martes, 22 de diciembre de 2020

EL ANGEL DEL BURDEL



Cuando mi abuelo Didier  y a la luz del gris amanecer de aquel otoño de 1917 entró pisando entre escombros en el último burdel que quedaba en Verdún en el viejo y obscuro sótano de una de las escasos edificios que aun aguantaban de pie en aquella ciudad martirizada por la artillería alemana durante tres años, no buscaba sexo. 

Hacía mucho tiempo que los deseos físicos habían volado de su cabeza. La primera guerra mundial estaba ya finalizando y Alemania, ya sin recursos, tendría que rendirse no sin que en esa loca guerra quedaran un millón de muertos sobre los campos de Verdún.

Mi Abuelo Didier, ya entrado la cincuentena , era fotógrafo y por su edad, solo pudo ayudar a su país como corresponsal de guerra.

 Llevaba ya dos años fotografiando el paisaje lunar en que aquella bonita campiña junto al Mosa se había convertido por los cráteres de de las bombas de artillería y las zanjas de las trincheras anegadas de un lodo trufado de cadáveres, miembros y vísceras y sus abominables fotos se repetían un día tras otro bajo el sonido de los inmensos cañones y los gritos de los heridos.

Didier solo acudió al burdel para atizarse unos tragos que le anestesiaran un poco para poder salir a fotografiar y luego enviar su terrorífica crónica cuando al amanecer los soldados ya habían deshecho la enorme cola formada por la noche donde los hombres casi niños iban a echar lo que ellos llamaban "su último polvo", 

-¿Collete....? ¿Hay alguien por ahí que me sirva una copa de Absenta... ?

Una voz aguardentosa de mujer respondió:

-Pasa Didier y corre el cortinón, ahora mismo hemos acabado ya pero estamos tan agotadas que tendrás que servirte tu mismo....

Cuando Didier corrió el cortinón, la imagen de Collete, la madame, fue lo primero que vio sentada al revés derrengada sobre el respaldo de una silla sonriendo cínicamente, pero a sus pies, lo segundo que vislumbró, lo dejó helado : Era una muchacha de apenas quince años desnuda sobre unos almohadones  tan cansada y abatida que ni siquiera levantó la vista de su ensimismamiento.

Sin Embargo aquella muchacha era lo más bello que veía tras tanto tiempo viviendo en aquel horroroso infierno y Didier se quedo unos minutos paralizado contemplándola como si un verdadero ángel hubiera caído del cielo en el portal de belén o una ninfa de un fresco de Rafael. Era la mismísima imagen de la pureza en el fondo de un fosco burdel en el culo del mundo...  Didier no pudo evitar fotografiar la escena con un rudimentario flash de polvo de magnesio

-¿Solo sois dos putas Collete?

-Dos putas y con suerte....ayer una bomba mató a tres mas que venían en un camión y otra bomba mató a toda la familia de Isabelle , dijo señalando a la muchacha, y la dejó sin familia y sin casa....

-¿Pero esta muchacha no está preparada para esas artes?  le dijo a Collete un poco angustiado.

-¿ Artes ? ¿Qué artes...? Aquí no hay mas arte que tumbarse abierta de piernas con un trago de absenta y otro de Láudano y dejarlos pasar a razón de cinco minutos por hombre y pasarse un trapo húmedo por la entrepierna entre uno y otro hasta que se acaba la cola 

No lo pude remediar, un vomito amargo de asco me llegó a la boca y lo que hice fue un impulso que ni pensé... hay otras formas de servir a la patria...

- !Collete!, ! Esa chica no va a volver a hacer eso!, !Me la llevo de aquí !. Te pagaré lo que ganaras con ella en un mes y mientras tú te buscas la vida...

A Collete le sonó bien el tintineo de mis la monedas de plata, pensó que saldría ganando y sin pensárselo dos veces tragó en el trato. -Mas vale pájaro en mano que ciento volando...-

Didier dejó su trabajo con la agencia alegando estar herido y ese mismo día comenzaron los dos el viaje a Chartres donde vivía al lado de la enorme catedral.

