viernes, 11 de octubre de 2019

AMBROSINA


CANCIÓN MERCEDES SOSA 
https://youtu.be/cNMhgC1yg_U 

Ahora estoy convencido de que Ambrosia, Ambrosina como se hacía llamar, se inspiró en la historia de la poetisa argentina y feminista de los años 30 del siglo pasado Alfonsina, o por lo menos, en la canción que le cantó Mercedes Sosa y que imagino, no se la quitaba de la cabeza en sus últimos días porque desde aquel suceso, tampoco me la quito yo.

Por la blanca arena que lame el mar 

su pequeña huella no vuelve mas 

un sendero solo de pena y silencio llegó 

hasta el agua profunda 

un sendero de penas mudas llegó 

hasta la espuma 



¿ Cómo sabe de esta historia un pobre tullido sin piernas obligado a arrastrar su cuerpo anciano con una antigua silla de ruedas por todo el paseo que bordea la bahía donde, en ausencia de turistas en la soledad del otoño, los ancianos, tullidos, solitarios amargados y todo tipo de discapacitados vagábamos a falta de fondos en silencio como perros perdidos en busca de un poco del sol y la belleza del mar?.

Ambrosina sin embargo, solía caminar erguida a pesar de los cuarenta, con su cuerpo armonioso y su pelo siempre juguetón con la brisa, su elegante cuello y su rostro de ojos grandes cuya boca parecía una pequeña figurita de coral eternamente dispuesta a sonreír. Su belleza y la delicada cadencia de sus pasos atraía la mirada de todos los hombres mas o menos desgraciados de aquel paseo-sanatorio, alegrándoles la vista y mas aún si pensáis que toda aquella gracia, la exhalaba de su cuerpo a pesar de ir arrastrando un pesado carrito grande de bebé del que ocasionalmente. surgía la cabecita deforme de un niño de unos cinco años.

Si.., la historia me la sé, y me la sé mejor que nadie porque Ambrosina , que caminaba despacio porque nunca escatimaba dejarse mirar por aquellos desafortunados parias para alegrarles el día, solamente se detenía a hablar conmigo.

Al principio , hace cinco años , cuando se me acercaron Ambrosina y su carro por primera vez pensé que, como a tantos otros espectadores, la atraía la curiosidad medio envidiosa de ver como alguien, logra con sus manos de una forma casi milagrosa, plasmar la belleza que todos sentimos pero que después se nos escapa un instante como la arena de entre las manos..

Tras saludarme, le conté a Ambrosina que entre mis manías de anciano, estaba la de pintar el mar siempre desde el mismo punto para captar lo cambiante de sus formas y colores y de sus luces y sombres para así poder llevarme cada día a casa según lo que a la naturaleza se le hubiera ocurrido mostrarme. un cuadro distinto cada vez.

Con el tiempo, supe que se alegraba cuando me veía a lo lejos con mi silla de ruedas y cabello blanco arremolinado abstraído pintando el mar en mi pequeño caballete porque os tengo que decir, que cuando tras mirar mi cuadro ella se inclinó amorosamente para sacar en sus brazos a su hijo para que el niño viera el cuadro también mi sorpresa fue tan grande que me quedé paralizado con el pincel en la mano y un terrible escalofrío en mi cuerpo, porque cuando me di la vuelta , aquella mujer sostenía en sus brazos un ser repugnante y monstruoso de piel casi trasparente que para no caer, se le agarraba al pecho con las garritas de un pequeño mono mientras ella, con una mano lo sostenía y acariciaba y con la otra mano sostenía en pie y pegada a su propia cara una y deforme cabeza de pelo ralo, rasgos abobados y boca babeante.

- ¿Qué bonito?¿Te gusta "Tete"...? ¿Te Gusta...?

el niño comenzó unos movimientos espasmódicos que lo sacaron de la letargia y con una voz chillona dijo:

-!ti...! !e onito! !e onito! !e onito! !e onito!!ma..

- ¿Sabe? dijo Ambrosina dirigiéndose a mi a modo de disculpa: A "Tete" le ocurre como a Vd., el pobre es como un vegetal indiferente a todo y la única parte de su cerebro que parece funcionarle y hacerle feliz es la percepción de los colores y sobre todo los del mar, por eso lo traigo todos los días esté en calma azul, ventoso y verde o negro y tormentoso aunque tengamos que venir con impermeable y paraguas y para mi, ese !,É onito!! Ma!...que repite hasta la saciedad es una autentica música celestial que me dice que está siendo feliz.

