viernes, 25 de marzo de 2016

LAS TRIBULACIONES DE MISS TONICA (REPUBLICACION)

Sí…. Amigos, ! Soy una tónica ! Pero, no se engañen, no soy una tónica cualquiera…. Soy "La Tónica", ! Una tónica Schweppwes ! es decir, una tónica de abolengo, con más de cien años de historia desde que aquel alemán visionario me lanzó al mundo allá por 1870. 

Aunque muchos creen que soy genuinamente británica, realmente soy exótica y oriental…Como el gran Rudyard Kipling ví la luz por primera vez en la India pagana y misteriosa  , donde en la época colonial los ingleses me inventaron cuando añadian agua para rebajar el amargo sabor  de la quina que ingerían para prevenir la malaria.

Aún recuerdo aquellos sofocantes atardeceres en los jardines de las mansiones victorianas medio tapadas por el verde salvaje de la selva, donde sentados en amplios sillones de mimbre, hombres bigotudos estirados uniformados y mujeres de rizos rubios y abigarrados sombreros  vestidas de blanco inmaculado, me bebían cansados y sedientos después de la caza del tigre, mientras algún nativo de rostro achocolatado les espantaba los mosquitos con largas hojas de palma.

! Se me remueven las burbujas solo de recordar que allí mismo conocí a mi único y verdadero amor !. Jamás he tenido otro que Ginebra. Tan blanca y cristalina como yo misma. Siempre le he sido fiel. Nunca he amado a otra…. No se me ha ocurrido siquiera….! Ya sé…! ! Ya sé …! Pensareis que soy lesbiana …y estaréis en lo cierto…!! Es lo que hay…!! Pero odio todas esas bebidas , masculinas y sin clase como el Whisky , el Ron o el Vodka que, por cierto, es un ruso bárbaro y un ignorante. ! Solo de pensar en que me tocaran sus asquerosas gotas, me dan escalofríos…!

Debéis saber que lo mío con Ginebra, fue amor a primera vista… fue un flechazo total… fue algo para siempre… una pasión que los años solo han hecho que aumentar. Yo siempre la espero ansiosa en nuestra copa redonda. Nerviosa e impaciente, veo como se acerca el gollete de su botella desde el que caerá ella como la lluvia de primavera. Luego…ambas, suavemente recostadas en las redondeces del vidrio de nuestra copa, nos amamos tierna y suavemente jugando y retozando entre los hielos….fundiéndonos la una en la otra hasta que un dulce orgasmo nos convierte en Gin Tonic. ! Si !, ! Ya sé que no estamos completamente solas !, 
Desde la superficie siempre nos observa el limón  que es un "mirón", pero… también tiene su punto hacer el amor mientras algún descarado te espía excitado.

Ah…! Que recuerdos ! ! Ah..! Que pasado….!  Enfin...hay que adaptarse a los tiempos para sobrevivir con dignidad y ahora Ginebra y yo, nos hemos convertido en copa "cool" de "chill out". Brillamos con las luces fluorescentes de las "discos", o aligeramos la sobremesa de algún restaurante de estrella "Michelin".

Por eso amigos, ahora podréis entender  mi enfado y decepción…. ! Que chasco… ! ! Que humillación… ! ! Que horror…!, cuando en este ciclo de mi reencarnación fui a caer en manos de un atajo de bárbaros.. ¿Que saben los cerdos cuando es domingo…? Me compraron en un "chino". Me llevaron en un maletero pringoso y vomitado. Se me bebieron caliente en el parking de un polígono industrial al son del "Chumchum" de una música atronadora e imposible. Metieron vino tinto violándome en mi sacrosanta y estilizada lata amarilla, y luego tras retorcer brutalmente mi cuello de Diosa egipcia…!! Estuvieron  jugando al fútbol borrachos con mi sagrado cuerpo durante media hora !! Ale…  Viva el Botellón !!.
!!! Por Dios !!! !!! Por Dios !!! , ! Si es que existe allá en el cielo algún Dios de los refrescos!, ! Que me saque pronto de este horror y me lleve al paraíso del reciclado ! , a ver si en mi próxima existencia logro acabar entre los retocados labios   de alguna " Celebritie".

viernes, 18 de marzo de 2016

MARTINA Y LAS BALDOSAS

Martina no hubiera visto la luz si no hubiera sido porque fue concebida involuntariamente por la popular creencia  de su madre de que la lactancia materna es siempre anticonceptiva unida al inoportuno calentón de su padre que , propiciado por los largos meses de abstinencia , le llevó a derribarla en el pasillo sobre el suelo ajedrezado de baldosas blancas y negras y tomarla allí con urgencia acompañados de la música de fondo de los lloros de aquellas dos niñas que berreaban desde sus cunas sin tiempo siquiera de llegar al lecho 


Con la llegada de Martina sumado a en nacimiento de las preciosas gemelas un año antes, sus padres se encontraron con tres niñas de casi la misma edad en aquella pequeña casa que estaba pensada para albergar un solo vástago.