No, no lo había debido pensar bien..., porque aunque yo trataba a Isabelle que era todo dulzura y agradecimiento como a la hija que nunca habíamos tenido y pensaba que mi esposa piadosa y católica lo agradecería igual porque podría ayudarla y llenar la ausencia de Denis, mi hijo, que aun estaba en el frente, todo fue un desastre.

Desde el primer minuto y en cuanto oyó que venía salvada de un burdel, Bernardette le mostró su mayor rechazo, le comenzó a llamar la putilla, le encomendó las peores tareas de la casa pero siempre criticándola y humillándola, le daba sus vestidos viejos y lo peor que había para comer hasta el punto de que yo que me esforzaba en darle cariño y compensarla, me preguntaba si no hubiera estado mejor en el burdel que con mi mujer que, mientras yo estaba en el frente, se había convertido en la Madrastra de Cenicienta o la bruja de Blanca nieves.

Afortunadamente y por vergüenza y dignidad de Bernardette, el origen de Isabelle quedó en un profundo secreto familiar hasta que por lo menos yo, que andaba ya muy mal de salud me muriera y ella pudiera tirarla a patadas a la calle al día siguiente.

Ahora queridos lectores tendréis que cambiar de narrador, mejor dicho ahora será una mujer la narradora...Me llamo Angellique soy una reputada escritora y lo que habéis leído, lo he novelado de un viejo cuaderno de notas de Didier que junto con la foto del burdel encontré cuando buscaba material para una novela en el fondo polvoriento de un baúl en una visita a mi abuela enferma.

El resto, de secretos familiares que hasta ahora ignoraba me los fue contando mi tío Antoine a base de insistencia.

Sabéis, a veces Dios castiga sin palo y Didier fue a morir el día siguiente de los dos milagros.

- ¿Qué dos milagros?

El primer milagro fue que Denis regresara de la guerra indemne cuando media Europa se había quedado sin hombres jóvenes. El segundo, que Denis e Isabelle se enamoraron a la primera mirada aun sin hablar...

Bernardette por amor a su hijo, tuvo que seguir tragándose a Isabelle y acumulando rencor durante algún tiempo, pero lo que ya no pudo soportar y fue superior a ella es que su hijo, que era carpintero, la preñara y en una ataque de rabia, los tiró de casa como si fueran una maldición o una peste contagiosa.

Según mi tio Antoine, que lo vio, la escena con Isabelle preñada subida en una mula y tapada con una manta vieja le recordó a la de San José y la virgen montada en un burrito camino de belén.

Pero las desgracias no habían acabado...Cuando Isabelle en el viaje comenzó toser sangre, Denis comprendió que había enfermado del mal trato sufrido y que el embarazo  la estaba empeorando, decidió dirigirse a la Provenza donde pensó que el clima mas benigno la ayudaría para la enfermedad y el parto. 

Pero no llegó..., Isabelle parió en una fonda a mitad camino y sin fuerzas para superar el puerperio falleció dejándome a mi huérfana de madre y a Denis destrozado.

Dicen que cuando una puerta se cierra siempre se abre una ventana...aquí la ventana fue Geraldine mi madre , pues nadie jamás me habló de Isabelle.

Geraldine era una solterona maestra del pueblo que enternecida nos acogió en su casa a cambio de algunos trabajos, nos cuidó hasta que con el tiempo mi padre se repuso, acabó casándose con ella y nos fuimos a la Provenza donde nadie nos conocía ....! otro secreto mas!

Y tanto secreto con cuarenta años marea...

!Si! soy Angellique en honor a mi verdadera madre Isabelle : el ángel del burdel de Verdún. ! Y no soy una hija de puta....soy hija de un ángel al que incluso me parezco en aquella foto!.

Y !Si!....En esta historia la única hija de puta es mi abuela Bernardette que por mucho que rece en la catedral de Chartres, estoy segura que en el infierno tiene esperándole un reclinatorio.

fin