre muy especial para aquel el momento. Jamás levantaba la voz, apenas sonreía , nunca se mostraba superior ni prepotente o , como hacían otros de sus colegas, bondadosamente parlanchín y era una persona seria e introvertida que no gustaba de tertulias ni eventos ni reuniones y solo se le veía por el casino donde se reunían los próceres algún que otro día festivo para jugar en silencio al ajedrez. <br /><br />La única pasión de Don Diego aparte del ejercicio de la Medicina, era el estudio e investigación de una extraña enfermedad en las Hurdes que asolaba hace siglos a gran parte de la población de aquellas perdidas y míseras aldeas que producía en los adultos unos monstruosos bultos o bocios en el cuello, cretinismo y subnormalidad en los niños, sordera y una baja inteligencia en general rayando en la idiocia y que para él, no debía tener origen solo en el hambre o la miseria porque éstas se daban en toda España sin producir aquéllas desgraciadas anomalías. <br /><br />No, para su frustración Don Diego nunca descubrió la causa ni el tratamiento de aquello, la medicina aún estaba muy atrasada, pero su dedicación y observaciones fueron útiles para que décadas después se descubriera que se trataba de un problema de tiroides por falta de iodo en el agua. <br /><br />Es verdad que absorbido por sus pasiones, Don Diego nunca se casó ni tampoco frecuentaba a las numerosas damas incluso adineradas para las que suponía un buen partido y jamás se le vio en lugares indecorosos ni mirando con deseo a mujer alguna. <br /><br />La cuestión o la historia, si queréis, fue tan repentina como sorprendente. <br /><br />Corrían los desgraciados tiempos del final del siglo XIX y Don Diego Galván como si fuera un milagro, a sus cuarenta y cinco años descubrió por primera vez la belleza y con ella, el amor. <br /><br />Una tarde de verano, cuando se disponía a marcharse acabado el trabajo en un mísero caserío de los que frecuentaba para tratar a una anciana y varios desgraciados más, su mirada distraída se topó con la belleza enmarcada por la puerta de un sucio corral. <br /><br />Aquella muchacha era la cosa más bonita que jamás había entrado en su cabeza y despertó violentamente en su cerebro su siempre anestesiada y desconocida parte donde los humanos apreciamos lo bello y lo delicioso. <br /><br />Aunque la visión de Clara, como luego supo que se llamaba acertadamente la muchacha, apenas duró unos segundos antes de desaparecer dando de comer a las gallinas, se incrustó de tal manera en su memoria que jamás desde aquel instante dejó de rememorarlo cada día de su vida ni la olvidó hasta su muerte. <br /><br />Porque además, cuando cerró los ojos para intentar retener aquella divina visión, súbitamente, se le aflojaron las rodillas, el corazón se le disparó y parecía ahogarse por falta de aire a la vez que un vértigo se apoderó de su cabeza, las nauseas lo invadieron y comenzó a desvanecerse pálido y sudoroso sobre su carruaje de modo que, de no ser por la ayuda de unos mozos que lo vieron, hubiera dado con los huesos en el suelo. <br /><br />Cuando ya algo recuperado sudoroso y con la corbata aflojada pudo coger las riendas para ir bajando despacio hacia la ciudad, Don Diego, poco a poco, se fue tranquilizando. <br /><br />No era nada grave y aunque lo había estudiado, jamás había creído que aquella reacción hubiera existido de verdad, pero lo era..., era una reacción epifánica producida por una visión casi aterradora ante la belleza como bien describió Sthendal cuando visitando Florencia, el escritor sintió lo mismo ante la visión de Santa María la Magiore y desde entonces, el controvertido Síndrome de Sthendal o del viajero, entró en los libros casi como una anécdota. <br /><br />Ya mas calmado recordó con deleite la visión de Clara. Aquel rostro delicado pálido y fino como la porcelana, aquellos cabellos sedosos recogidos como las diosas griegas dejando escapar con garbo espontaneo algunas hebras y rizos que brillaban al sol del atardecer, la gracia de la curva dulce y elegante de su largo cuello de gacela adolescente , la mirada recatada y huidiza de sus grandes ojos entornados y la elegancia en cada movimiento que ignorando ser observada parecía dignificar todo cuanto tocaba, le puso a temblar de nuevo mientras las preguntas sin respuesta, acudían en tropel a su mente: <br /><br />¿Puede la belleza surgir de la nada?. <br /><br />¿Puede una delicada rosa blanca crecer sin apenas agua en un árido secarral agrietado donde hasta los espartos están secos? <br /><br />¿Era esa sensación de maravillosa felicidad que sentía ahora los demás llamaban amor? <br /><br />¿ Puede una mirada casual y distraída cambiar para siempre a un hombre sensato? <br /><br />Clara debía andar por los diez y seis, tal vez debía ya debía haberla atendido rutinariamente de algún resfriado cuando apenas nada era una niña que corría tras las cabras. <br /><br />Súbitamente y casi a continuación, su rara felicidad se vio empañada de repente cuando desde su razón, la realidad le hizo consciente de que jamás podría tenerla. <br /><br /> La posibilidad de que aquella adolescente en edad de amar a algún muchacho pudiera llegar amar a un aburrido viejo y raro como él y el escándalo de que la sociedad no le perdonara que pudiera siquiera pensar en amar casi a una niña indigente e iletrada le amargó aquel instante. <br /><br />-!Ay Amor..., aun apenas asomas y con la emoción ya traes el dolor y la amargura contigo ! <br /><br />Si, en los días que siguieron ganó su entrenada razón, aceptó la imposibilidad como se acepta una enfermedad, entendió aquello e intentó sacarla de su cabeza y como fue inútil, decidió que ante la perspectiva de manifestar sus sentimientos, fracasar y hacer un ridículo universal que destrozando su carrera se sumara a su inmenso dolor, prefirió callar y observarla y amarla en secreto para a la vez desearla y añorarla dentro de su corazón. <br /><br />Pero no pudo evitar que el amor atrevido y descarado le llevara casi a diario con cualquier excusa médica a subir hasta aquel perdido caserío donde entraba estirando el cuello como un pavo a ver si la veía. <br /><br />Por fin, nerviosamente consciente de que se estaba poniendo en evidencia, se acordó de tema de Mahoma y la Montaña y decidido, Habló con la abuela de Clara y con la excusa de que Enriqueta su ama de llaves necesitaba ayuda la tomó a su servicio como sirvienta lo que le permitió tenerla en casa siempre cerca mirándola y aspirando su celestial aroma sin levantar sospechas a la vez que hacía por educarla y enseñarle a hablar y a leer. <br /><br />Cinco años, cinco, en los que Don Diego jamás le insinuó sus sentimientos a Clara fue lo que duró aquello. Ante la imposibilidad de un amor pasional Don Diego era feliz teniéndola cerca. <br /><br />Pero todo se acaba, y un sábado en el que Clara había subido a la aldea lo requirieron de allí con urgencia y al llegar alarmado, se encontró a la muchacha. auxiliada por su hermana, postrada pálida y moribunda. <br /><br />Don Diego por primera vez desde niño, no pudo hacer nada mas que llorar con gruesos lagrimones cuando la tomó de aquella manita blanca como un ala de paloma y percibió en sus últimos y débiles latidos la proximidad de la muerte. <br /><br />Fue entonces en su último y dulce suspiro cuando tristemente bella hasta la muerte, Clara le miró directamente a los ojos por primera vez y le dijo en un susurro: <br /><br />Don Diego, no le digo adiós porque allá donde mi alma vaya, lo esperará, lo esperará eternamente. <br /><br />Luego sus ojos se cerraron para siempre. <br /><br />¿Sabe Vd. Don Diego...? dijo su hermana, Clara llevaba mas de un año calladamente enferma, fue feliz a su manera y ella solo lo amó a Vd., lo amó con locura, pero jamás hasta hoy se atrevió a decirle nada. <br /><br />¿Sabéis...? a Don Diego nadie le notó el profundo pozo de tristeza y negrura en el que cayó su alma, y aunque el tiempo mitigó el dolor de su corazón, jamás hasta que murió años después </span></span><span style="font-family: arial;"> volvió a apreciar la belleza ni se p</span><span style="font-family: arial;">erdonó la culpa de haber</span><span style="font-family: arial;"> sido tan cobarde. </span></span><div><span><span style="font-family: arial; font-size: x-large;"><br /> <br /><br />FIN <br /><br /> <br /><br /> <br /></span></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: x-large;"><br /></span></div><span style="font-size: x-large;"><br /></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: x-large;"><br /></span></div><span style="font-size: x-large;"><br /></span><br /> </div>Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-2626311327034935572020-08-16T12:18:00.002+02:002020-08-16T12:31:06.328+02:00CARA BLANCA <div class="separator"><span style="font-family: arial; font-size: x-large;">Sabéis...?, el hombre va cambiando con los años poco a poco con las experiencias, los trabajos, la suerte, la cultura, las parejas, los hijos y la salud y base de golpes de la vida. Y como si fuéramos un objeto de cobre de un artesano, acabamos siendo otra cosa completamente distinta a lo que fuimos, pero nunca y digo nunca, perdemos la conciencia de quienes hemos sido y al mirar atrás vemos como hemos ido cambiado. </span></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkbZS9cQowd3R1r3P91cJJ-brbGo02REgZbzZ5hi7elMYAeZ5C2lVUSggstRmTyezCuKj2Le_DMh74EFV0kg_4nn0-79qpmRJunR14URrG6wS1ZsBVURMsc7yHIhYsyoowVHd2pWAx642v/s485/CARA+BLANCA+PUB.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="485" data-original-width="300" height="758" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkbZS9cQowd3R1r3P91cJJ-brbGo02REgZbzZ5hi7elMYAeZ5C2lVUSggstRmTyezCuKj2Le_DMh74EFV0kg_4nn0-79qpmRJunR14URrG6wS1ZsBVURMsc7yHIhYsyoowVHd2pWAx642v/w469-h758/CARA+BLANCA+PUB.jpg" width="469" /></a></div><span style="font-family: arial; font-size: x-large;"><br /></span><span style="font-family: arial; font-size: x-large;">A mí, no me ha ocurrido eso...yo he vivido tres vidas distintas olvidando en mi conciencia lo que he sido en cada una de ellas y solo ahora, que en el hospital rodeado de tubos, goteros, maquinas y cables, cuando el doctor me ha comunicado que apenas me quedan tres o cuatro días para ponerme a criar malvas, me ha venido mi pasado a despedirse y he entendido lo que supone escribir unas memorias. </span><span style="font-family: arial; font-size: x-large;"><br /><br /><br /><br /><br />Así que antes que la inconsciencia o los sedantes me conviertan en una momia huesuda que apenas alienta , mis memorias, no han tenido más cojones ( con perdón) que ser mas que un par de cuartillas escritas temblorosamente con mis últimas fuerzas. <br /><br />En la primera parte de mi vida hasta mediada la cincuentena y por cierto la mas larga, la verdad es que fui como un niño egoísta y sin madurar. Hijo único de una familia de buena clase media con propiedades, negocios, fincas y capitales, padre murió cuando yo tenía dos años, dejándome además por herencia un cuerpo apuesto con una cara varonil, y el amor de mi madre que era una joya mucho mas valiosa de lo que yo, en mi presunción, valoraba. <br /><br />Fue mi madre quien siempre me malcrió, consintiéndome más de lo que yo me merecía y haciéndome creer que era por lo que yo valía y lo estupendo que era, en vez de hacerme entender que yo era un tipo corriente pero afortunado y darme dos bofetadas cuando mi arrogancia y mi estupidez lo merecía. <br /><br />A todas estas prebendas, yo de mi interior narcisista, añadí unas tremendas e inagotables ganas de vivir y aparte de una carrerilla Mercantil que me ayudó a administrar nuestros bienes me convertí, con el aplauso de mi madre, en un autentico" Dandy"; Los mejores trajes.., coches último modelo... un yate en el amarre del club náutico y todo eso, siempre rodeado de amigachos y mujeres que acudían a mí como las moscas. <br /><br />En fin, que yo me convertí en lo que ahora se llamaría un autentico y redomado playboy de revista femenina al que jamás se le pasó por la cabeza tener novia y menos aún casarse y cuando mis amigos casados veían y admiraban mi libertad con sus ojos golosos y teñidos de envidia me decían: "El buey solo bien se lame...". <br /><br />Fue entonces hacia los cincuenta y tantos siendo y ya un canoso interesante cuando, con la muerte repentina de mi madre, empezó la segunda y la más triste parte de mi vida que me borró de la memoria la primera. <br /><br />! Qué verdad es que solo uno valora el amor por alguien cuando se pierde ! porque yo. jamás pensé que mi alma iba tan encadenada a la de mi madre que cuando salió de su cuerpo, se llevó a la mía y me dejó muerto en vida. <br /><br />Menos ella, yo lo tenía todo igual que una semana antes, pero...no tenía ganas ni fuerza de vivir. ¿Depresión?, ¿Duelo?, yo no sé... y los Psiquiatras que consulté meses y años después supieron lo raro y anormal de mi comportamiento ni encontraron remedio para él. <br /><br />Para mí, que mi madre era como los alambres que sostenían un enorme muñeco de trapo que cuando ella se fue se los llevó con ella y el muñeco se desplomó irreversiblemente en un montón de harapos y girones de tela esparcidos por el suelo. <br /><br />Nada me sacaba de casa durante días y semanas enteras..apenas comía...intenté ir a los lugares que frecuentaba y ni siquiera entraba por que mi indiferencia era tal, que lo consideraba inútil. Perdí amigos y tertulias a base de dejar mi sillón vacío...y mi soledad era tan profunda que ella misma no deseaba ser consolada.. <br /><br />Por fin, cuando pasaron los meses y los años y yo seguía igual, para mitigar mi dolor...caí en la bebida y en las drogas que, por algunas unas horas, si no me aportaban ánimo, por lo menos me embrutecían lo suficiente para engañar un rato a mi dolorosa soledad e incluso me llevaban a ir probando lugares y cosas a ver si por casualidad o por mero azar, algo inesperado lograba levantar mi espíritu. <br /><br />Y así, comenzó la tercera y última parte de mi vida que me hizo olvidar las anteriores cuando ya entrado en la sesentena, achispado y medio drogado, hecho un asco, despeinado y con el traje arrugado, de madrugada ya, me metí arrastrando los pies en el único bar abierto que vi en un callejón oscuro y maloliente. <br /><br /> El ambiente de luz roja y tenue con la música baja para permitir susurros y el olor a sudor y perfume barato me indicó que o ya había caído en el infierno directamente sin morir ni nada o aquello era un Puticlub o un burdel de lo mas cutre de la ciudad.... <br /><br />¿Sexo...? hacía tantos años que no se me pasaba por mi pensamiento que llegué a pensar que eso no existía. Yo que jamás en mi primera vida había necesitado pagar para tener sexo había pasado de una frenética actividad sexual, a sospechar, en mi segunda vida, que mi pene había muerto y necesitaba un sentido responso. <br /><br />Bueno, pero yo había entrado allí a beber la última e indiferente y sentado en un taburete me pedí una copa. Por allí pululaban, incluso sin quitarse el sombrero, un montón de hombres oscuros apoyados en la barra o sentados en los divanes donde rodeados de mujeres jóvenes semidesnudas y pintarrajeadas y vestidas con ligueros, medias negras y sujetadores rojos trataban de engatusarlos para llevárselos a los reservados del fondo previa invitación a una copa para la muchacha. <br /><br />Sería por mi aspecto desaliñado o por mi disfraz de hombre anodino e invisible pero a mí, no se me acercó ni una ( ni ganas...) <br /><br />Sin embargo, cuando mis ojos se acostumbraron ya al rojo y a la semipenumbra, en un lejano rincón observé al fondo del local una mujer desnuda y solitaria descansando acurrucada en el extremo de un diván que fumaba con gesto desganado de espaldas para no ver aquel asqueroso espectáculo. <br /><br />De alguna forma la luz amarillenta de los baños iluminaba una piel cobriza u oriental de aspecto suave y una espesa melena rizada andaluza o africana que aunque no me despertó la libido, si que me hizo ser consciente que llevaba mas de diez años sin que mi piel tocara o abrazara otra piel y casi al instante, desee tocarla. <br /><br />Me levanté del taburete, con paso inseguro me dirigí a ella, y cuál fue mi sorpresa cuando al rozarle el hombro para llamar su atención, volvió la cabeza adoptando un escorzo bellísimo y me mostró una cara como la de una geisha cansada completamente blanca sin otro maquillaje que una boca sensual y unos ojos pintados intensamente morado. <br /><br />-¿ La molesto? le pregunté... <br /><br />Y ella sin cambiar de postura dijo: <br /><br />-No se preocupe caballero y señalando discretamente con la barbilla, no soy tan joven como esas, y a estas horas ya estoy molida...pero si le gusto, vamos al reservado que aun me queda alguna guerra que dar.... <br /><br />- ¿Que es lo que le gusta al caballero?, me preguntó con voz monótona y profesional. en aquel cuartucho al que me llevó. <br /><br />- Puedo hacerle todo lo que desee menos besos en la boca que esos, solo son para los seres queridos... <br /><br />- !No! !No! no se preocupe...Blanca, como a falta de nombre se me ocurrió llamarla, yo solo quiero que nos tumbemos abrazados y tocar y sentir la piel de su cuerpo.. <br /><br />-¿Nada más...? ! Que raritos sois los hombres...! <br /><br />En la cama, yo la abracé con suavidad, entrelazamos nuestras piernas y brazos y nos estrechamos el uno al otro solo lo justo para que nuestras pieles se acariciaran y pudiéramos comunicar nuestras dóciles redondeces, nuestros sudores y nuestros latidos. <br /><br />Blanca, besó suavemente con sus cárdenos labios mi cuello bajo de la oreja y así permanecimos más de una hora sin hablar una sola palabra durante que ella, tras mantenerse pensativa un rato, se durmió como un bebe relajado mientras mi mano sintiendo el placer de su suavidad, se perdía delicadamente por su espalda y por sus nalgas. <br /><br />Os juro que al salir de aquel antro sentí que algo había cambiado en mi, como si aquella piel me hubiera levantado un poco el ánimo. Hacía muchos años que no experimentaba un momento placentero y no me lavé el cuello en una semana por no borrar el morado de sus labios. <br /><br /> !No!, No fue un cambio brusco, !No...!, fue algo gradual... me seguía encontrando mal hasta el viernes en el que me levantaba mejor porque todos los viernes en la madrugada, en vez de emborracharme y drogarme, volvía a aquel antro a sentirla y a darle un merecido descanso a su cuerpo y base del roce semanal, con los meses fuimos haciendo amistad y nos consolábamos mutuamente entre susurros de confesionario... <br /><br />-Mire Vd., me dijo un día Blanca: Lo que mas odio en el mundo es ser puta, pero cuando mi marido murió en la cárcel de tuberculosis y yo me quede sola sin apenas saber leer con dos niños pequeños, limpiar casas no me daba para una buena educación y no me quedó mas remedio que por ellos dedicarme al puterío por las noches. <br /><br />-¿Y su cara blanca? ¿ Es porque excita a los hombres?. <br /><br />- No..., yo soy una buena mujer que incluso cuando me toca fingir aquí placer con algún cliente exigente, estoy en realidad pensando en el traje de comunión de mi hija, el chándal remendado o las botas rotas de mi pequeño, lo que les haré de comer mañana o si van bien con las notas. Todo esto es para ellos, nada es para mí que no me doy ni un lujo y cuando me ducho al acabar y me quito el blanco de la cara, siento que vuelvo a ser una buena madre y una mujer limpia y normal y no me acuerdo de este tormento hasta que al día siguiente cuando me la vuelvo a pintar. <br /><br />No tardé mucho en entender que la fuerza y la felicidad solo se obtiene dando y entregándose como hacía Blanca y había hecho mi madre y no se consigue recibiendo y acumulando sin agradecimiento como siempre había hecho yo. <br /><br />Un día blanca al acabar me dio un beso profundo en la boca <br /><br />-¿ Y eso no está prohibido? le pregunté... <br /><br />!No!, eso es solo para los seres queridos... <br /><br />La saque de allí y Blanca jamás que volver a aquél lugar inmundo, me los llevé a los tres a mi casa, eran lo único que me importaba en el mundo y la opinión de los demás y ni siquiera la mía no me interesaba.. solo la de ellos con los que compartí todo lo que yo tenía. <br /><br /> Que ternura me producía lo humilde y conformada que era Blanca que cuando yo le ofrecía todo, rechazaba los lujos y disfrutaba mas ayudando a los que algo necesitaban. <br /><br />Pero a veces... y solo para nosotros..., cuando me veía algo taciturno, me la encontraba sentada sobre la cama fumando de espaldas con la cara pintada de blanco con una picara expresión en sus morados labios para que lujuriosamente, gozáramos juntos del placer de las mil piruetas que a pesar de haberlas hecho ella mil veces, jamás las había disfrutado por falta de amor. <br /><br />Mi felicidad verdadera han sido nuestros veinte años juntos y solo cuando hace poco, la muerte se la iba llevando...mi cuerpo y todo mi ser la quiso perseguir al cielo. <br /><br /> Supongo que allí no me será difícil encontrar algún ángel con la cara blanca y los labios morados. <br /><br />Fin</span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></div>Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-50943496949271716522020-08-15T12:24:00.000+02:002020-08-15T12:24:36.379+02:00FRAGANCIAS ESPECTRALES<span style="font-family: arial; font-size: x-large;">Como una nota de Mozart, Marcelo era una persona normal que no se salía ni un solo tono de la melodía suave y armónica de la vida de clase media en que dios o la naturaleza lo puso. <br /><br />Lo conocí en una terraza de un bar en la que al atardecer éramos los únicos clientes. Estábamos en dos mesas vecinas y a mi iniciativa, pegué la hebra con él por puro aburrimiento pidiéndole fuego para mi cigarro de tabaco negro. </span><div><span style="font-family: arial; font-size: x-large;"><br /><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguSNaN73tadNVJMBBcq6NnQ4jzRoVG4TkVqt9_bRQ5t8ARi-gqtVsLXaeM9NudZr7mRxT-GsBcQI8P3fi3YvhSMwzEoLiHRWaYnEb2rl7yzxNIvQAvS7hS_uNWNG-lQDcbqEOAD7M8TmlF/s510/FRAGANCIAS+ESPECTRALES+PUB.