viernes, 27 de octubre de 2017

CADUCIFOLIA EMOCIONAL

Os juro que no solo pensaba en mi prestigio cuando presenté el caso en el congreso internacional de Psiquiatría que se celebraba en Milán. De sobra sé que con los años y mis acertadas observaciones me he ganado en la profesión la mejor reputación.

Este caso me fascinaba no solo por su rareza, ya que era la primera vez que me había topado con alguien así, me interesaba especialmente por si alguno de mis colegas allí presentes, que provenían de todas las razas y continentes, podían haber reconocido aquella curiosa anomalía en alguno de sus pacientes y conseguía así alguna semejanza o algún factor común que me diera una pista de su origen y tratamiento .

No soy una persona humilde la verdad, no tiene sentido que lo oculte y después de tanto esfuerzo, me gustaría pasar a la historia asociando mi nombre a un Síndrome o a una enfermedad cómo les ocurrió a los Doctores Parkinson, Alzheimer, Down etc. pues el prestigio actual, pasa a ser olvido al mes de la jubilación. "O quam cito transit gloria mundi" es decir como dijo Tomáss de Kempi  ! Cuán rápido pasa la gloria de este mundo!.

No os podríais imaginar cuanto más tranquila y dulce sería mi muerte si lograra dejar mi nombre durante décadas o siglos en los labios de los demás....

-! Es un caso claro de síndrome de Buenaleche (mi apellido, claro)

Podría decir el psiquiatra a los familiares o… tal vez entre colegas

- Dr. López, no se equivoque, su paciente lo que tiene es un "Buenaleche " de libro..

Pero decepcionado, me tuve que volver a España de vacío, !Adiós a mi nombre en la historia!, porque allí en el congreso de Milán, nadie había visto jamás un caso semejante y el tema se me iba a quedar al final como una rareza o una anécdota médica más perdida entre las páginas amarillentas de una publicación científica.

Manolo,! Que nombre tan vulgar para una dolencia tan complicada !, acudió 
angustiado, desesperado a mi consulta a principios de un otoño con un miedo terrible a perder una vez más el amor que había encontrado a principios del verano en una bella y fascinante mujer que además de inteligente y sensible y adornada de las mejores cualidades estaba rendida por sus huesos.

- ¿Pero si ella lo ama a Vd. dónde está el problema Manolo ? Le lancé a bocajarro pensando que era un Neurótico inseguro.

- Doctor, viene el invierno y sé que con él la voy a perder como a las otras, como a mis amigos y como todo aquello que amo y me importa. 
De verdad Doctor, no puedo resignarme a que alguien como yo tan emotivo cariñoso y romántico esté condenado a la soledad de por vida.

El caso es, que Manolo se comportaba emocionalmente como un árbol caducifolio. 


Año tras año durante los últimos meses de la primavera, todos los sentimientos de la vida afectiva de un hombre como la alegría , la vitalidad y las ganas de vivir nacían y se desarrollaban en su corazón como los brotes verdes de una higuera hasta producir grandes y verdes hojas que dan una fresca sombra bajo su copa

Llegado el verano, cual si de flores y frutos se tratase, brotaban en él el amor , el deseo, la amistad , la empatía y todo ese tipo de de emociones que le llevan a uno a la felicidad plena que lograba mantener hasta octubre gracias a que, al igual que las hojas de los árboles que antes de caer se tornan fascinantemente cobrizas, violetas, amarillentas y doradas, su sentimientos se iban tornando dulcemente tristes , nostálgicos y melancólicos con un romanticismo que encandilaba todavía más a las mujeres.

Tristemente, el Invierno era terrible para Manolo. Al igual que los arboles entran en reposo biológico y quedan desnudos y secos con las ramas tenebrosamente desnudas , el alma de aquel hombre se le secaba, dejaba de sentir y parecía ignorar fríamente todo lo que había gozado, dejaba de amar y la indiferencia y la apatía se apropiaban de su corazón.

No, Manolo no sufría ni sentía durante el duro y largo inverno, ni siquiera le afectaba en su vida laboral que mantenía en su rutina, pero al llegar los primeros fríos, olvidaba inesperadamente y sin explicación alguna llamar a sus amores o amigos sumiéndoles con esto en tremendos desengaños y dolorosas decepciones y sin sentir siquiera el menor sentimiento de culpa, permitía que todos ellos, resentidos y decepcionados, huyeran y se alejaran de él para siempre.

Sin embargo últimamente, con los primeros impulsos primaverales Manolo iba sintiendo el vacío de su infructuosa existencia, el fracaso de sus amores, la pérdida de seres valiosos que hubiera deseado como pareja de por vida y el anhelo de poder perpetuarse en un hijo hacía que ahora, con los sucesivos fracasos, los fuertes sentimientos vitales de su corazón se tornaran negativos y salvo el último año, venía evitando en los estíos a la gente para no dañarla y no dañarse.

Os juro que con Manolo probé todo mi arsenal terapéutico: psicoterapia…psicoanálisis…medicación agresiva e incluso experimental…solo me faltó el electroshock, pero no conseguí sacarlo de su estado invernal ni por un minuto y por supuesto, perdió a la mujer de la que se había enamorado.

Siento deciros que con Manolo, poco pude hacer salvo ponerle un bello y poético nombre a su problema : Caducifolia emocional.

- Entonces Dr. Buenaleche, ¿ Quiere decir Vd. que no lo pudo curar y Manolo sigue desgraciado con su problema ?

Pues mire amigo, bajo la más estricta confidencialidad para no dañar la fe que los pacientes tienen puesta en mí, le diré que no lo pude curar. 


Sin embargo el problema de manolo se resolvió de una forma tan sencilla que cuando me enteré, se me puso una cara de gilipolla que me duró tres semanas.

- Cuénteme Dr. que ardo ya de curiosidad.

Pues mire, el problema de Manolo lo resolvió Emilia-María, mi secretaria por entonces.

Emilia-María era una mujer Ecuatoriana alegre, pizpireta y graciosa de la que luego me enteré que saltándose las normas éticas, su curiosidad le llevaba a cotillear en mis historiales clínicos y a la susodicha 
Emilia-María le había entrado por el ojito aquel hombre y aprovechando el verano lo engatusó y se casó con él…

-¿Y… Doctor ?

- Veo que como yo, Vd., tampoco se entera de la fiesta …

Pues que Emilia-María se lo llevó a su país ,El Ecuador, que está situado en medio de la tierra y donde el día es igual que la noche, su clima es tropical y no existen nuestras estaciones… y allí, viven felices y supongo que comen perdices o guacamayos o cualquier pajarraco de los que por allí pululan. !! Hay que joderse lo listas que son las mujeres !!.

-Pues sí doctor… Hay que joderse...

FIN