sábado, 7 de marzo de 2020

EL GRANERO DANÉS


Ximo apenas entendía a los daneses. Rubios y enormes, hasta los mas viejos con el pelo blanco y abundante mostraban la amabilidad de los granjeros nordicos, pero al pedir trabajo, todos le señalaban hacia el fondo del fiordo y decían: go to de black hause. 


No, no era un fiordo noruego metido entre acantilados, era un fiordo danés,una lengua gris oscura abierta a todos los vientos que serpenteaba entre colinas bajas y verde-amarillentas  por el último heno del final del verano salpicadas de vacas pastando, cuya agua oscura y borrascosa se confundía con la del cielo hasta hacer desaparecer el horizonte. En una de las ultimas colinas se veía un pequeño barracón negro y alquitranado al que llegaba un camino de tierra.

Craso error...cuando lleguó casi una hora después reventado de arrastrar la moto sin gasolina... vio con un extraño escalofrío que era un enorme granero vivienda tan negro y tenebroso que parecía una catedral vikinga de los tiempos de Thor y Odin .

Como era la moda entre los universitarios españoles de las familias burguesas de los años 60 reprimidos sexualmente por la iglesia y adoctrinados por el aparato político franquista, Joaquín (Ximo), planeo su viaje iniciático por Europa en el verano del penúltimo último curso de su carrera.

Fue su primera aventura, una aventura de niño bien, es más, la única aventura que Ximo había tenido y tuvo.

Por las informaciones tal vez algo exageradas que les llegaban de los emigrantes que volvían de Europa, y las olas de turistas que saliendo de sus fríos y lluviosos países llegaban en verano a la España franquista, segura y barata, en busca de sol, playas, licor y tabaco sin impuestos y diversión en verbenas y tablaos flamencos, aquellos muchachos fueron conscientes de que el resto de Europa era otro mundo que era imprescindible conocer para quitarse de algún modo "el pelo de la dehesa" y el sentimiento de atraso cultural que sentían como un lastre.

El primer objetivo de los tres que tenía el viaje de iniciación era conocer todo aquello y montado en su anticuada moto Bultaco, con su pequeña tienda de campaña y su saco de dormir, Joaquín había ido vagando pasaporte en mano, sin rumbo fijo por todos aquellos países rodando por carreteras y campings europeos observándolo todo con los ojos como platos como si fuera un paleto de aldea que llega por primera vez a la capital, absorbiéndo ciudades y paisajes como una esponja y tratándolo de fijar para siempre en su memoria.

El segundo objetivo era tratar de perfeccionar el inglés, imprescindible para su futuro trabajo en el pequeño hotel que regentaba su padre y completar así en la práctica los cinco o seis cursos teóricos con los que solo había llegado a decir aquello de "my tailor is rich " y su inglés fue mejorando "a la fuerza" por pura necesidad a medida que a Joaquín le fue necesario para preguntar, alimentarse y dormir.

Pero cuando al fin llegó a Dinamarca y se quedó sin dinero ni para gasolina, Ximo fue consciente de que las dificultades para cumplir su tercer objetivo y más importante para él ,! El sexual !, es decir, ser desvirgado por alguna de aquellas diosas nórdicas, no podría ya cumplirlo.


 Ximo era virgen tardíamente ya que en el ambiente pacato en España, la chica que se arrimaba en el baile era considerada como puta y él jamás había querido, por caliente que fuera, iniciarse con una prostituta como habían hecho el resto de sus amigos.

Así, renunció con disgusto a su tercer objetivo porque cuando llegó a Dinamarca y se dio cuenta de que jamás llegaría a Suecia y que ni siquiera podría ver la sirenita de Copenhague, se había quedado sin dinero y estaba muy lejos de cumplirlo y aunque ganara algún dinero trabajando de peón, lo necesitaría para regresar a España y cuando lo hiciera, lo haría envuelto aun en el obscuro y cruel manto de la virginidad tardía y mallevada.

!Que sorpresas tiene la vida!, Se arreglo económicamente con el campesino borracho Gunnar Dueño de la granja del granero negro en que el hombre se había pasado el verano tumbado y ebrio de aguardiente y tenía todo el heno por recoger cuando en menos de un mes podrían comenzar las primeras nevadas

Cuando ya pensaba que se volvía de vacio respecto a su tercer objetivo, la deseada iniciación sexual vikinga, un semana después y mientras completamente sudado segaba con la guadaña y hacía gavillas, apareció por el horizonte con el sol a contraluz una posibilidad que aunque remota le llenó de esperanza: una melena rubia y dorada agitada por el viento que cuando con paso calmado se fue acercando al granero, bajo la melena pudo distinguir la perfecta silueta de una autentica belleza nórdica, probablemente escapada del Vahalla, tan bella como no lo habría imaginado jamás envuelta a lo "Hippie" con un vaporoso vestido de flores y sandalias de cuero viejo.

Ximo se quedó tan anonadado que 
cuando de acercó a él casi le hizo una reverencia como a una princesa y la muchacha con una sonrisa angelical le dijo: 

-¿Ximo?

Cuando con la cabeza gacha le confirmo tímidamente su identidad y mientras se dában la mano, en ingles le dijo:

-Soy Greta, la hija del borracho de Gunar, vivo en Copenhague con mi madre , estoy estudiando diseño y vengo a ayudarte por que como de costumbre Gunnar ha dejado todo el heno por segar y es mucho trabajo ti solo y si no, no acabaremos antes de octubre cuando aquí suelen caer los primeros copos de nieve.

