viernes, 20 de abril de 2018

IDÉNTICOS

 Nunca sabremos por que se esquinaron, pero nada mas partirse aquel óvulo fecundado en dos células completamente iguales, decidieron no seguir dividiéndose juntas hasta formar un nuevo ser y supongo que enfadadas la una con la otra, siguieron su destino por separado hasta desarrollar en el vientre de su madre, dos gemelos completamente idénticos. 


Cuando aquellos gemelos revoltosos le ponían la casa perdida, su madre desatinadamente siempre culpaba al padre de las criaturas de aquella prematura y anormal separación celular por el inoportuno calentón de aquel hombre, por entonces insaciable con el sexo, al día siguiente del polvo fecundante cuando paseaban por el bosque, porque se le ocurrió ponerse fogoso de nuevo y ella a regañadientes, con pocas ganas y para tener "La fiesta en paz", consintió en repetir la "faena" bajo de un pino mientras se clavaba las piedrecillas en el culo.

Roberto y Alberto eran tan idénticos, que ni su madre podía distinguirlos cuando estaban durmiendo, pero cuando despertaban, sus actitudes los diferenciaban ya que mientras Roberto siempre se mostraba formal, serio, responsable y poco hablador, Alberto era revoltoso, un poco inconsciente, simpático y locuaz.

Podría pensarse que éstas diferencias entre Roberto y Alberto se debieran a la diferente huella que en cada uno de ellos habían impreso distintas experiencias vitales.

De hecho, mientras que Roberto mas cerca de la puerta uterina debió soportar lo más difícil del parto dilatando con su cabecita el cuello de la matriz y forzando y rompiendo los bajos de su madre, Roberto salió de allí a "rebufo" sonriente y casi sin enterarse.

Pero Roberto, el serio, sabía que las diferencias de carácter entre ellos venían ya de antes del parto, porque aunque vagamente, de algún modo cree recordar como Alberto ya a los siete meses de gestación, se dedicaba a gastarle bromas intrauterinas descojonándose de su cara amoratada cuando le apretaba el cordón umbilical, como el que pisa una manguera, o mofándose de su carita de cabreo cuando con su manita traviesa le apretaba los cojones.

Curiosamente a pesar de sus diferentes enfoques de la vida, Roberto y Alberto jamás reñían ni disputaban y eran tan indulgentes el uno con el otro, como cualquier hombre normal lo es consigo mismo cuando en su cabeza chocan diferentes ideas y contradicciones. Así Roberto y Alberto, abordaban la vida juntos y en equipo, complementando sus talentos de la forma mas provechosa y eficaz.

Durante sus estudios, en el colegio y la universidad, mientras Roberto realizaba durante semanas los trabajos, los resúmenes de las clases y pasaba a limpio todas las notas, Alberto se limitaba a leer el material preparado por su hermano un par de días antes del examen, para luego con su gracejo y soltura, obtener incluso mejores calificaciones y a cambio, la simpatía de Alberto hacía a aquellos gemelos tremendamente populares entre amigos y muchachas, que invariablemente les invitaban vehementemente a todo tipo de eventos y fiestas estudiantiles donde con su semejanza, provocaban hilarantes confusiones y divertidos malentendidos.

¿A qué otra cosa se podían dedicar vocacionalmente dos gemelos idénticos que no fuera el arte de la reprografía y la fotocopia que como ellos reproducía patrones idénticos? y mientras que Roberto como ingeniero desarrolló nuevas máquinas de reprografía tecnológicamente avanzadas, Alberto, economista y experto en marketing, con su gracia personal, las vendía como "churros".

Sin embargo, no fue hasta ganar el "Amazing Twins" aquel concurso mundial de gemelos idénticos en Norteamérica que reunió en Denver a trescientas parejas de todo el mundo, cuando cambió la vida de Roberto y Alberto en un antes y un después.

Por un lado, la enormidad del premio en dólares, desorbitado para un país como España que les permitió enriquecerse lanzando con éste capital su pequeña empresa con éxito a nivel internacional y por otro lado, porque conocieron a Manuela y Adela, las dos guapas gemelas andaluzas tan idénticas como ellos, a las que tras dura pugna habían dejado en segunda posición.

Cuando se vieron los cuatro, el pobre Cupido hecho un lío, no sabía a quién disparar, pero la cuestión es que el flechazo entre las dos parejas fue tan monumental que nunca más se volvieron a separar.

Como siempre ocurre, la ley de atracción de los polos opuestos hizo que el serio de Roberto se prendara de la alegre Adela y el alegre Alberto lo hiciera de la callada Manuela y que en cuanto llegaron a Madrid, se casaran y se instalaran los cuatro en un enorme caserón que les permitía vivir juntos.

Ni que decir tienen que fueron envidiablemente felices y no necesitaban de nadie mas para serlo. Habían decidido no tener hijos en algunos años con el fin de disfrutar plenamente de su juventud y su suerte y los días dichosos y despreocupados se sucedían incansablemente para ellos sin aburrirlos ni hastiarlos hasta hacerlos pensar a veces que, en aquél concurso habían muerto y ahora estaban en el cielo.

