Una hora, una amarga e interminable hora fue lo que necesitaron los oscuros ojos
de Rocío para llenarse de sus lagrimas, que brotaron sin permiso, en silencio, y
fueron resbalando por sus mejillas hasta que su boca comenzó a percibir su sabor salado .
Había notado hace algún tiempo algo se había enfriado entre ellas y había citado a Lola en el parque, en el mismo banco en el que tantos momentos felices habían pasado, para intentar revivir su relación.
Había notado hace algún tiempo algo se había enfriado entre ellas y había citado a Lola en el parque, en el mismo banco en el que tantos momentos felices habían pasado, para intentar revivir su relación.
Rocío había llegado diez minutos antes. Estaba preocupada.
La belleza de los cedros, el olor a tierra húmeda, el verdor de los setos de
romero y la belleza de las flores de invierno, no habían logrado penetrar en
sus sentidos para relajarla como siempre lo hacían.
Cabilaba ensimismada pensando lo que le iba a decir… como tenía que mirarla… que momentos debía de recordarle para conmoverla… o que ocurrencia contar para oír de nuevo su risa musical.
Cabilaba ensimismada pensando lo que le iba a decir… como tenía que mirarla… que momentos debía de recordarle para conmoverla… o que ocurrencia contar para oír de nuevo su risa musical.
No comenzó a impacientarse hasta que pasó un cuarto de hora.
Al fin y al cabo, Lola nunca fue puntual como ella. Sacó el móvil del bolso y
lo consultó impaciente en busca de algún mensaje…!Nada! ! Nada de nada!. Luego
se irguió alejando su espalda de los listones del respaldo para avistar mejor el
paseo ajardinado que llevaba hasta la entrada del parque y cruzó piernas, balanceando
rítmicamente con impaciencia el pie, mientras nerviosamente encendía un cigarrillo y exhalaba con fuerza el humo
lejos de su cara.
Sin darse cuenta, su cabeza volvía al pasado. ¿ Porqué Dios
la había hecho así? ¿Para qué sirve la inteligencia de una mujer si no se
acompaña de algo más? !No es preciso ser
atractiva..!,! El mundo está lleno de mujeres feas y felices!.! Además, ella no
era fea! ! Simplemente era invisible!. Bueno… había sido invisible hasta que
Lola se cruzó en su camino. Después, ya no le importaron los cientos de chicos
que la miraron sin verla mientras ella suspiraba, ni la mirada neutra de las
clientas cuando las atendía en su tienda, ni la compasión que levantaba en sus
pocas amigas cuando la veían triste. Con Lola, Rocío había dejado de ser "Una
flor sin Perfume".
Todo había sido natural, espontaneo, el amor brotó entre
ellas con la sencillez con la que el sol sale o la lluvia cae. Dos amigas
sentadas al borde de una cama comparten sus penas. Lola llora amargamente un
desengaño en el regazo de Rocío mientras ella la abraza y besa sus rubios cabellos
, Rocío la consuela sin haber sabido aun lo que es un desengaño. Besos en aquellos
ojos húmedos… mejillas acariciando mejillas… labios que se rozan en las
comisuras… manos que caen blandamente y acarician la lana suave que cubre unos
pechos…todo lento…armonioso…hasta el éxtasis final, tras el que las dos
comprenden que se ha abierto en sus vidas un camino de esperanza.
A los treinta minutos, saltó el buzón de voz cuando
finalizaron los tonos. Rocío, desesperada ya, había llamado a Lola saltándose su costumbre
de no importunar…!Lola no contestaba..!
Durante el cuarto de hora siguiente, la desesperación se fue
convirtiendo en angustia.¿Cómo no había estado atenta a las señales?, ¿Es que el amor
la había vuelto imbécil?, ¿Cómo no advirtió como miraba Rocía a aquel muchacho
solitario de ojos verdes en la terraza que frecuentaban ?. Los reproches que se hacía así
misma iban cayendo en cascada…
Si, ya había pasado una hora, Rocío fue consciente que todo
había terminado. Miró por última vez la entrada del parque. Se levantó, y con
gesto abatido enfiló en dirección opuesta. No le quedaban fuerzas ya. Conocía
de sobra el sentimiento de derrota. Ella sabía bien ser una flor sin perfume… y
ahora, !Ahora también sabía lo que era un desengaño….!