!Que extraña es la vida! nunca imaginó Ximo que el inicio a su vida amorosa fuera así. pero cuando después de un día de trabajo agotador con un sol de justicia Greta le invitó a refrescarse y bañarse en el fiordo al atardecer, acepto gustoso.

 Al llegar a la playa negra y limosa Greta se desnudó completamente y entró chapoteando en el mar sin mirar atrás y desde dentro, le animó con gestos y risas a que la imitara. Ximo, un poco timorato y avergonzado por su erección hizo lo mismo, pero ella sin darle importancia alguna se acercó a él  y entre risas comenzó a hacerle cosquillas que el chico intentaba devolverle, se abrazaba a él que por primera vez noto la dulzura blanda de unos pechos, la firmeza resbaladiza de unas nalgas y el roce áspero pero delicioso de un pubis sobre su entrepierna.Luego ya excitados, cesaron las risas y comenzaron los abrazos y revolcones suaves sobre el fango liso y limoso de la orilla donde cubiertos del limo oscuro y tibio parecían dos delfines negros varados y agonizantes retorciéndose uno sobre el otro antes de morir iluminados por el sol poniente y solo sus ojos abiertos y sus rojas lenguas entrelazadas los podían identificar como humanos. 

Greta que ya se había hecho a la idea de que la excitación y la fuerza del muchacho no se acompañaba de experiencia alguna, con una sonrisa tierna le cogió amablemente de la mano y lo llevó hasta una riachuelo claro que había tras el granero y después de lavarse y que sus pieles volvieran a ser humanas, lo subió hasta el altillo de granero donde el heno secaba y comenzó a instruirle con excitación pero con paciencia en las artes amatorias y de todo aquello que volvía loca a una mujer, los lugares que acariciar, los tiempos y momentos de atacar o aflojar, y como reposar abrazados con infinita ternura al finalizar. 

Ya no volvieron al fiordo, los veinte días que les quedaban hasta octubre, al acabar el trabajo diario y sudados como iban subían con unas cervezas frescas hasta el lecho que la hierba había construido como un nido de amor y allí Greta, la profesora, le fue enseñando una a una todas las páginas del Kamasutra y como si todo el techo del granero estuviera decorado con ellas...y a Ximo, señores, no se me olvidó ni una... 

Pero a veces todo aquello que había comenzado con una sorpresa increíble terminó con otra igual de increíble veinticinco años después que como un boomerang olvidado vino a golpearle a Ximo en la cara en su madurez. 

Estaba en la barra de la terraza sobre la playa preparando las bebidas que Ernesto, su hijo, un chico simpático y apuesto que con su pelo negro rizado y sus ojos verdes traía revolucionada a toda la clientela femenina, cuando de pronto alguien delante de Ximo dijo: 

-¿Eres Ximo? 

- Si soy Ximo, le dijo distraídamente mientras levantaba la mirada, pero cuando vió a la muchacha casi se cae al suelo de la impresión, era la mismísima Greta como si el tiempo no hubiera pasado por ella la que le tendía una carta. 

-¿Greta? dijo pasmado 

-!No! ! No! yo soy Inga, Greta es mi madre y me ha dado esta carta para ti. 

Ximo se sentó a leerla porque le temblaban las piernas. 

Ximo, esta es Inga, nuestra hija, aunque ella no lo sabe ni sabe quién eres y prefiero que nunca lo sepa. Siempre te he recordado con cariño e Inga me ha ayudado a no olvidarte. Las cosas han ido mal aquí, el granero se quemó 
en una borrachera de Gunnar con él dentro, mi madre murió de un ictus y a mí ya me está alcanzando el cáncer de mama. Inga no tiene mas familia y ahora te tocará a ti cuidarte de ella. Sé que puedo confiar en ti y no me fallaras...un beso. 

la cosa fue que Inga era un encanto, y junto Ernesto haciendo equipo, comenzó a trabajar en la terraza que también se llenó de clientes masculinos con lo cual el negoció comenzó a marchar viento en popa.


 Pero pasados unos meses, un dia en un descanso, Ximo mirándose acaramelados con la complicidad del amor y la inquietud y la angustia se apoderaron de él .!Eran hermanos! !Caminaban de cabeza al incesto! ...

A Ximo angustiado solo se le ocurrió tomar muestras de ADN de sus vasos para con los análisis en mano enseñárselos y evitar aquel desastre antes de que fuera tarde, pero llegó tarde....porque Inga estaba tan enamorada se preñó al primer polvo.


Cuando llegaron los resultados a un Ximo deprimido y derrotado por la culpa la sorpresa fue mayúscula, un alivio y un disgusto a la vez: ! Si !, si que se podían enamorar, Greta era hija suya al cien por cien pero Ernesto, !Hay que joderse!, no tenía ni una gota de su sangre.

La hija de puta de su mujer había muerto siete años antes y Ximo jamás podría saber quién era el padre de Ernesto, aunque en una foto antigua de cuando inauguraron la Heladería de al lado Ximo se dió cuenta de que el heladero, de joven, era clavadito a Ernesto...

Ximo, se sentó y sonrió ya tranquilo....¿Sabéis?...aquí todo seguirá igual, con los años solo pesan los problemas y ya no pesan los cuernos y su nieto iba a ser guapisimo...

1 comentario:

maria mico perales dijo...

al principio el relato me ha parecido agradable de leer...luego la historia me ha recordado otra historia leida...pero el final me ha sorprendido ¡¡