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="638" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguSNaN73tadNVJMBBcq6NnQ4jzRoVG4TkVqt9_bRQ5t8ARi-gqtVsLXaeM9NudZr7mRxT-GsBcQI8P3fi3YvhSMwzEoLiHRWaYnEb2rl7yzxNIvQAvS7hS_uNWNG-lQDcbqEOAD7M8TmlF/w451-h638/FRAGANCIAS+ESPECTRALES+PUB.jpg" width="451" /></a><div style="text-align: left;">Él vestía un traje gris, una camisa blanca y una corbata azul marino y en su cuarentena, su pelo ya con algunas canas enmarcaba una calva incipiente y su rostro era de los que uno olvida rápidamente, no tenía ningún detalle que recordar salvo unos ojos bastante apagados y algo somnolientos. </div></div><div style="text-align: right;"><br /></div>Su conversación sin embargo, a pesar de la pobreza de su expresividad, era agradable cuando lograbas concentrarte en ella, hacerle las preguntas oportunas y no dejar que su monótona voz te arrastrara al sueño. <br /><br />Siempre, hasta los hechos que luego os referiré, aquel hombre anodino había sido feliz, con la felicidad blanda floja e inconsciente del que nunca se había encontrado con problemas que le desbordaran ni le sacaran de su zona de confort. <br /><br /> Su aburrida biografía incluía un noviazgo juvenil con Patricia, unos estudios de una carrera media, un servicio militar lejos de casa con las inevitables cartas de añoranza a novia y familia, una boda al uso, un trabajo monótono pero adecuadamente pagado y un piso comprado a plazos en la zona pequeñoburguesa de la ciudad. <br /><br />Lo único en lo que Marcelo era discordante, y esto tiene su importancia en esta historia, es que en su interior había algo que hacía de él un verso suelto que su disimulada introversión ocultaba y en lo que nadie, ni patricia siquiera, podía reparar y es que él era profundamente descreído, congénitamente ateo y de un enorme escepticismo hacia la buena voluntad del hombre, lo que conseguía hacer que nunca se entusiasmara realmente por nada ni se creyera nada que no pudiera tocar ni comprobar. <br /><br />Pero un día llegaron los hechos anunciados... Sí, todos sabemos que nada se valora tanto como cuando se pierde pero jamás se imaginó Marcelo que algo le afectara tanto para dejarlo medio muerto. <br /><br />El caso es que cuando se decidieron a buscar familia, los hijos no venían y tras un tratamiento de infertilidad, Patricia murió una noche en silencio desangrada por dentro cuando le estalló un embarazo ectópico y Marcelo al despertar se la encontró a su lado pálida y helada. <br /><br />El pobre hombre estuvo a punto de perder la razón y yo creo, que un poco si lo hizo porque se sentía completamente culpable, aunque objetivamente él solo debiera atribuirse la mitad de la culpa si es que tenía alguna aparte de la mala suerte que a todos nos acecha en algún momento de nuestra vida. <br /><br />Sin embargo a Marcelo en su vida exterior, nadie le notó un comportamiento que fuera ajeno a la normalidad que el drama requería y tras un periodo de duelo, estimado como normal, en el que manifestó su abatimiento y tristeza mas callado y silencioso aun a los ojos de todos, reinició sus rutinas y su trabajo normal y llevó dignamente su soledad. <br /><br />!Teatro...!, !Lo tuyo es puro teatrooo...! como canta el dramático bolero. Marcelo dedicó la poca energía que le quedó en mantener ese teatro porque la verdad es que la muerte de Patricia lo había hundido sin posibilidad de que un duelo reparara nada y ni siquiera pudo consolarse en la fe y los designios y los reglones torcidos en un Dios en el que no creía. <br /><br />Pero por dentro, seguía medio muerto. Patricia no solo se había llevado para siempre con ella la mitad de su alma al mas allá, sino que con esa mitad que se había llevado la capacidad de recuperarse, de que algo le hiciera feliz, de que algo le hiciera sentir vivo o sintiera el mínimo deseo por alguna cosa, aunque un poco, le consolaba al pobre hombre pensar que aquello había sido lo justo y que Patricia se había llevado esa mitad de su alma para que él también pagara su parte de culpa. <br /><br />Un día pasados algunos años, un viernes concretamente, cuando Marcelo como todos los viernes al anochecer tras emborracharse discretamente en casa para poder afrontarlo le llevó a Patricia sus rosas blancas al cementerio y se arrodilló frente a la lapida fingiendo rezar por seguir un comportamiento normal, oyó un canto lejano apagado y apenas audible que parecía venir del oscuro y tupido bosque que lindaba con el cementerio que llamó su atención y a pesar de su apatía habitual, produjo en él una extraña e inevitable atracción. <br /><br />En un impulso y sin siquiera pensarlo, saltó la valla trasera del camposanto y arañándose entre los matojos, espinos y arbustos del sotobosque siguió aquel canto que no era de este mundo y parecía hacerse mas intenso y multiplicarse en varias voces según aumentaba su proximidad. <br /><br />Por fin al cabo de algún tiempo y maravillado por aquellas extravagantes armonías, llegó a un claro del bosque donde el canto parecía provenir directamente del cielo negro de la noche sin luna. <br /><br />Marcelo miraba interrogante hacia arriba cuando de soslayo comenzó a ver una luz que frente a él emergía entre los tenebrosos arboles y se dirigía directamente a su persona y pese a lo que siempre había opinado, se horrorizó creyendo que era un horrible espectro de mujer con sayón blanco desgarrado y cabeza de melenas negras sucias y lacias de mujer torturada con las cuencas de los ojos vacías y sanguinolentas que venía a llevarse lo que quedaba de su alma.. <br /><br />Pero...! No !. Cuando aquel espectro brillante se acercó, Marcelo vio en su rostro angelical la sonrisa de la bondad y reconoció en su atuendo la figura de Flora, una figura extravagante y maravillosamente dulce que reparte flores en el cuadro de la Primavera y que junto al nacimiento de Venus, era tan impropia de aquel Cuatroccento en el que Sandro Botticelli la pintó en una rara laguna entre sus pinturas religiosas que a Marcelo le tranquilizó pensar que aquel espectro de bondad no era maligno sino al contrario y estuvo seguro de que a aquel pintor renacentista también se le había aparecido y tal vez a cientos de personas a través de los siglos que en su ignorancia la confundieron con la virgen María. <br /><br />Mientras el espectro de flora se acercaba, le fue envolviendo una fragancia extraña y floral, que invadiendo sus entrañas le llenó su mente e incluso la llegó a sentir en cada uno de sus propios huesos. Aquel aroma inverosímil e imposible que tampoco era de este mundo, parecía una mezcla de todas las flores de su vestido y las que esparcía desde su seno, pero si se pensaba en alguna flor en concreto, fueran rosas, claveles, camelias, o jazmines, por un instante su esencia aumentaba hasta dominar y destacar sobre el resto. <br /><br />El espectro de flora fue lenta y suavemente acercándose hasta él que, paralizado, no pudo evitar que le atravesara mientras aquel intenso aroma y su propio cuerpo iluminado desde dentro por su luz espectral le hizo sentir el placer más intenso e infinito que jamás había conocido hasta llegar a un espasmo que le hizo derrumbarse sobre la yerba mientras sentía que el espectro lo abandonaba por la espalda a la vez que él perdía el conocimiento. <br /><br />Lo despertó el toque del Ángelus desde la campana del pueblo, estaba molido por el duro suelo, sudoroso por el calor del sol del mediodía y con una resaca de tomo y lomo y aunque lo recordaba todo, no pudo mas que pensar que solo se había tratado de un sueño alucinatorio provocado por la borrachera de Absenta de la que juró no emborracharse otra vez y por consiguiente, trató de olvidar aquel episodio lo antes posible cosa que consiguió siguiendo sus ordenadas y tan normales rutinas . <br /><br />No, aquello sin él saberlo, no había acabado... <br /><br />Meses después pasando por la puerta del palacio donde ahora de ubicaba la oficina de correos, le dejó helado volver a sentir aquel extraño aroma floral del sueño y siguiendo su rastro inevitablemente como un perro sabueso entró en el edificio, subió al primer piso, recorrió la fila del centenar administrativas que se afanaban clasificando las cartas y que lo miraban pensando que aquel hombre que hacía movimientos olfativos no era mas que un pirado. <br /><br />Por fin, al final de la fila y en una pequeña mesa en un rincón y de espaldas , cuando el aroma se hizo mas intenso vio una mujer con una graciosa melena. Al llamar su atención, ella volvió el rostro. Marcelo solo se fijó en unos ojos negros muy brillantes y una sonrisa celestial a la vez que desaparecía aquella fragancia. <br /><br />- Hola, soy Silvia... <br /><br />Amor a primera vista...!No!. Una flecha de Cupido...!No!. Pero Marcelo sorprendido de sí mismo y tartamudeando la invitó a cenar sin motivo alguno y ella aceptó sin rechistar. <br /><br />¿Que como era...? Marcelo no lo sabía... si era alta o baja, gorda o flaca, o si tenía una pierna de madera. <br /><br />Obsesionado con aquellas ojos y aquella sonrisa que era lo único que veía y le atraía como un imán, Marcelo no se fijó en nada mas... <br /><br />Ni siquiera cuando se casó con ella, ni cuando un embarazo hinchó su vientre Marcelo supo como era realmente Silvia cuando cerraba los ojos y dejaba de ver su mirada y su sonrisa. <br /><br />Por fin, Silvia parió una niña preciosa y llorona y cuando Marcelo se inclinó para sacarla de la cuna casi se desmaya al percibir con mas intensidad que nunca aquella fragancia floral. <br /><br />Cuando se dirigió con la niña en brazos hacia Silvia, el aroma desapareció, pero al mirarla la vio entera por primera vez y una corriente de amor verdadero nació de su corazón hacia aquella bella mujer.... <br /><br />!Si!, con aquella niña y a través de aquella fragancia floral, Patricia le había devuelto la mitad de su alma para que pudiera ser de nuevo feliz... <br /><br />Cuando Marcelo acabó la historia era ya la media noche, yo ya tenía materia para escribir y un poco cansado, me levanté para despedirme... <br /><br />Ya me iba cuando de repente me volví y le pregunté: <br /><br />- ¿ Marcelo, lo sucedido no le ha devuelto la fe en Dios ? <br /><br />- !No señor...!, de ateo sigo igual, pero lo jodido del tema !! Es que ahora creo en los espectros... !! <br /><br />FIN <br /><br /> <br /><br /> <br /><br /> <br /><br /> <br /><br /> <br /><br /> <br /><br /> <br /><br /> <br /><br /> <br /><br /><br /></span></div>Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-45453290479366298772020-08-09T12:53:00.001+02:002020-08-09T12:57:09.743+02:00LA OBSESIÓN DEL DR. LOTHAR<div><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGqnSF_jzk2EMpj1IzpjyGSET7SNDtC14qYEYak_VQj1XL8lNdgsWS28Drl2Od0-j99ghsRlkitJwyq5gagQvSEX52IVoVgKKfProFVmzZTwqf5MOT6ZpocC8xGr2KeYt4SuAkPg-TTem4/s2048/IMG_20200711_164728.jpg" imageanchor="1" style="display: block; padding: 1em 0px;"><img border="0" data-original-height="1402" data-original-width="2048" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGqnSF_jzk2EMpj1IzpjyGSET7SNDtC14qYEYak_VQj1XL8lNdgsWS28Drl2Od0-j99ghsRlkitJwyq5gagQvSEX52IVoVgKKfProFVmzZTwqf5MOT6ZpocC8xGr2KeYt4SuAkPg-TTem4/s640/IMG_20200711_164728.jpg" width="640" /></a></div></div><span style="font-family: arial; font-size: x-large;"><div><span style="font-family: arial; font-size: x-large;"><br /></span></div>Lothar no se sobresaltó cuando el teléfono lo despertó a las 3 de la madrugada del sábado, estaba acostumbrado, atenderlo era su deber. <br /><br /> Esta semana estaba de guardia en el pequeño hospital de la región del que además por su mayor experiencia era director. Annike , su esposa, se limitó a darle un suave codazo, se arrebujó y se dio la vuelta para continuar durmiendo. <br /><br />El Dr Lothar se repartía los turnos de las urgencias con sus colegas de otras pequeñas localidades próximas. Era lo que tenía ser el único medico de Waldkirchen, una pequeña y montañosa población bávara lejos ya de Munich y cerca ya de la frontera con Checoslovaquia. <br /><br />La intempestiva llamada era de una mujer con la voz angustiada. <br /><br />- ¿Si....?, soy el Dr. Lothar, ¿Qué ocurre....? <br /><br /> - Dr., Lothar, no le he molestado jamás y hoy lo he dudado mucho en hacerlo, pero no se qué hacer, estoy desesperada y ahora le necesito... <br /><br />En pocos segundos Lothar le puso cara a aquella voz anónima . <br /><br />-¿Erika....?, ¿Eres Erika la comadrona del hospital...?, ¿ hay problemas con algún parto...? <br /><br />- No Dr. Lothar, no se trata de un parto, no estoy de guardia en el hospital, le llamo de mi casa, pero necesito ayuda con urgencia. Es por Frida, mi hija, tengo un problema grave con ella. ¿Quiere Vd. mi dirección?. <br /><br />- No, no hace falta, el pueblo es pequeño y se dónde vives. <br /><br />La historia del Dr. Lothar era curiosa. Estudió en la República Democrática de Alemania (RDA) donde había nacido y como un resto del pasado hitleriano del norte de Alemania, era un hombre guapo, rubio, de una extremada pureza aria que conservaba en su sangre todo lo bueno del carácter germánico. <br /><br />Como médico del ejercito socialista, Lothar recibió una completa y practica educación en medicina y cirugía y afiliado al régimen comunista había llegado al grado de comandante médico, pero un desgraciado suceso cambió por completo al Dr. Lothar cuando a su pesar, no pudo salvar a su hermana menor, que era su ojito derecho, cuando aquella muchacha adolescente, rebelde y llena de ansias de libertad, se quedó enganchada en las alambradas cuando trataba de escapar saltando el muro que la separaba de la Alemania Libre y los guardias de la torre de vigilancia siguiendo la orden 101 (disparar a matar), la abatieron como un cazador a una gacela dejándola como un colador con siete disparos y agonizante y sangrando la llevaron su hospital cuando ya no había nada que hacer... <br /><br />Si, al Dr. Lothar se le cayó la venda de los ojos y en su interior mudó toda su adhesión por un odio visceral a aquel régimen tiránico y a aquella nación de tramoya de la que en cuanto el muro cayó y Alemania se reunificó, salió jurando con el corazón lleno de rencor nunca mas volver. <br /><br />Sin embargo, a pesar de su alta preparación, los emigrantes de Alemania oriental aun eran vistos con recelo y solo podían acceder cargos oficiales el aquellos lugares lejanos donde nadie en la Alemania occidental quería ser destinado. <br /><br />-Tranquila Erika, en unos minutos estoy ahí... <br /><br />A pesar de que el trayecto apenas era de unos minutos, mientras Lothar conducía apresurado entre la niebla por las calles desiertas de aquel pintoresco pueblo alemán, un montón de ideas, todas ellas alarmantes, se amontonaban en su cabeza. ¿Porqué Erika me llama precisamente a mi...?, ¿ Sabía que acudiría tratándose de Frida..?, ¿ Sospecharía Erika algo de mi obsesión por Frida...? <br /><br /> Erika, era la mejor amiga de Annika, en aquel grupo de montañismo donde Lothar hizo sus amistades hace años cuando fue destinado a aquel pueblecito perdido. En aquel mismo grupo montañero Lothar conoció el amor de su vida , Annika era una preciosa abogada morena de aspecto frágil y latino, hija de la mejor y más adinerada familia del lugar con la que Lothar se casó y siempre hasta ahora y a pesar de que no pudieron tener hijos, lo habían asumido y eran completamente felices juntos. <br /><br /> Lothar también recordó un vergonzoso episodio de aquellos tiempos: El grupo había organizado una fiesta en la que todos se pasaron bebiendo. Annika su novia por entonces, se retiró antes de acabar y él, que no estaba acostumbrado a beber, cogió la única y más completa borrachera de su vida hasta no tenerse casi en pie y Erika lo tuvo que llevar casi a arrastras entre vómitos y caídas a su casa y acostarlo. <br /><br />Al día siguiente de aquella borrachera Lothar se levantó avergonzado con una resaca terrible y casi sin recuerdos de lo que había pasado pero tan completamente abochornado de su comportamiento y mal ejemplo como médico que después de agradecerle a Erika su ayuda la noche anterior, jamás volvió a beber. <br /><br />Al cabo de algún tiempo Erika desapareció de sus vidas y se fue a Dresde a estudiar su carrera , su amistad con Annika se diluyó con el tiempo y solo volvió a Waldkirchen acompañada de su hija Frida ocho años después para ocupar una plaza de Matrona que había quedado libre. <br /><br /> Lothar aun avergonzado, no hizo por reanudar su amistad y se limitó a mantener las distancias profesionales con ella como si aquel vergonzoso episodio jamás hubiera existido. <br /><br />Cuando Lothar llegó a casa Erika, lo hizo nervioso, con las piernas temblando, pálido y con una ansiedad que le sorprendía a él mismo, porque había un secreto que Lothar ocultaba: <br /><br />Cuando Erika le llevó a su hija Frida para la revisión pediátrica de los nueve años, Lothar se quedó prendado de aquella niña rubia de ojos azules que se parecía como dos gotas de agua a su hermana muerta. Desde su corazón notó sorprendido una misteriosa corriente de atracción hacia ella e incluso tuvo que contenerse para no abrazar aquel cuerpecito infantil cuando se desnudó para explorarla. <br /><br />A partir de ahí, Lothar sin poder evitarlo , comenzó a comportarse extrañamente, necesitaba ver a aquella niña..., la espiaba cuando jugaba en el bosque..., cuando se bañaba en el rio con sus amigas... y cuando acompañaba a su madre a comprar, pero... cuando una noche se sorprendió a si mismo emboscado en los arbustos espiando su ventana iluminada deseando ver aquel cuerpecito, se alarmó tanto de que en su interior hubiera nacido un pederasta que consultó en secreto a un psiquiatra de Munich para que le aclarara su atracción por la niña y su anómalo comportamiento. <br /><br />-Mire Lothar, le dijo el psiquiatra, yo no creo que sea pederastia porque su atracción no parece de índole sexual ni tiene fantasías eróticas con la niña, pero no puedo negarle que su caso es raro y deberemos estar atentos a que no sea una pederastia inicial, de momento, intente Vd. controlarse para que sus actos no destruyan su reputación y veremos su evolución en algún tiempo. <br /><br />Lothar le hizo caso a su colega y durante años dejó de espiar a Frida, pero esto no solucionó el problema, Frida estaba dentro de él, era una adicción, pensaba en ella constantemente y solo su férrea voluntad le privaba de acecharla. <br /><br />Cuando llegó a la casa de Erika, ella lo estaba esperando en la puerta. <br /><br />-Erika, que pasa con Frida tu hija... <br /><br />- Pase Dr. Lohtar, y mire por favor.... Erika le condujo hasta la puerta del dormitorio de su hija y le hizo mirar por el ojo de la cerradura. <br /><br />A pesar de que la imagen solo duró unos segundos a Lothar a se le disparó el angustiosamente el corazón y se le hizo un nudo en la garganta al ver que Frida, su secreta, culpable y patológica obsesión, estaba acostada en un ovillo de sábanas arrugadas y húmedas por las lagrimas, abatida y acurrucada sobre sí misma, con la imagen de abandono y la quietud del que cae desfallecido por el agotamiento de sufrir y llorar y piensa que la muerte es la única escapatoria a su tormento. <br /><br />Cuando Lothar se levanto sudoroso y pálido como la cera Erika le dijo llorando : <br /><br />- Lleva ahí encerrada tres días..., llegó en silencio, se encerró en su cuarto sin mas explicaciones y no ha hecho mas que llorar sin descanso noche y día. No me responde, no ha comido en todo ese tiempo y yo no tengo fuerzas para abrir la puerta. Hasta ayer pensé que se trataba de un desengaño amoroso quinceañero, pero ahora tengo miedo. <br /><br />Temo que pueda hacer una tontería, su cuarto da al baño pequeño donde en el botiquín hay tijeras y frascos de somníferos y desde he sido consciente de ello, la ansiedad no me deja ni respirar... <br /><br />Lothar intuyó lo que había pasado, él mismo había tratado de salvar hacía tres días a un muchacho adolescente víctima de un accidente de motocicleta que ingresó en el hospital ya cadáver con el cráneo destrozado...No era difícil deducir que aquel chico era el novio de Frida... <br /><br />-! Hay que sacarla de ahí y llevarla al hospital para sedarla y rehidratarla ! !Ves llamando a la ambulancia Erika !¿ Tienes herramientas en el sótano? <br /><br />- !Si!, mientras llamo puede bajar y coger lo que necesite . <br /><br />Cuando Lothar subía con una palanca de pata de cabra en la mano para descerrajar la puerta le dijo a Erika murmurando: <br /><br />-Lo que no me explico es por qué me has llamado precisamente a mi...esto es cosa de la policía o los bomberos... <br /><br />Erika miró al suelo y con los ojos llenos de lagrimas le dijo tuteandolo ya: <br /><br />-Lothar, no es culpa tuya, es solo culpa mía y por eso nunca te dije nada, pero desde que sé que un cáncer de ovario sin solución alguna me tiene comida por dentro, sabía que este momento tenía que llegar... <br /><br />- ! No te entiendo Erika ! <br /><br />-Aquel vergonzoso día de la fiesta, yo también andaba bebida, estaba enamorada de ti y quería vengarme de Annika que se me había adelantado y aunque tú estabas tan borracho que no lo recuerdas, aquella noche en el bosque te tiré al suelo y te hice el amor antes de llevarte a casa... <br /><br />- ¿Y...? dijo Lothar sorprendido.... <br /><br />- ¡Pues que Frida es hija tuya y cuando yo muera tendrás que hacerte cargo de ella ...! <br /><br />Cuando la ambulancia llegó a por Frida, les sorprendió encontrar al Dr. Lothar medio extenuado, ausente y desparramado en un sillón intentando digerir la mezcla de preocupación por lo que se le había venido encima y el alivio de saber que su única pederastia era la atracción animal y genética de un padre por su hija . <br /><br />Dos meses después, un enorme ramo de rosas blancas tapaba las lágrimas de emoción de Annika que vestida de luto y arrodillada frente a la tumba de Erika, le agradecía que aunque tarde, le hubiera dado lo que mas anhelaba en el mundo...una hija preciosa y un nieto que venía ya en camino.... <br /><br />FIN <br /></span><br />
Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-88216770581404131132020-07-26T13:33:00.000+02:002020-08-15T12:25:34.414+02:00EL PERRO DEL FOTOGRAFO<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Desde la ventana de la escuela, en aquella fría mañana, la imagen difusa de de Don Marcelo cargado con su maleta , sus extraños bártulos de fotografía y su perrillo, parecía la un extraño monstruo envuelto en la niebla viniendo hacia el pueblo por el camino del apeadero del tren como si al parar, la negra locomotora lo hubiera parido en uno de sus ruidosos bufidos . </span><div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span><div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOKSGj7tstFC2jgww14eO3vdyYdZsyzNE42TwfXPgFmaZGYNOnUNM7GyeJIigWJmeZJ99hY4p02W236q7FjSvidOSp2C2B9ZRm3VXhY4UAH5eyT57fTtjvxzm8ttUVa1dDlReX4G2gXeZw/s1600/EL+PERRO+DEL+FOTOGRAFO+PUB.jpg" style="clear: left; float: left; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-large; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOKSGj7tstFC2jgww14eO3vdyYdZsyzNE42TwfXPgFmaZGYNOnUNM7GyeJIigWJmeZJ99hY4p02W236q7FjSvidOSp2C2B9ZRm3VXhY4UAH5eyT57fTtjvxzm8ttUVa1dDlReX4G2gXeZw/s640/EL+PERRO+DEL+FOTOGRAFO+PUB.jpg" width="480" /></a><div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Ahora en mi madurez, cuando recuerdo aquella imagen misteriosa y aterradora que llevo clavada en mi cabeza como si fuera ayer, recuerdo también que no me pude imaginar en ese momento lo decisiva que iba a ser en mi vida. <br /><br />Cuando la cercanía disipó la niebla, la visión de aquel hombre vestido de tweed con su barba blanca, su sombrero, sus anteojos redondos y dorados con los cristales empañados, luchando porque su carga rebelde no se le desmoronase sobre el perrillo que lo miraba asustado, disipó mi fantasía infantil, pero lejos de sentirme decepcionado, una enorme curiosidad se apoderó de mí. <br /> <br /> Si, luego supe que Don Marcelo, un famoso fotógrafo de la capital, venía a la casa junto al río y frente a la fonda a establecerse en las montañas para que el aire puro sanara sus pulmones enfermos.<br /> <br /> También supe, en los pueblos se sabe todo en seguida, que Don Marcelo era considerado un verdadero artista que había retratado hasta la familia real y que de haber sido extranjero, sus obras colgarían de los mejores museos de París, Londres o Nueva-York.<br /> <br /> Cuando Don Marcelo habló con el de dueño la fonda donde acudía a comer para buscar un muchacho del pueblo que lo pudiera ayudar en su estudio, hiciera los mandaos y lo guiara transportando sus enseres por los bosques y los montes para buscar paisajes, yo, el hijo del maestro, era el candidato que más previsiblemente acabara ayudando a Don Marcelo ese verano en mis vacaciones.<br /> <br /> Yo era un muchacho solitario..., solitario y sin amigos . Mi padre me había cultivado lo suficiente para ser un estirado intelectual entre los paletos hijos del pueblo pero no lo suficiente para dejar de ser un paleto entre los primos de mi familia de la capital.<br /> <br /> Para estar siempre disponible para él y a modo de compensación, él me fue enseñando de fotografía, de arte, de técnicas de revelado, de enfoques, de lentes y cámaras y también de apreciar la luz, las sombras y la belleza de los colores que según él aunque no pudieran apreciarse en las fotos en blanco y negro, tenían su importancia.<br /> <br /> Cuando acabó el verano, ya me había decidido por la fotografía como profesión. Aquel hombre me trataba como un discípulo y cuando tras las agotadoras jornadas por el campo fotografiando a diestro y siniestro le revelaba los negativos en el cuarto oscuro yo me sentía como un aprendiz de Miguel Ángel en un taller de Florencia.<br /> <br /> A veces me Don Marcelo me permitía tomar alguna instantánea y mis fotos guiadas y orientadas por su genio resultaron tan buenas que cuando las vio mi padre, no se opuso a que a modo de aprendiz siguiera un año con Don Marcelo para más adelante estudiar bellas artes y así dotar de "lustre" a mis conocimientos prácticos.<br /> <br /> Un año no...,! tres años estuve con él ! absorbiendo como una esponja seca todas las enseñanzas que aquel Genio que, sintiendo su final en las fiebres y la tos que por la noche lo atormentaban, no se guardaba nada para sí.<br /> <br /> No negaré por respeto a él, que a sus espaldas y por la noche yo leía en mi casa todo tipo de libros de fotografía moderna, sobre todo los que trataban de avances en fotografía en color y cámaras fotográficas alemanas que estaban haciendo furor en los países más avanzados y de los que él anclado en sus éxitos tenía una opinión negativa.<br /> <br /> De aquellos dos seres decisivos para mí que salieron de la niebla ahora me toca hablar de la otra parte importante...!" Placa"! !Si!, su joven perrita manchada de blanco y negro de apenas un palmo de alzada, orejas de punta, hocico puntiagudo y unos ojos tan ojos tan brillantes y saltones que apenas necesitaba mover la cola para hacerse entender.<br /> <br /> A mí no me gustan los perros y verdad es que cuando los conocí a ambos apenas reparé en ella a pesar de que no se separaba de Don Marcelo ni para ir al excusado. Creo que debí pensar que el perrillo formaba parte del cuerpo del fotógrafo como una mano o un pie y le presté tan poca atención que a pesar de venir siempre con nosotros a fotografiar tardé varias semanas en darme cuenta de que era hembra y que se llamaba "Placa" en honor a las placas fotográficas.<br /> <br /> "Placa" me pagaba con la misma indiferencia que yo le mostraba a pesar de que era yo el que le daba de comer y la sacaba a mear cada tarde. Jamás mostró alegría o agradecimiento por mi presencia y solo gruñía y enseñaba los dientes cuando me acercaba demasiado a Don Marcelo como si quisiera hacerme entender que era de su propiedad.<br /> <br /> Mis días de aprendiz terminaron de golpe una tarde de viernes, cuando regresé de la ciudad y me encontré con que Don Marcelo que había salido sin mí, había muerto ahogado en el lavadero al que debía haber caído cuando andando hacia atrás para buscar un enfoque, debió perder el pie y caer golpeándose la cabeza contra una losa de lavar quedando inconsciente en el canal jabonoso.<br /> <br /> Nunca he dicho nada, pero la sospecha de que la falta de aire en sus pulmones le llevara a abandonar voluntariamente este mundo entró en mi cabeza cuando ordenando y recogiendo sus cosas días después, entre sus últimas fotografías encontré una carta manuscrita en la que a falta de familia me dejaba todos sus bienes es decir sus trastos fotográficos, su estudio en la cuidad y una saneada cuenta corriente , con la única condición de que cuidara como una hija a "Placa" hasta su muerte.<br /> <br /> Así lo hice y así lo debió sentir aquel animal porque nada mas enterrar el cuerpo de don Marcelo se pegó a mí como una lapa haciendo mi vida mas difícil.<br /> <br /> Cómo a Don Marcelo le llevaba la correspondencia, escribí a sus clientes y compromisos comunicándoles la mala noticia y presentándome como su ayudante así como ofreciéndome para continuar sus servicios desde mi estudio de la ciudad si lo estimaban conveniente y acompañé la carta de mis últimos trabajos que eran verdaderamente buenos.<br /> <br /> Ninguno de los remitentes rechazó la propuesta y yo comencé con muy buen pie trabajando con las enseñanzas recibidas e incluso ofreciendo los servicios de foto en color que fueron muy bien recibidos.<br /> <br /> Durante tres años más, fui verdaderamente feliz, mis fotos eran geniales y me llenaban de orgullo, ganaba dinero, los clientes del estudio estaban satisfechos e incluso me recomendaban a otros haciéndome así poco a poco cierto nombre entre la profesión.<br /> <br /> El único problema que se me presentaba era andar con "Placa" pegada al culo a todos los sitios aunque ella había cogido la costumbre de precederme para esperarme antes de continuar mi camino o entrar a la sala de retratos y mirar fijamente a los retratados.<br /> <br /> Por fin un día no pude mas, la metí en un saco y la tiré al río mientras me justificaba ante la memoria de Don Marcelo diciendo que había sido verdad porque hasta su muerte la había tratado como una hija y aunque aquel animal me resultaba molesto, siempre la traté bien y jamás le levanté la voz.<br /> <br /> No os lo creeréis, pero desde aciago día, mi vida se fue hundiendo poco a poco, mi inspiración de repente se vació como el agua de un inodoro y mis fotografías, a pesar de mi depurada técnica, se hicieron planas, repetitivas y vulgares hasta el punto de que me las iban rechazado una y otra vez y así fui perdiendo la clientela como la arena en un cesto a pesar de que, sin efecto positivo alguno, consulté a todas las brujas, adivinas y curanderos de la ciudad para que limpiaran mi espíritu que creía tomado por un ser maligno enviado por Don Marcelo en venganza de haber roto mi compromiso.<br /> <br /> Por fin, completamente arruinado volví a mi pueblo apaleado y con el rabo entre piernas y cuando me vi así, se me cayó la venda de los ojos...! !Que ciego debía haber estado en mi orgullo que no me había percibido...! !Era "Placa"! !No era yo! " Era "Placa" la que, como si fuera Don Marcelo, me guiaba a hacer las mejores y más geniales fotos, era Placa la que se paraba en el lugar justo donde el paisaje y la luz eran más bellos, frente al anciano más interesante...al niño pobre más dramático...o la joven de sonrisa más tierna y yo, no tenía mas que llegar al lugar y disparar la cámara, era "Placa" también cuando en el estudio, solo se quedaba quieta cuando yo tenía la mejor toma de un retrato. En resumen... Era "Placa" la que a la vez que yo aprendía la técnica aprendió prodigiosamente de Don Marcelo a captar la belleza y el sentimiento y señalarla con su hociquito o meneando la cola<br /> <br /> ¿ Lo sabía Don Marcelo... ?, ¿ Me la dejó por eso...?<br /> <br /> Ahora me da igual...he aprendido a ser humilde, la fotografía es un arte y yo nunca fui un artista, y no..., no vivo atormentado, ahora soy yo el maestro de la escuela y sinceramente, soy feliz recordando aquellos tiempos de gloria que sin Don Marcelo y "Placa" jamás hubiera podido conocer.<br /> <br /> Fin <br /> <br /> <br /><br /><br /><br /></span></div>
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Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-23133800024210484002020-05-07T19:41:00.000+02:002020-05-07T19:41:10.359+02:00LA MIRAD HELADA V2020<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Las viejas decían que se trataba de una diabólica y etérea forma del "Ángel caído de la Envidia" que, como si quisiera anular las gracias que Dios a veces nos envía, castigaba devastadoramente a aquellos a los que la fortuna y la felicidad sonreía notoriamente haciéndoselo pagar con tan terribles amarguras que, de haberlo sabido de antemano, les hubiera hecho renunciar a su buena fortuna. </span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Es curioso lo rara que es la sabiduría popular que tiene la gente como multitud para intuir las amenazas colectivas porque</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"> hacía años que, en forma de bulos y chismes se rumoreaba que una presencia extraña e intangible se había apoderado de la ciudad. </span><br />
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Los policías, y menos aun yo con mi sólida formación en "la científica" que me lleva a creer solo en pruebas, hechos y evidencias, no damos pábulo a este tipo de cosas que como el " Mal de ojo", "La maldición de la gitana", "Los embrujos de Magia Negra" o el "Vudú", consideramos paparruchas de ignorantes ociosos, y jamás nos tomamos en serio investigar éstos asuntos. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Si soy sincera, no supe explicarme entonces </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">como sucedió aquello </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">y ni aun ahora lo sé, pero el hecho ha sido que desde entonces, se ha generado una grieta en la solidez de mi armazón lógico que ha desguazado mi racionalidad y ha supuesto un antes y un después doloroso en mi vida.</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"> </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_lG16vqsU7oyrvz2QcXBY0M54tEmWFhdpDzCcHmmltWuGCcRlLXo_ONBkgxseaRKGXjTETr74hGXmYvxYtPFnybOxUax0Uf9jS26BCH0h725yyT9aMxtbvSsXGOz-Ql7YoyNKmocjJTc7/s1600/IMG_20140521_114248.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="901" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_lG16vqsU7oyrvz2QcXBY0M54tEmWFhdpDzCcHmmltWuGCcRlLXo_ONBkgxseaRKGXjTETr74hGXmYvxYtPFnybOxUax0Uf9jS26BCH0h725yyT9aMxtbvSsXGOz-Ql7YoyNKmocjJTc7/s640/IMG_20140521_114248.jpg" width="360" /></a><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Fue el llamado "Caso Cenicienta" el que forzó a romper ésta inercia policial cuando el gobernador del estado, un político cuya reelección podía peligrar tras las ruidosas manifestaciones populares encabezadas por los simpatizantes y amigos de una muchacha difunta, instó a nuestro comisario jefe a que los cuerpos policiales se ocuparan de estos asuntos, aunque fuera aparentemente, con el fin de tranquilizar a una población asustada que parecía haber regresado diez siglos atrás al pánico de la superstición medieval. </span><br />
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">-!Martirio!, me llamo así gracias a una humorada de mi padre acerca de una cantante a la que admiraba, !Este caso es para ti !, me dijo el inspector jefe de mi comisaría de Policía con un tono que hizo impensable cualquier posibilidad de rechazo. </span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Naturalmente, no soy ajena a la ciudad donde vivo y venía oyendo desde hace años aquellas fantásticas historias en las colas del supermercado, en las cafeterías, en la peluquería o en la modista y siempre las escuchaba con una sonrisa escéptica cuando alguien, tras cuchichear siempre en voz baja y referir ocurridos truculentos, instaba a los demás a no hacer manifestación pública de felicidad, riqueza o suerte con el fin de pasar desapercibido al " Ángel caído de la Envidia". </span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br />El caso en cuestión, era el de Maruja, una muchacha abandonada al nacer en un hospicio y criada por las monjas y que gracias a su laboriosidad y abnegación en las mas duras tareas conventuales, logró adquirir una esmerada educación que cuando estalló en ella la belleza de la adolescencia la completó hasta convertirla en una auténtica joya de mujer.<br /><br />Lo de "Cenicienta", fue solo el bautizo popular que se le otorgó a Maruja cuando Carlos, el guapo hijo del mas rico empresario y mediodueño de la ciudad, se prendó de ella al visitar unas obras que habían patrocinado como donativo al convento y Maruja, que también recibió el flechazo, le correspondió cuando el joven, que solo tenía ojos para ella, abandonó por Maruja toda su retahíla de actrices, modelos y famosas que, con intención de cazarlo, pululaban en su vida como las moscas en torno a la miel .<br /><br />Todas las mujeres de la ciudad fueran madres, esposas, solteras, jóvenes o viejas, babearon durante meses con el corazón lleno de romanticismo con el noviazgo, el romance y boda de una "Cenicienta" cuyo cuento, podía ahora leerse semanalmente a todo color en las revistas del corazón y en los programas rosa de televisión con gran profusión de detalles, fotografías y reportajes, donde siguiendo el sorprendente encumbramiento de Maruja desde la mas baja pobreza a lo mas alto del la sociedad, todas disfrutaban con ella y compartían la enorme felicidad de la modesta, bondadosa y bella muchacha.<br /><br />Pero con la misma rapidez con que se desvanece la espuma de una copa de Champagne, todo se desmoronó en poco tiempo hasta la tragedia ante los incrédulos ojos de sus incondicionales seguidoras, cuando a las pocas semanas de la boda, una grave leucemia seguida de un agresivo tratamiento quimioterápico, trocó su belleza en decrepitud, se llevó su simpatía y su fertilidad y entonces, su "veleidoso" príncipe, la abandonó miserablemente en un alejado sanatorio para volver a su vida de crápula esperando su próxima viudedad mientras Maruja " La Cenicienta", se degollaba a sí misma con un cutter incapaz de seguir sintiendo tanta humillación.<br /><br />Un caso desgraciado si…, pero nada sospechoso de crimen y nada anormal si se consideraba aisladamente de los cientos de casos anteriores que se remontan a muchos años y que me dediqué a investigar : Genaro, el de la "Lotería", se volvió loco cuando a la semana del premio gordo, un pederasta violó a sus dos pequeñas mellizas mientras lo celebraba; "El atleta desgraciado", Pedro, que después de su éxito internacional con medalla de oro de maratón de las olimpiadas, una pequeña rozadura accidental en el viaje de vuelta de Japón, le ocasionó una gangrena que precisó de amputación de la pierna derecha o también; Francisco, un escritor que pintaba también y cuyas cientos de ignoradas y extrañas obras llamadas "Acuatextos" fueron inesperadamente valoradas y sin saber cómo ni por qué, recibió el premio Nobel de literatura pero que a continuación, varias denuncias por plagio le tuvieron dolorosamente amargado de juzgado en juzgado hasta que murió precisamente en el palacio de justicia, trágicamente aplastado por un ascensor y como estos, un montón de </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">llamativos </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">casos que</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">, </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">sin trascendencia policial, fueron </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">archivados.</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"> </span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br />Si, cuando se me asignó el tema, fui consciente en todo momento de lo delirante del asunto, sin embargo y como agente de la ley, el imperioso deber de servir y proteger a los demás se impuso en mi cerebro soslayando las cuestiones inexplicables para centrarme en los aspectos prácticos y profesionales, pero pronto fui me dí cuenta de la inutilidad de mis métodos y sin pruebas palpables a las que atenerme, me encontré perdida persiguiendo sombras y fantasmas malignos y misteriosos.<br /><br />Definitivamente, si quería sacar algo en claro tendría que seguir un enfoque intuitivo esotérico y sobrenatural.<br /><br />" Martirio…veo color…está en las fotos… "Eso" está en las fotos…"..Una especie de pitonisa a la que tenía por farsante y a la que visité avergonzada de mi misma, me dijo ésto tras consultar unos viejos huesos que lanzó teatralmente sobre un tapete, y con esas palabras, </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">me dio </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">la primera pista … </span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br />!Y allí estaba, si!, cuando me fijé en ella </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">me dio un vuelco el corazón.</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"> </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Cuando la vi, </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">ya había mirado cien veces las fotos de la boda de " Cenicienta " dejando libre mi intuición e intentando no pensar. </span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br />Aquel rostro pálido y anguloso enmarcado en una lacia melena negra como las alas de un cuervo, aquellos labios rojos y crueles y sobre todo, aquella mirada helada dirigida odiosamente a la feliz novia desde un escondido rincón casi tapado por un muro de rostros sonrientes y felices, me hizo no dudar ni un instante de que había dado con "Ángel caído de la Envidia" al que gracias a lo llamativo de su descripción pude situar, reinterrogando antiguos testigos, en las cercanías de las misteriosas desgracias.<br /><br />Sin embargo, mi corazón se fue llenando de decepción a lo largo del duro interrogatorio a que la sometí en el que la impasibilidad de su rostro ausente de emociones, su neutra mirada y las frías respuestas que derrumbaban mis pobres e inconsistentes argumentos, me hacían parecer a mí misma una ridícula policía excéntrica y desequilibrada.<br /><br />Fue cuando me incline sobre la mesa bajando la cabeza sobre el papel para ocultar la vergüenza de mi rostro escribiendo notas sin sentido, cuando percibí que aquel imperturbable ser emitía un disimulado quejido, se amorataba, se puso a temblar y un extraño sudor la cubrió toda mientras intentaba apartar sus ojos de la cruz de plata que saliéndose de mi escote colgaba de mi cuello libremente.<br /><br />!La tenía !, !Si! !La tenía ya! y además, la suerte me había ayudado a saber como destruir por fin al "Ángel caído de la Envidia".<br /><br />Solo cuando la sensación de alivio dio paso en mi mente a la euforia e inmensa felicidad al comprender el enorme éxito y la gloria que me iba suponer librar a la gente de tan horroroso tormento y orgullosamente me enderecé sacando mi pecho para mirarla con desprecio, me di cuenta de mi inmenso error porque cuando la cruz de mi colgante se ocultó de nuevo, aquel ser depredador de felicidad se recompuso de repente y lanzó sobre mi con sus ojos transparentemente glaucos la temida mirada helada que me dejó paralizada, escarchó mi mente borrando de un plumazo todas mis ilusiones e intenciones y llenó mi pecho con los carámbanos helados de la desesperación.<br /><br />!Si…!. Se repetiría el patrón…, tristemente supe que las poderosas del fuerzas del mal habían vencido de nuevo y que tras sentir la gloriosa dicha solo me esperaba el sufrimiento y la muerte.<br /><br />Ella se marchó con una sonrisa cínica de triunfo en sus labios y yo en cuanto me pude mover, dejé la comisaría y me vine a casa para no volver jamás.<br /><br />Ahora sé que mi nombre Martirio que para mí siempre fue el antónimo de mi vida, se ha convertido en un terrible sinónimo cuyo tenebroso final no alcanzo aún a vislumbrar .<br /><br />Fin.</span></div>
Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-75855962045690487072020-04-25T11:39:00.000+02:002020-04-25T11:39:05.756+02:00UNA SENCILLA HISTORIA<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAcOIMY8uOKR50xfBSN2N0_7DrYe2_aBAw4JDeHEdhsxOp1blW3cHyjooZnhxBrcM0FZ1p6qYumq_gvGNy2PrlRCN7RaX7we1Iw2kVHJr6x-zQG9T_nTdobR0c5oAxcLTaLAfNA43DrUmf/s1600/UNA+SENCILLA+HISTORIA+pub.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-large; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="510" data-original-width="367" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAcOIMY8uOKR50xfBSN2N0_7DrYe2_aBAw4JDeHEdhsxOp1blW3cHyjooZnhxBrcM0FZ1p6qYumq_gvGNy2PrlRCN7RaX7we1Iw2kVHJr6x-zQG9T_nTdobR0c5oAxcLTaLAfNA43DrUmf/s640/UNA+SENCILLA+HISTORIA+pub.jpg" width="460" /></a><br />
