sábado, 28 de mayo de 2016

LA TORTILLA (REPUBLICACION)

El desierto estaba precioso, solo cactus y secos matojos que impulsados por el viento atravesaban rodando a veces por la negra carretera cuya rectitud la haría imposible en otro lugar.

Al fondo, violáceas, las montañas de Nevada a cuyos bosques se dirigían, ponían fin a aquella inmensidad plana y silenciosa. A su lado, mientras conducía el enorme todoterreno negro, dormía una mujer rubia, su esposa típicamente americana, a la que acompañaban en su sueño en la parte trasera del vehículo dos niños también rubios y también típicamente americanos…



Pedro, paladeó con satisfacción la paz del momento. Si, estaba satisfecho. Cuando llegó a los Estados Unidos diez y ocho años antes, no tardó en desprenderse de su españolidad. Llegó resentido. Tuvo que emigrar porque allí en España estaba taponado. A pesar de su enorme talento y a pesar de sus avanzados y originales proyectos de ingeniería , su carrera se había visto detenida por el nepotismo, el enchufismo y los cambalaches que envolvían el mundo universitario.

Pedro se avergonzaba de haber sido español. Ya se consideraba un norteamericano mas. Había escondido su piel ibérica bajo capas y capas de pintura anglosajona hasta que no se vio un solo milímetro de ella. Reseteó su cerebro para no sentir la ira que le producía su antigua nación que navegaba siempre a contracorriente de la razón, siempre rencorosamente dividida y con el alma aun encadenada al siglo XIX, inmune a las palabras Unión, Cesión, Pacto, Dimisión, Honestidad y Perdón y siempre dispuesta al sacrificio, pero solo para que el adversario muriera.

! Que se le podía pedir a aquel pueblo que mantenido en la ignorancia por la religión, pasó directamente del analfabetismo a la televisión saltándose la etapa de los libros. ! Que se le podía pedir a aquel pueblo que se creía muy listo pero que su falta de criterio hacía que lo engañaran las ideas más demagógicas o el tío que mas alto gritara…

! Qué pena que en España no hubieran cuajado las ideas luteranas o que se ganara la Guerra de la Independencia a los que traían la modernidad..!..! Qué pena…!

Pedro, apartó aquellos pensamientos…estaba anocheciendo, todos habían despertado y ya comenzaban las primeras curvas que marcaban el ascenso a los altos. Aun faltaban dos horas para llegar a su destino, pero el hambre había hecho mella en el personal de aquel vehículo.


Pararon en lo alto de " Puerto Chiquito". Un lugar donde lo único hispano era el nombre y en cuyo restaurante de formíca y vidrio, se aposentaron frente a la mesa en los bancos encarados de cuero rojo a la luz del típico letrero de neón intermitente naranja y azul que entraba por la ventana desde el exterior.

A ver…Hamburguesa para los niños..si ,si,.. con patatas, sin cebolla y doble de queso. Si, si, Coca Cola… Para mi esposa una ensalada y un té helado… y para mí…para mi…miró la carta y sus ojos casi saltan de sorpresa….! Tortilla de patatas !¨. ! Para mí tortilla de patatas ! y una copa pequeña de vino rojo que tengo que conducir… y …Vd. perdone… ¿Cómo es Vds. que tienen tortilla de patatas aquí señorita…?

! Señor , tenemos una cocinera española que ayuda en temporada alta ….! dijo la camarera que iba ataviada como un jugador de beisbol gorrita y todo.

Cuando la camarera trajo la comanda minutos después, las cosas fueron bien hasta que se llevó el primer trozo de aquel triangulo amarillo hecho con aceite de oliva a sus labios y Pedro percibió su sabor. Entonces, una oleada de añoranza por su tierra lo invadió partiendo desde lo más hondo de sus entrañas y las lagrimas brotaron silenciosas de sus ojos…

! Papa te pasa algo en los ojos..!

! Nada hijo! ! Nada! ! Es el humo…! , solo es que me ha entrado un poco de humo…y me pican los ojos.

! Puta cocinera española…! murmuró Pedro por lo bajini….

viernes, 20 de mayo de 2016

LUCIA Y EL INTERNADO (REPUBLICACION)

Lucía Hierro (nacida Carmen López)  conducía tranquila por los serpenteantes caminos de los acantilados desde los   que se podían oír los golpes del mar embravecido por la tormenta del norte.. Carmen, digo Lucia... que era la directora y copropietaria de la más importante revista del corazón y tertuliana de lujo de los mejores programas y realitys de la televisión basura, iba por la vida repartiendo sus opiniones como sentencias de justicia sin posibilidad de apelación.

