viernes, 19 de mayo de 2017

"EL SEÑOR DE LOS TORNILLOS"

! Lo reconozco... !, !Si...!,! Le dí dos soberanas "Ostias" a aquel " Capullo" en toda la jeta!. !Ah!... y escribo "Ostias" y no "Hostias" por no blasfemar, porque incluso mentalmente solo le pongo la H a la esa palabra, en las raras ocasiones en las que me refiero a la blanca oblea consagrada con el cuerpo de Cristo.

¿ Católico? ! No! ! No!.. Es solo un poco de respeto por las enseñanzas que recibí y lo que la gente cree. La verdad es, que a mí la vida me ha vuelto ateo a base de hacerme pensar que si Dios existiera, se dejaría de renglones torcidos para hacer su voluntad, iría rápidamente al grano y pondría un poco orden en esta mierda de humanidad que creó. Incluso tal vez, pienso que si fuera apurado de tiempo o viera él que esta mierda ya no tiene remedio, por lo menos debería enviarnos un piadoso meteorito arrasador que se llevara a "tomar por culo" el planeta y luego se fuera aliviado con sus sagrados bártulos a repetir el experimento de Adán y Eva a otra puta galaxia a ver si tuviera mas éxito….



!Sea pues... ! ! Lo reconozco..! Pero cuando aquel doctorcillo levantó los ojos de los papeles después de hablar veinte minutos sin siquiera mirarme, mis dos sonoras "Galletas", enviaron sus gafas de pasta a hacer puñetas y dejaron los miopes ojos de aquel tio abiertos de la sorpresa con tal cara de gilipolla, que ese instante mismo se me pasó la indignación y no me descojoné de la risa por no darle la razón a aquel mierdecilla como todo el mundo hubiera pensado después.

La cosa, había empezado suave. Yo solo había acudido aquella mañana a centro de salud a pedir unos tranquilizantes que me ayudaran a conciliar el sueño. Últimamente dormía fatal…, me despertaba cuarenta veces…, estaba inquieto, no dejaba de dar vueltas en la cama y me levantaba al alba como si me hubieran dado una paliza.

- ¿Desde cuando le pasa esto señor ? me preguntó el mediquillo, claramente un novato, en el único momento en el que me miró fingiendo interés antes de sumergirse a escribir sin parar mientras me seguía interrogando.

Yo, intenté ser conciso en mis respuestas consciente de que la sala de espera estaba abarrotada de pacientes y mi problema parecía sencillo.

-Pues mire doctor ..mas o menos…desde que me abdujeron los alienígenas hace un par de meses y me implantaron el chip en su nave.

Cuando el galeno oyó mi respuesta, estuvo a punto de mirarme, dejó de escribir unos instantes, se quedó quieto sin levantar la cabeza, y continuó preguntándome sin alterar su monótono tono de voz, pero yo no pude evitar percibir que para seguirme la corriente, se había contenido muy profesionalmente.

-¿ Y Vd. atribuye su trastorno a ese chip ? terció dándome así "carrete" para que yo fuera largando.

Entonces fue cuando yo le conté que mi misión era la de recoger toda la información humana posible con mis cinco sentidos como si fuera una especie de sofisticada cámara de videograbación.

-¿Quiere decir Vd. que esos seres me están viendo en este mismo instante ?

Ahora a posteriori, me doy cuenta de que esta pregunta tenía un casi imperceptible tono de "cachondeo" que no llegué a captar en aquel momento y yo iluso, seguí respondiendo conciso :

-!No! !Nooo! …!Tranquilo doctor…! Desgraciadamente es solamente por la noche cuando recogen de mi cerebro toda la información almacenada, porque durante el día el flujo fotónico de la luz solar interfiere las trasmisiones espaciales de su sistema y creo que lo no me deja dormir bien debe ser el zumbidito sordo que hace el chip en mí cogote cuando comienza a trasmitir...

Aquel hombrecillo continuó interrogándome machaconamente hasta que en un momento dado, subrayó unas palabras en el historial, puso un punto, dejó la pluma, y apoyando los codos en la mesa y su barbilla sobre sus manos entrelazadas, levantó la vista, me miró con el brillo de satisfacción de quién se siente sabio y satisfecho de sí mismo y me dijo con voz engolada:

- ! Déjese de tranquilizantes y de chips señor..! ! Lo suyo es una esquizofrenia paranoide de libro con un delirio productivo y consolidado !