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Cuando Fabián, un milenial con coleta y sienes rapadas fue un domingo con unos vaqueros rotos, una camiseta de motero negra con una calavera, unas sandalias ibicencas y un tatuaje de C</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">ervantes en el bíceps derecho a pedirle consejo a don Joaquín Aldaba , un anciano y barbado escritor reputado profesor de Literatura en la universidad donde Fabián estudiaba su último curso, Don Joaquín ni pestañeó , al fin y al cabo todos sus actuales alumnos tenían un aspecto parecido y Fabián era uno de los mejores alumnos que tenía . </span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br />Don Joaquín, me conoce Vd. y sabe de mi facilidad para la escritura, tal vez por lo mucho que he leído, las palabras, las frases las metáforas y las figuras literarias me fluyen sin el menor esfuerzo, pero en cuanto a inventiva e imaginación nunca se me ocurre nada. Mi cabeza no estructura nada original, los folios permanecen vírgenes en mi mesa y la tinta del bolígrafo se seca antes de escribir una letra de algo propio. <br /></span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br />Don Joaquín le respondió con una sonrisa condescendiente.. <br /><br /> Mira Fabián tienes el síndrome del "folio en blanco". Todos los escritores noveles ahora influidos por medios de comunicación y llenos de fantasía pretendéis que vuestro primer trabajo sea una obra maestra original , que gane un premio, que os dé dinero, que salgáis haciendo entrevistas en la tele etc. En resumen, tenéis una idea de la literatura ambiciosa tal vez influida por los best-sellers americanos para la que naturalmente vuestra corta vida aun no os tiene preparados por que carecéis de vivencias de dolor, amor, ira, muerte ,crueldad, etc. con las que diseñar personajes y motivaciones y construir así un libro. <br /><br />Vuestra facilidad para escribir solo os serviría para ser redactores de deportes, sucesos o política en un periódico o en un programa informativo, que por cierto no es mal camino para empezar. <br /><br />Cualquier historia normal y corriente de la vida de otros, por sencilla que parezca tiene interés para un lector. El cotilla que llevamos dentro del ser humano se interesa por ellas al igual que por los bulos y murmuraciones de los vecinos del barrio en la plaza o en el mercado, bien por ver lo diferentes que somos, bien por aprender de la vida de los demás, bien por las putadas o suertes que la vida les depara.. <br /><br />Si las palabras te fluyen , toda buena novela rompe el "folio en blanco" con la sencillez de una humilde y cotidiana historia de cualquier conocido y luego, ella sola, se va complicando como la vida se nos complica a todos a poca imaginación que le pongas hasta que dramática o feliz le pones final. <br /><br />Después de darle las gracias a Don Joaquín , que por cierto vivía en una calle muy antigua del barrio viejo que bajaba hasta el ministerio de justicia y los tribunales y que el ayuntamiento había hecho peatonal por que ni los coches podían circular por su estrechez, me senté pensar frente un café en una de las tres mesitas de mármol antiguo y sillitas de forja de la terraza de una cafetería pequeña y centenaria que, debía ser el último establecimiento de época que quedaba en aquel tranquilo callejón. <br /><br />Serian las diez menos cuarto cuando apareció por la esquina un hombre anciano vestido con un traje antiguo de lino blanco solapas grandes, chaqueta cruzada, una corbata ancha, impensable en el siglo XXI, cubierto con un sombrero también blanco con cinta a juego con el color magenta de la corbata . <br /><br />!No!, no me llamó la atención solo su vestimenta, sino lo grande que le venía todo a aquel cuerpo menudo de tez morena y feo como un demonio con unas enormes orejas, nariz abultada, bigote blanco y gafas redondas y metálicas que fue a sentarse en la última mesa bajo un plátano de sombra cruzando sus piernecitas y mostrando unos botines acharolados y relucientes y que sin abrir la boca el camarero le llevara un café y una pequeña copa de coñac de las que ya no se fabricaban . <br /><br />Fabián, como iluminado por un rayo de luz, sintió que en aquel hombre podría encontrar una historia sencilla y humilde pero suficientemente estrambótica para un escrito de interés y tras pedirle permiso se sentó con él para que, tirándole de la lengua le contara alguna batallita. <br /><br />Pues si muchacho..., esta era la calle del gremio de limpiabotas y ahí delante donde ahora ve un chino de a cien, una casa de apuestas y una delegación de telefonía móvil , bajo un techado largo de uralita, habían mas de doce limpiabotas que vivían de sacar lustre a los costosos zapatos de los abogados, magistrados, jueces y hasta los bedeles y celadores del ministerio de justicia. <br /><br /> Hoy se le llama el callejón del gremio pero durante décadas se le llamó la cuesta de la galana porque justo a las diez y precedida por el toc toc de su rítmico taconeo aparecía por la esquina la mujer más guapa, imponente y elegante de la ciudad y mirando al frente y sin distraerse bajaba por la acera de los limpiabotas con su airoso caminar y delicados movimientos, haciendo que todos volvieran el cuello y sus clientes (los que no tenían la boca abierta) profirieran finos piropos como bonita , bombón, cosa linda o flor de azahar...hasta que se metía en el portón del ministerio porque además, había conseguido ser la primera mujer abogada de la ciudad . <br /><br />Ninguna mujer en aquella época era tan hipócrita de no aumentar su autoestima con piropos y no como ahora, que se les considera acosos machistas intolerables e incluso denunciables, pero como Agustina luego me contó, hasta llegar al callejón de la galana le tocaba ir evitando obras, talleres y almacenes donde los hombres mas incultos y cerriles proferían procacidades sobre las partes intimas de su cuerpo y las indecencias que con ella, de poder, harían. <br /><br />Lo bello y lo extraño de mi vida y lo impensable para cualquiera...( Fabián en ese momento abrió los ojos como platos, aguzó el oído y se arrimó al hombre para no perderse detalle porque intuyó que allí había una buena historia) y tan poco frecuente como que a uno le toque la lotería, es que yo que modestia aparte he sido uno de los mejores solistas de violonchelo del país conocí a Agustina (doña Agustina ) como letrada defensora cuando un malandrín con fines económicos intentó acusarme de plagio por una de mis obras inspiradas la sonata para cello numero uno de Beethoven que compuse e interpreté pero no registré como mía. <br /><br /> Agustina ,venciendo su natural repugnancia a mi persona, demostró que incluso diez años antes de que él registrara la suya, yo ya la tocaba con la orquesta nacional. Con lo cual salí indemne del Pleito y a él le cargaron las costas . <br /><br />Como agradecimiento, le regalé una entrada para un concierto y para mi sorpresa le caló tan hondo el violoncelo que la vi soltar lagrimas en los pasajes más dulces. <br /><br />Al siguiente concierto la entrada se la envié con una rosa roja, y al siguiente con un ramo y una invitación a cenar. <br /><br />Congeniamos sin proponérnoslo hablando y hablando... yo descubrí además de su belleza su exquisita sensibilidad y ella descubrió mi habilidad y mi inteligencia...la cosa fue que quedamos prendados y enamorados de nuestros talentos...y acabamos casándonos y uniendo nuestras vidas y como ella decía con humor: "con uno guapo en casa ya hay bastante". <br /><br />!No! los hijos no vinieron pero... ! Que tardes más felices pasábamos mientras en su despacho manejaba sus legados con ruido a papeleo y yo ensayaba en el cuarto de al lado y que espectáculo cuando paseábamos cogidos del brazo o la llevaba a mis conciertos viendo como la gente extrañada miraba a la mujer más bella de la villa del brazo del alfeñique mas feo de la ciudad con aspecto de un Quasimodo escapado de Notre Dame. <br /><br />Ella siguió feliz dejándose admirar por su palmito y yo, que nunca fui celoso me divertía sabiendo que los hombres con envidia se preguntaban sin hallar respuesta alguna por el secreto que debía tener yo para cautivarla. <br /><br />Ahora que ella ya no está y su alma debe andar por ahí arriba , le tributo recuerdo de amor viniendo todas las mañanas vestido como a ella le gustaba aquí donde con el silenció, me imagino todos los días su rítmico taconeo y su la elegante bajada con donaire por la cuesta de los limpiabotas... <br /><br />! Que historia a la vez sencilla y hermosa! Fabián casi sin despedirse del pobre hombre se fue a su casa corriendo a ensuciar sus folios en blanco <br /><br />fin <br /><br /> </span><br /> Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-10581471377990414212020-04-18T06:40:00.001+02:002020-04-18T06:43:00.857+02:00LUCRECIA<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Lucrecia lo supo antes de que la encerraran para siempre en el Psiquiátrico. <br /><br />Si..., lo supo en los pocos días en que su mente atormentada y su destrozado corazón por la culpa pudieran resistir antes de que viera como la locura hiciera estallar su razón en mil pedazos dejando retazos de lógica colgando de las cortinas y las lámparas y poniendo perdido el salón de pensamientos sensatos.</span><br />
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3jIueQsm9V87AUEGHpEZsBpY33tChXqq-ir1L6KimcBJP_bCGiApo0jByYNVHK_DdcKjkxa5u2ijhS6smpeRHCDk2o76MONZGZfDjrp6SQiESD_ed5-wN6K-m0sIiAeO9qMIwPrdJwWnU/s1600/LUCRECIA+PUB.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3jIueQsm9V87AUEGHpEZsBpY33tChXqq-ir1L6KimcBJP_bCGiApo0jByYNVHK_DdcKjkxa5u2ijhS6smpeRHCDk2o76MONZGZfDjrp6SQiESD_ed5-wN6K-m0sIiAeO9qMIwPrdJwWnU/s640/LUCRECIA+PUB.jpg" /></a><br /><br />Si..., supo en que desgraciado momento el demonio plantó la semilla de cizaña en su cabeza. <br /><br />Si..., fue consciente del día en que sentada en su sillón vestida con su camisón blanco, el maligno utilizó su adicción a los libros para que picara en el anzuelo y ella le entregara su alma trasformando así en una carga insoportable los tesoros, envidiados por todos los que la conocían, que inmerecidamente Dios le había otorgado. <br /><br />Pero ya era tarde, ya no había remedio... <br /><br />Lucrecia conoció a Héctor comprando en su farmacia. <br /><br />Héctor era un atractivo hombre moreno y varonil cuya bata blanca a su vez que resaltaba el tostado de su piel le daba aire de autoridad, pero que su empatía por sus clientes y la bondad de sus ojos verdes festoneados por un bosque de largas pestañas, hacía que a todos les pareciera tan accesible y protector que su farmacia, siempre estaba llena de bote en bote a pesar de que era la mas alejada de las consultas médicas del complejo hospitalario. <br /><br />Lucrecia no era tonta y se fue prendando de él durante los largos momentos en los que esperaba a ser atendida. <br /><br />!No!. No se permitió enamorarse, ella se limitaba a espiar y admirar con el rostro impasible y sin dar la menor sensación de interés a aquel "príncipe azul" sin anillo en sus dedos al que miraba como se mira a una gran mansión, un yate, o un vestido de Dior, es decir, con la conciencia de algo inalcanzable que jamás sería suyo. <br /><br />Lucrecia era consciente de no era una mujer atractiva, tenía un buen cuerpo, eso sí, pero su rostro, como conjunto, sin tener defecto alguno en ninguna de sus partes era mortalmente aburrido y su sonrisa, aunque encantadora, apenas la sacaba a pasear una o dos veces a la semana y además, en su anónimo caminar por las calles, nunca había se había sentido avergonzada por la miradas lascivas y rijosas de los hombres desnudándola con la vista como con frecuencia oía contar a sus amigas. <br /><br />!! Que jodidamente raro misterioso e irracional es el amor !!. <br /><br />Inexplicablemente para Lucrecia y todo el que la conocía, un día, aquel anhelado hombre cuyo único pero era su perfume a medicamento, se prendó de ella apasionadamente, la siguió hasta la biblioteca donde trabajaba de bibliotecaria desde que acabó la carrera de literatura y la rondó y agasajó de todas las formas posibles, incluyendo rosas, románticas poesías y bombones, hasta que logró vencer su resistencia numantina fruto de la desconfianza que le inspiraba la inseguridad que le daba pensar que solo se trataba de un juego o una cruel burla masculina. <br /><br />Ella lo amaba con locura, pero creo que solo dejó liberar su corazón de la desconfianza cuando tres meses después, Héctor inesperadamente le pidió matrimonio. <br /><br />¿Dónde estaba la trampa?. ¿Dónde tenía la grieta el jarrón?. ¿Dónde estaba el defecto del vestido?, ¿Cómo era posible que una sencilla y anodina funcionaria hubiera podido generar tal pasión en el hombre más deseado de la ciudad ?. <br /><br />No, ni trampa ni grieta ni defecto...porque además, Héctor era mas bello por dentro que por fuera y Lucrecia no encontró en él defecto alguno; era trabajador, generoso, detallista, leal, fiel, honesto, buen conversador, buen amante, terriblemente comprensivo y no le faltaba ninguno de los ochenta o noventa adjetivos que para una mujer hacen ideal a un hombre. <br /><br />Es más..., cuando pasados unos años los mas bellos momentos de su profundo amor fueron perdiendo la natural efervescencia, ya habían construido entre ambos un sólido nexo basado en la confianza, admiración mutua, y un infinito respeto que hacía sus vidas serenamente felices y que les llevó a desear formar una verdadera familia con la presencia de hijos. <br /><br />No era tan fácil, los hijos no vinieron. Lucrecia se volvió irritable, histérica e inaguantable sobre todo, cuando las pruebas de fertilidad demostraron que el problema estaba en ella y que Héctor tenía esperma para fecundar a toda la región. <br /><br />Pero ante las dificultades, Héctor, ¿Cómo no?, se mostró siempre como el hombre perfecto tranquilizándola y apoyándola hasta que en la última oportunidad de fecundación que los médicos les ofrecieron, se preñó casi milagrosamente. <br /><br />Pero las dificultades para Lucrecia no habían acabado aquí, la angustia de tener un aborto o de que algo saliera mal la tuvo estresada y en reposo absoluto todo el embarazo pensando que no estaba dando la talla a la altura de aquel ángel de hombre que por feas que se pusieran las cosas siempre estaba paciente y comprensivamente a su lado mostrándole su cariño. <br /><br />Por fin, tras una cesárea preventiva nació Estrella, una niña tan preciosa y sonriente que enamoró a toda la planta del hospital, pero que, lejos de lo que Héctor esperaba, no trajo la felicidad a Lucrecia. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">La caída de las hormonas, el estrés acumulado y la falta de leche de sus ingratos pechos le produjo tal depresión post-parto que le llevó a rechazar a la niña, negarse a tenerla en brazos y sentirse inútil y sin fuerzas para criarla desbordada por la responsabilidad.<br /><br />Héctor ¿Cómo no...? de nuevo, se hizo cargo de todo comprensivamente y sin un solo reproche a Lucrecia mientras los psiquiatras la reponían, cuidó a Estrella con los ojos llenos de satisfacción, la alimentó en sus brazos, la acunó cuando lloraba, le cambiaba los pañales y ¿Cómo no...? de nuevo, al mismo tiempo alimentaba a biberón a Estrella y cuidaba con cariño a Lucrecia que permanecía todo el día llorando de impotencia tirada en la cama como un trapo. <br /><br />Creo que a falta de contacto, aquella niña hizo con Héctor la impronta que con la comunicación corporal hacen los hijos con sus madres y que los une inseparablemente para siempre y cuando Lucrecia se recuperó, por mucho cariño que le puso, ya era tarde y Estrella aunque la quería, la trataba como a un padre, es decir, en segundo lugar. <br /><br />Lucrecia, se sintió sin embargo dichosa con su familia, entendió y aceptó la suerte que había tenido con un marido maravilloso y una preciosidad de hija, aceptó su papel y de nuevo cuando llegaba a casa, se refugiaba en la lectura compulsiva mientras Héctor y Estrella, se dedicaban a jugar entre risas, salir al parque, vestir muñecas e incluso cuando fue la niña mas mayorcita, ir de excursión o ayudar a Héctor en la cocina y la farmacia. <br /><br />En el fondo Lucrecia pensaba paciente y resignadamente que cuando la niña tuviera la regla y las hormonas le cambiaran el cuerpo y la mente, ella tomaría el relevo y Estrella la buscaría para consultarle de vestidos, maquillajes, chicos y amores y todas las cosas femeninas que Héctor como hombre y por tanto desconocedor de los secretos del alma de una mujer, no le podría proporcionar. <br /><br />No, no sucedió como ella había pensado. Cuando la niña floreció en una preciosa y extrovertida adolescente, nada cambió. Entre Héctor y sus amigas tuvo suficiente apoyo para no necesitar a Lucrecia a la que, como si fuera un padre, jamás se dirigía en primer lugar y nunca le compartía ningún secreto o confidencia adolescente. <br /><br />Si...fue aquel día que Lucrecia recordaba bien cuando el diablo plantó su semilla maligna en su mente para que creciera hasta obtener sus siniestros y amargos frutos y aprovechó la lectura de un libro para que a Lucrecia, de repente, le pareciera que se le caía la venda de los ojos y había vivido siempre engañada. <br /><br />!! Héctor jamás la amó de verdad...!! , era demasiado extraño...demasiado bueno...!! Héctor solo la había elegido como instrumento para su verdadero objetivo: Tener a Estrella y tenerla para el solo!!. <br /><br />Desde entonces y aunque Lucrecia no manifestó nada en su comportamiento, la semilla del rencor, la envidia y los celos hacia Héctor al que desde entonces comenzó a referirse en su cabeza como " El don perfecto de los cojones", fue creciendo sin pausa como una borrasca en su corazón, interpretando todo lo bueno de él como una maldita comedia de la que ella, tirada como un envase roto y vacío, no era ya mas que un inútil engorro. <br /><br />Un día, Lucrecia no pudo mas y su cabeza estalló como un volcán de odio : !! Jamás tendría a Estrella mientras aquel farsante siguiera viviendo !!. <br /><br />Cuando encontraron muerto a Héctor sin mascarilla alguna un domingo en el jardín con la bomba de aspersión del plaguicida tóxico a su espalda, nadie y digo nadie, pensó que no fuera un accidente por su imprudencia provocado por una desafortunada racha de viento que le inundó de veneno los pulmones y..., nadie y digo nadie..., sospechó siquiera , a pesar de su nombre de envenenadora que Lucrecia durante semanas, había administrado poco a poco el plaguicida en el café de aquel maldito comediante. <br /><br />¿Remordimiento ?, ! Ninguno ! y si lo hubiera habido, hubiera quedado tapado por la felicidad de ver a Estrella desvalida buscando abrigo en su hombro y dejar que las lágrimas rodaron por su pecho. <br /><br />Una semana, si solo una semana de felicidad tuvo la pobre asesina. <br /><br />Al domingo siguiente Lucrecia encontró a Estrella muerta y aplastada por la bomba de aspersión del plaguicida que nadie había vaciado. La niña, en homenaje a su padre, había decidido cuidar el jardín como él lo hacía, pero... esta vez..., la racha de viento había sido de verdad... <br /><br />!!Joder!! gritó el demonio...!! Dos almas al cielo y solo a una espero en el infierno!, !!Ese mamón de Dios me ha ganado la partida dos a uno... !!. <br /><br />Fin </span></div>
Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-88110219532431436492020-04-10T11:50:00.002+02:002020-04-10T11:50:39.267+02:00EL PENITENTE V2020<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Cuando Nazario en medio de la procesión del Viernes santo cayó derrumbado por el peso de la pesada cruz intentando subirla descalzo por el antiguo adoquinado del empinado callejón hasta la explanada de la iglesia para plantarla en lo alto del pueblo como había hecho los cincuenta últimos años, apenas había música y la banda solo marcaba con golpes monótonos y lentos de tambor en sordina, el triste paso de la procesión del silencio.</span><br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRTK5SlaRc6U4AW4F0nSpRNNZbR8sPCqnb9zU6aM8aku_cmodl7BLTzpMPUwDfVjdi_f_u5TTFGV6u1ZJ0uZPiMGt3N_8_qJfla-dEHBKY1hWbztrurTm_xiAutpO78FkulMMIe_XAyuIN/s1600/EL+PENITENTE+PUB.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1032" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRTK5SlaRc6U4AW4F0nSpRNNZbR8sPCqnb9zU6aM8aku_cmodl7BLTzpMPUwDfVjdi_f_u5TTFGV6u1ZJ0uZPiMGt3N_8_qJfla-dEHBKY1hWbztrurTm_xiAutpO78FkulMMIe_XAyuIN/s640/EL+PENITENTE+PUB.jpg" width="412" /></a></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Entre las gentes, apiñadas en balcones y portales apenas se levantó un corto murmullo que escapó por encima de los aleros de los tejados junto al humo de los cirios y las antorchas en la noche clara de luna llena<br /><br />No, no lo auxiliaron de inmediato,<br /><br />La procesión se detuvo a esperar, lo propio era que el portador de la cruz, se rehiciera y se levantara sin ayuda para reanudar su penitencia y los tenebrosos capirotes cuyos sombríos conos parecían llenar el fondo del callejón de cipreses negros, permanecieron quietos y pacientes en sus lugares con sus hachones encendidos apoyados en el suelo mientras se balanceaban al ritmo del atabal.<br /><br />Solo, cuando pasados unos minutos, vieron que bajo los oscuros maderos de la cruz que aplastaban los colores de la Hermandad de la Santa Angustia no reaccionaba el bulto de terciopelo cárdeno y magenta en el que yacía inmóvil Nazario con los pies llenos de sangre, se acercaron para ayudarlo a levantarse.<br /><br />El auxilio llegó tarde y cuando iluminados por los faroles del paso del Cristo de la Agonía le retiraron el pesado capuchón para intentar reanimarlo y vieron el rostro arrugado de aquél hombre anciano con los ojos en blanco, supieron que ya estaba muerto. La pura verdad es que Nazario, no murió por el corazón partido por el esfuerzo en el aquel empinado calvario. Nazario llevaba muerto desde antes de coger aquella cruz por primera vez.<br /><br />Aquel cuerpo penitente cuya fuerza solo animaba la infinita culpa, era un ente vacío, una especie de difunto andante y callado cuya alma sin destino, en espera de un perdón que Dios parecía negarle, llevaba presa en una tumba blanca y sin nombre desde la fecha que en ella estaba inscrita.<br /><br />Las gentes se arremolinaron alrededor con la curiosidad morbosa de saber por fin quién era Nazario, aquel misterioso y dolorido penitente del que nadie sabía nada mas que el nombre y que y montado en una minúscula burrita, todos años llegaba al pueblo, encapuchado cada viernes santo desde hacía cincuenta años cuando aquel pueblo era poco mas una aldea, visitaba en el cementerio local, rezaba frente una modesta tumba en cuya lápida constaba solo una fecha y después, dejaba sobre el mármol dos rosas blancas y procesionaba portando la cruz más pesada hasta plantarla en más alto del lugar para desaparecer después hasta en año siguiente.<br /><br />Nadie reconoció aquel rostro muerto y pálido en el que se había quedado helada una extraña sonrisa de agradecimiento.<br /><br />Muchos, sobre todo los más mayores, habían visto la evolución de aquel cuerpo vigoroso que se adivinaba joven bajo los ropones y que con el paso inexorable de los años se había convertido, en una indispensable y señera figura anciana y doliente cuya secreta historia, a falta de mas verdad, circulaba mas fantasiosa e inventada cada año que pasaba enredada en mil bulos murmurados como sentidas oraciones a su encorvado y sufriente paso por vecinos y visitantes, propia de aquella semana santa famosa ya en toda la región.<br /><br />¿Tan grande tuvo que ser su castigo…? pensaba Nazario.<br /><br />¿Porqué, quiso Dios quitárselo todo después de haber sido tan generoso con él cuando aún se sentía vivo en aquel pueblo encalado entre picos montañosos donde se criaban los mejores toros de lidia.<br /><br />¿ Porqué Dios le dio junto al talento de conocer los toros con solo mirarlos esa lucidez innata y esa serena valentía para torearlos y extraer de ellos hasta el último soplo de bravura de modo que tras la espada, ambos, toro y torero, quedaran unidos por la gloria?<br /><br />¿ Porque quiso Dios que Dolores, aquella muchacha de ojos rasgados, negros y brillantes, que con la dulce genética de una princesa mora, solo tuviera esos ojos para él, apenas un joven capataz, a pesar de que la pretendían todos los hijos de los hacendados ?.<br /><br />Pero sobre todo, Nazario se preguntaba<br /><br />¿ Porqué le regaló aquel triunfo en la Plaza de la maestranza de Sevilla donde tras cortar las dos orejas y el rabo a aquel toro arquetípico con cabeza de Minotauro salió vitoreado por la puerta grande de la plaza para convertirse en figura indiscutible?.<br /><br />Nazario siempre recordó como mientras lo sacaban a hombros de la Plaza, sentía el íntimo orgullo de poder ofrecer, cuando llegara a su pueblo, todo aquello a Dolores y al hijo que esperaban demostrando que no se había equivocado al elegirlo<br /><br />Un solo día ¿sabéis?..Solo un solo día hizo falta para llevar a Nazario de la más alta gloria celestial al más profundo infierno de tormento.