!Si!, ella era una auténtica harpía, se dijo a sí misma en voz baja, y luego en silencio, retomó el hilo de sus pensamientos...Siempre había sido borde, pero el vida había ido aumentando sus facetas mas oscuras hasta sentir ahora, lo ella sentía de sí misma. !Si!, harpía y manipuladora, !ah!... y ...! Poderosa !, si sobre todo..., muy poderosa. Más temida que admirada, pero admirada al fin y al cabo en aquellos donde la finura de una canallada, era aplaudida como la suerte genial de un torero en la arena de la plaza.






Desde su atalaya mediática, se  Lucia Hierro (nacida Carmen López) se había permitido seguir con secreto placer, el destino y el castigo natural que la vida había dado , sobre todas aquellas niñas pijas compañeras de aquel internado, que tanto la habían hecho sufrir entonces con su dinero..., su elegancia..., sus poderosas familias....su fina belleza de "casta" y su condescendiente y educado ninguneo. 

Lucía nunca valoró el esfuerzo económico de sus padres por su educación, es mas, por aquellos años, Lucía los odiaba tanto como a aquel maldito internado de las Salustianas, donde su aislamiento había sido total, y donde la envidia y el rencor habían ido creciendo en su corazón adolescente, como unos malignos gemelos que iba a gestar para verlos crecer siempre.

Sonrió al pensar en aquellas chicas..., pocas de ellas se había librado del dolor y la amargura del devenir natural de la gente estúpida y las que la vida no había castigado..., se encargó ella misma de que su sufrimiento fuera largo y penoso.

Si, definitivamente, Lucía Hierro 
(nacida Carmen López) no sentía la menor empatía por nadie e, inteligente y culta, se reconocía malisima, la mala de la pelicula (pensaba con una sonrisa guasona), una autentica psicópata.....Ni el menor remordimiento. Ni el menor escrúpulo... Nada que pudiera dejar de alimentar a su voraz ego, que era el único Dios al que ella adoraba y del que siempre había sido una sumisa esclava. !Si!, un Dios tiránico que insaciablemente se alimentaba del dolor ajeno como un ídolo azteca se alimenta de los corazones aun palpitantes y la sangre de los inocentes..

El Dinero, siempre era importante. Pero no lo primero. Para Lucía, solo era una herramienta más en sus maquiavelicos planes... La riqueza nunca había sido su mayor ambición... sin nadie a quien dejar nada a su muerte, su verdadera pasión era el poder...el poder sobre las personas que le rodeaban..... el poder sobre toda una gente, que la temía y la adulaba porque podía destruir visas y carreras... romper sólidas relaciones.... hundir matrimonios..., enemistar hijos, o influir en los negocios a veces... solo con publicar unas fotos dudosas o dejar caer unos comentarios ambiguos en el programa preciso. A Lucía Hierro 
 (nacida Carmen López), le fascinaba ver como aquellas pequeñas maldades como las gotas de veneno vertidas en un mar de agua clara, lograban romper la imagen de alguien, construida en largos años de trabajo y voluntad.
!Ah! y además...pensó Lucia ! no podía aflojar!, no podía aflojar, ni aunque lo hubiera deseado. Para mantenerse donde estaba, había necesitado de sí misma, cada vez ser mas bruja y estar más sola. No.. no hubiera podido aflojar...porque cada vez tenía más enemigos... cada vez dejaba más cadáveres en la cuneta que, aunque deshechos..., siempre tenían la esperanza de poderle lanzar desde el suelo una última dentellada. Ella se sentía fuerte y segura en aquella selva, pero tenía que pagar un precio...! estaba sola !, tenía que estar sola. En un mundo hostil, lo que amas, se convierte en lo que te hace débil...el punto donde atacar, paralizar y destruir....y eso, eso.... Lucía Hierrro (nacida Carmen López) lo sabía muy bien , ya que lo empleaba sistemáticamente para neutralizar cualquier amenaza o destruir cualquier a competidor.... 

Hacia frío fuera, el viento azotaba los negros riscos y estampaba las gotas de lluvia sobre las ventanillas laterales, cuando el sonido del Manos libres , interrumpió sus pensamientos...,

-¿Sí ?,
(--Telf.--)
-Si, si, soy yo, dijo mientras paraba el coche a la derecha de la carretera
(--Telf.--)
-Si.., si ... la lotería del Colegio de las Salustianas, si
(--Telf.--)
-¿Sí?... ¿el gordo?
(--Telf.--)
-! Como! ! tres millones de euros !,
(--Telf.--),
-¿ A mí? ,
(--Telf.--)
- ! Qué alegría !, ! Muchas gracias Madre Teresa.. !
(--Telf.--)
- Adiós.. adiós madre y gracias por llamar.....