Para la vida personal del padre de Martina, aquel error, fue una autentica desgracia. A partir de entonces, no solo tuvo que renunciar a la ilusión de su vida de tener un hijo varón, sino que tuvo que trabajar el doble para alimentar aquella prole a la par que su vida conyugal se vio truncada cuando la madre de las niñas, desbordada por el trabajo domestico, desarrollo una fuerza increíble en los músculos abductores para cerrar sus piernas de modo casi definitivo.

No es que la infancia de Martina fuera mala ni desgraciada, pero indudablemente hubiera sido mejor para ella si hubiera nacido en una familia menos numerosa. Las gemelas a las que con frecuencia confundía la gente de tan iguales, eran unas niñas preciosas y pizpiretas de melena rizada rubia y ojos azules como muñecas , pero a su desbordante simpatía, sumaban un comportamiento caprichos y revoltoso muchas veces consentido. Martina sin embargo, era de otra genética, con su cuerpo delgado y moreno su pelo castaño y dulcemente ondulado, los rasgos finos pero ambiguos de su rostro inocente y su comportamiento tranquilo y sereno le llevaban a ser siempre eclipsada por sus hermanas a pesar de ser la más despierta de las tres.

Martina recuerda aun aquellos lentos y agridulces paseos a la caída del sol en el paseo de la Alameda, cuando su madre las presentaba a amigas y vecinas y siempre destacaba su inteligencia, su aplicación y su generosidad para compensar las alabanzas a la belleza y simpatía de sus hermanas a las que presentaba luego con un brillo de orgullo en sus ojos.


Para sobrevivir dignamente sin perder su autoestima en aquella familia, Martina tuvo que desarrollar sus mejores valores morales además de acercarse en lo cotidiano a su arrinconado padre buscando cariño y consuelo, mientras su madre, siempre atareada por el terremoto que constantemente generaban las gemelas, apenas tenía tiempo y atención para ninguno de los dos.

La vida de aquella familia trascurrió así durante muchos años en aquel extraño equilibrio hasta que la naturaleza, siempre sorprendente, decidió un día en una humorada biológica, cambiar las cosas.

Cuando el torrente hormonal se desató en la adolescencia y aquella casa se llenó de menstruaciones , compresas y baños eternamente ocupados, El cuerpo de Martina sin perder un ápice de su maravilloso carácter, fue floreciendo en unas bellas y voluptuosas formas femeninas acompañadas de una espigada estatura y un largo y elegante cuello de gacela mientras que sus hermanas se desarrollaron con poca estatura y cierta de obesidad recordando al final del proceso una caricatura de lo que habían sido.

A despecho de mis lectoras, no voy a entrar en detalles románticos sobre cómo nos conocimos Martina y yo. Aun me pregunto qué vio Martina en un hombre como yo que nunca destaco en lo físico y nunca fue tampoco una lumbrera. Solo la generosidad de su carácter, lo humilde de sus ambiciones y la percepción de la intensidad con que la amaba podría explicar algo lo inmerecido de su amor por mí. Tampoco entraré demasiado en cómo ambos vivimos felices y enamorados en esa pequeña casa de su niñez, que se quedó vacía tras el vuelo de las gemelas que arrastró con ellas a sus padres.

¿ Que como acabó nuestra historia ?....jajaja….! No ha acabado ! ! Ni acabará nunca por mi voluntad !…Puede que yo no sea muy listo, pero no soy tan gilipolla de renunciar a la perfección de ese ser. Tampoco tengo miedo de perderla porque su lealtad, fidelidad y abnegación hacia mí es absoluta y a toda prueba. Solo veo, la verdad.., como un oscuro nubarrón..., una amenaza futura para nuestra felicidad….!! Mi salud !! , porque Martina solo tiene un pequeño defecto. Algo es extraño en su vida sexual y puede afectar lo nuestro a la larga.

! Miren !, Martina es en el lecho conyugal, el ser más soso aburrido y santurrón que se pueda Vd. imaginar . Solo conseguía hacer el amor con ella tras mucha insistencia y aun así permanecía indiferente y paciente mirando al techo y contando las manchitas y grietas mientras yo me afanaba en su interior.

