jueves, 11 de octubre de 2018

LA JOVEN DE LA TAZA V 2018


Un precioso día en el alba de un prometedor y esperado verano. Había quedado citada con sus amigas para ir a la piscina. Se levantó perezosamente de la cama, se le había hecho tarde... 

Serían sus últimas vacaciones del instituto, había cumplido diez y ocho y en septiembre le esperaba la universidad. Era feliz… 


El plan era sencillo: tumbarse semidesnudas y dejar que, sin el menor trabajo, el sol las embelleciera tiñéndolas de dorado entre risas, confidencias y expectativas, con los ojos brillantes de ilusión ante un futuro que con la candidez de esa juventud aún con regusto a infancia, se sentían capaces de diseñar su antojo. 

Silvia era inteligente y buena estudiante. No, no tenía un cuerpo espectacular, pero mona y estilosa, su imagen era especial...

En su familia, había una bisabuela oriental de la que había heredado un cuerpo menudo y flexible que se movía con la armonía de una gatita, una piel blanquísima y unos ojos castaños brillantes y algo rasgados.

Nunca le agradecería bastante a su bisabuelo aquellos viajes de negocios a filipinas, en los que importó algo más que seda.... Con la sabiduría natural de las hembras, ella cultivaba y mimaba ese toque de exotismo en su imagen que la hacía tan diferente a la belleza de moda , llamativa y algo ordinaria, que imperaba entre las chicas de su edad.

Desnuda y de espaldas al espejo de su habitación, miró con deleite la parte trasera su cuerpo con un gracioso movimiento de su cabecita, que al pasar su cara por encima del hombro, consiguió hacer cosquillas en su espalda con su liso pelo negro. ! Estaba preciosa !. Su piel y su vello, tenían aún esa textura suave aniñada que pronto se evaporaría.

Se miró los pechos, sus manos los cubrieron adaptándose perfectamente a su pálida redondez como las delicadas copas del sujetador...! Justo!, ni faltaba ni sobraba mano…, del tamaño que a ella le gustaba…, más grandes podrían hacer vulgar su figura, más pequeños le restarían feminidad...¿Perfecta..?, bueno, salvo por unas pequeñas arruguitas verticales en el entrecejo.

¿Estaba preocupada?, la verdad es que solo una pequeña nube empañaba su ilusionada cabecita y ésta mañana, estaba decidida a evaporarla.

Aunque ya le había ocurrido con anterioridad, la regla ya le faltaba quince días y esto le inquietaba levemente.

Un mes antes y tras la fiesta de su cumpleaños, sintiéndose ya una universitaria responsable de su cuerpo y una mujer que había dejado de ser una colegiala, se había acostado por fin con el chico del que estaba completamente enamorada y junto al el que desde algunos meses atrás estaba descubriendo los secretos del amor y del sexo y aunque tomabron sus precauciones, se sentía algo inquieta porque, aunque improbable, siempre era posible algún fallo …

La casa estaba vacía, vacía y rara, maravillosamente extraña…. Las ventanas estaban abiertas, la brisa mecía suavemente los visillos blancos y en el comedor, los rayos dorados del sol mañanero, entraban acompañados del perfume del limonero.

!Silencio…!, ningún ruido… , ni la radio ..., ni la tele…, ni el extractor de la cocina … La paz era tal, que parecía estar en otro planeta y la casa tan irreal como un decorado de teatro del absurdo.

!Cuanto tiempo hacía que el trajín de aquella morada no le había permitido oír el tic-tac del viejo reloj de pared !, ! Cuanto tiempo que en su propia casa no había podido escuchar el plis-plas de sus pasos con los pies descalzos en el fresco terrazo!.

!Estaba sola!, deliciosamente sola, todos se habían ido ya a sus obligaciones…, En el baño y sintiendo la libertad de dejar la puerta abierta de par en par, orinó sobre la tirita del test y después, con el morbo y la intima liviandad que da estar ocioso cuando el resto del mundo está ocupado, desnuda y sin ponerse nada encima, fue vagando por toda la casa hasta la cocina a ponerse una taza de café.

Taza en la mano, se acercó al ventanal del jardín. Con la mirada ausente y protegida de las miradas ajenas por la enredadera de madreselva que cubría el muro exterior, , dejó pasar algunos minutos mientras que el sol calentaba sus pechos y su casi imberbe pubis.

Cuando volvió al de nuevo en el baño, se acurrucó en un rincón , notando el delicioso fresco de los azulejos en su espalda, se dejó caer despacio hasta quedar sentada en el suelo y cerró los ojos para esperar el resultado….! Por favor…!….! Por favor…! arrugó con gracia su carita….! ….! Por favor…! ! Por favor Dios.. ! …..!!Que sea negativo!!.

Sin embargo, cuando fugazmente sintió que ningún resultado le haría completamente feliz, entendió por primera vez en su vida, lo profundamente contradictoria que puede ser el alma de una mujer.

FIN