viernes, 9 de diciembre de 2016

LA VENUS AZUL (REEDICION MODIFICADA) ( ACUATEXTO)



A ella también la ví.  La encontré apartada y sola en un rincón alejado del burdel. Estaba desnuda  y el reflejo de la luz fría y azul de la máquina de discos, le daba un aspecto irreal, más cercano a la muerte que a la vida. Tenía el gesto indolente y la mirada perdida ausente. 

Su cara pintarrajada, sus carnes ajadas, sus pechos caídos, sus pezones "bizcos" y asimétricos  y su pelo en llamas, conseguían darle un aspecto triste y a la vez fascinante. 

Tenía algo… ! Si !, emanaba algo extraño que provocaba en mi interior una mezcla de aprensión y deseo decadente que llamaba a mis instintos más escondidos.

El poblado yacía barrido por los cuatro vientos en el pelado desierto en los confines del mundo. 
Tras muchas dificultades, yo había logrado llegar a aquella aldea minera del altiplano andino dejada de la mano de dios camuflado de botánico naturalista. Pensaba denunciar en mi periódico provinciano las terribles condiciones laborales en las que con frecuencia morían aquellos desdichados mineros.

Estaba sentado en la barra de aquel antro, el único que había, y que como en el "Lejano Oeste"  hacía al tiempo las veces de cantina, burdel  y casa de juego cuando el capataz de la mina entró en el local con paso pesado y por casualidad se acodó a mi lado en la barra y se atizó sin respirar media jarra de aguardiente. 

A pesar de su gran tamaño, se le veía inquieto. Hablaba con la convicción del que manda en algún sitio y en un momento dado dijo en voz alta para que lo oyeran todos que él no había ido allí a follar, ni siquiera a beber o a jugarse el sueldo en un tapete verde. Que  su  "encargo" era sacar de allí a la "bizca", aquella mujer que yo había visto desnuda y azul en el rincón.

El hombre estaba nervioso. Acostumbrado a bregar con la minería, era evidente que no se daba maña para lidiar con ese tipo de asuntos. Luego se volvió de nuevo hacia la barra y con gesto abatido, se encaró a mí, y sin conocerme de nada, me comentó en voz baja, que había ido a la cantina con la misión de sacar a la mujer de y alejarla lo más posible de la aldea y que para ello, el patrón de la mina le había dado carta blanca.

Pensé en lo que me había dicho..mientras me daba la vuelta en mi taburete y echaba un vistazo al puterío,  pero… no podía evitar que mis ojos volvieran a ella una y otra vez.

Aunque yo ni le miraba, el hombre continuó diciéndome en tono casi confidencial que prefería que la cosa fueran por las buenas…pero que si no era así, ya tenía 
entre las montañas de escoria que quedaban tras la extracción de la plata, cavado el hoyo donde sepultarla, porque en aquel perdido altiplano desierto y azotado por todos los vientos, no había más ley que la palabra del patrón.

Parecía querer justificarse a sí mismo y el hombre continuó hablando un rato del asunto…

-Mire Vd.,,..como capataz, fui el primero de la Dirección en enterarme del  tema. Los mineros lo habían llevado con la discreción y reserva propia de los indígenas, cuando un derrumbe en los túneles del área 6 me sepultó a cuatro hombres.

Cuando me llegó la noticia, dije alarmado volviéndome hacia mi ayudante:

-¿Habrá cogido a Genaro?.

Genaro era uno de mis mejores hombres y  el jefe del área 6 que era la que mejor funcionaba.

- !! No jefe!!, !Seguro que no!,  !! Ese cabronazo se ha librado hoy!!.

-¿ Y tú como lo sabes si ni siquiera has bajado a las galerías…?

-!Mire Jefe! !!, Lo sé seguro por que anoche el Genaro estuvo con "la bizca"!!.

-¿Con que bizca…? ¿ Que quieres decir..?

Al fin.. mi ayudante "cantó". No se sabe aun a día de hoy, de quien salió la patraña, pero los mineros creían a pies juntillas  en ella como en Dios y la cuestión era que entre aquel atajo de andinos ignorantes, se había corrido la creencia de que quien de tiraba a la "bizca" no podía morir de accidente en siete días….

-No mentiré si le digo que al principio me lo tomé a chacota,

Continuó el Capataz.

-Incluso nos reímos un buen rato cuando se lo conté al patrón. Pero… esa  superstición, se ha convertido ahora en una complicación…!! Todos quieren "protegerse"!! y se dejan en el burdel toda la paga del mes, quitándoles el pan a sus familias !. Ah..y fuera del burdel, las colas se han convertido en riñas y tumultos…Incluso le diré que en la bocamina, frente a los ascensores, ya han tenido lugar motines por negarse a bajar al tajo los hombres "no protegidos". y !Ah!...! Eso sí!...  por ahí..., en asuntos de trabajo, el patrón no pasa…

Por fin, el capataz, se levantó y tras cruzar unas palabras con la "bizca" se fueron por la puerta trasera ….

Volví a aquel desolado lugar unos meses después….para hacer de tapadillo algunas fotos más para el reportaje que ya tenía casi terminado.

Pregunté en la cantina por la mujer y me dijeron que después de aquello, "la bizca" jamás regresó al burdel, su figura azul desapareció de su rincón  y los conflictos entre los mineros habían terminado.  

Una vez más, la casualidad estuvo a favor de mi curiosidad y volví a topar con aquél Capataz en la misma barra..

-¿ Me recuerda?
-! Claro coño!,! Vd. es el botánico ! ¿Sabe? Vienen pocas personas nuevas a este lugar como para olvidarlas pronto!
- ¿ Puedo hacerle una pregunta ? 
- Adelante amigo, me cayó vd, bien....si le puedo ayudar 
-¿Como arregló Vd. por fin  asunto de "la bizca..."?
-! Bien !,la verdad es que se resolvió como la seda... Al gusto del patrón
-¿Aceptó pues largarse sin más la muchacha…?
-! No !, se lo propuse pero lo rechazó....
-! Aceptaría pues la mujer el dinero por largarse claro !
-!No!, no quiso aceptar dinero….
-¿Entonces…? ¿ Entonces? ¿ No me joda que la hizo desaparecer Vd. en el  hoyo de la escoria como tenía previsto ?
-!Calle ! !Calle...Hombre! !No sea Vd. bestia!
-¿Pues…entonces...como coño se apañó Vd. para arreglar el tema...?
- !!Pues algo mejor!!. ! Me gustó tanto la mujer..!  Que me la llevé a mi casa y me casé con ella!. ! Ah.. y desde entonces….!! Los problemas se han acabado en el pueblo y yo ahora yo siempre vivo protegido de los derrumbes !!.

Cuando abandonaba aquel perdido lugar, no pude evitar pensar que en la vida, las soluciones a veces vienen solas...