domingo, 8 de febrero de 2015

DANIEL Y LOS LEONES

!!!Cáncer!!!.... La tenebrosa palabra era para Daniel una paradoja, un guiño del destino, una cómica coincidencia       ¿ No podía morir de alguna otra cosa…? Precisamente…de Cáncer…
El Dr. Don Daniel López-Ceballos,  estaba a punto de jubilarse y había destinado toda la vida a la lucha contra el maligno cangrejo que te come por dentro, el  temido cáncer, y ahora escuchaba en silencio impasible el diagnóstico de su compañero  Miguel.
¿ Seguro Miguel?
! Qué más quisiera yo que poder  decirte lo contrario!
 ¿De Páncreas? ¿No?
!Si !, Como tú ya te temías..
¿ Tiempo?
 Dos o tres meses a lo sumo si no hacemos nada ya. Si te extraigo la mayor parte del tumor… luego con quimioterapia y radiaciones… tal vez pudiéramos alargarlo un año, tal vez algo más, si nos decidimos a  volver a operar más adelante….ya sabes….
! Ocho semanas…. ! ! Es tan poco…! ! Apenas un suspiro!  Debo arreglar muchas cosas antes de irme. Testamento….,preparar a Elsa….ver nacer a mi nieto  a punto de venir….Hasta ahora y con tanto trabajo,  no he podido ordenar mi vida ….No es que no esperara algo así, pero pensaba que Dios me llamaría algo más tarde. ! Le deben hacer mucha falta médicos a  Dios allá arriba. Con tanta guerra , el cielo debe estar lleno de almas inocentes heridas….
Daniel,  tras finalizar los estudios, se había especializado en Oncología. Iba con su carácter. Valiente y tenaz pero humano y comprensivo con el sufrimiento de los demás, había vivido la lucha contra el cáncer con pocos medios en aquel pequeño hospital. Los éxitos, eran muy pocos, pero…,nada vanidoso, aprendió a sentirse satisfecho  ganándole al enemigo pequeñas batallas a sabiendas de que la guerra la tenía perdida de antemano en la mayor parte de sus casos.  Ahora…y desde hacía cinco minutos, el Dr López-Ceballos,  Don Daniel, se había convertido en un "caso más".
Pero Daniel, no era ya el joven que empezó….. La experiencia  y el estudio habían cambiado sus conceptos además de su apariencia. Ahora seguía alargando existencias y evitando el sufrimiento, pero en su interior , la lucha se había convertido en otra cosa para él. El Cáncer, ya no era un enemigo irreconciliable, era solo un mecanismo natural de dejar sitio a los demás en un mundo superpoblado y ciego, en el  que los seres humanos apenas cabíamos. Sin guerras mundiales, sin enfermedades infecciosas, sin hambrunas planetarias  y con pocos peligros exteriores, la naturaleza mediante el cáncer, dejaba paso a la nueva vida eliminando  otra más vieja.  Era un autentico "suicidio" del propio cuerpo…! una autoinmolación en toda regla…! . Daniel entendía ahora que el cáncer no era más que eso, una rebelión de tus propias células con tu nombre y apellido cada una de ellas, que se dedicaban a crecer y desplazar a las demás dándole así en al cuerpo, un autentico  golpe de estado que tomaba el mando y que resultaba tan duro para el individuo, como necesario para la subsistencia de la especie.

Hacía tiempo ya que él se sentía como aquel viejo párroco, que a base de estudiar ciencia y biología, en la mitad de su vida dejó de creer en Dios, pero lejos de angustiarse o deprimirse por su ateísmo, sin decir una sola palabra a nadie, siguió predicando y ayudando a los demás exactamente igual que antes, porque  existiera o no existiera Dios, lo que él hacía, era lo mejor para la gente.

En su fuero interno… Daniel ya no estaba de acuerdo con la dirección que había tomado la medicina actual de desperdiciar la mayor parte del dinero destinado a investigación de curar lo incurable y desatender cosas que sí tenían un arreglo duradero : la desigualdad, el sufrimiento infantil o la violencia sobre los inocentes… . Para Daniel la lucha contra el Cáncer   estaba siendo desproporcionada y de algún modo injusta con la humanidad.

El siempre había tenido un sentido biológico y global de la vida. Se había considerado a si mismo un animal mas, es decir, muy poco diferente en su esencia al resto se seres vivos del planeta . Le gustaba pensar en lo justa que era la naturaleza que en su perfecto equilibrio, se había dotado de seres depredadores que liberaban al resto de animales de la responsabilidad de cargar con  los que no tenían fuerza o salud para vivir, permitiéndoles  así , luchar mejor  por su propia existencia . Los depredadores, aliviaban su sufrimiento eliminando a los ancianos enfermos y débiles ,que ya no podían afrontar la dureza de la vida,  con total eficiencia y sin crueldad,   reciclando sus resto sin desperdicio alguno, para  poder así comenzar de nuevo.

Miguel, se quedo fascinado del modo como su jefe encajó la mala noticia con total serenidad, e incluso con un toque de humor negro en una sonrisa irónica. Tras unos minutos de pesado silencio Daniel , mirándole a los ojos, se dirigió a su compañero :! Miguel! , el único tratamiento que me vas a administrar, será guardar silencio. Los dos sabemos  que  por nuestra profesión estas obligado al secreto profesional,  pero te lo voy a pedir además como amigo, como compañero, y como tu jefe al que vas a substituir. No dudo que tras mi muerte ayudarás a mi familia en lo que necesites y les darás por mí las explicaciones necesarias, como yo lo haría contigo.

Ahora  en África, pasados dos meses , como en una película, Daniel recordaba cada palabra de aquella escena con Miguel  que había tenido lugar en su despacho del  hospital,  tras la cual le vino a la cabeza  la vieja historia bíblica de Ezequiel que relataba la sagrada historia de "Daniel en el foso de los leones" durante el exilio de los israelitas en Babilonia,  pero su historia…, su propia historia.. acabaría ,a diferencia de la antigua, sin milagro alguno….

Desnudo en la fresca noche africana, caminaba por la sabana iluminado por la luna en creciente. Los sonidos de la selva cercana, parecían el complemento ideal a los aromas suaves y  húmedos de la hierba. Cuando llegó un claro, se arrodilló,  trató de poner la mente en blanco y formar un todo con el entorno. No tardó en oírlos…. venían sigilosos por el Este, por donde él los esperaba porque la dirección brisa les  habría llevado el rastro de su olor….Por fin, pudo ver agazapada entre los juncos aquella melena negra y rizada, aquella cabeza majestuosa , aquel brillo astuto de sus ojos y unos enormes dientes enmarcados por cara arrugada de fiereza.  Daniel, no tuvo miedo…  suspiró,  alzó la cara mirando las estrellas en aquel cielo casi irreal de las altiplanicies que rodean el valle del Riff y  exhibió su blanco cuello a la noche africana……

! Mentiría si dijera que había sufrido!. Solo fue como un golpe cuando aquellas fauces se cerraron triturando su cuello. Luego….solo placer. La enorme sensación de placer que produce la liberación de endorfinas cuando la muerte es inminente. Después…. su cerebro fundió satisfecho en negro con la dulce sensación de pertenecer a "Algo", mejor dicho a un "Todo"… Al ciclo biológico de  nuestra naturaleza …..