Lucía se arrellanó en su asiento y 
cerró los ojos unos instantes disfrutando de la encantadora paradoja. Mas que alegría, sentía una extraña sensación, casi erótica, de placer contenido en su interior que le llegó de refilón a la entrepierna...Pero..!Que ciego debe estar Dios! , o que deliciosamente injusto se muestra a veces el Destino con los que somos condenadamente malos.....!. 

Luego...con una enigmática sonrisa, enfiló su porche gris hacia la vieja casona de la brumosa playa .

viernes, 13 de mayo de 2016

LUIS EL "MEDIAMANO"


A Luis, nadie lo llamaba don Luis en aquella ciudad provinciana y húmeda donde siempre estaba lloviendo. Todos le llamaban "Mediamano".

Sobre los cuarenta años, Luis tuvo la desgracia de que una vaca espantada golpeara la enorme cancela metálica de aquel corral cerrándola con violencia mientras él reparaba la bisagra. Se salvó el pulgar, pero el resto de sus cuatro dedos de la mano derecha quedaron tan seccionados a nivel de los nudillos que cuando alguien oyendo sus gritos abrió la puerta, cayeron al suelo como ensangrentadas hojas en otoño.


Bibliotecario del ayuntamiento, Luis "Mediamano" cuidaba de la única biblioteca que había en varias leguas a la redonda y siempre lo había compaginado con la pequeña explotación de ganado que junto a su aislada casona le dejó su padre. En aquella biblioteca donde según sus palabras se sentía " El sumo sacerdote de la sabiduría " no entraba casi nadie excepto el médico y el notario. La televisión había secuestrado el interés de las gentes en los últimos años y en aquél sagrado templo del conocimiento, solo se animaba el cotarro en las épocas de exámenes cuando la maestra que también frecuentaba el local, yo creo que buscando mas paz que cultura, imponía a los chavales trabajos obligatorios de lectura.

Mediamano, desalentado, comentaba con amargo humor que nunca había visto volver a uno de aquellos alumnos a pedir un libro por su voluntad una vez acababan el ciclo de estudios y ya con mas mala leche, refería también que jamás en todos sus años había visto un libro en manos de un cargo político fuera del partido que fuera.

En aquel antiguo y majestuoso lugar de preciosas vitrinas y techo de roble oscuro artesonado a la antigua, Don Luis mataba sus largos ratos de soledad con la lectura , alternando cuando se quedaba solo, antes de su desgraciado accidente, con sus ensayos de clarinete cuya dulce música se le antojaba más melodiosa cuando volvía reflejada desde los lomos de los libros, como si ellos le confirieran la belleza de la literatura.

Solo se interrumpía a veces para mirar abstraído a través de los ventanucos de cristal emplomado como la llovizna mansa caía sobre los oscuros tejados rojizos rutilantes por el agua y los muros de sillares grises enverdecidos por el musgo .

Si, con la desgracia de su mano, Don Luis pasó a ser para todos " Mediamano " en referencia a los cuatro raros apéndices que le quedaron en su mano izquirda y no tuvo mas remedio que dejar el clarinete con alivio de su familia a la que tenía harta con sus prácticas.

"Mediamano" tuvo que reinventarse y aunque aun podía manejar su vaquería, en la biblioteca a falta de clarinete, se dedicó de lleno a la lectura, y quiso la casualidad que intentando aprender a sostener de nuevo la pluma entre dos de sus muñones puesto que era zurdo, comenzara escribir historias sencillas sobre gente corrientes para las que descubrió que tenía facilidad.

Luis.., Don Luis, solía encontrar su inspiración 
simplemente escuchando en silencio  como cotilleaban los demás frente a una copa de Coñac mientras jugaban a la baraja en el casino, o escuchando a las "marujas" cuando hacían cola en el puesto de pescado el mercado, o en los chismes con los que le venía la gente aburrida a pegar la hebra a la biblioteca con tal de aliviar su soledad . Eran historias cortas, con una mezcla de ingenuidad y naturalidad, que versaban sobre vidas corrientes y cosas cotidianas que a veces teñía con recuerdos de infancia llenos de nostalgia que lo mantenían entretenido.