<br /><br />Si fue un despiste de Dios, o un desafortunado revés del destino, pero Nazario lo vivió como un castigo a algún terrible pecado tal vez de soberbia o arrogancia que aunque él no recordaba debía haber cometido.<br /><br />Yo, menos creyente que Nazario, lo que pasó lo denomino un regalo envenenado o una inmerecida e injusta "Putada de Dios" para con él que comenzó cuando tras horas de viaje en carro por los verdes valles, todo el pueblo, las autoridades incluido el Marqués de Cienfuentes estaban esperando para recibirlo y aclamarlo en una celebración sin igual como el héroe del pueblo y sin siquiera dejarlo ver a Dolores, se lo llevaron a hombros a la grandiosa fiesta de la plaza mayor engalanada, donde le esperaban discursos de alabanza y reconocimiento, música festiva, baile, comida y alegría andaluza.<br /><br />Por unas horas, con la bebida a la que estaba poco acostumbrado y con la que, para no desairar, debía brindar con todos los capitostes y la euforia de lo conseguido, Nazario entró en un sublime y extraño éxtasis olvidándose por unas horas de todo incluso de su embarazada Dolores.<br /><br />- !!Nazario despierta algo ha ido mal con Dolores !!, !! Llevamos horas buscándote!!, Dolores se ha puesto de parto, el niño va atravesado y hay que sacárselo por cesárea en el hospital de la ciudad. La comadrona no te ha podido esperar mas y desesperada se ha bajado con el carro y con Dolores hasta el llano.<br /><br />Nazario había acabado tan borracho que no pudo llegar a su casa. Había errado el camino con la oscuridad y al final acabó por caer aun con el traje de luces, derrumbado en un pajar cercano cubriéndose del frío con la paja.<br /><br />Alarmado y muerto de miedo Nazario se cambió de ropa y tomando su pequeña burrita, intentó alcanzar a las mujeres bajando imprudente y atolondradamente por el tortuoso atajo morisco mientras el corazón parecía que le iba a estallar.<br /><br />No, no llegó a ver a Dolores con vida, al llegar al primer pueblo del llano al amanecer, vio su carro vacío parado frente al cementerio y a la comadrona llorando sin consuelo sentada en la puerta del camposanto.<br /><br />El médico del pueblo que en ese momento salía de la pequeña capilla miró a Nazario a los ojos y con infinito abatimiento murmuró :<br /><br />No hemos podido hacer nada, lo siento, no ha aguantado hasta la ciudad, su útero ha estallado de esfuerzo inútil desangrándola por dentro sin poder parir a la criatura. Si quiere despedirse, ahí dentro están…<br /><br />No fue entonces cuando la culpa mató a Nazario, ni tampoco cuando algunos minutos después en la soledad de la capilla, Nazario quitó la sabana que cubría el cadáver y un extraño rayo de sol matinal lo iluminó dándole a su serena y pálida belleza un traslucido brillo de alabastro, tampoco fue cuando se inclinó a besar los finos y helados labios de Dolores. Nazario murió por dentro, cuando alzó la vista y al mirar aquel sereno cuerpo vio entre sus blancos muslos como de su bello y ensortijado sexo, salía un tierno y pequeño bracito amoratado.<br /><br />No , Nazario jamás supo si era niño o niña, tampoco le importó, los enterró juntos bajo aquella losa mientras en las calles del pueblo sonaba lejanamente la música sacra de la semana santa y volvió a sus verdes valles donde jamás volvió a sonreír, torear, ni a conocer otra mujer, ni a tener mas amigos que la culpa y el arrepentimiento.<br /><br />A veces me pregunto si se habrá reunido su alma con la de los suyos... ¿Le habrá perdonado Dios ?<br /><br />La verdad es que no sé..., cada vez me fío menos de eso de los renglones torcidos en los que el creador escribe y pienso que el alma de Nazario cuando por fin fue llamada, debió subir algo acojonada y temblorosa hacia el infinito insegura de que allí no le esperara otra "Putada de Dios…"<br /><br />Al fin y al cabo…" Gato escaldado del agua fría huye…."<br /><br />fin </span></div>
Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-7170595538033435052020-04-03T11:50:00.002+02:002020-04-03T12:01:56.202+02:00AUSENCIA V2020<a data-ctbtn="2" data-cthref="/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=13&cad=rja&uact=8&ved=2ahUKEwjfq47Z-MvoAhVHrxoKHT4xBMIQFjAMegQIAhAB&url=https%3A%2F%2Fpacoballestermonfort.blogspot.com%2F2018%2F10%2F&usg=AOvVaw3QxmP_XjIagdHIq7xx3cG-" href="https://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=13&cad=rja&uact=8&ved=2ahUKEwjfq47Z-MvoAhVHrxoKHT4xBMIQFjAMegQIAhAB&url=https%3A%2F%2Fpacoballestermonfort.blogspot.com%2F2018%2F10%2F&usg=AOvVaw3QxmP_XjIagdHIq7xx3cG-" style="background-color: white; color: #660099; cursor: pointer; font-family: arial, sans-serif; font-size: small;"></a><br />
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large; text-align: start;">Un segundo antes, caminaban de la mano riendo y tonteando mientras bajaban por la vereda de los tilos muy despacito hacia el parque. </span></div>
<br style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-large; text-align: start;" />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large; text-align: start;">Ella, con la mano izquierda, intentando hacer inolvidable el momento, apretaba contra su pecho un ramito de violetas y de cuando en cuando, llevaba el minúsculo ramillete cárdeno hasta su rostro y lo besaba mientras con los ojos cerrados aspiraba aquel delicioso perfume a caramelo de infancia. </span><br />
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<br /></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEin6TlQvGuOZAwQwpFpn4WLoxIJ0j5338cYT1kf86tYrKEbxp9EcLjS5iL7LfJksaY9YQzYr0Qk8v6OtT6oWTwGPiaCXkuVyL5toqzKGtR8cHL7j9u_LLU0bLBcIyteX54tMFanbrbAG-_V/s1600/01+IMG_20160930_135844.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1588" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEin6TlQvGuOZAwQwpFpn4WLoxIJ0j5338cYT1kf86tYrKEbxp9EcLjS5iL7LfJksaY9YQzYr0Qk8v6OtT6oWTwGPiaCXkuVyL5toqzKGtR8cHL7j9u_LLU0bLBcIyteX54tMFanbrbAG-_V/s640/01+IMG_20160930_135844.jpg" width="634" /></a></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /><br />¿Recién enamorados…?, !Noooo!, cualquiera se hubiera sorprendido de que ese día celebraban cinco años de amor.<br /><br />Un segundo después, ella no estaba.<br /><br />Él, apenas notó un ligero tironcito en su mano y cuando se volvió a mirarla…, ella no estaba.<br /><br />!!No estaba!!.<br /><br />Instintivamente y sintiendo un helado vacío a su lado, la buscó nerviosamente con la mirada, pero no la encontró y solo vio un enorme autobús que se alejaba cuesta abajo silencioso y veloz.<br /><br />El hombre quedó paralizado y aturdido algunos instantes sin ni siquiera sospechar que era aquella bestia sin frenos con el motor averiado y la dirección quebrada, la que había arrancado a su amada de su brazo y que ahora, aplastada contra su faro derecho y tal vez muerta, viajaba hacia su destino final que era instantes después empotrarse con un estruendo sordo en la figura de granito de la plaza de abajo.<br /><br /><br /><br />Alejandro, jamás pensó que la desaparición de Patricia lo pudiera trastornar tanto que le hiciera perder la razón.<br /><br />¿Sentirlo…?, !Claro!, él la amaba con locura, pero no había nacido ayer y con cuarenta años a la espalda, Alejandro ya había tenido que hacer frente y superar suficientes duelos duros en la vida.<br /><br />Pero esto fue distinto.<br /><br />Yo no creo que fuera por la insólita e inesperada rapidez de la pérdida, yo mas bien creo que fue porque fue consciente de haber perdido algo insustituible, algo había encontrado como por azar , sin esfuerzo, sin saber siquiera lo qué había hecho para merecerlo y por tanto, sin saber cómo podía remplazar en su corazón y en su alma aquel profundo y helado vacío.<br /><br />No creáis que cuando ambos ligaron su existencia fue un torrente románico y apasionado y febril, no… Aquello fue una relación serena y sanadora llena de sentido del humor, de confidencias sinceras, de complicidades, de entenderse sin palabras apenas con la mirada, de abrazar cuando se necesita, de escuchar en silencio comprensivo los sinsabores del día, de adivinar lo que el otro quiere antes que lo diga y de devolver con intereses cada gesto del otro.<br /><br />Sin embargo y de cuando en cuando…, la magia los visitaba como suele hacer la magia cuando ella quiere y no cuando se la busca que para eso es mujer y aquella noche en la que nada celebraban, en la que cansados y algo aburridos se fueron a la cama con ánimo de dormir, misteriosamente se convirtió entre las sabanas en una velada de pasión con roces suaves, jadeos violentos, besos profundos, susurros inconfesables y deseos caprichosos que parecieron no saciarse hasta que la luz del alba, se llevó a regañadientes los rayos de luna llena que curiosos, se habían colado por la ventana.<br /><br />Despertaron con el sol ya en lo alto y con un suave toque en la nalga Alejandro invitó a Patricia a levantarse y se fue a preparar café mientas ella, medio dormida, remoloneaba por la cama.<br /><br />Fue exactamente cuando volvió, cuando a Alejandro casi se le cae la bandeja de la mano: Envuelta por la luz ámbar del sol que entraba matizada por las cortinas, Patricia, desnuda y sentada sobre la cama, se había vuelto a dormir con su carita de ángel apoyada sobre la rodilla y con su melena oscura cayendo como una cascada parecía una ninfa encantada del bosque.<br /><br />Alejandro, la fotografió para inmortalizarla en ese fascinante instante en una acuarela que le encargó a un amigo.<br /><br />!Si! , creo que fue cuando su amigo apesadumbrado tras la muerte de Patricia le llevó aquel cuadro encargado, cuando al mirarlo, Alejandro perdió la razón.<br /><br />Permaneció encerrado días enteros llorando sobre aquella pintura emborronándola con sus lagrimas y delirando que ella no había muerto del todo, que su alma estaba aun viva junto a él y su mente torturada creó a su izquierda, donde la vio por última vez, un aura ambarina y neblinosa del tamaño de Patricia que solo él podía ver y que, fuera donde fuera, le acompañaba siempre a su lado.<br /><br />Alejandro no se volvió tan trastornado que le llegara a contar nada a nadie, interpretó aquello como una especie de milagro íntimo y secreto que se podía romper si alguien se enteraba y aliviado por la presencia del aura a la que románticamente llamaba Ausencia, fue animándose lo suficiente para emprender una vida aparentemente normal.<br /><br />Acudía puntual a su trabajo, salía al cine, charlaba con los amigos y paseaba por el parque. Lo único anormal que se podía observar en él, eran una serie de movimientos raros, traslaciones extravagantes y extrañas posturas y contorsiones de su cuerpo a las que los demás, incluidos sus vecinos, se acostumbraron pronto quitándole importancia e interpretándolo como una secuela nerviosa de su terrible tragedia.<br /><br />Pero aquellas rarezas, no eran convulsiones ni tics involuntarios como podía creerse, sino que eran fruto de la única angustia que tenía Alejandro: Se pasaba el día intentando evitar que nadie tocara o se parara sobre la ambarina aura de Ausencia y la pudiera molestar.<br /><br />En el despacho, colocó su mesa al lado de un muro a la izquierda. Deslizó poco a poco la fotocopiadora de modo que la maloliente puerta de los servicios quedara a su siniestra desmotivando así cualquier intento de pararse a su lado. Cuando hablaba con su jefe lo hacía de perfil girando dolorosamente su cara mostrando su lado derecho. En los bancos del parque depositaba el periódico a su lado izquierdo para que nadie se le sentara encima y en el cine, sacaba dos boletos para poder decir a cualquier solicitante que la butaca de su lado estaba ocupada.<br /><br />Pero aun con todas las precauciones y toda la atención que aquel hombre maníacamente mantenía, por lo menos una vez a la semana y por diversas circunstancias, alguien involuntariamente lograba pararse o sentarse sobre Ausencia provocando en Alejandro una sensación física de dolor, malestar y profusa y helada sudoración que él interpretaba como una queja del amado espectro de Ausencia que se quedaba atrapado impidiéndoles huir.<br /><br />Solo en algunas ocasiones, a pesar de que la reacción era mas intensa, dolorosa y casi brutal, dejaba en Alejandro un regusto de satisfacción y una disimulada sonrisa cuando el aura ambarina quedaba atrapada por un cuerpo bello o interesante de mujer demostrando así Ausencia, lo celosa y posesiva que era.<br /><br />Alejandro, daba por hecho y siempre pensó que Ausencia siempre permanecería a su lado y jamás miró a nadie mas , pero pasados algunos años, sucedió que un día cuando en el metro se hizo inevitable que una mujer vulgar y cuarentona de pechos caídos, evidentes michelines y que cojeaba levemente se sentó a su izquierda en el asiento que en un descuido un Alejandro ya canoso había dejado libre, él se preparó con los ojos fuertemente cerrados a percibir el tormento y el castigo a su distracción, pero… nada malo pasó, sino que sorprendentemente, aquel hombre sintió por todo su cuerpo una deliciosa sensación de serena felicidad.<br /><br />Cuando abrió los ojos y miró a aquella mujer desgreñada con mirada interrogante, el hombre se encontró con una sonrisa encantadora, un gesto de infinita dulzura y una voz aterciopelada con la que inició una fascínate conversación hasta el final de trayecto que le hizo olvidar incluso los dolores de estómago que le aquejaban en las últimas semanas.<br /><br />Cuando Alejandro abrió los ojos a la mañana siguiente, el olor a violetas le recordó la maravillosa noche que había tenido entre los blandos pliegues de aquella mujer mientras le parecía que no era él mismo el que la había amado una y otra vez con tanta pasión hasta que la luz del alba, se llevó a regañadientes a los rayos de luna llena que, curiosos, se habían colado por la ventana.<br /><br />Cuando por fin se decidió a mirar a su lado y buscarla, decepcionado, solo encontró sábanas arrugadas y una nota sobre la mesilla de noche que decía : Hasta pronto…y algo más extraño aun que parecía escapársele…, ! Si…!, el aura ambarina ya no estaba. Ausencia había desaparecido de su lado.<br /><br />El Oncólogo se quedó atónito. Pese a sus años de carrera jamás le había pasado algo así. Aquel loco había sonreído y parecía alegrarse cuando el Doctor pesaroso y con cara de circunstancias le ofreció todo su apoyo tras comunicarle que aquellos dolores de estómago los producía un cáncer incurable y apenas que le quedaban unas semanas de vida.<br /><br />- De verdad Señor…estoy confundido…perdóneme, pero nunca había visto que un hombre se alegrara ante una noticia tan nefasta…<br /><br />- No se preocupe Doctor le dijo Alejandro…!! Estoy seguro de que pronto voy a estar mucho mejor !!<br /><br />Fin.</span>Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-32762214115379953152020-03-22T09:48:00.001+01:002020-03-22T09:48:06.937+01:00UNA DE FANTASMAS ( RED2020)<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Se oyó un terrible grito…, bueno, en realidad fue un horrible alarido seguido de varios más hasta que un llanto nervioso e histérico fue substituyendo a los aullidos.<br /><br />No…, no era de noche, ni era una casa lóbrega y antigua, tampoco había neblina, ni los cipreses se recortaban tenebrosos en el cielo, ni ululaba un puto búho… Era de día y el sol entraba radiante al mediodía por todo el enorme y moderno rascacielos acristalado iluminando todas las oficinas cuyos aires acondicionados ronroneaban a máxima potencia para paliar el calor del efecto invernadero en aquellas estancias.</span><br />
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwImNjbWjo0m2AeGe0pmFP5chZmZ7qi8kR97TpttYgMvhWyNKyD4N0hHHRtBulYIP9X5PzKg7AwRWZpcbnCn324B8x8aKny3u7UzAcZHfScVU4LqXf87JmwgnOTPtDuSse26TRQ706c57P/s1600/IMG_20171102_132754.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="956" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwImNjbWjo0m2AeGe0pmFP5chZmZ7qi8kR97TpttYgMvhWyNKyD4N0hHHRtBulYIP9X5PzKg7AwRWZpcbnCn324B8x8aKny3u7UzAcZHfScVU4LqXf87JmwgnOTPtDuSse26TRQ706c57P/s640/IMG_20171102_132754.jpg" width="382" /></a></span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br />Cuando los demás llegaron en tropel hasta ella, Doña Gertrudis, la secretaria de dirección y una de las personas más temidas de aquél edificio, estaba desmayada, sudorosa </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">y</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"> pálida, caída boca arriba entre el inodoro y la mampara lateral de uno de los cuatro pequeños cubículos en que estaba dividido el baño de señoras de la oficina de la planta 23. Las bragas arrugadas en el tobillo izquierdo y la falda desordenadamente subida hasta el ombligo, permitía ver la negrura de su sexo entre las piernas desmañadamente abiertas.<br /><br />El primero en llegar fue un hombre, que para no mirar, se apartó pudorosamente sorprendido permitiendo así que sus compañeras de oficina la atendieran y la reanimaran.<br /><br />-! Ese cabrón quería arrancarme el coño ! !Os lo juro! ! No quería tocármelo no.., quería extirpármelo !, !Dejarme si él... !.<br /><br />Las compañeras, mientras la tranquilizaban comenzaron a mirase disimuladamente entre sí con extrañeza y complicidad.! Allí no había nadie !, en aquellos cubículos solo cabía una persona e incluso una compañera que acababa poco antes de salir del tocador dijo que no había visto nada raro.<br /><br />- ! Os lo juro!, !Tenéis que creerme!. Estaba sentada y ya había comenzado a orinar, cuando noté algo como una mano que viniendo de de atrás se deslizaba por mis nalgas, mi ano y mi vagina y me agarró todo el chocho como una garra abierta y luego lo estrujó como un higo dejándome sin habla de dolor y cortándome la meada.<br /><br />Cuando la lograron levantar a la mujer con una crisis de ansiedad para llevarla a la enfermería de la empresa con el fin que le administraran algún sedante, vieron que en el cubículo solo habían quedado algunos pelos rizados de origen evidente descansando bajo el agua amarillenta en el fondo del inodoro.<br /><br />La cosa quedó ahí, bueno no… No quedó igual, porque la dura dominación de "La Sargento Gertrudis" que tenía puteado a todo el edificio mostrando la más estricta intransigencia y falta de empatía con todo Cristo, se vio relajada por el ridículo público, las burlas, los cuchicheos y las risas a sus espaldas con la consecuente pérdida de autoridad moral de la susodicha, cuando se enteró por el desliz de un interfono, de que ahora la llamaban "Chochoroto".<br /><br />Pero la hilaridad general "Por lo bajini", no hizo mas que aumentar exponencialmente, cuando semanas después y delante de tres testigos, a "Chochoroto" en pleno ascensor unas invisibles fauces babosas le mamaron de modo virtual los pechos y succionaron sus pezones mientras algo le magreaba a la vez el culo y resbalando por la pared de cristal tuvo un extraño orgasmo que la dejó sentada en el suelo con los pelos revueltos y los ojos en blanco.<br /><br />Días después, una presencia le arrebató de las manos a una, ya trastornada Doña Gertrudis, más de doscientos folios de facturación y los hizo volar durante cinco minutos por toda la oficina cómo pequeñas alfombras de Aladino.<br /><br />Por último y lo que la llevó al retiro por incapacidad mental con el cerebro derretido por el delirio y un ataque histérico de asco, fue la sensación de que bajo su mano, el ratón del ordenador se había convertido de repente y en plena reunión de la directiva, en una peluda y enorme rata sarnosa cuya cola rosada y áspera se perdía tras el monitor.<br /><br />Cuando todos pensaban que "con la loca se había marchado la locura", coincidiendo siempre con el intenso resplandor del mediodía, aparecieron nuevos y misteriosos fenómenos sin explicación alguna que fueron acojonando a todo el personal de tal modo, que sobre los escritorios, ordenadores y discos duros, comenzaron a aparecer objetos como estampas de la virgen, cuernos de cabra, cruces de plata, amuletos indios , misales nacarados de comunión, ristras de ajo etz, porque inexplicable a la muerte a de Don Obdulio al que encontraron con el cráneo estampado contra el cristal de la fotocopiadora rodeado de una neblina azufrada mientras la dichosa máquina en modo automático iba esparciendo por el suelo con su siniestro y monótono "rirac" más de quinientas copias de sus sesos desparramados, se fueron sumando otros mas sangrientos todavía como el de Don Martín a quién la puerta del ascensor lo cizalló en dos dejando cada una de sus mitades solo unidas por las cuerdas que formaron sus hediondas tripas, a una distancia de dos pisos una de otra, o lo de Don Agustín, el tesorero, un hombre con obesidad mórbida al le ardió toda la grasa de su cuerpo como si fuera gasolina cuando al encender un enorme habano en el lujoso vestíbulo del edificio, le prendió casi espontáneamente su enorme papada porcina dejando su voluminoso cuerpo en un decepcionante espantapájaros requemado y humeante.<br /><br />A estos horrores, se fueron sucediendo otros desastres que fueron acabando uno a uno con todos los miembros de aquel consejo de administración tan permisivo y tolerante con las maniobras del hijo de puta, es decir, del presidente de aquel banco.<br /><br />"El Diosecito", qué dirigía aquella maligna máquina de joder al prójimo encerrado en la torre de marfil del último piso del edificio donde sus acristalamientos y panorámicos ventanales le permitían sentir, cuando miraba hacia abajo, una cuasi-sexual sensación de dominio sobre la ciudad, era de todo menos tonto y aunque no creía en fantasmas vengativos ni presencias espectrales, aquel capullo si veía claro que iban a por él y habían comenzado por aislarle eliminando antes la base de la pirámide de la que él y solo él, era el pináculo de oro.<br /><br />Había heredado la mayoría accionarial del banco de su padre, un honrado banquero que había levantado aquello con gran esfuerzo, buenas prácticas y una flexibilidad cristiana con sus deudores, para acabar dejárselo al psicópata malcriado de su hijo.<br /><br />Paradójicamente, " El Diosecito" lo convirtió en un gran imperio financiero mediante los procedimientos bancarios mas duros, despiadados, crueles, hijos de puta e incluso ilegales que su avaricia usaba sin remordimiento alguno, dejando a su paso una estela de quiebras, suicidios, ruinas y llantos, que lejos de remorderle en la conciencia y puesto que carecía de ella, alimentaban la autoestima de su insaciable ego.<br /><br />Así, que tantos eran los que tenían motivo para odiarle y desear su muerte, que al " El Diosecito", le resultaba imposible hacerse una idea de cuál de todos sus enemigos lo estaba cercando y no sabiendo por donde le venían los tiros, optó por protegerse atrincherándose a cal y canto, guardado por una fuerte seguridad, en su torre de marfil hasta que pasara el temporal, para mientras estudiar los dosieres de sus mas importantes cabronadas financieras por si algo le podría señalar el culpable del acoso.