viernes, 13 de mayo de 2016

LUIS EL "MEDIAMANO"


A Luis, nadie lo llamaba don Luis en aquella ciudad provinciana y húmeda donde siempre estaba lloviendo. Todos le llamaban "Mediamano".

Sobre los cuarenta años, Luis tuvo la desgracia de que una vaca espantada golpeara la enorme cancela metálica de aquel corral cerrándola con violencia mientras él reparaba la bisagra. Se salvó el pulgar, pero el resto de sus cuatro dedos de la mano derecha quedaron tan seccionados a nivel de los nudillos que cuando alguien oyendo sus gritos abrió la puerta, cayeron al suelo como ensangrentadas hojas en otoño.


Bibliotecario del ayuntamiento, Luis "Mediamano" cuidaba de la única biblioteca que había en varias leguas a la redonda y siempre lo había compaginado con la pequeña explotación de ganado que junto a su aislada casona le dejó su padre. En aquella biblioteca donde según sus palabras se sentía " El sumo sacerdote de la sabiduría " no entraba casi nadie excepto el médico y el notario. La televisión había secuestrado el interés de las gentes en los últimos años y en aquél sagrado templo del conocimiento, solo se animaba el cotarro en las épocas de exámenes cuando la maestra que también frecuentaba el local, yo creo que buscando mas paz que cultura, imponía a los chavales trabajos obligatorios de lectura.

Mediamano, desalentado, comentaba con amargo humor que nunca había visto volver a uno de aquellos alumnos a pedir un libro por su voluntad una vez acababan el ciclo de estudios y ya con mas mala leche, refería también que jamás en todos sus años había visto un libro en manos de un cargo político fuera del partido que fuera.

En aquel antiguo y majestuoso lugar de preciosas vitrinas y techo de roble oscuro artesonado a la antigua, Don Luis mataba sus largos ratos de soledad con la lectura , alternando cuando se quedaba solo, antes de su desgraciado accidente, con sus ensayos de clarinete cuya dulce música se le antojaba más melodiosa cuando volvía reflejada desde los lomos de los libros, como si ellos le confirieran la belleza de la literatura.

Solo se interrumpía a veces para mirar abstraído a través de los ventanucos de cristal emplomado como la llovizna mansa caía sobre los oscuros tejados rojizos rutilantes por el agua y los muros de sillares grises enverdecidos por el musgo .

Si, con la desgracia de su mano, Don Luis pasó a ser para todos " Mediamano " en referencia a los cuatro raros apéndices que le quedaron en su mano izquirda y no tuvo mas remedio que dejar el clarinete con alivio de su familia a la que tenía harta con sus prácticas.

"Mediamano" tuvo que reinventarse y aunque aun podía manejar su vaquería, en la biblioteca a falta de clarinete, se dedicó de lleno a la lectura, y quiso la casualidad que intentando aprender a sostener de nuevo la pluma entre dos de sus muñones puesto que era zurdo, comenzara escribir historias sencillas sobre gente corrientes para las que descubrió que tenía facilidad.

Luis.., Don Luis, solía encontrar su inspiración 
simplemente escuchando en silencio  como cotilleaban los demás frente a una copa de Coñac mientras jugaban a la baraja en el casino, o escuchando a las "marujas" cuando hacían cola en el puesto de pescado el mercado, o en los chismes con los que le venía la gente aburrida a pegar la hebra a la biblioteca con tal de aliviar su soledad . Eran historias cortas, con una mezcla de ingenuidad y naturalidad, que versaban sobre vidas corrientes y cosas cotidianas que a veces teñía con recuerdos de infancia llenos de nostalgia que lo mantenían entretenido.

Las obritas, estaban bastante bien escritas, solían ser cortas " pa no aburrir " como decía él, y las escribía huyendo de adjetivos superlativos y modas literarias. Primero las garabateaba a lápiz, para repasarlas encima luego con su vieja estilográfica de tinta violeta rasgando el papel sonoramente con su apretada letrilla de pata de mosca.

Sus hijas, que hacían piña con la acaparadora de su mujer siempre quejosa de sus ausencias y que parecía querer tenerlo siempre cerca solo para ignorarlo o servir de chivo expiatorio de sus frustraciones, al igual que hicieron con la música ignoraron sus aficiones literarias. 


Las tres mujeres de la casa, parecieron ponerse de acuerdo para no leer ni un solo renglón de lo que él escribía no fuera a ser que les gustara y tuvieran que alabarlo… Es curioso que para Luis, su propia casa, era el lugar donde mas solo e incomunicado se sentía y aunque a veces se lo preguntaba así mismo, jamás supo que hizo mal para que nadie allí lo estimara demasiado y lo tuvieran como algo mas que un proveedor de recursos.