-¿ Esquizofrenia? ¿ Qué es eso…? ¿ Que quiere decir doctor…?

Con la insensibilidad de médico novato, más preocupado por diagnosticar la enfermedad que por curar al paciente el "tio", que no debía saber aún lo que era la empatía, fue y me soltó a bocajarro:

! Pues que Vd. es un Psicótico…! ! Vamos... que está Vd. loco y no le digo " De atar " porque su comportamiento no es aún agresivo!.

Como comprenderéis…, entonces fue lo de las dos "Ostias" bien dadas y el motivo por el que al día siguiente no fuera yo andando por la calle sino que me encontrara paseando con una camisa de fuerza bien atada por el brillante pasillo de aquel frenopático esperando que vinieran a por mi para llevarme " Al señor de los Tornillos" como decían por allí mis dementes compañeros de reclusión manicomial en clara alusión a la fantasiosa novela de Toliken.

Cuando en mi ingenuidad pensaba que me iban a conducir a una especie de terapia ocupacional sedante y relajante a base de talleres de mecánica o fontanería, pronto pude comprender que no se trataba de eso porque me llevaron frente a una puerta cuyo rótulo rezaba: Dr E. Martín Psiquiatra y me metieron adentro de un empellón. Ahora os digo, que comprendo que nadie andaba desencaminado al llamarle "El Señor de los Tornillos".

El Dr. 
Martín ( Don Eduardo), era un hombre maduro con un aspecto de lo mas normal, yo casi diría que anodino, y no me hubiera llamado mucho la atención, si no fuera porque en vez de papel y pluma, en su mesa frente a él, reposaba una enorme y pesada llave inglesa de dos palmos de longitud.

- ! Mire buen hombre!, dijo dirigiéndose hacia mi con simpatía y respeto. Le tengo que decir a Vd. que mi método de terapia es singular pero efectivo. He descubierto que la enfermedad mental no es más que un problema de " desajuste" o perdida de alguno de los enormes tornillos Virtuales que llevamos en las dos sienes y que entre los dos,  a modo de pinza, regulan la presión de nuestro encéfalo. En realidad me inspiré en el Dr Frankenstein. Siempre he pensado que si 
durante su ensamblaje le hubiera apretado un poco mas los tornillos de la cabeza a su monstruosa criatura hasta lograr cerrarle la grieta de su frente , hubiera creado un genio.

- ¿Tornillos Doctor... ?

- ! Si, tornillos! ! Mi estimado desequilibrado, ! Aunque Vd, no pueda verlos!.

Y diciendo esto, Don Eduardo se puso en pié con su enorme y anticuada bata blanca que le llegaba a los pies, dio la vuelta a su mesa llave inglesa en mano vino hasta donde yo estaba sentado aún con mi camisa de fuerza y comenzó a girarla en cada una de mis sienes como si apretara o aflojara los, para mí imaginarios, tornillos mientas me comentaba para tranquilizarme que se trataba de una sencilla operación parecida a la regulación del carburador del automóvil hasta conseguir el flujo de combustible deseado.


Dos meses después, el Dr Martín, me dio el alta médica.

Durante todo ese tiempo, habían continuado las sesiones terapéuticas de forma semanal y en cada una de las cuales, tras las pertinentes maniobras de "Apretado" y "Aflojado", Don Eduardo me hacía muchas preguntas como para calibrar su efecto.

Tengo que reconocer, que el tratamiento me fue bien y que mi escepticismo inicial, fue dejando paso a un verdadero entusiasmo cuando el zumbido del cogote fue disminuyendo, dormía mejor, y el episodio de la abducción alienígena comenzó a parecerme un antiguo sueño.

Ahora estoy bien..,de verdad…del susodicho episodio de las "Dos ostias" solo me ha quedado una pacífica satisfacción y los Alienígenas, si existieron realmente, nunca se volvieron a poner en contacto conmigo.


Solo me queda una duda…: ¿ Aquellos seres fueron solo producto de mi mente o huyeron espantados de la Tierra cuando vieron que en este planeta a un loco, lo envían a que lo sane otro mas loco que él…?