viernes, 16 de junio de 2017

LAS INQUIETANTES CARTAS DE ANSÉLMO FUERTES (2017)


No os revelaré como ha llegado hasta a mí este sobre ajado  con estas tres antiguas cartas y solo he decidido  permitiros leerlas porque en la segunda decena del siglo XXI creo que todos sus protagonistas deben haber fallecido y de no ser así no creo que les perjudique en modo alguno.

Carta numero 1

6 de Enero de 1970  Notaria de Ernesto Badillo, Teruel

Entrega de la carta de don Anselmo Fuertes Acevedo depositada en ésta notaría a su hijo Don Andrés Fuertes Martín si está con vida, para cumplir su voluntad de que se le haga llegar al mismo al cumplir los 25 años.


Carta numero 2

12 de mayo de 1945  Negral de la Sierra -(Teruel)  Andrés Fuertes Acevedo

Andrés, hijo, si lees esta carta, será porque ya no estoy con vosotros. Quiero que sepas que me fui cumpliendo con mi deber aunque no puedas contárselo a nadie. Es preciso que conozcas todos los hechos para que aunque sea con retraso, te sientas orgulloso tu padre y por tanto de la sangre que corre por tus venas.

Fui enviado por el departamento forestal del misterio de agricultura, como ingeniero de montes a Aragón, a un pequeño pueblo de las profundidades de las desiertas montañas deTeruel para investigar las extrañas muertes de algunos animales que habían tenido lugar y que tenían alarmada a la población sensibilizada ya por la reciente y sanguinaria guerra civil.

El mando me había asignado a Vasily como ayudante porque aunque era extranjero, conocía bien la región. Vasily era un leñador rumano que había venido combatir en la Cruzada nacional con el ejército fascista italiano que envió Musolini. Cuando todo acabó, Vasili se quedó aquí en España por que según decía, en su Transilvania natal ya no le quedaba nadie vivo después de la hambruna del 37 y el nuevo régimen, agradecido, le había dado la concesión de la leña de algunos de aquellos perdidos bosques en los que, por otra parte nadie, se atrevía a poner un pié.

Solo hace cinco años que el final de guerra civil española tuvo aquí uno de sus más sangrientos episodios  y todavía es posible ver por estos bosques las negras grietas de las trincheras e incluso no es difícil tropezar con restos óseos humanos, armas oxidadas , viejas latas de conserva aun sin abrir y proyectiles sin estallar.

En este un lugar triste y maldito donde el ser humano convertido en bestia, sacó lo peor de sí mismo contra su hermano, aun hoy , pasado ya tiempo, solo el hambre logra empujar a los lugareños desesperados a entrar temblando en éstos lúgubres bosques para intentar cazar algún conejo para su familia.

Mientras Vasíli me guiaba por los oscuros senderos entre enormes troncos retorcidas de los negros árboles, pude observar algo muy extraño, no había aves, ni un solo trino de pájaro rompía el denso silencio del bosque helado y neblinoso. 

Lo que Vasili me fue mostrando era macabro hasta para mí que de estudiante, fui ayudante de un forense para pagarme los estudios. Los cadáveres de los animales aparecían diseminados por los barrancos con el cuello destrozado y en posturas desencajadas impropias de un animal, pero lo más extraño y lo que me dejó más intrigado, era la ausencia total de sangre o de huellas o signos de lucha. Aquello no me lo esperaba y tiró por tierra la hipótesis que llevaba en mi cabeza cuando llegué, de que el problema se reducía a ataques de lobos u osos.

Fui investigando el alcance de estos macabros sucesos viajando por aquella perdida sierra. Mi instrucción de cada escenario fue un duro periplo por las sendas y pistas forestales apenas transitables que unían los aislados pueblecitos y aldeas y que solo podía hacerse a lomos de unas flacas mulas.

Al principio, creí que solo era por el idioma, pero cuando llegamos a la primera aldea y Vasily le preguntó a una anciana por el alcalde, comprendí que su silencio durante nuestros itinerarios no era debido a una introversión ni a mala educación, sino que era debido a al nerviosismo y al miedo y mientras andábamos, prefería escuchar callado y en completa alerta cualquier sonido sospechoso y se sobresaltaba ante el menor crujido de una rama o el grito de una alimaña.

Al principio, aquellas pobres gentes aldeanas, respondían con desconfianza dados los recientes acontecimientos. Las heridas de sus almas aun sangraban al menor roce, pero poco a poco fueron colaborando conmigo, más que por mis méritos, porque el temor por el misterio del bosque ya era mayor que el que tenían a la autoridad.

Aquellas gentes atribuían irracionalmente los misteriosos hallazgos a la presencia de los guerrilleros del maquis escondidos por los cerros, pero mi lógica descartaba ésta hipótesis porque el hambre de los insurrectos hubiera dejado los cadáveres en los huesos.