<br /><br />!Vana labor…!. Él ignoraba que las almas fantasmales que se agarran a la tierra con las raíces del odio para no marcharse y vagar sin descanso en busca de venganza, no suelen ser aquellas a las que han hundido hasta el suicidio la caída de sus grandes negocios y su ego, sino las que mueren silenciosas de pena de ver el sufrimiento de los suyos como la de aquel pobre anciano jubilado, cuando un injusto desahucio dejó sin techo a su mujer enferma para que el frío la rematara.<br /><br />!Si!, aquel capullo ignoraba la fuerza maligna y destructora que puede tener el alma cabreada de un viejo.<br /><br />No, de nada le sirvieron las paredes, ni los guardianes.<br /><br />A las doce del mediodía de un día radiante, justo en el quinto aniversario de la muerte de aquella vieja, el presidente desapareció para siempre.<br /><br />Alguien en el edificio comentó de pasada que le había parecido que algo caía gritando. Tal vez si hubiera caído mas despacio, ese alguien hubiera visto la cara de horror y los desorbitados ojos del " El Diosecito" mientras su cuerpo caía agarrado y envuelto por una arrugada presencia espectral.<br /><br />Misteriosamente, nadie encontró cuerpo alguno. No se estrelló contra el asfalto. La cicatriz de la grieta en la tierra que se lo tragó, aun vivo, hasta lo mas hondo, eterno y cruel del averno, se cerró después de engullirlo como si nunca se hubiera abierto.<br /><br />¿Sabéis…? Ese mismo día, el impresionante edificio del banco tembló como si lo sacudiera un pequeño seísmo. Los empleados no se extrañaron, como ellos mismos..., ! Aquella mole se había estremecido de alivio...!.<br /></span>Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-61571989937278740012020-03-13T11:34:00.000+01:002020-03-13T11:39:36.226+01:00EL VERANO DE LOS LIRIOS<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Lo de Ángel y Rocío, no fue la eterna batalla emocional de cada verano en el pueblo entre chicas y militares que comenzaba con las fiestas de San Juan y se desarrollaba hasta octubre.<br /><br />Lo de Rocío y Ángel, tampoco era viejo el juego en el que las muchachas con sus cuerpos y sus risas y su salero trataban de encelar a los calientes soldados que buscaban descaradamente sexo sin compromiso en un juego tácito de "nadar pero guardar la ropa" en el que cada cual, sabía a lo que jugaba.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPkYsT88sB1mSxaXpxtinQ0XPNRvUnkWD1-2Gw79sqNDIqZxgEc8QH7DbSyv6dk2zoZMKmbWTqgKBeUxn2DEe0bp5ABdZhMKPxyfta31_Mojb0oigy9FpJD-yOT9QqogVXSLqAbpPFIGFY/s1600/LIRIOS+FONDO+ROJO.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPkYsT88sB1mSxaXpxtinQ0XPNRvUnkWD1-2Gw79sqNDIqZxgEc8QH7DbSyv6dk2zoZMKmbWTqgKBeUxn2DEe0bp5ABdZhMKPxyfta31_Mojb0oigy9FpJD-yOT9QqogVXSLqAbpPFIGFY/s640/LIRIOS+FONDO+ROJO.jpg" /></a><br /><br />Lo de Ángel y Rocío o lo de Rocío y Ángel si preferís, no fueron esos encuentros llenos de permisividades hasta frenazos al límite, calentones insatisfechos, apasionados pero interrumpidos besos de lenguas golosas y excitantes toqueteos y magreos sin riesgo de consecuencias -"Te dejo que me cates para ver de qué estoy hecha pero si quieres mi virgo en flor, tendrás que llevarme para siempre de vuelta a tu tierra y mi cuerpo entero..."-.<br /><br />A Rocío, con diez y seis, nadie le había explicado nunca nada de todos estos pícaros juegos. Su madre, viuda pobre y solitaria, aun no había podido reunir el suficiente ánimo para explicarle nada sobre la vida porque, en su deseo de no perderla, la veía todavía una niña. <br /><br />Rocío conocía la llegada veraniega de los soldados como cada verano como las cigüeñas pasan raudas en invierno, pero a diferencia de sus amigas mas mayores, no sentía aún el anhelo de un amor ni una esperanza ni una oportunidad de un futuro<br /><br />¿Soldados?, bueno si…, eran soldados; pero no los del reemplazo del servicio militar obligatorio llamados a filas con sus caras aun aniñadas apenas tras los primeros afeitados. </span><br />
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Éstos muchachos que mas mayores y cuajados acudían de permiso a aquel pueblo, eran educados y de buena familia estudiantes universitarios que cumplían patrióticamente con la nación, pero fraccionando su deber durante dos o tres veranos para no interrumpir sus estudios universitarios.<br /><br /> Precisamente fue ése miércoles, el primer día de permiso de la nueva promoción en la cercana base militar, cuyo autobús verde caqui camuflado sin pretenderlo por el polvo y las salpicaduras de barro del camino, los desembarcó </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">a la salida del pueblo </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">a la hora del Ángelus, después de la revisión reglamentaria, con sus uniformes de paseo y sus botas brillantes como espejos tan arregladitos y perfumaditos como ángeles recién rasurados. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">.<br />Las gentes de aquél pueblo blanco que como si desde lo alto del peñasco se desparramara un jarro de leche que al caer trazaba sus tortuosas y encaladas calles de estilo morisco hasta la engalanada plaza, estaban encantadas de recibirlos todos los años en fiestas y aunque sabían que con la música y los primeros tragos de aguardiente soltarían su alegría, su bullicio, sus bromas y sus galanteos como el resto de muchachos de su edad, y salvo alguno que siempre tiene mal beber, no se enzarzarían en peleas ni destrozos y dejarían buenos cuartos en los bares y comercios y a pesar de la ojeriza y hostilidad que con hoscas miradas, les mostraban los muchachos locales, mas sencillos e iletrados, que conscientes de su inferioridad, veían a aquellos militares "de mentiras", como les gustaba llamarlos,como unos engreídos que con frecuencia se llevaban en el macuto de vuelta a sus ciudades a las mas bellas muchachas de la localidad, que astutamente veían en ellos la oportunidad de su vida para abandonar su predestinado y aburrido destino rural.<br /><br />Cuando la mirada de Ángel al entrar en la desconocida plaza vagó curiosa observando como los muchachos del pueblo se afanaban en terminar de cerrar las calles con las gradas de maderos para el encierro de toros y vaquillas y montar los "Cadafales" cuyos de barrotes de jaula resguardarían a uno cuando tras citar al toro valientemente el mas osado de los mozos lugareños evitaba la cornada en el último momento entre vítores, olés y aullidos de susto de la concurrencia, cuando venía perseguido y jadeante para refugiarse entre los barrotes esquivando a la negra y brava fiera a la que, llegada la noche y para cabrearla más, antorcharían los cuernos con bolas de fuego. <br /><br />Pero cuando la mirada de ojos grises de aquel soldado rubio se encontró de pronto con el color miel de los ojos de Rocío que estaba como el resto de las expectantes e ilusionadas muchachas del pueblo sentadas a la sombra del olmo de la plaza para ver la llegada de los apuestos militares mientras reían y bromeaban, apenas pudo renunciar a mirar aquellas dos preciosas luces para fijarse en sus tiernos labios color cereza madura, en los reflejos del castaño claro de su melena y el rosado de albaricoque de sus mejillas sobre la blanca y casi infantil piel de su rostro. <br /><br />Ángel, ni queriendo, pudo evitar andar todo el día buscando por el pueblo aquellos dos fascinantes brillos en cualquier momento y lugar, pero Rocío sin saber por que lo hacía tampoco pudo evitar apartar la mirada de aquellos ojos que la seguían a todas partes y una sonrisa mutua inició el coqueteo que desde el primer momento, se convirtió en verdadero flechazo de amor <br /><br />Durante aquel verano, una historia de autentica y espontánea unión amorosa fue brotando entre ellos suave y lenta, natural y tierna, sin condición alguna y con sabor a eternidad .<br /><br />La verdad es, que aunque la historia de Ángel y Rocío al final fue igual que las demás…, no fue lo mismo.<br /><br />Las manos de ambos se habían tocado cuando su cariño se lo pidió, sus cabezas se habían unido tiernamente cuando sentados en el parque, ella la recostó en su pecho y el la amparó con delicadeza pero haciéndole sentir la confortable protección que nunca había experimentado aquella niña sin padre, y cuando los besos fueron naciendo solos como los brotes de trigo verde tras la lluvia y sus desnudeces, se fueron descubriendo mutuamente sin extrañezas y sin límites ni reparos, como si ambos fueran parte un mismo cuerpo. <br /><br />Ángel, con todo su amor, se había cuidado mucho de no abusar de su inocencia de rocío y cuando la tomó una tarde de septiembre en la que ampararon su intimidad en el aislado vallecito del arroyo, Ángel con la certeza de que jamás se apartaría de Rocío, la hizo suya sobre la yerba con toda la delicadeza del mundo a la vera del rumor del arroyo a cuya música, danzaron abrazados y desnudos entre las matas de los juncos y los lirios que escondieron su secreto.<br /><br /> Rocío ni se preguntó ni pensó, solo se abandonó invadida de confianza con la intensa y creciente felicidad de tenerlo muy dentro junto a su alma. Con la anestesia del deseo sangró sin dolor, sintió cómo entre almizclados sudores sus cuerpos se fundían jadeando y sus labios se separaban para poder alentar y luego, sintió una inesperada explosión de dicha interna de la que no estuvo segura si era la vida o la muerte que le hizo abrir los ojos. Fue entonces cuando por primera vez en su vida y a pesar de que había pasado su infancia jugando en aquel valle, Rocío percibió la inmensa y sobrecogedora belleza de aquellos violáceos lirios cuyos morados, iluminados por el sol poniente, la rodeaban mientras, sin notar apenas el peso de del cuerpo de Ángel, se sumía en la más maravillosa dulzura.<br /><br />Al final y tristemente, éste sublime amor quedó para los demás en una vulgar historia rural de seducción y abandono ejemplarizante para las más muchachas más jóvenes porque, tras fundir sus cuerpos, Roció jamás volvió a ver a Ángel. Lo esperó cada noche en el valle de los lirios y regó mil veces de lagrimas el camino del pueblo al escondido valle hasta que se enteró de que aquella tropa había sido ya licenciada.<br /><br />Nadie aparecería por el sendero a la luz de la luna que venía del cuartel.<br /><br />La triste muchacha asumió con entereza en el pueblo el papel de ser una adolescente ignorante y engañada con aroma a puta, sobre todo, cuando la semilla que Ángel le dejó la convirtió también en madre soltera.<br /><br />Rocío jamás pudo amar a otro, jamás le guardo rencor y siempre disculpó en su interior de algún modo su ausencia e incluso cuando no pudiendo olvidarlo, decidió vivir con su recuerdo presente buscando en su hija Lirio que era clavada a su padre todo lo en ella podía sentir de él.<br /><br />Cuando la ley de la vida apartó a Lirio de su lado, Rocío con su belleza perdida y el cuerpo redondeado y flácido por la edad, se consolaba recordando una y otra vez la felicidad del valle de los lirios donde, como al cementerio por Todos los Santos, acudía cada día de septiembre al atardecer.<br /><br />-¿Rocío… ?<br /><br />La mujer se volvió sobresaltada pensando que estaba sola aquel atardecer en el valle.<br /><br />-¿ Si…?, ¿ Quién es Vd. …? ¿Qué busca…? contestó algo alarmada.<br /><br />De entre los juncos salió un hombre maduro, calvo y manco del brazo derecho con una cicatriz de quemadura en la parte derecha de la cara que parecía cuero repujado.<br /><br />-¿Ángel…? ¿ Eres tú…? dijo reconociendo aquella voz apenas cambiada que tenía grabada en su memoria a fuerza de recordarla cada día. <br /><br />- Si Rocío, soy Ángel…, no te asustes…, solo he venido para decirte jamás he podido querer a nadie mas…y que aun te quiero como aquél último día, pero siempre fui torpe con los explosivos y aquel fatídico dia aquello me estalló entre las manos, me dejó sin brazo y con el rostro de un monstruo desgraciando así mi carrera y mi futuro y yo..., yo te quería tanto, que no quise hundirte la vida uniéndote a un discapacitado sin mañana ni esperanza y me marché con el corazón roto y sin mirar atrás.<br /><br />-!Te hubiera querido hasta muerto Ángel !, y… ¿Por qué ahora Ángel… ?, ¿Por qué has vuelto..?<br /><br />-Fue esa hija, esa </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">hija </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">n</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">uestra con nombre de flor, de la que ni siquiera sabía..., si, fue Lirio la que me buscó, me encontró y me habló de ti…</span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br />¿ Sabéis….? Cuando entre los lirios como dos espíritus maduros ésta vez llegaron al éxtasis, Rocío no ya miró los Lirios morados, no…, Rocío con los ojos cerrados besaba con devoción aquella cicatriz de cuero mientras le acariciaba con ternura su muñón…del que jamás se separaría ....<br /><br /> Fin</span></div>
Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-47089124653090035762020-03-07T13:09:00.001+01:002020-03-07T13:09:48.014+01:00EL GRANERO DANÉS<br />
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Ximo apenas entendía a los daneses. Rubios y enormes, hasta los mas viejos con el pelo blanco y abundante mostraban la amabilidad de los granjeros nordicos, pero al pedir trabajo, todos le señalaban hacia el fondo del fiordo y decían: go to de black hause. </span></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWc0HCiHDdyuJejoFBL0AXjJQAof61H8ofW2617gLoJhM48Pyo08-0pFkW7LcnXe_19zs68DtAFZ77yzLyCN-PoIkIjVsJQp4W9aMvpcRt_65pSnfV17ue338waZPp3iuQxGjNx_EUM2iP/s1600/EL+GRANERO+DAN%25C3%2589S+PUB.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="276" data-original-width="369" height="478" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWc0HCiHDdyuJejoFBL0AXjJQAof61H8ofW2617gLoJhM48Pyo08-0pFkW7LcnXe_19zs68DtAFZ77yzLyCN-PoIkIjVsJQp4W9aMvpcRt_65pSnfV17ue338waZPp3iuQxGjNx_EUM2iP/s640/EL+GRANERO+DAN%25C3%2589S+PUB.jpg" width="640" /></a></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">No, no era un fiordo noruego metido entre acantilados, era un fiordo danés,una lengua gris oscura abierta a todos los vientos que serpenteaba entre colinas bajas y verde-amarillentas por el último heno del final del verano salpicadas de vacas pastando, cuya agua oscura y borrascosa se confundía con la del cielo hasta hacer desaparecer el horizonte. En una de las ultimas colinas se veía un pequeño barracón negro y alquitranado al que llegaba un camino de tierra.<br /><br />Craso error...cuando lleguó casi una hora después reventado de arrastrar la moto sin gasolina... vio con un extraño escalofrío que era un enorme granero vivienda tan negro y tenebroso que parecía una catedral vikinga de los tiempos de Thor y Odin .<br /><br />Como era la moda entre los universitarios españoles de las familias burguesas de los años 60 reprimidos sexualmente por la iglesia y adoctrinados por el aparato político franquista, Joaquín (Ximo), planeo su viaje iniciático por Europa en el verano del penúltimo último curso de su carrera.<br /><br />Fue su primera aventura, una aventura de niño bien, es más, la única aventura que Ximo había tenido y tuvo.<br /><br />Por las informaciones tal vez algo exageradas que les llegaban de los emigrantes que volvían de Europa, y las olas de turistas que saliendo de sus fríos y lluviosos países llegaban en verano a la España franquista, segura y barata, en busca de sol, playas, licor y tabaco sin impuestos y diversión en verbenas y tablaos flamencos, aquellos muchachos fueron conscientes de que el resto de Europa era otro mundo que era imprescindible conocer para quitarse de algún modo "el pelo de la dehesa" y el sentimiento de atraso cultural que sentían como un lastre.<br /><br />El primer objetivo de los tres que tenía el viaje de iniciación era conocer todo aquello y montado en su anticuada moto Bultaco, con su pequeña tienda de campaña y su saco de dormir, Joaquín había ido vagando pasaporte en mano, sin rumbo fijo por todos aquellos países rodando por carreteras y campings europeos observándolo todo con los ojos como platos como si fuera un paleto de aldea que llega por primera vez a la capital, absorbiéndo ciudades y paisajes como una esponja y tratándolo de fijar para siempre en su memoria.<br /><br />El segundo objetivo era tratar de perfeccionar el inglés, imprescindible para su futuro trabajo en el pequeño hotel que regentaba su padre y completar así en la práctica los cinco o seis cursos teóricos con los que solo había llegado a decir aquello de "my tailor is rich " y su inglés fue mejorando "a la fuerza" por pura necesidad a medida que a Joaquín le fue necesario para preguntar, alimentarse y dormir.<br /><br />Pero cuando al fin llegó a Dinamarca y se quedó sin dinero ni para gasolina, Ximo fue consciente de que las dificultades para cumplir su tercer objetivo y más importante para él ,! El sexual !, es decir, ser desvirgado por alguna de aquellas diosas nórdicas, no podría ya cumplirlo.</span><br />
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"> Ximo era virgen tardíamente ya que en el ambiente pacato en España, la chica que se arrimaba en el baile era considerada como puta y él jamás había querido, por caliente que fuera, iniciarse con una prostituta como habían hecho el resto de sus amigos.<br /><br />Así, renunció con disgusto a su tercer objetivo porque cuando llegó a Dinamarca y se dio cuenta de que jamás llegaría a Suecia y que ni siquiera podría ver la sirenita de Copenhague, se había quedado sin dinero y estaba muy lejos de cumplirlo y aunque ganara algún dinero trabajando de peón, lo necesitaría para regresar a España y cuando lo hiciera, lo haría envuelto aun en el obscuro y cruel manto de la virginidad tardía y mallevada.<br /><br />!Que sorpresas tiene la vida!, Se arreglo económicamente con el campesino borracho Gunnar Dueño de la granja del granero negro en que el hombre se había pasado el verano tumbado y ebrio de aguardiente y tenía todo el heno por recoger cuando en menos de un mes podrían comenzar las primeras nevadas<br /><br />Cuando ya pensaba que se volvía de vacio respecto a su tercer objetivo, la deseada iniciación sexual vikinga, un semana después y mientras completamente sudado segaba con la guadaña y hacía gavillas, apareció por el horizonte con el sol a contraluz una posibilidad que aunque remota le llenó de esperanza: una melena rubia y dorada agitada por el viento que cuando con paso calmado se fue acercando al granero, bajo la melena pudo distinguir la perfecta silueta de una autentica belleza nórdica, probablemente escapada del Vahalla, tan bella como no lo habría imaginado jamás envuelta a lo "Hippie" con un vaporoso vestido de flores y sandalias de cuero viejo.<br /><br />Ximo se quedó tan anonadado que </span><span style="font-family: arial, helvetica, sans-serif; font-size: large;">cuando de acercó a él </span><span style="font-family: arial, helvetica, sans-serif; font-size: large;">casi le hizo una reverencia como a una princesa y la muchacha con una sonrisa angelical le dijo: </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br />-¿Ximo?<br /><br />Cuando con la cabeza gacha le confirmo tímidamente su identidad y mientras se dában la mano, en ingles le dijo:<br /><br />-Soy Greta, la hija del borracho de Gunar, vivo en Copenhague con mi madre , estoy estudiando diseño y vengo a ayudarte por que como de costumbre Gunnar ha dejado todo el heno por segar y es mucho trabajo ti solo y si no, no acabaremos antes de octubre cuando aquí suelen caer los primeros copos de nieve.</span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br />!Que extraña es la vida! nunca imaginó Ximo que el inicio a su vida amorosa fuera así. pero cuando después de un día de trabajo agotador con un sol de justicia Greta le invitó a refrescarse y bañarse en el fiordo al atardecer, acepto gustoso.</span><div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span style="font-family: arial, helvetica, sans-serif;"> Al llegar a la playa negra y limosa Greta se desnudó completamente y entró chapoteando en el mar sin mirar atrás y desde dentro, le animó con gestos y risas a que la imitara. Ximo, un poco timorato y avergonzado por su erección hizo lo mismo, pero ella sin darle importancia alguna se acercó a él y entre risas comenzó a hacerle cosquillas que el chico intentaba devolverle, se abrazaba a él que por primera vez noto la dulzura blanda de unos pechos, la firmeza resbaladiza de unas nalgas y el roce áspero pero delicioso de un pubis sobre su entrepierna.Luego ya excitados, cesaron las risas y comenzaron los abrazos y revolcones suaves sobre el fango liso y limoso de la orilla donde cubiertos del limo oscuro y tibio parecían dos delfines negros varados y agonizantes retorciéndose uno sobre el otro antes de morir iluminados por el sol poniente y solo sus ojos abiertos y sus rojas lenguas entrelazadas los podían identificar como humanos. </span><br /><br /><span style="font-family: arial, helvetica, sans-serif;">Greta que ya se había hecho a la idea de que la excitación y la fuerza del muchacho no se acompañaba de experiencia alguna, con una sonrisa tierna le cogió amablemente de la mano y lo llevó hasta una riachuelo claro que había tras el granero y después de lavarse y que sus pieles volvieran a ser humanas, lo subió hasta el altillo de granero donde el heno secaba y comenzó a instruirle con excitación pero con paciencia en las artes amatorias y de todo aquello que volvía loca a una mujer, los lugares que acariciar, los tiempos y momentos de atacar o aflojar, y como reposar abrazados con infinita ternura al finalizar. </span><br /><br /><span style="font-family: arial, helvetica, sans-serif;">Ya no volvieron al fiordo, los veinte días que les quedaban hasta octubre, al acabar el trabajo diario y sudados como iban subían con unas cervezas frescas hasta el lecho que la hierba había construido como un nido de amor y allí Greta, la profesora, le fue enseñando una a una todas las páginas del Kamasutra y como si todo el techo del granero estuviera decorado con ellas...y a Ximo, señores, no se me olvidó ni una... </span><br /><br /><span style="font-family: arial, helvetica, sans-serif;">Pero a veces todo aquello que había comenzado con una sorpresa increíble terminó con otra igual de increíble veinticinco años después que como un boomerang olvidado vino a golpearle a Ximo en la cara en su madurez. </span><br /><br /><span style="font-family: arial, helvetica, sans-serif;">Estaba en la barra de la terraza sobre la playa preparando las bebidas que Ernesto, su hijo, un chico simpático y apuesto que con su pelo negro rizado y sus ojos verdes traía revolucionada a toda la clientela femenina, cuando de pronto alguien delante de Ximo dijo: </span><br /><br /><span style="font-family: arial, helvetica, sans-serif;">-¿Eres Ximo? </span><br /><br /><span style="font-family: arial, helvetica, sans-serif;">- Si soy Ximo, le dijo distraídamente mientras levantaba la mirada, pero cuando vió a la muchacha casi se cae al suelo de la impresión, era la mismísima Greta como si el tiempo no hubiera pasado por ella la que le tendía una carta. </span><br /><br /><span style="font-family: arial, helvetica, sans-serif;">-¿Greta? dijo pasmado </span><br /><br /><span style="font-family: arial, helvetica, sans-serif;">-!No! ! No! yo soy Inga, Greta es mi madre y me ha dado esta carta para ti. </span><br /><br /><span style="font-family: arial, helvetica, sans-serif;">Ximo se sentó a leerla porque le temblaban las piernas. </span><br /><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><i>Ximo, esta es Inga, nuestra hija, aunque ella no lo sabe ni sabe quién eres y prefiero que nunca lo sepa. Siempre te he recordado con cariño e Inga me ha ayudado a no olvidarte. Las cosas han ido mal aquí, el granero se quemó </i></span></span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><i>en una borrachera de Gunnar con él dentro, mi madre murió de un ictus y a mí ya me está alcanzando el cáncer de mama. Inga no tiene mas familia y ahora te tocará a ti cuidarte de ella. Sé que puedo confiar en ti y no me fallaras...un beso. </i></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br />la cosa fue que Inga era un encanto, y junto Ernesto haciendo equipo, comenzó a trabajar en la terraza que también se llenó de clientes masculinos con lo cual el negoció comenzó a marchar viento en popa.</span><br />