Si, a veces…, en la soledad de su butacón… se sentía como la cenicienta del cuento en casa de la madrastra. Ah!....! Si hubiera tenido un hijo varón!...Por lo menos hubiera podido tener con él deliciosas broncas por golfear o por ser del Equipo de fútbol rival …pero bueno…no hay que llorar sobre leche derramada y Mediamano vivía el ninguneo familiar que le había tocado en suerte con masculina resignación.

Cuando murió su mujer y sus hijas se largaron de casa como gallinas en busca de otro corral , él se vistió con su traje de pana de luto negro y riguroso, lo que junto a su sempiterna boina y su parche en el ojo le proporcionaba involuntariamente un aspecto extravagante y bohemio. Porque se me había olvidado contaros, que dentro de su mal fario, Luis acabó también con un parche en un ojo.

Como si una maldición intentara acabar con sus aficiones y con todo lo que le hacía feliz, después de lo de la mano, un glaucoma agudo le hizo perder el ojo izquierdo y casi le funde el derecho que milagrosamente el oftalmólogo logró salvar.

Con la casa vacía y libre de ataduras familiares y solo por puro aburrimiento, comenzó a frecuentar los círculos literarios y tertulias del Ateneo de la capital de provincia donde el destartalado autobús lo acercaba los días que libraba y los fines de semana y !! Que sorprendente es a veces el destino de los hombres!!. ¿ Queréis creeros que, sin hacer el menor esfuerzo, Mediamano medró en ellos y sus historias alcanzaron una fama y reconocimiento que hasta hoy aun perdura?.

Yo creo que su extravagante aspecto contribuyó a que críticos y literatos escucharan con atención aquellas sencillas historias y a que Don Dimas, el director del Periódico local, le propusiera su publicación en una pequeña columna de el suplemento dominical: El Faro de Alejandría .

Sus cuentos y sucedidos que firmaba con el irónico nombre de Polifemo en relación a su condición de ciclope, tuvieron un éxito tan notable, que tras la publicación del sexto, Luis ya tenía un editor interesado en recogerlos en un libro que por cierto se vendió como los churros en la campaña navideña, porque Las gentes lectoras de la región, que ya se habían refugiado en los bestsellers anglosajones, estimaron su estilo directo y conciso hartas ya de gastar dinero en libros difíciles de autores autóctonos mas interesados en las formas que en el fondo y escritos más para agradar la crítica que para entretener a la gente.

Luis…Don Luis…Mediamano o Polifemo y yo, ahora somos amigos, a veces, como la semana pasada, lo visito en su casa para hacerle compañía en silencio mientras él escribe y yo fumo. No tiene despacho y escribe sobre el tapete de hule de cuadros sobre la mesa del comedor. Una tarde, estaba yo hipnotizado mirando como se movían sus muñones al escribir, cuando entró su hija mayor tras meses de no visitarlo. No le dio un beso…, ni siquiera las buenas tardes…., simplemente y como todo saludo, en el habitual tono desdeñoso heredado de su difunta madre le dijo : ¿ Ya estás perdiendo el tiempo escribiendo tonterías ? ! Por lo menos escribieras como el Polifemo ese que escribe como los ángeles !....Yo me quedé helado con el cigarrillo humeante colgándome de la boca esperando la reacción , pero él….sin inmutarse levantando despacio su único ojo del papel , le respondió con una cansada sonrisa : ! Qué mas quisiera yo hija !...! Qué más quisiera!….





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1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta la acuarela,el ojo de Luis,Don Luis tiene vida propia...y su cara refleja sus sentimientos reprimidos...Es un poco" quejica " cada cosa que le ha pasado le ha traído algo bueno,muy bueno...deja de tocar,pero lee más y aprende a escribir,pierde un ojo,eso le hace más misterioso y atrae más la atención,hasta el punto de llegar a publicar...Don Luis vive la peor de las soledades..la que se vive compañía..es de una generación donde a los hombres no se les educa y enseña a mostrar sus sentimientos...sus hijas puede que sean manipuladas por la madre..pero hay una edad que son autónomas y él no sabe aprovechar y decirles lo que siente y como se siente..a su hija habría estado bien que le explicara: En la mitología griega un Polifemo es un Ciclope gigante,hijo de Neptuno y una Ninfa,con un solo ojo ect...darse a conocer ante su hija..
Aunque sería otra historia.
Luis ,Don Luis ha adquirido mucha cultura,y no ha sido nunca feliz..
La capacidad de amar es lo más importante...los hombres también lloran..El solo sabe hacia dentro.
Enhorabuena..siempre me haces pebsar .Vir.