Pero …cuando un día, mi fogosidad me llevó a derribarla en el pasillo sobre las baldosas blancas y negras del suelo ajedrezado sin tiempo de llegar al lecho…..! Ah amigos..! Martina se convirtió en una especie de pantera insaciable y lasciva, adoptando incluso las obscenas maneras de una experta meretriz….

¿Que qué tiene eso de malo se preguntarán….? ! Pues ahí voy!….pues lo malo, es que soy un hombre débil y siempre acabo nuestras sesiones físicamente agotado, con la espalda entumecida, el culo helado y los pies tiesos de frío por lo gélido de las baldosas y desde que descubrí el secreto para provocar su pasión, Martina está acabando con mi salud. Siempre ando resfriado, con accesos de fiebre y temblores y ya he estado ingresado en el hospital varias veces por neumonía severa…. Pero…tanto es lo que la deseo, que no puedo dejar pasar ni un solo día sin derribarla en el pasillo.

Y… !Si! !Solo la muerte me separará de ella!, Martina me está matando si….pero… !Amigos! ¿Quien en este mundo no quisiera morir de amor?...

viernes, 11 de marzo de 2016

EL VIEJO Y LA BARCA

!Así! ! Así me gusta a mí la playa……! !Así !, Sin nadie. Cuando el otoño borrascoso y cambiante barre la arena que cubre los paseos desiertos que duermen medio escondidos, escoltados por las puertas establecimientos cerradas a calicanto oxidándose con el salitre.

!Así me gusta…! !Si…! Cuando al rumor rítmico de las olas le sigue el canto del guijarreo que la resaca deja cuando el agua cobarde huye después de atacar la orilla y llega a mis oídos, puro, sin gritos de niños maleducados ni música de chiringuito que lo contamine.



!Así me gusta …! ! Así…! Cuando los edificios de apartamentos sin una sola luz, permanecen olvidados y sombríos como silenciosos acantilados en los que baten a veces los toldos rotos por el último temporal…

Por aquí, por el arenal sucio de algas que dejó la resaca, cada mañana camino un rato 
hasta el embarcadero de madera, pisando conchas y caracoles que protestan crujiendo a mi paso mientras el aire fresco termina de despertarme. Luego, me siento en viejo un cajón, fumo y toso con los primeros humos...y contemplo el mar. A veces contemplo las nubes borrascosas y amenazantes o si el día está claro me abstraigo con las pequeñas de barcas de que llevan faenando desde la madrugada cuyas siluetas recortadas al contraluz del sol del amanecer permanecen tan quietas que parecen pegatinas negras puestas allí por algún gigante.

Sabe
s… ! Es una rutina!. Las personas mayores vivimos en las rutinas y vamos encadenándolas a lo largo de cada día como un collar de eslabónes al que damos la vuelta sin salirnos del guión procurando que cada jornada sea un bucle perfecto de la anterior.

¿Aburrimiento...?, ¿Monotonía...? !No…No..!. La rutina es un maravilloso invento de la naturaleza para gastar la mínima energía…En ella, no se siente el esfuerzo porque esa energía esta ya reservada de antemano. En la rutina tampoco hay dudas, ni decisiones, ni nada que resolver que agobie o preocupe…la vas siguiendo inconsciente con el pensamiento en otra cosa…y !Si!, permiten afrontar la vida cuando nuestras fuerzas declinan con los años….

Pero ! Procura no sacarnos de ellas donde vivimos atrincherados!, porque… las rutinas, te van haciendo olvidar tus habilidades y la manera de resolver las cosas y te da horror lo inesperado y lo cambiante porque por pequeño que sea se convierte en una enorme montaña a tu paso.

Pero…. !Volvamos al tema!…Volvamos a la playa porque los viejos nos desviamos con facilidad de la línea del discurso para filosofar con cualquier insulsez.

La historia que os voy a contar sucedió hace algún tiempo, cuando yo era aun un escritor maduro y pasado de moda que vivía ya de los derechos de algunas obras de antaño.

Llevaba mal el transito a la vejez, los dolores de huesos…., las manchas en las manos…, la ropa se me iba quedando grande y los camales del pantalón cada vez más largos con la pérdida de estatura. Pero sobre todo, 
lo que peor llevaba era la ausencia de inspiración, porque hacía un par de años que no le había dado de comer a mi vieja máquina de escribir y ya pensaba que mis musas habían muerto antes que yo... 

