viernes, 27 de noviembre de 2015

LA VIDA DE O´BRIAN


Sabes?…Cada noche oigo más fuerte el cloqueo de los huesos de la muerte cuando se acerca a mi puerta y la golpea con su guadaña. Ya estoy seguro de que no tardará en entrar y llevárseme consigo.

O ´Brian, Me llamo Patrick O´ Brian y soy el típico viejo irlandés. Y sí…, soy pelirrojo, barrigón, melancólico y borracho. Apenas he salido de estos parajes verdes y lluviosos cubiertos de nubarrones pizarrosos. Aquí en la granja de la que solo salgo de cuando en cuando a repartir leche, vivo en soledad desde que ella, lo que más quería en el mundo, me dejó colgándose de una viga del granero. ¿ por mi culpa..? !No! No fue por mi culpa. Aquella mujer estaba tan obsesionada con ser madre, que cuando después de varios años se preñó y abortó, no pudo soportar que una complicación obligara a los doctores a vaciar su vientre para siempre.



Hace ya días que he dejado de beber, bueno…. bebo lo justo para que mi alcohólica mano no tiemble y me deje escribir, porque no quiero irme de este mundo sin dejar contada la única historia digna de llamarse así, que ocurrió en mi monótona vida.

Esos cabrones de la isla de al lado, los ingleses, me reclutaron a la fuerza aprovechado una cogorza, y casi de la oreja se me llevaron a la India para sus guerras particulares, que a mí ni me iban ni me venían. Vine a caer en Islamabad que ahora es Paquistán desde donde, por ser irlandés, me puteaban enviándome a cualquier lugar del montañas del Karakórum, una de las más altas e inhóspitas cordilleras que a Dios se le ocurrió crear en un descuido, como el que deja una arruga al planchar. Con frecuencia se nos mandaban a vigilar Paso de Khunjerab que a casi cinco mil metros, es el más alto del mundo y separa el Pakistán de la China. Cosa británicamente inútil porque por aquellas fechas solo podían pasar caravanas de mulos y camellos.

Allí fue donde, un desdichado día, el whisky con el que combatimos el frio…, las fiebres adquiridas en el valle… y la puta y eterna niebla…. hicieron que me perdiera del grupo cuando me aparté un poco para mear.

!Cinco días! !Cinco! estuve perdido por aquellos montes hasta que , como una milagrosa aparición… surgió de la niebla Kalim jadeando y empujando trabajosamente su vieja bicicleta llena de pesados bultos el preciso momento en que yo , postrado en una trocha, ya estaba rezando mis últimas oraciones..

Kalim era un tipo legal gracias a Dios o a Mahoma porque era un musulmán devoto. En vez de rematarme y robarme, como yo esperaba, descargó sus bultos y con la ayuda de aquél trasto con ruedas me llevó con gran esfuerzo hasta aquel pueblo aislado y perdido donde medio centenar de cabañas de pizarra reposaban como negros champiñones en una ladera y de alguno de las cuales brotaba un reconfortante humo blanco de chimenea.

Sus habitantes 
pequeños flacos y renegridos, me acogieron con la sagrada ley de la hospitalidad que rige en aquellos lugares y me cuidaron hasta que me pude recuperar.

Kalim se quedó unos días descansando también del pesado viaje, en la misma cabaña donde ellos me atendían con un esmero casi servil. Kalim chapurreaba el inglés más terrible que yo había oído, pero me dio a entender para mi asombro, que les vendía la harina a bajo precio por que se le permitía copular con cualquier hembra de la población que le viniera en gusto. Yo, Católico de tradición, me escandalicé de aquella especie de prostitución social, pero me abstuve de camentar nada por respeto a otras culturas paganas y por agradecimiento a los cuidados de aquellas gentes

Kalim me explicó también, que aquellos nativos permitían y fomentaban aquello por un motivo. Querían generar riqueza genética a aquella población aislada, que se había debilitado con la consanguinidad, y así poder criar hombres y mujeres lo suficientemente fuertes, para soportar aquel la dureza de la vida en aquel clima.

Efectivamente… cuando me pude fijar…observé la cantidad de niños que por aquellos andurriales. tenían algún rasgo de Kalim.


Por fin, pude acumular la suficiente fuerza para sentirme capaz a Islamabad con la ayuda de Kalim

Cuando preparábamos nuestra partida. el jefe del pueblo, una especie de chamán cubierto de pieles de yak, me indicó que le siguiera y me introdujo en una de aquellas cabañas, donde a la luz de las llamas de un fuego central alcancé a ver los dorados cuerpos de una docena de mujeres jóvenes y desnudas, impúdicamente sentadas y recostadas en grandes cojines de piel. Horrorizado, miré a Kalim…El me hizo un gesto inequívoco 
señalándome a las muchachas con su barbilla  a la vez que me guiñaba cómicamente un ojo. !! Era el pago que debía aquellas gentes por cuidarme !! .!! No podía salir de aquella cabaña sin follarme a todas y cada una de ellas…!!

! Cumplí ! ,! Vaya si cumplí… ! No sin cierta aprensión…. pero cumplí. No podía mostrarme desagradecido con quien me había salvado la vida…sencillamente no podía decir que no..era imposible negarme..

Ahora pienso con frecuencia en mis hijos de los que no sé su número y a los que nunca vi. Pienso en la extraña mezcolanza de razas a las que se sumaba la contribución de un hombre chino, que viniendo desde la otra parte del Paso de Khunjerab les suministraba licor y combustible… En verdad, solo deseo que todos sean sanos y fuertes porque fueron concebidos para ello… y nunca me arrepentí de haberlo hecho si bién jamas se lo confesé a mi sacerdote. he preferido vivir en pecado mortal que soportar la mirada severa e intolerante de ese párroco del demonio.

Estoy seguro que Dios me lo perdonará.. ! Ah ! y ahora sé que hay otra forma de pagar que no es en oro o en dinero…!! Se puede pagar en genes !!