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"> Pero pasa</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">dos unos meses, un dia en un descanso, Ximo mirándose acaramelados con la complicidad del amor y la inquietud y la angustia se apoderaron de él .!Eran hermanos! !Caminaban de cabeza al incesto! ...</span><br />
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br />A Ximo angustiado solo se le ocurrió tomar muestras de ADN de sus vasos para con los análisis en mano enseñárselos y evitar aquel desastre antes de que fuera tarde, pero llegó tarde....porque Inga estaba tan enamorada se preñó al primer polvo.</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br />Cuando llegaron los resultados a un Ximo deprimido y derrotado por la culpa la sorpresa fue mayúscula, un alivio y un disgusto a la vez: ! Si !, si que se podían enamorar, Greta era hija suya al cien por cien pero Ernesto, !Hay que joderse!, no tenía ni una gota de su sangre.<br /><br />La hija de puta de su mujer había muerto siete años antes y Ximo jamás podría saber quién era el padre de Ernesto, aunque en una foto antigua de cuando inauguraron la Heladería de al lado Ximo se dió cuenta de que el heladero, de joven, era clavadito a Ernesto...<br /><br />Ximo, se sentó y sonrió ya tranquilo....¿Sabéis?...aquí todo seguirá igual, con los años solo pesan los problemas y ya no pesan los cuernos y su nieto iba a ser guapisimo...</span></div>
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Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-17788239468236484832020-02-21T10:00:00.000+01:002020-02-21T10:00:00.453+01:00EL CONSEJERO <div class="separator" style="clear: both;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjheSqaELEcLJyqk2HLQLdi0DZoz65JHM-bODcQr2qKdWkvGX-xjpca-7WipNeJdse5gG4jLiqlAUnHXm_HQYSWdhrwlLBZRCYCA5_fH92N4kTx4ONZlS5RG22hh9J2uJXaFgKuFYalVYrZ/s1600/EL+CONSEJERO+PUB.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: left;"><img border="0" data-original-height="510" data-original-width="329" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjheSqaELEcLJyqk2HLQLdi0DZoz65JHM-bODcQr2qKdWkvGX-xjpca-7WipNeJdse5gG4jLiqlAUnHXm_HQYSWdhrwlLBZRCYCA5_fH92N4kTx4ONZlS5RG22hh9J2uJXaFgKuFYalVYrZ/s640/EL+CONSEJERO+PUB.jpg" width="412" /></a></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">El rechoncho hombre incoherentemente vestido con un viejo sombrero y un ajado y raido traje de lanilla de anticuado corte urbano que recordaría hoy a las películas de Chaplin, hubiera parecido un pobre de limosna en cualquier ciudad con su ajetreo de caballos, tranvías y esos endiablados engendros ruidosos que llamaban automóviles y que cada vez se veían más entre las clases pudientes; pero allí entre las ropas de sarga y de pana antigua, los zuecos de madera para los charcos, las boinas y los marchitos sombreros de paja de los habitantes de aquel sitio olvidado, parecía un diputado que caminaba ceremonioso hasta la plaza. </span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">E</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">s curioso, pero aquella valiosa figura no existía en ningún otro lugar. Tal vez hasta entonces su función fuera ejercida en los confesionarios por curas y párrocos o tal vez fuera un raro antecedente de psicólogos, psiquiatras ,"couchings", o asistentes sociales, pero por aquellos tiempos de entreguerras de pobreza y miseria, la figura del "Consejero" era una cosa desconocida y extravagante para quién no fuera de allí y más si se piensa, que la suya, se trataba de una labor desinteresada y gratuita compensada solo por algunos donativos en forma de alimentos y carbón que, cuando el hambre lo permitía, la gente agradecida le dejaba anónimamente en el callejón a la puerta de su casucha</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large; text-align: start;">.</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Disponía de una vieja mesilla de terraza y un par de banquetas de asiento de enea de la época cuando</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"> </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">hacía ya mas de un siglo </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">el viejo Goya</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"> </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">pintaba </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">las guerras napoleónicas y que según la época del año, el hombre iba colocando bajo los soportales, en medio de la plaza junto a la fuente, bajo el viejo olmo, o entre los entoldados del mercado de ganado. </span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br />Se sentaba a eso de las diez más o menos según le diera por tocar al campanero y cuando apoyaba pesadamente los codos en la mesa abriendo las piernas para que cómodamente reposara su abdomen, era la señal tácita para que los "esperantes" de consejo, se fueran poniendo en cola y uno a uno con la infinita paciencia rural de que el tiempo no tiene valor y tras descubrirse respetuosamente, se fueran sentando de uno en uno delante de él exponiendo su problema (uno solo por sesión) oyendo luego su consejo y al terminar, marchar a sus cosas con un mil gracias, una sonrisa de agradecimiento y una actitud de veneración con la cabeza gacha y el sombrero en mano a la que solo faltaba hacer una genuflexión y besarle la mano como a un obispo. <br /><br />Según pudo averiguar mi abuelo, aquél hombre era una bendición para aquel lugar como un año de nieves, un verano fresco o la ausencia de alguna plaga pertinaz. <br /><br />"El Consejero" sabía de todo, sabía de siembras y cosechas, de amores y penas, de instancias y pleitos, de motores, de ganado, de enfermedades, de curas y milagros, de políticas y votaciones, de armas y guerras y de todo lo que uno se pueda imaginar y más y lo que ignoraba, lograba enfocarlo con tal sentido común que era como si te guiara con una linterna en medio de la noche oscura. <br /><br />El resultado de sus consejos solía ser tan acertado, que incluso los habitantes de otros lugares de la región, enterados, también acudían a él como en peregrinación pasando dos o tres días de espera al abrigo de la fonda para ser atendidos por él. <br /><br />Mi abuelo lo conoció cuando se pateó media península ibérica como historiador a sueldo del partido republicano haciendo inventario de los tesoros eclesiásticos que hubieran quedado ocultos tras la antigua desamortización de Mendizábal del siglo anterior con la excusa de estudiar el románico primitivo, recóndito y disperso por el agro español y cuando preguntó por la comarca por una pequeña ermita que nadie parecía conocer, las gentes le remitieron al consejero como último recurso. <br /><br />En realidad, los republicanos se estaban preparando para rapiñar aquellos bienes en cuanto liquidaran la monarquía y exiliaran a aquel rey reaccionario, pero aunque todo eso a mi abuelo se la traía al pairo, el hombre quedó impresionado por el enigma de la historia del Consejero del que nadie sabía quién era, ni como se llamaba, ni cómo llegó allí, ni de quien era la casa donde vivía, ni de que vivía en realidad. <br /><br />Al parecer, cuando mi abuelo indagó, nadie sabía nada y no porque el hombre fuera hermético o introvertido, sino porque aquellas gentes en sus creencias supersticiosas, no le preguntaron jamás nada al "Consejero" convencidos de que era una especie de frágil bendición que había caído allí por un despiste de Dios y que si por su curiosidad se la molestaba, podía esfumarse. <br /><br />Tras encaminar correctamente a mi abuelo a su objetivo con unas claras indicaciones, El Consejero aceptó cómo compensación ser invitado a cenar por mi abuelo merced a la enorme curiosidad que levantó en él la cámara fotográfica que portaba. <br /><br />De aquella conversación, mi abuelo tomó esmeradas notas que guardó cuidadosamente al igual que aquella vieja foto y aunque ignoro aun cual era su propósito pero me interesó especialmente la transcripción de aquel diálogo. <br /><br />-Mire señor, me pregunta Vd, como llegué aquí y cómo sé tantas cosas. <br /><br />Le confesaré que Dios, me dio un Don y un defecto. El Don consiste en la capacidad de conocer con muy pocos datos lo que le conviene a cada cual según sus circunstancias y acertar en ello. <br /><br />-¿Y el defecto…? pregunté… <br /><br />- El defecto señor…, dijo "El Consejero" con una sonrisa triste acompañada de un suspiro, el defecto es una absoluta ceguera de ese Don para mí mismo. !Si…,! en mí nunca fue más verdad aquello de "Consejos vendo que para mí no tengo" y parece que Dios, como si me lastrara por mi clarividencia con el prójimo, me condenara a hacer siempre lo que no me conviene, tomar el camino equivocado o meterme en asuntos en los que acabo mostrando mi más absoluta inutilidad. <br /><br />-¿Y si eso es así?, ¿ Cómo es que Vd. sabe tanto y de tantas cosas…? le pregunté interrumpiéndolo impacientemente. <br /><br /> - Ja ja ja…, Es sencillo Señor…, no soy tonto, tengo buena memoria y curiosidad, soy ya viejo y en ésta vida me he metido en tantos caminos equivocados y tantas decisiones erradas, que antes de fracasar en todos ellos he ido aprendiendo algo de cada uno de los cientos que he tomado y eso al final, es saber mucho. <br /><br />-¿Y cómo es que con todo lo que Vd. sabe ha acabado Vd. de" Consejero de balde" aquí en éste perdido lugar lleno de ignorancia y alejado de toda civilización ? <br /><br />El Consejero sonrió de nuevo, bebió un trago de vino tinto, carraspeó y dijo: <br /><br />-¿Sabe?, no podía soportar más esos fracasos que me desazonaban el alma y mi última decisión me hizo acabar enfermo en unas minas cerca de aquí. Entonces, decidí no decidir mas, no luchar mas, rendirme, y dejar de buscar mi bienestar y entendí que si Dios quería que usara mi Don solo para ayudar a los ignorantes y necesitados, así lo haría y me quedaría quieto aquí sin emprender ningún camino y aquí me tiene y la verdad es que nunca seré nada, pero soy feliz ayudando, la gente me quiere y no me falta de nada para vivir. <br /><br />Mi abuelo, impresionado y conmovido, levantó su copa y brindó por él.<br /><br />- Amigo, no sé si Dios existe pero si lo hizo a Vd., hizo algo muy grande… <br /><br />Cuando años después de acabar la guerra civil mi abuelo que no se había quitado de la cabeza a aquel hombre volvió a aquel lugar, comprobó que ya no era un lugar de ignorancia y que las gentes habían progresado bastante para empezar a saber y decidir por sí mismas, pero El Consejero, ya no estaba... <br /><br />-¿Saben Vds. donde se fue? Preguntó al dueño de aquella taberna donde una vez había cenado con él alumbrados por un velón y rodeados de toneles de vino peleón.<br /><br />- Si claro señor…, ¿Cómo olvidar eso…?, dijo con una cara sombría en la que se había helado su sonriente rostro comercial: Su alma, seguro que debió irse al cielo, pero sus huesos…, están allá abajo, bajo unas piedras en una fosa común cerca del cementerio porque en cuanto ganaron la guerra los fascistas, vinieron con el clero resentido por los celos y los poderosos por la ayuda a los ignorantes campesinos y lo fusilaron en la plaza por comunista. <br /><br />Mi abuelo, comprendió entonces que "El Consejero" no había errado una vez más en la decisión de quedarse en aquél lugar, es más, acertó de pleno, porque sin saberlo, había cumplido su misión, era un mártir de los nuevos tiempos, una especie de santo anónimo de los que su único milagro, era aconsejar a quién no sabe. <br /><br />Fin</span>Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-71951713566269284432020-02-14T08:34:00.000+01:002020-02-14T09:08:41.634+01:00MARIELA Y EL ARROZ<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">No, no era la primera vez que un domingo veía a aquella niña así mientras el resto de las niñas del orfanato corría jugado con las palomas blancas, alimentándolas con el arroz que para ello les habían dado las monjas, para luego espantarlas con todo el griterío para que volaran como un torbellino por toda la plaza de la Virgen de los Desamparados, mientras Mariela permanecía sentada con su mejor y único vestido rosa con puntillas en un rincón de las gradas de piedra con aspecto triste y la cabeza baja mirando su puñadito de arroz al que daba vueltas con el índice de la otra mano mientras esperaba que el primer rayo de sol que saliera de detrás del campanario gótico del miguelete iluminara sus manos. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRSuVEi2cK5mXocsPWI_JDTacwPZ-Mwf0snpbfQcpR7rzMpUVEu_vFRUkOcSNcfzCOwVsfptNjV7TYwSRupG6cy7Ygr9MZQgO_-dYx26FpzpycfygbFmLy5NkOLXY0qrs4AyWLyNJDTh8y/s1600/marieta+y+el+arroz+pub.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRSuVEi2cK5mXocsPWI_JDTacwPZ-Mwf0snpbfQcpR7rzMpUVEu_vFRUkOcSNcfzCOwVsfptNjV7TYwSRupG6cy7Ygr9MZQgO_-dYx26FpzpycfygbFmLy5NkOLXY0qrs4AyWLyNJDTh8y/s640/marieta+y+el+arroz+pub.jpg" width="432" /></a></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Entretanto, numerosas parejas y feligreses de la Virgen caminaban observando a la chavalería desde la puerta de la basílica en cuyo altar, era venerada la imagen de la virgen con su bella corona radiada y un enorme manto enjoyado a cuyos pies mantenía envueltas y protegidas las dos pequeñas figuritas desnudas de los desamparados. </span><br />
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span>
<br />
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Seria porque yo estaba mas sensible que otras veces o por que el resto de las niñas, mas calmadas, ya no necesitaban una vigilancia tan estrecha, pero me acerque a la niña, me senté a su lado y le pregunté:</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"> </span></div>
<div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br />-¿Qué te pasa Mariela? , ¿Estás triste?, ¿Porque no juegas con tus compañeras con las palomas?. <br /><br />Ella me miró a los ojos y con una voz entre melancólica y aburrida me respondió: <br /><br />-¿Para qué tengo que jugar si no tengo ganas Don Pascual? Vd. y yo sabemos que estos juegos de domingo en la plaza solo son una excusa para que de lejos nos vean aquellas parejas que quieren adoptar a alguna de nosotras. <br /><br />- Bueno, dije yo, es una forma de que os valoren naturales y alegres, por eso, debías salir a jugar con ellas. <br /><br />Mariela entonces, apartó su mirada del arroz, me volvió a mirar a los ojos y con un tono de persona mayor que pareció raro en su vocecita de niña me dijo: <br /><br />-Pero don Pascual, Vd. sabe que eso no pasa casi nunca porque con 6 u 8 años ya somos mayores para eso, ya es tarde para nosotras, si por los hombres fuera, nos adoptarían a todas, pero ellas...ellas quieren sentirse madres, necesitan un bebe al que puedan dar biberones, cambiar los pañales, preocuparse si no comen o tienen fiebre, quejarse de que no las dejan dormir o no paran de llorar, llevarlo cada mes al puericultor...etc., por que si no, no se sentirian madres de verdad y nosotras para ellas siempre seríamos como sobrinitas adoptadas por que sus padres hubieran fallecido. <br /><br />Un doloroso golpe de angustia y dolor sintió Don Pascual en su pecho con la última frase de Mariela, y aunque quiso desechar el pensamiento casi al instante, no pudo evitar evocar la tragedia que se vivía en su casa desde que aquel tranvía amarillo y destartalado mató a su hija, que ahora tendría la edad de Mariela, cuando en un descuido se soltó de la mano de su madre. <br /><br />Laura, la jovial esposa de Don Pascual, se vino abajo, jamás volvió a sonreír y la depresión crónica y culposa le hizo renunciar con horror a tener otro hijo por el pánico de que volviera a ocurrir. <br /><br />Como las desgracias no vienen solas, en casa de Don Pascual llegaron dos unidas como las cerezas y a la muerte de su hija y los desvaíros de Laura, se sumó el cierre de colegio privado, donde Don Pascual enseñaba matemática avanzada, tema del que era una eminencia, porque en la posguerra nadie lo podía pagar. Los gastos en psiquiatras para Laura se hicieron astronómicos y se comieron los ahorros que tenían y con el puesto de profesor y vigilante que le ofrecieron las monjitas con su mejor voluntad, apenas les llegaba con mucho sacrificio para malcomer y pagar el alquiler. <br /><br />!Ah! si él dispusiera de algún recurso se llevaría corriendo a su casa a aquella niña dulce inteligente y madura, pero la realidad es tozudamente dura y no podía permitírselo... <br /><br />Mariela, como si tuviera un sexto sentido captó el abatimiento de aquel amable hombretón que se esforzaba por no llorar y le dijo a Don Pascual: <br /><br />Mire, yo en vez de darle el arroz a las palomas lo revuelvo en mi manita y lo observo con el primer rayo de sol que lo ilumina, y me he dado cuenta de que aunque la mayoría de veces queda grisáceo, cuando la luz los deja blancos es que pronto algo bueno va a suceder; que sana alguna niña enferma...;que adoptan a una amiga...;que las monjitas reciben algún donativo...;etc. y esta vez estando Vd., aquí conmigo han salido más blancos y brillantes que nunca. <br /><br />Nada repentino se movió en los días siguientes...pero algo se debía estar gestando cuando de repente llamaron a Don Pascual de la Universidad para ocupar una plaza de profesor adjunto de nueva creación acompañada de un magnifico salario. <br /><br />Mariela se puso algo triste cuando Don Pascual al que le había tomado cariño dejó de ir por el colegio varias semanas y pensó que no lo volvería a ver, pero pasado algún tiempo, un día la llamaron del despacho de dirección donde la madre directora la estaba esperando junto a una mujer morena y guapa pero seria y poco maquillada con un vestido verde oscuro que aumentaba su palidez. <br /><br />- Mariela, dijo la madre directora, esta señora te quiere adoptar ¿qué te parece...? <br /><br />- Bien Madre, dijo la niña con mirada cautelosa...pero... no debe haber un Papa también...? <br /><br />- ! Claro que lo hay ! pequeña !faltaba más! ! Está fuera acabando de firmar los papeles! <br /><br />Cuando el hombre tras llamar a la puerta del despacho entró y Mariela lo vio, esbozó una sonrisa de oreja a oreja y de un salto de alegría se le abrazo al cuello y dijo: <br /><br />-! Qué alegría Don Pascual! ! Creía que no lo iba a ver nunca más...! ve Vd. ! El arroz nos salió blanco ! <br /><br />No alargaré esta historia contándoos como Mariela llevó con su simpatía y dulzura la alegría a aquel hogar ni con que dedicación y cariño la trataban, le compraban chucherías , la llevaban al parque y le compraban muñecas. <br /><br />A Laura se le fueron olvidando las manías y se pasaba el día sonriendo besándola y abrazándola y Don Pascual que había recuperado su orgullo y autoestima estaba mas guapo que nunca... <br /><br />Mariela no se sentía feliz por todo lo que le compraban ni por el cariño que recibía, ella se sentía feliz de ver la felicidad de ellos y aunque no entendía lo que pasaba, se sentía alegre cuando los domingos le compraban un cuento y mientras ella lo leía en el comedor Laura y Pascual se encerraban un rato en su cuarto para hacer suspiros, grititos, y poner a traquetear la cama, para salir luego sonrientes y rojos como un tomate. <br /><br />Un domingo de los "de cuento", a Mariela se le ocurrió mirar el arroz con los primeros rayos de sol y volvió a salir blanco en su manita. pero se quedó algo confusa ¿Mas felicidad? ¿ Para qué?.... <br /><br />Lo supo al cabo del tiempo....Laura y Pascual habían encargado un bebe...y además de la felicidad durante el embarazo, una corriente de esperanza corrió por toda la casa como un rio de esmeraldas.. <br /><br />A los pocos días de nacer Luna, una niña blanca y preciosa como una nubecita, Laura y pascual decidieron que el bautizo de Luna y la comunión de manuela se celebraran el mismo día, el segundo domingo de mayo, fiesta de Virgen de los Desamparados. <br /><br />Para la ocasión le compraron a Mariela un vestido de primera comunión precioso y vaporoso en el que parecía una mosca caída en un vaso de leche, unos zapatos de charol negros, un pequeño misal con tapas de marfil, un rosario de perlitas nacaradas y una diadema de azucenas. <br /><br />Esa misma mañana, la de la ceremonia, el arroz de su manita no solo estaba brillante sino que refulgía como granitos de plata pulida con los primeros rayos del sol y efectivamente, fue un día tan maravilloso y festivo como Mariela no había visto jamás y volvieron agotados a casa acompañados de don Martín para obsequiarle por su esfuerzo ya que aquel cura de noventa y cuatro años cuya cara parecía una pasa y su cuerpo menudo una interrogación, había celebrado ambas ceremonias. <br /><br />Mientras lo obsequiaban con vino dulce y pastas y jugaban con el bebe. Mariela se notó rara y cansada se metió en su habitación. <br /><br />Mas tarde, cuando Laura la echó de menos, fue a verla a su habitación y volvió llorando y ahogando un grito.. <br /><br />-!Pascual...! !Mariela no está! !la han raptado y se han ido por la ventana! <br /><br />- Tranquila, iba diciendo Pascual mientras acudía..la ventana da a un barranco de cincuenta metros de hondo...se habrá escondido por una broma.... <br /><br />Pero no, Mariela no estaba...sobre la cama solo estaba el blanco y vaporoso vestido, sobre la almohada la diadema de azucenas, entre las manguitas cruzadas el misal y el rosario y donde debían estar los pies, estaban los zapatitos y los calcetines calados pulcramente dispuestos. Pero al tocar la cama, estaba toda mojada con un intenso olor a agua de azar. <br /><br />Cuando el cura acudió a la habitación en vista del desconcierto de los padres y vio lo que había dijo: <br /><br />No os preocupéis, no os la han robado ni secuestrado, simplemente se ha diluido y vuelto a su origen. <br /><br />-¿Diluido? ¿Origen? <br /><br />-Mirad, siempre lo sospeché al verla, Mariela era un copo de la Virgen de los desamparados que como si fuera un copo de nieve reparte entre los indefensos y desgraciados para aliviar un sufrimiento injusto e inmerecido, en mi vida he visto varios casos y como si fuera nieve, cuando acaban su misión de diluyen. <br /><br />-No, no vais a sufrir, tranquilos, simplemente continuareis con la felicidad que Mariela os proporcionó con su presencia y Mariela ya estará en otra misión y vuestro corazón mañana ya la habrá olvidado.. <br /></span><br />