Hacía días que cuando me sentaba en el cajón del muelle me parecía oír gemidos…unos quejidos raros poco perceptibles pero que alternaban agudos y graves con un inquietante ritmo que me tenían intrigado.… !No! , no eran las gaviotas cuyos graznidos me eran familiares...incluso pensé en algún cetáceo o delfín de los que desorientados llegan a veces cerca de la costa.. Al fin… me di cuenta que provenían de una pequeña barca vacía que llevaba algunos días viendo y que amarrada por un cabo flojo al pantalán se mecía con la marea.

Cuando me acerqué lleno de curiosidad, pude oír con claridad que aquella especie de raro soniquete surgía de sus tablones y cuadernas que rechinaban de un modo extraño cuando el mar la hacía oscilar.

¿Puede una barca llorar...? Ahora yo…! os digo que sí…!, ! Puede llorar como un perro abandonado por su amo ! …! Igual! … ! Lo supe después…! Lo supe en realidad, cuando me enteré en la taberna de que su viejo dueño había muerto de repente hacía unos días… y estoy seguro de que aquellos crujidos eran lamentos de ausencia y sollozos de añoranza hacia su compañero de toda la vida..

La Barca ?....! No llora 
ya !.. Dejó de hacerlo al poco tiempo…nadie la reclamaba… y yo, que jamás había pescado ni tocado un remo, la adopté como una huérfana y desde entonces poco a poco dejó de llorar. Ahora, cada día al amanecer, después de fumar, salgo con ella un rato a pescar….

 ! Pero si Vd. no lleva caña ni red!...

! Ni falta que me hace! …Porque lo que yo salgo a pescar… son ideas e historias, inspiración al fin y al cabo que, como si la pobre barca quisiera devolverme el favor, me brota como el agua siempre que salgo con ella…..Ah!....y ahora tiene otro nombre…

- ¿ Vd. se lo cambió… ?

! Si !...ahora se llama…! Rutina!.

jueves, 3 de marzo de 2016

MATIAS Y LOS TRES SALMONETES (REPUBLICACIÓN)

La verdad, es que Matias no conseguía recordar en qué momento se convirtió éso, de algo cotidiano, en una auténtica pasión con un punto de extravagancia .



Su pasión era la gastronomía, pero no toda. El era obsesivamente específico. A Matías, lo que le chiflaba, era comer pescado fresco. Bueno…. pero la cosa no era así de simple, porque este gusto por esos seres fríos y escamosos, lo había convertido en un autentico hobby, una afición, casi un deporte al le dedicaba tiempo y estudio.

Había aprendido con minuciosidad en los tratados de cocina,  la mejor manera de cocinar cada clase pescado o marisco de forma que, en su punto exacto, expresara todo su sabor sin perder la frescura que pudiera atesorar. Algunos los preparaba cocidos con una hojita de laurel, otros a la brasa de encina con sal marina, los más a la plancha con unas gotas de aceite de oliva virgen. 


A Matías, le parecía  curioso y hasta divertido, como con el tiempo, ésta afición se le había ido llenando de ritos y reglas y protocolos, de tal forma, que cuando cocinaba frente a los fogones con la boca hecha agua, a veces se sentía como un sacerdote haciendo misa.

Pero os diré, que lo que más tiempo le ocupaba a Matías, y lo más difícil de ésta afición, era encontrar el producto que cocinaba. 

Primero, debía ser tan reciente que casi se moviera aún, y luego, se tenía que enamorar de él y elegirlo entre los demás. Por ello, cuando salía de caza, porque lo suyo parecía mas caza que pesca, nunca llevaba una idea preconcebida de lo que quería y muy temprano, de noche aún para llegar antes que nadie, iniciaba una verdadera peregrinación por aquellas pescaderías que le merecían garantía por la sabiduría y limpieza de sus dueños. Luego, frente al mostrador repleto de color, en una especie de trance, dejaba que algún pescado le sedujera….y cuando lo hacía, sentía como un flechazo amoroso por él y automáticamente, le dejaba de interesar el resto del expositor. Una vez había elegido, bien fuera un humilde kilo de boquerones, un par de lenguados o una langosta que aún moviera las antenas, pagaba lo que le pidiesen sin regatear.

A veces, su periplo acaba enseguida minutos si en la pescadería de la esquina de su calle algo le cuadraba, pero en otras ocasiones, si no había encontrado nada que le sedujera, no dudaba en abandonar la ciudad y recorrer sesenta kilómetros para allegarse hasta la 
lonja de un pequeño pueblo pesquero que permitía a los particulares pujar 

Sin embargo, desde hace algún tiempo, Matias  ha notado que algo ha cambiado en su interior. Me lo ha contado porque . Tal vez haya pensado que hablar conmigo puede ayudarle .