Pero todo tiene un fin y en ésta ocasión, la culpa la tuvo cierta avaricia de felicidad que les llevó a celebrar el regreso de un exitoso viaje de negocios de Alberto a Méjico, con un licor de origen azteca que trajo de allí y que prometía hacerles sentir mas maravillosamente felices aún.

La cosa fue que cuando acabaron la cena apurando la extraña botella hasta el final, comentaron en la sobremesa entre risas que aquello era un timo para turistas y no les había hecho efecto alguno.

Pero algún efecto tuvo que tener, porque cuando Roberto y Adela como los concuñados mas sensatos y trabajadores, volvieron de recoger la mesa y limpiar los platos en la cocina, encontraron a sus parejas desnudas y jadeantes sobre la alfombra del salón mientras Manuela melena al viento, cabalgaba salvajemente sobre un Alberto tumbado boca arriba con los ojos desorbitados.

Si…, algún efecto debió tener el "licorcito de marras" cuando tras la sorpresa inicial, Roberto y Adela se miraron y lejos de enojarse, se desnudaron también, recogieron a la pareja del suelo y se fueron los cuatro hasta una enorme cama donde los cuatro, en silencio para no dar pistas, se pasaron la noche "dale que te pego" sin saber quién con quien y aparte de hacerlos olvidar que toda "jodienda tiene su consecuencia", otro de los efectos del licorcito, fue que las muchachas con la pasión hubieran olvidado que, a mitad de ciclo, estaban ovulando como perras, lo que llevó a ambas las a sendos preños sincrónicos y por supuesto gemelares, que se resolvieron el mismo día nueve meses después, dejando cuatro niños idénticos sobre la superficie terrestre.

Tan iguales eran los cuatro niños que en el colegio, caro y elitista a "los clones", como les llamaban todos, además del uniforme hubo que ponerles cintas de colores para poder distinguirlos…

-Mire Vd. perdone que le interrumpa señor... Hace tiempo que somos amigos, y me encanta hablar con Vd., pero aunque me está cautivado con ésta estrambótica historia, no entiendo porque me la cuenta, a qué viene y dónde quiere Vd. llegar….

Vale, perdóneme Vd., tal vez me he precipitado, en realidad, toda esta historia viene para explicarle porque soy un " hijo del Azar".

- ¿Del Azar?, quiere decir que sus padres no lo deseaban y que Vd, no fue un hijo planificado ?

Bueno…, eso también, pero no era a lo que me refería concretamente, lo mío es más sorprendente.

-! Cuénteme pues Vd. por favor…!, ya me tiene intrigado

Pues mire, yo era uno de ésos niños "clónicos"

- !! No me joda.… !!

¿Sabe?, el problema surgió cuando al llegar a casa después de nacer, nos mezclamos en un desiste y como éramos iguales, nuestros padres no podían saber quién de nosotros era su hijo o su sobrino y cuando fueron al Doctor para que los ayudara, les dijo que era imposible distinguirnos porque además de ser iguales, nuestro ADN era idéntico en los cuatro.

- Y cómo coño arreglaron sus padres el asunto para saber cuál era hijo de cada cual e inscribirlos en el registro civil ?

A eso voy… por eso le digo que soy un "hijo del azar" y no sé con certeza quién me engendró ni quién me parió porque nuestros padres, tomando las debidas precauciones anticonceptivas, solucionaron el tema bebiéndose otra botellita de licorcito azteca para darse valor y metieron cuatro papelitos con nuestros nombre en un jarrón de boca ancha y fueron sacando cada uno un papelillo a suertes asignándoselo como hijo y ya puestos, y para celebrarlo, aprovecharon para darse otra noche de "fiesta".

- !Qué interesante, jamás había oído algo así !Pero disculpe, ya que estamos de confidencias y Vd. mismo ha despertado mi curiosidad:¿A qué se dedica Vd. que siempre se le ve tan tranquilo y relajado cómo si estuviera de vacaciones ?.

Ja ja ja…, tiene Vd. razón, la verdad es que soy enormemente rico y mis negocios marchan solos sin demasiado esfuerzo.

-¿No me dirá Vd. que se dedica a las fotocopias como sus padres..?

!No! !no!, eso lo deje para mis hermanos cuando cansado de andar por la fabrica como si estuviera en una atracción de espejos en la feria, decidí independizarme y hacerme verdaderamente millonario.

- ¿Y entonces…?

! Mire…!, conseguí la exclusiva de la venta y distribución del "licorcito azteca" para Europa y Sudamérica y… !Oiga Vd.!, !! Me lo quitan de las manos !! . Ja Ja Ja…

FIN

3 comentarios:

Unknown dijo...
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Francisco Ballester Monfort dijo...

Mira Lola, esta claro que entre gemelos y hermanos siempre ha habido líos, hoy me he levantado gilipolla y no recuerdo bién si Caín y Abel eran gemelos, pero seguro que Caín era un "pringado" que vendió su herencia por un plato de lentejas y Esaú que era más malo que Caín, mató a su gemelo Jacob de una "leche" con una quijada de burro y por supuesto que el cabroncete de Rómulo "metió el remo", eso sí muy hondo, pero en España, estamos muy acostumbrados al cainismo desde que Ramon le quitó el nobel a Cajal y Ortega plagió al chalado de Gasset y ya sabemos todos que en navidad, lo mejor es sentar a los hermanos lo mas lejos posible.

Unknown dijo...
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