Sin embargo, lo que me heló el alma, es lo que encontramos cerca de la última aldea que nos quedaba por visitar. Era ya de noche. Algo blanco me llamó la atención en lo oscuro del bosque. Parecía un trapo  o un pañuelo grande colgando del el tronco de un roble. Desgraciadamente, era el cadáver exangüe y reseco de una niña de unos cinco años que colgaba ensartada por sucuellecito de una rama astillada y cuya piel arrugada parecía ya un paño viejo.

Aquel pequeño cadáver, me heló el alma si, pero sobre todo, porque comprendí que tanta maldad no era obra de la naturaleza. Apenas me quedaron fuerzas para darle cristiana sepultura preocupado además por la reacción de Vasily ,que cuando vió la escena, se quedó rígido, blanco, cerró los ojos con fuerza, y cruzando los dedos de la mano izquierda crispó su puño con la derecha agarrandose a una cruz de plata que colgaba en su pecho y comenzó a emitir un extraño murmullo con la sonoridad de una oración eslava.

La verdad es que yo nunca he creído en presencias sobrenaturales, pero en aquel desolado lugar abandonado de dios, era difícil sustraerse a una sensación de maldición y abatimiento ajena a la lógica, pero por esta reacción, me dio la impresión de que no era la primera vez en su vida que Vasily vivía algo así.

La niña no era de la aldea cercana y Vasily me advirtió sin mas explicación que su trabajo había finalizado, que se volvía al pueblo y que no me podía continuar ayudándome más. La Verdad, es que mi trabajo también había finalizado, así que, decidí volver con él para poner a mis superiores al corriente de mis hallazgos. La presencia de un cadáver humano hacía que fuera ya cosa de policía y jurisdicción de aquello era de la Guardia Civil.

No obstante, al bajar desandando nuestro camino para regresar a Negral, fuimos reinterrogando a las gentes se las aldeas. Además de la niña, cinco niños de edades similares habían desaparecido en los dos últimos años en aquellos pueblos. Sorprendentemente, en aquél mundo tan duro el aislamiento entre las poblaciones era tal, que la desaparición ocasional de unos niños que se criaban sin atención ni escolarización alguna motivada  por pérdidas en el bosque, accidentes en los canchales o ahogamientos en el río, era algo tan aceptado por todos que  no lo habían relacionado con los macabros hallazgos del bosque hasta que apareció la niña colgada en la rama.

No te pormenorizare lo complicado y alarmante de mi investigación por no horrorizarte mas solo debes saber, que el ataque de pánico que sufrió de nuevo el rumano cuando un golpe de brisa, al pasar por la deteriorada mansión de los Condes de Tejillo nos trajo algún tipo de efluvio , me puso sobre la pista de alguien o mejor debería decir de algo, de cierta presencia en aquel lugar de la que no te puedo aclarar su aspecto, porque nadie la había visto jamás y que al parecer llego hace algún tiempo en un misterioso y polvoriento Mercedes negro con las cortinillas echadas y matrícula desconocida.

Tiemblo al contarte, que contra toda lógica de mi razón ahora sé, que esta fuerza maligna y obscura, vino atraída por la desgracia y la guerra a este maldito lugar, como el buitre va a la carroña.

No poseo prueba alguna razonable para poder alertar a otras autoridades, y de hacerlo así, nadie me creería, me tomarían por un loco, y se perdería un tiempo vital, porque ahora sé y tengo la convicción de que hay que acabar con esa presencia sin más demora porque en la última semana han desaparecido dos niños más... y estoy convencido de que éste mal sediento de sangre ha desbocado ya.

!Andrés hijo! Soy el único aquí que puede parar este horror y haré lo que haga falta. Por Vasily, sé cómo acabar con esto y sé también que seguramente, tendré que entregar mi vida para hacerlo, pero ese espíritu nefasto y vengativo atrapado entre nosotros, necesita que un alma recta lo lleve cautivo al más allá para ser juzgado...y condenado.

Carta  numero 3

Madrid.,23 de marzo de 1971  Jesús López- Detective privado.
   
Estimado Don Andrés: Las indagaciones realizadas a su comando con la discreción requerida por Vd., revelan que la susodicha mansión fue destruida por un incendio en mayo de 1945, habiéndose encontrado entre las cenizas según la investigación posterior de las autoridades, dos cuerpos calcinados e irreconocibles.

 Por otra parte, desde esa fecha y hasta la actualidad no constan en los archivos de la guardia civil denuncias de hallazgos macabros ni desaparición de persona alguna en esta zona....

Suyo atentisimo,  Jesus Lopez.

fin