Pasó el tiempo e invariablemente el rito se repitió todos los días, Ambrosina llegaba siempre feliz y sonriente, conversábamos cordialmente un poco de todo durante los pocos minutos que se detenía incluso veces reíamos juntos alegremente de alguna ocurrencia,... pero pudorosamente jamás hablamos de su situación sentimental ni de la enfermedad de "Tete" .

Recuerdo exactamente el día, el maldito día...si, lo tengo pintado, no había nadie en el paseo, el sol cansado ya se ponía, la brisa venía del este y las aguas

aunque con poco oleaje se mostraban intranquilas...

-!!E onito!! !!E onito!! É onito!! Ma!...

Cuando me dí la vuelta, Ambrosina estaba allí, pero su sonrisa no, creo que fue la primera vez que la vi tan seria.

- Quiero pedirle un favor me dijo, ¿ Podría guardarme este sobre.., es importante para mí y temo que el niño me lo rompa o que alguna ola me lo moje...

-Claro Ambrosina..!Faltaría mas...! le dije lo mas servicial que pude...

-Es usted un cielo gracias ...y el cuadro le está quedado precioso.

Ambrosina y su carro continuaron su camino pero yo dejé de pintar y algo preocupado y con un regusto amargo en la boca los seguí con la mirada...

Cuando Ambrosina creyó que yo ya no alcanzaba a verlos. salió del paseo, metió el carro en la arena y se desnudó despacio permitiéndome atisbar entre la bruma el maravilloso cuerpo que en mi interior siempre había deseado ver.

Pensé que se iba a bañar aprovechando la soledad del momento, pero acto seguido, sacó a tete desnudo también de la cuna , se lo abrazó al pecho y con un pañuelo se lo anudó a la espalda. Luego, miró al cielo y a la inmensidad del mar suspiró y despacio pero con paso seguro se fue acercando a la orilla, chapoteo las primeras olas y sin aspaviento alguno se fue adentrando hasta que sus cabecitas dejaron de verse en medio del oleaje....

Deseperado y maldiciendo mi cojera yo no podía ayudarles, no podía hacer nada...solo podía gritarles hasta que me quedé afónico y al ver que sus cabezas no volvían a salir de la espuma me fui con mi silla a pedir inútilmente ayuda.

Jamás se encontraron sus cuerpos, una benévola corriente se los debió llevar juntos y atados hasta el fondo del océano donde todo es silencio y todo es belleza.

por respeto a su memoria con la vana esperanza de que aparecieran de algún modo...esperé unos días en abrir aquella carta ...



No se culpe a nadie, estoy segura de que ni siquiera Dios de atreverá a culparme y menos aún de separarme del alma de mi hijo "tete".

No me arrepiento de nada. lo quise parir a pesar de que los doctores me avisaron de su malformación incompatible con la vida y a pesar de que su padre me dejara sola y tirada, lo traje a este mundo. Pero como un león, cuando nació tete se agarró a la vida con uñas y dientes y lejos de darme problemas para mí ha sido lo mejor que me ha ocurrido, ha dado sentido a mi vida y desde que lo abrecé por primera vez no he vivido sino la más completa felicidad que pudiera tener una mujer. Pero desgraciadamente, yo sabía que su felicidad estaba ligada a mi vida y que cuando yo muriera solo le esperaba la soledad el dolor el sufrimiento y una muerte larga y terrible y por desgracia, esto ha llegado más pronto de lo que esperaba, el cáncer roe mis entrañas y apenas me quedan unos pocos días de aliento y prefiero que su alma. se venga con la mía a donde quiera que vaya y que nuestros corazones dejen de latir juntos donde a Tete mas le gustaba....en el mar...

Con mis lagrimas emborronando la carta, la canción de Alfonsina se metió en mi cabeza y ahora siempre que pinto se cuela en mis cuadros....

Te vas Ambrosina con tu soledad 

¿Que poemas nuevos te fuiste a buscar? 

Una voz antigua de viento y de sal 

te requiebra el alma y la está llevando 

y te vas hacia allá como en sueños 

Dormida Ambrosina vestida de mar. 

y cuando los termino...siempre pienso...

!! É onito!! Ma!...

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