martes, 7 de abril de 2015

EL PIANISTA

A pesar de los años, aun me persigue aquel sonido disarmónico que jamás olvidare y que brotó del elegante piano cuando la cabeza dorada del pianista golpeó sobre su teclado antes de rodar sin vida hasta el parquet claro del escenario.

Ocurrió tras la última nota de un nocturno de Chopin , cuando él ya se había estirado hacia atrás y con los ojos cerrados y la cara de un ángel dormido escuchaba con solemnidad el eco decreciente de la tecla que aun pulsaba con su dedo.

El silencio más profundo se produjo en la sala del Metropolitan antes de que estallarara el caos y los gritos histéricos. Yo permanecí sereno en mi butaca del palco. No me sorprendió. Hacía tiempo que esperaba algo así. Mañana será un día de conmoción mundial. La repentina e inesperada muerte del joven genio asaltará los titulares de toda la prensa y ocupará el espacio de los informativos de televisión y radio. Esta misma noche, las redes sociales bullirán. A renglón seguido, Las revistas, los programas rosas y los espacios de debate, especularán hasta la saciedad con las más descabelladas hipótesis acerca del suceso.

Pero ! Amigos!......! Solo yo sé lo que pasó… ! ! Solo yo tengo la respuesta al enigma que jamás pudiera imaginar el más loco de los hombres! Nunca lo supo nadie. Y si se lo cuento a Vds…. Es porque están tan muertos como yo y este tipo de historias distrae nuestros desnudos huesos en la soledad de éste aburrido cementerio.

Si , paseaba una noche de luna llena por una boscosa vereda de mi propiedad, cuando oí unas voces de queja que provenían de la escondida cabaña de mi difunto jardinero que ahora ocupaba su anciana esposa. Cuando llegué al borde del claro frente a la casa, la ví arrodillada sobre unos vidrios con los brazos en alto, mirando con ira hacia la luna y maldiciendo a Dios.

Verdaderamente, el todopoderoso solo había premiado su fe con dolor y más dolor aderezado de desgracia y miseria. Tras dos hijos nacidos muertos por las palizas del borracho de su marido y tres abortos entre las violaciones cotidianas que debía soportar, Su adorado Dios, no le había dejado el menor consuelo para sus años de soledad. ! No había sido feliz ni un solo minuto de su existencia!.

Ahora, con las rodillas sangrando, maldecía al Señor, y lo retaba a que le enviara más desgracias porque ella ya era inmune al dolor.

Fue entonces cuando apareció por el claro aquel hombre de largas patillas, agitanado, guapo y vestido con camiseta y vaqueros negros, que murmurándole unas palabras la ayudó a levantarse y la abrazó protectoramente. !Si!, en efecto….. Era, como luego supe, el mismísimo Lucifer.

Lucifer nunca pierde la oportunidad de arrastrar un alma al infierno, y en ésta ocasión podían ser dos…

Yo me había emboscado en la linde del claro y pude escuchar lo que hablaban con el corazón desbocado y conteniendo la respiración. Lucifer le propuso darle a aquella desgraciada la desconocida felicidad que le negaba Dios, hasta el día de su muerte. Le daría un hijo, un hijo que tendría todas las cosas que un hombre pudiera desear….la belleza de un ángel …..la bondad de un santo…el talento de un genio… un hijo que en fin, al contrario que ella, conocería el paraíso en la tierra, pero que tendría que entregarle a cambio su tierna y sabrosa alma cuando cumpliera veinte años.

La pobre mujer resentida y desesperada, acepto el trato sin pensar mas que en ella…..Lucifer la tomo allí mismo en el suelo de hierba a la luz de la luna. Luego, se alejó satisfecho…Ya tenía el alma de ella solo por aceptar el trato. La del niño solo requería un poco de paciencia…Y en el averno el tiempo pasa volando.

! Si mis huesudos amigos…! Yo lo recogí y lo crie cuando ella murió en el parto. No tuve más remedio. yo soy solo un peón sin poder alguno en el tablero donde luchan las fuerzas del bien y del mal. Le vi crecer…lo eduqué…..le vi tocar con cinco años y con nueve ya era el pianista de la orquesta de Berlín…Era un genio maravilloso que con su aspecto de arcángel acariciaba las teclas que se le ofrecían a sus manos celosas unas de otras , entregadas y rendidas, con tal de que sus dedos las rozaran…Siempre fue feliz con su amor , la música, que siempre le correspondió. Su vida no un pudo ser nada más parecido a un Edén.

Pero si. En la cumbre de su gloria, había cumplido veinte años. Desde entonces yo esperaba la desgracia cada minuto. No me sorprendió. Incluso en mi amarga serenidad, me pareció ver como el débil resplandor rosado de su espíritu se filtraba haciendo un remolino, hacia abajo a través de la tramoya para llegar hasta las manos de su nuevo dueño en el reino del dolor y la oscuridad.