Las obritas, estaban bastante bien escritas, solían ser cortas " pa no aburrir " como decía él, y las escribía huyendo de adjetivos superlativos y modas literarias. Primero las garabateaba a lápiz, para repasarlas encima luego con su vieja estilográfica de tinta violeta rasgando el papel sonoramente con su apretada letrilla de pata de mosca.

Sus hijas, que hacían piña con la acaparadora de su mujer siempre quejosa de sus ausencias y que parecía querer tenerlo siempre cerca solo para ignorarlo o servir de chivo expiatorio de sus frustraciones, al igual que hicieron con la música ignoraron sus aficiones literarias. 


Las tres mujeres de la casa, parecieron ponerse de acuerdo para no leer ni un solo renglón de lo que él escribía no fuera a ser que les gustara y tuvieran que alabarlo… Es curioso que para Luis, su propia casa, era el lugar donde mas solo e incomunicado se sentía y aunque a veces se lo preguntaba así mismo, jamás supo que hizo mal para que nadie allí lo estimara demasiado y lo tuvieran como algo mas que un proveedor de recursos.

Si, a veces…, en la soledad de su butacón… se sentía como la cenicienta del cuento en casa de la madrastra. Ah!....! Si hubiera tenido un hijo varón!...Por lo menos hubiera podido tener con él deliciosas broncas por golfear o por ser del Equipo de fútbol rival …pero bueno…no hay que llorar sobre leche derramada y Mediamano vivía el ninguneo familiar que le había tocado en suerte con masculina resignación.

Cuando murió su mujer y sus hijas se largaron de casa como gallinas en busca de otro corral , él se vistió con su traje de pana de luto negro y riguroso, lo que junto a su sempiterna boina y su parche en el ojo le proporcionaba involuntariamente un aspecto extravagante y bohemio. Porque se me había olvidado contaros, que dentro de su mal fario, Luis acabó también con un parche en un ojo.

Como si una maldición intentara acabar con sus aficiones y con todo lo que le hacía feliz, después de lo de la mano, un glaucoma agudo le hizo perder el ojo izquierdo y casi le funde el derecho que milagrosamente el oftalmólogo logró salvar.

Con la casa vacía y libre de ataduras familiares y solo por puro aburrimiento, comenzó a frecuentar los círculos literarios y tertulias del Ateneo de la capital de provincia donde el destartalado autobús lo acercaba los días que libraba y los fines de semana y !! Que sorprendente es a veces el destino de los hombres!!. ¿ Queréis creeros que, sin hacer el menor esfuerzo, Mediamano medró en ellos y sus historias alcanzaron una fama y reconocimiento que hasta hoy aun perdura?.

Yo creo que su extravagante aspecto contribuyó a que críticos y literatos escucharan con atención aquellas sencillas historias y a que Don Dimas, el director del Periódico local, le propusiera su publicación en una pequeña columna de el suplemento dominical: El Faro de Alejandría .

Sus cuentos y sucedidos que firmaba con el irónico nombre de Polifemo en relación a su condición de ciclope, tuvieron un éxito tan notable, que tras la publicación del sexto, Luis ya tenía un editor interesado en recogerlos en un libro que por cierto se vendió como los churros en la campaña navideña, porque Las gentes lectoras de la región, que ya se habían refugiado en los bestsellers anglosajones, estimaron su estilo directo y conciso hartas ya de gastar dinero en libros difíciles de autores autóctonos mas interesados en las formas que en el fondo y escritos más para agradar la crítica que para entretener a la gente.

Luis…Don Luis…Mediamano o Polifemo y yo, ahora somos amigos, a veces, como la semana pasada, lo visito en su casa para hacerle compañía en silencio mientras él escribe y yo fumo. No tiene despacho y escribe sobre el tapete de hule de cuadros sobre la mesa del comedor. Una tarde, estaba yo hipnotizado mirando como se movían sus muñones al escribir, cuando entró su hija mayor tras meses de no visitarlo. No le dio un beso…, ni siquiera las buenas tardes…., simplemente y como todo saludo, en el habitual tono desdeñoso heredado de su difunta madre le dijo : ¿ Ya estás perdiendo el tiempo escribiendo tonterías ? ! Por lo menos escribieras como el Polifemo ese que escribe como los ángeles !....Yo me quedé helado con el cigarrillo humeante colgándome de la boca esperando la reacción , pero él….sin inmutarse levantando despacio su único ojo del papel , le respondió con una cansada sonrisa : ! Qué mas quisiera yo hija !...! Qué más quisiera!….





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