Es algo que le sucedió en aquella pequeña lonja... La subasta tenía lugar a media mañana según iban llegando las barcas al puerto. Como siempre, el patrón de la embarcación había dispuesto sobre las mesas de mármol blanco en un par de docenas de bandejitas de plástico color naranja, el contenido de las tres cajas de que acababa de desembarcar, distribuyendo su pesca en cuidadosos lotes por clases y tamaños. Esta vez, aunque las redes habían sacado bastante poco, lo poco que había era extraordinario. El " Flechazo" como el le llamaba, surgió en la mirada limpia y el color brillante de tres hermosos salmonetes que reposaban perdidos alejados del centro del grupo casi escondidos por un imponente mero.
La subasta, comenzó a la baja con la monótona e inteligible voz del subastador a quien solo se le entendía las cantidades redondas.
Salieron primero las bandejas de las piezas más grandes y caras, generalmente dirigidas para los restaurantes del puerto. El comprador, solo tenía que detener la cantinela del subastador en determinado momento y señalar lo que deseaba llevarse al precio de la última cifra cantada.

Matías esperaba nerviosamente para pujar por un precio razonable, aunque el temor a que alguien se le adelantase, le llevaba muchas veces a pagar más de lo que fuera justo. Al fin y al cabo a diferencia de los demás , él tenía que alimentar una pasión  ! No iba a fallar por tres o cuatro euros de diferencia!.

Cuando el precio límite que  había calculado para aquel trío cobrizo de ojos brillantes como perlas negras se iba acercando y Matías estaba a punto de detener la cantinela del subastador, una diminuta mujer delante de él que apenas le llegaba a la cintura, detuvo la subasta. A Matías, se le cortó la respiración y el corazón comenzó a latirle más deprisa de lo que el médico le tenía aconsejado. La "minimujer", señaló con decisión un par de lotes de marisco combinado para "arrós a banda" y se dio la vuelta para salir a recoger su comanda ya envuelta. Él suspiró con un enorme alivio… pero... cuando más tranquilo se proponía a retomar la puja.... la señora se dio la vuelta y dijo : Perdone… ! Se me olvidaba! me llevo también  aquellos tres salmonetes de la esquina para la cena de mi marido…… 

!Si le hubierais podido ver, no hubierais podido contener la risa!. Matías puso la misma cara de decepción que un niño al que se le escapa el globo al cielo. El sudor cubrió de perlas su calva y las gafas se le resbalaron hasta la punta de la nariz.  Por un instante, casi paranoicamente se convenció así mismo que "La muy puta" tenía telepatía y se los había llevado solo por "joderle"

Matías no quiso continuar con aquello…. prefería irse sin pescado…. Nada podría borrar ese día el recuerdo de aquellos Salmonetes…. Se sentó en un pilón de piedra en la puerta de la Lonja a fumar y calmarse un poco. El muelle estaba desierto y solo se oía el graznido de las gaviotas. Todo el mundo incluidos los pescadores estaban dentro del edificio.


De repente, la minúscula figura de la mujer malvada salió y enfilo el muelle de salida cargada con su bolso en el brazo derecho y tres bolsas de plástico verde en la izquierda. La vio caminar con el taconeo activo y presuroso de la mujer que tiene prisa por ponerse a hacer la comida. La silueta de los tres salmonetes se recortaba en la bolsa más exterior 
como burlándose de él mientras se alejaba.

¿Qué le pasó?... !No lo sé!. ¿Que pensó?.... ! Creo que no pensó !. Pero de momento, Matias se vio corriendo con una bolsa de salmonetes en la mano cuyas asas había roto de un tirón mientras a su espalda se oía una voz histérica que gritaba ! Al ladrón…! ! Al ladrón !. La gente, alarmada, salió de la lonja a auxiliar a la víctima, pero Matías ya los vio de lejos escondido en su coche, desde lo alto de la carretera que vuelve a la ciudad.


Desgraciadamente algo no debe funcionar bien en su cabeza. No solo es porque no sintió el menor arrepentimiento, sino porque aquellos salmonetes le supieron como el pescado más delicioso que había comido jamás. No lo ha vuelto a hacer…. eso dice... pero sé que tarde o temprano repetirá, porque según me cuenta, cada vez que ve una bolsa verde colgada de un brazo, siente una extraña sensación de codicia y nota como sus ojos brillan con un puntito de maldad. Y es que, amigos míos.... los caminos que llevan a la delincuencia pueden ser sorprendentes…..