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: large;">Fue entonces cuando vieron que sobre el alféizar de la ventana,
Mariela les había dejado un puñadito muy blanco </span></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: large;">de arroz......</span></span><o:p></o:p></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: large;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">
fin</span></div>
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Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-31534519686396773722020-01-24T17:43:00.000+01:002020-01-24T17:43:55.382+01:00LA VENUS DE LA PAMELA BLANCA<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi70mw3NKczhXh3GD-i0pv2NrSkjlE1qJx-UZlAiOUcFb4WblnBiH_VXH6XG5rlbTbgIQhBssuDK6AerB2SV3WeOxXzvxz0fDYqTognuTls1hylyQ7QKD5Ul32KNTxbkqBV1CBPAL97xcsn/s1600/venus+de+la+pamela+blanca.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi70mw3NKczhXh3GD-i0pv2NrSkjlE1qJx-UZlAiOUcFb4WblnBiH_VXH6XG5rlbTbgIQhBssuDK6AerB2SV3WeOxXzvxz0fDYqTognuTls1hylyQ7QKD5Ul32KNTxbkqBV1CBPAL97xcsn/s640/venus+de+la+pamela+blanca.jpg" width="324" /></span></a><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">-Mire Vd. Don Basilio, aunque ya hace cuarenta años de aquello y veinte desde que el maestro murió y tuvimos que cerrar el estudio y el taller, jamás olvidare aquel extraño día. <br /><br />Cuando entré al taller y le di los buenos días, el maestro estaba de pie junto a la soleada ventana vestido con su bata manchada de pinturas de mil colores, muy serio y con la cabeza baja ensimismado mirando a los adoquines del callejón mientras que de sus desmayados brazos, colgaban un bote de pintura blanca de la peor calidad y un grueso pincel desmochado de los de preparar lienzos. <br /><br />Las sombras que el sol mañanero dibujaba en su rostro permitían ver el torrente de lágrimas y que resbalaban en silencio por sus marcados rasgos de cuarentón como las gotas de cera de un cirio pascual me dieron la impresión de un asesino arrepentido que acaba de matar a lo que más amaba y que con ello su vida también había terminado. <br /><br />Con una voz apenas audible me dijo sin dejar de mirar a la calle <br /><br />- Luis, por favor no me hagas preguntas y llévate ese cuadro, envuélvelo bien y escóndelo en el fondo del almacén donde nadie, ni yo siquiera, lo pueda encontrar. <br /><br />Fue entonces cuando encima de un caballete sobre un suelo manchado de goterones pintura blanca vi aquel cuadro de espaldas a mí. <br /><br />Cuando dando un rodeo di la vuelta para verlo, me quedé helado, aquel no era ningún cuadro histórico o representativo de los que pintábamos habitualmente después de la guerra civil en el taller para decorar salones oficiales y capillas o palacetes para mayor gloria del arzobispado y del régimen fascista. Aquel cuadro era el primer cuadro "personal" que yo le había visto al maestro: Era el desnudo de una muchacha con una Pamela blanca, pero de estilo moderno alejado del tipo de pintura anticuada del maestro y a pesar de los gruesos y descuidados trazos de pintura blanca con que el maestro había cubierto toscamente las partes mas púdicas y sensuales intentando, aunque sin conseguirlo, borrar su hermosura, la imagen irradiaba tal belleza y magnetismo que me llevó, después de quitarlo de la vista del maestro, a contemplarlo en secreto durante muchas horas mientras se acababa de secar. <br /><br />Sin embargo, antes de llevármelo al almacén no pude menos que decirle con cierta ingenuidad:- !Pero maestro, esos obscenos manchones blancos sobre una maravilla así son una abominación impropia de Vd. ..! <br /><br />-Mire Luis, me respondió el maestro: !No quiero que nadie la vea como yo la vi, ni sepa la pasión con que la amé! y es más, a partir de ahora olvidaremos este secreto y jamás mientras yo viva, ni conmigo ni con nadie, se volverá hablar de ello <br /><br />Tras aquello y hasta el día de su muerte el maestro nunca volvió a mirar mujer alguna. <br /><br />Aquella imagen era una genialidad. en la parte superior su rostro, su cabello dorado ceniciento, sus ojos castamente cerrados, e incluso la pureza blanca de la pamela, eran la de un ángel hermoso y tímido que con un amor infinito que rebasaba su pureza y vencía por amor su pudor mostrando como un tesoro secreto en la parte inferior, no sin turbación ni el menor deseo de seducir, un cuerpo tentador y voluptuoso capaz de llevar a cualquier hombre de cabeza al infierno con una sola mirada. <br /><br />La Venus de la Pamela blanca ,como yo la bauticé, era un cuadro impropio de él. El maestro era un hombre religioso solitario y a la antigua, una especie de estoico que apenas salía de la casa. Habitaba un caserón de antiguo dos plantas del Madrid antiguo de la época de los Austrias que hacía esquina rodeado de una pronunciada bajada adoquinada. Arriba del taller donde trabajábamos, en la planta superior, vivía con su hermana solterona beata y medio monja que lo cuidaba y atendía y el sótano, enorme, se prolongaba en la bajada por la parte posterior haciendo el papel de almacén donde por sus buenas condiciones guardábamos las obras que no se habían vendido ya y sus cuadros de juventud. <br /><br />Alguna vez le pregunté por qué no pintaba algo personal a la moda del siglo veinte cubista, fovista o por lo menos discretamente impresionista para hacer una exposición que con su talento y reputación nos hubiera proporcionado fama y gloria además de buenos beneficios. Pero el maestro se negaba a ello aduciendo que él solo era un artesano de la pintura, que se había autoformado pintando y aprendiendo durante largos años en el museo del prado y su talento, bebía de las mejores fuentes de la pintura como Velázquez, Ticiano, Goya, El Epañoleto o Juan de Juanes o Caravaggio, hasta dominar sus técnicas, colores, perspectivas, y pigmentos, que fabricábamos nosotros mismos, y que su única pasión era pintar como ellos y que la fama y el simplicísmo de lo moderno e incluso el dinero que le prometían los marchantes, no le interesaban en absoluto porque su verdadera pasión era pintar a su estilo sin parar sintiendo en cada pincelada o veladura un golpe de felicidad y autoestima. <br /><br />-Don Basilio, La Venus de la Pamela blanca es el último cuadro que nos queda, y la soledad y el desamparo en los que nos dejó el maestro cuando de repente y pincel en mano se lo llevó Dios, nos llevó poco a poco a su hermana y a mí a amancebarnos y vivir juntos para sobrellevar nuestros otoños. En el taller, pusimos una tienda de enmarcación y marquetería que junto con la venta de los cuadros que dejó nos ha permitido ir viviendo hasta ahora, pero todo se acaba y con verdadero pesar, necesitamos vender este cuadro. <br /><br />La verdad es que no sabemos quién era ella ni el secreto de su amor, pero por la fecha en que el maestro emborronó el cuadro debió morir en plena juventud entre los horrores de la guerra civil, pero yo le digo que el maestro en ese cuadro consiguió que parte del alma de esa muchacha enamorada quedara entre nosotros de manera inmortal... <br /><br />Cuando desembalé el cuadro y Don Basilio aun con la luz mortecina del almacén pudo verlo, se quedó paralizado mirándolo casi una hora, y sin preguntar el precio, que por supuesto era suficientemente exorbitante para que nosotros nunca jamás pasáramos apuros, dijo: <br /><br />-Me lo quedo, llévenlo a mi casa y pásenme la factura que por supuesto pagó sin rechistar y con cara de satisfacción. <br /><br />De la historia de Don Basilio no me pude enterar hasta su temprana muerte pocos años después, porque inmensamente rico por sus negocios, </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">vivía</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"> </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">en su palacete rodeado de medidas de seguridad, guardaespaldas, y un ejército de servidumbre que tenía bien pagados y que habían firmado unos draconianos contratos de confidencialidad que afortunadamente finalizaban con su muerte. </span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br />Don Basilio que al parecer había sido un vividor infatigable presente en todas las revistas del corazón por sus fiestas en su yate, por su colección de deportivos y por el rosario de amantes entre los que se encontraban actrices y modelos, de un día para otro, se retiró de la vida pública, y como el maestro, se recluyó en su casa donde había hecho restaurar La Venus de la Pamela blanca hasta dejarla en todo su esplendor como el maestro la pintó. <br /><br />Luego, la colgó en el cabezal de su dormitorio y se pasaba el día mirándola, hablando con ella y diciéndole que después de conocerla ya no le atraían el resto de las mujeres, ni las fiestas, ni alejarse de ella, e incluso se dice que algunas noches hacía imaginariamente el amor con ella como traslucían las manchas que dejaba en sus sabanas de seda. <br /><br />Al parecer, Don Basilio pasó así sus últimos años...pero cuando su corazón se debilitó y sintió el aliento de la parca en su cogote, llamó al notario para testar y a falta de hijos, dejó a sus sobrinos toda su fortuna excepto La Venus de la Pamela Blanca que donó al museo de bellas artes con la condición de que, para que todo el mundo se embelesara con su belleza, fuera promocionada y colocada en un lugar principal . <br /><br />El notario le preguntó puntualizando: <br /><br />- Entonces, ¿El nombre que en la obra debe figurar será La Venus de la Palmera Blanca? <br /><br />Él le respondió: <br /><br /> !!No!! !!No!! el nombre de la obra será: !! La viuda de don Basilio!!</span>Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-33537057327465971252019-12-13T16:45:00.000+01:002019-12-13T16:45:08.605+01:00LA GOTA FRÍA V 2019<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Al atardecer las nubes ya formaban la imagen sobrecogedora y fascinante que da la mezcla de lo bello y lo terrible. Iluminadas aun por el lejano sol poniente las ciclópeas estructuras verticales de los cumulonimbos que se habían estado formando a lo largo del día desde las cálidas aguas del Mediterráneo, se mostraban inocentes como algodones de feria con sus festoneados volúmenes pintados por el ocaso de blanco rosa y dorado. </span></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-D4FHsFZt6VJk0nGD5nCF7izPFwuaWpivXAjlY1-EU7btuP2NZJAjL91OX3mZ37HjcTjjq3gjUMs7WqWq3KsjfcvWu5HpR-J-_Z1mJKsCTR_Ulw74VoLNKELd4tl8jG3FUpkxdikqn7Hu/s1600/LA+GOTA+FRIA+PUB.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="510" data-original-width="309" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-D4FHsFZt6VJk0nGD5nCF7izPFwuaWpivXAjlY1-EU7btuP2NZJAjL91OX3mZ37HjcTjjq3gjUMs7WqWq3KsjfcvWu5HpR-J-_Z1mJKsCTR_Ulw74VoLNKELd4tl8jG3FUpkxdikqn7Hu/s640/LA+GOTA+FRIA+PUB.jpg" width="386" /></a></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">En contraste, sus amplias y panzudas bases de un gris azulado ennegrecían por momentos y avanzaban amenazantes hacia nosotros adelantando la oscuridad de la noche y encogiendo los corazones con escalofríos que presagiaban ya su inminente y repentino desplome sobre nuestras cabezas. </span><br /><div>
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<br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> En cuanto los preciosos capiteles de las columnas de vapor, llegaran a besar la capa fría y helada de viento en altura, que como una lengua enorme y burlona, venía desde ártico con la mas clara intención de jodernos, El aguacero caerá sobre la ciudad como un líquido castillo de naipes.</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> Nuestra tierra es así. Todo el mundo piensa que vivir en el Levante español cálido seco y soleado donde el sol brilla más de doscientos setenta días al año y las heladas son tan anecdóticas que nos hacen salir al campo para fotografiarlas es una bendición o una gracia inmerecida de Dios. </span><br /><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Pero Dios exige un tributo para ello y por eso, tal vez para que los hombres de otras latitudes no le den la lata con sus quejas lamentándose como siempre acerca de la injusticia, cuando se aburre en otoño, nos manda la Gota Fría.</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> Y esta vez, la Gota Fría otoñal fue de órdago. Los cielos se abrieron por fin a lo largo de la noche. Los coches quedaron parados por falta de visibilidad con los limpiaparabrisas desbordados, las gentes pasaron la noche sin dormir parapetados en las ventanas altas atemorizados viendo la formación de ríos en las calzadas, el estallido de las trapas metálicas de las alcantarillas desbordadas por la presión y la inundación de los barrios mas bajos de la ciudad.</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> En el cielo, los constantes truenos y relámpagos mantuvieron la noche iluminada sugiriendo allá en lo alto, una lucha titánica como la de Héctor y Paris a las puertas de Troya. </span><br /><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">El caos cayó sobre la ciudad y los campos pillándolos como siempre desprevenidos, como a medio vestir..Y es que aquí en el Levante de raíces grecorromanas, el Sol tras el desastre es tan intenso y duradero, que induce en las gentes comunes e incluso en las autoridades, la ilusoria amnesia de que siempre viviremos en la dulce sequía y el desastre solo es un accidente que no se volverá a repetir.</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> A los Levantinos, la voluntad nos llega justo para reparar los desastres: Nuestros políticos al día siguiente se afanen grandilocuentemente en pedir la declaración de zona catastrófica a los gobiernos centrales. Las ayudas que en la próxima tromba aun no habrán llegado, son demagógicamente concedidas a bombo y platillo un minuto antes de que abran los noticiarios y mientras…. Nosotros los de a pie…Reconstruiremos los puentes que se llevó la corriente cubierta de cañas y desechos acumulados en la ramblas a lo largo del año…Bombearemos el agua de los garajes hasta dejar los irrecuperables coches como un enorme museo de figuras de chocolate…Lucharemos contra las compañías de seguros que se mostraran renuentes a pagar tirando de "letra pequeña"… Arrojaremos los productos de moda y alimentación que tuvieron la mala suerte de estar en las estanterías bajas de tiendas y supermercados, cambiaremos los mobiliarios de los restaurantes de la costa a la vez que repararemos los paseos marítimos destrozados por el oleaje y rellenaremos de nuevo de arena las playas e incluso…, como arqueólogos fantasmales, buscaremos electrodomésticos cocinas y enseres en los mazacotes de barro con las lagrimas en los ojos por las cosechas perdidas.</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> !Ah…! y no podemos quejarnos, porque en otro país, estaríamos hablando de miles de muertos cuando aquí solo cerramos el balance con tres o cuatro ignorantes gilipollas (con perdón) que subestimando la fuerza de los torrentes intentan cruzar con el coche un vado y acaban arrastrados hasta altamar como un tributo anual a Neptuno.</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> !Si…! Sabemos que la gota fría volverá…!Si …! Lo sabemos… Volverá como los terremotos vuelven en Japón o los huracanes en el Caribe…pero la soleada navidad nos volverá a atontar, la primavera pascual nos hipnotizará de nuevo y el año que viene, si vuelve la gota fría estaremos tan mal preparados como este.</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> La noche en la ciudad levantina en verdad ha sido dantesca. el agua cayó como la de una catarata con tal intensidad que los vehículos tenían que parar porque los limpiaparabrisas no daban abasto para permitir la visión. y los tejados…….</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> Cipriano interrumpió la escritura. Levanto la cabeza con el bolígrafo aun en la mano. Desde la cocina le había llegado la voz de Juliana, su mujer…</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> - ! Cipri !..!Cipriiii!..!!!Ciprianoooo!!! !Cipriano! ¿Qué coño haces que no me oyes ? ¿¿ Qué haces…?? ¿¿ Escribiendo otra vez tus mamonadas en vez de ayudarme a quitar el agua que nos ha inundado la cocina…?? !! Mira que tienes valor… !! !Que huevazos tienes…!!</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> - Lo siento Cari, pero la tormenta me ha inspirado y si no me pongo a escribir se me olvida.</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> -¿¿ Se te olvida ?? !! Lo que se te va a olvidar es mi cara, porque me tienes harta y un día de estos cojo la puerta y me voy !</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> -Joder Cari… no te pongas así, ahora voy a ayudarte …</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> - !! Me pongo como me da la gana y esto tiene que terminar!!, Mira mariano : Tienes sesenta y cuatro años , eres empresario de pompas fúnebres desde tres generaciones, no tienes ni el menor talento literario ni puta idea de escribir, no te lee nadie, ni siquiera el conserje al que sobornas para que lo haga. Así que : !! Déjate de hostias y dedícate a lo que sabes hacer coño, dedícate a tus muertos y en paz !!</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> - Pero Cari… Esto es mi afición… Es mi pasión...</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> - !! Tu pasión de mierda no me importaría si no me jodiera a mi !! y si no fuera porque con esa tontería , no me ayudas en nada en casa, me tienes aquí encerrada sin salir a ningún sitio trabajando como una puta, no me haces el menor caso y hasta tengo envidia ya del perro que por lo menos lo sacas a mear… !Ah…! y… ! No me vengas con que no te han quedado fuerzas por poner unos cuantos sacos de arena para impermeabilizar la puerta de la funeraria !</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> - ¿Sacos?.....¿ Arena?...! </span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> A Cipriano con la dichosa inspiración escritura se le había olvidado impermeabilizar la puerta de la funeraria….Se puso de pie muy pálido con la mano en la frente y un sudor helado le cubrió el cuerpo al tiempo que un retortijón se le comía las entrañas.</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> Aunque había cancelado el mes pasado seguro para recortar gastos, no era eso lo que más temía, no era el tema económico no..Cipriano al cerrar los ojos volvió a ver con horror la escena cuando, siete años atrás al entrar a la tienda , se encontró una docena de oscuros ataúdes lacados, alguno de ellos con muerto dentro, flotando con sus respectivos Cristos de broncea la deriva y golpeándose tenebrosamente como en la mas lúgubre batalla naval que uno pudiera imaginar.</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> Cipriano guardó silencio e Intentó mantener el tipo delante de su mujer a la que no dijo ni "mu". ! No estaba el horno para bollos! y al fin y al cabo los ataúdes estaban hechos a prueba de agua y solo tenía que limpiarlos y trasladarlos uno a uno al almacén con el coche fúnebre….</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> Fue entonces cuando de verdad Cipriano se derrumbó. Lo hizo sobre las cuartillas llorando como un niño….Su mujer alarmada se le acercó y paso su brazo sobre su hombro…</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> - ¿Pero Cipriano que te pasa….? ! No me asustes…!</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> - ¿¿ Que qué pasa Cari… ?? ¿ Que qué pasa…? El llanto le rompió de nuevo la voz..!! Que dejé la furgoneta funeraria aparcada en la barranca y a estas horas debe estar en altamar…!!.</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> Lo creáis o no, Cipriano aun tuvo fuerzas para acabar su escrito emborronado por las lagrimas y casi con rabia escribió…</span><br /> <br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> Si, amigos, debes ser de tanto sol , si…y aunque penséis que exagero, los de levante somos todos así….! Todos! …!Hasta los funerarios mas serios….!.</span><br /> <br /> <br /> <br /> <br /> <br /><br /> </div>
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Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6514590246277536560.post-62859528946951159272019-11-22T10:00:00.000+01:002019-11-22T10:00:35.997+01:00HASTA QUE EL NAUFRAGIO NOS SEPARE<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">! Si tú....! !Mírame cuando te hablo!, ! No te hagas el loco!.</span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Vengo reventada de trabajar pescando todo el puto día, mientras tú has estado ahí tranquilamente amarrado al muelle rascándote la quilla, bebiendo gasoil y mirándoles descaradamente la popa a todas esas barquitas de recreo que van medio desnudas por toda la dársena.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6uflXuWPqqzaHMKwkba0ao49tyDDj6MtdkFp4Gad0yx5gfIQA6LOThGPhV5NASdSxEAFaakom5UX8V34-oihQdZFYpwv9AxzaGqrgdX_ND0ED0oPRkbz9XYWSGIj4MdzGSZvS8tmGk9Zt/s1600/IMG_20140401_045019.jpg" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="1252" data-original-width="1600" height="500" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6uflXuWPqqzaHMKwkba0ao49tyDDj6MtdkFp4Gad0yx5gfIQA6LOThGPhV5NASdSxEAFaakom5UX8V34-oihQdZFYpwv9AxzaGqrgdX_ND0ED0oPRkbz9XYWSGIj4MdzGSZvS8tmGk9Zt/s640/IMG_20140401_045019.jpg" width="640" /></a><br /><br />! No has sido ni para preguntarme siquiera como me ha ido !.<br /><br />! Pues mira!, me ha ido fatal porque vengo agotada y repleta y cuando creo que voy a descansar en el pantalán amarradita a mi noray ¿ Que es lo que me encuentro?; El muelle hecho un desastre que parece la madriguera de un pulpo, las maromas y los cabos de amarre tirados por ahí si enrollar, y las anclas llenas de algas….<br /><br />! Ah! y no has sido ni para desenredar las redes y ni siquiera has recogido a los niños que aun están jugando a regatas en el malecón… y ! No creas que yo ya he acabado!... que aun tengo que descargar la bodega llena de anchoa, cien cajas de sardina y luego lavarme para estar lista y guapa para salir de nuevo de madrugada….!.<br /><br />! Señor...!, ¿Que habré hecho yo para merecer esto…?. ! !No !, si ya me lo decía mi madre: No te cases con ese por guapo y azul que lo veas, que es mas que es un vago y un manta ! y....Que razón tenía!...<br /><br />! Si...! ! Tú sigue así, que un día de estos no volveré de faenar y no habrá sido por un naufragio..., atracaré en otro puerto y a tí que te den...!<br /><br />¿No dices nada...?<br /><br />! Joder...!, !! Este cabronazo es vago hasta para discutir... !!<br /><br />Fin<br /></span>Francisco Ballester Monforthttp://www.blogger.com/profile/01783813023731256882noreply@blogger.com0