domingo, 29 de marzo de 2015

LA EFIMERA BELLEZA DE MEY-LAK

Acuarela inspirada en una fotografía de Steve Mcurry del national geografic

Había caído agotada sobre los gastados tablones de la canoa que apenas se mantenía a flote con la ayuda de los finos listones de caña de Bambu que sobresaliendo por las bordas le daban estabilidad.
Su piel cobriza, su chata nariz , su crespo y rizado pelo negro y sus enclenques bracitos le daban a Mey-lak a pesar de sus quince años una belleza infantil. En realidad, apenas hacia un par de meses que era "mujer" y sus pequeños pechos orientales apenas sobresalían algo más que los de los muchachos, lo que le permitía  aun llevarlos al descubierto sin que las miradas de las  tripulaciones despertaran su pudor.
Durante la dura jornada de pesca, había tenido que realizar largas inmersiones buceando con sus hábiles movimientos para desenganchar la fina red de las algas y las rocas.

El día se había dado bien, la  pesca había sido buena y  Mey-Lak  medio dormida  podía oír a su padre que ,con un balde de agua de mar a sus pies rebosante de pescado plateado , que aun coleaba, remaba en precario equilibrio desde la popa , apenas cubierto con un taparrabos y una cinta tradicional en su cabeza , y reía y bromeaba contento con los pescadores de las  otras canoas que navegaban junto a la suya hacia la playa.

A medida que se entraban en la amplia bahía, el oleaje , anunciando el inminente final del viaje, daba sordos golpes en el fondo del barquichuelo  acabandola de despertar.

Se irguió perezosa y dolorida deslizando sus bracitos entre las escamas secas que cubrían el suelo para ver la sinfonía de colores de los ropajes de los turistas que deambulaban por aquella lujosa playa llena de hoteles ..palafitos..piscinas color turquesa…palmeras.. cocoteros y miles de parasoles . Vio también que en la orilla  la gente chillaba, jugaba y chapoteaba entre  las olas , que ya amansadas, les llegaban obedientes.
Aunque aquella visión  de su tierra, le producía  un sentimiento de allanamiento que solo lograba tolerar, porque esa gente sacaba a su pueblo del hambre y la miseria. Pero  lo que más  le molestaba, era ver el lugar tranquilo y silencioso donde jugaba en su infancia, hollado por una anarquía de cuerpos y gritos.
Mey-Lak,  no envidiaba de aquellos extraños  sus blancas pieles llenas de pecas, sus largas narices y sus pelos del color del arroz maduro o de las llamas del fuego. Ni su dinero capaz de comprar todo tipo de ropas y lujos. Mey-Lak prefería con mucho la sencillez de su poblado. Sabía que allí era la más bella entre las jóvenes y comenzaba a sentir secretamente orgullosa  como las torpes miradas de los chicos le acariciaban la piel y como el resto de muchachas espiaban disimuladamente con envidia sus ojos verdes.
Mientras pensaba en esto, se oyó a su espalda un sordo estruendo, pero no se volvió a mirar mar adentro acostumbrada como estaba a los ruidos de los enormes cruceros que circulaban sin cesar como enormes rascacielos marinos, trayendo y llevando a los estrafalarios turistas.

El día había sido claro, más bien caluroso, sin una brisa de viento,  volvían remando sin la vela. Ni una sola nube anunciaba el Monzón. Su padre, distraído con la cháchara,  tampoco se alarmó con el extraño sonido, ni miró a sus espaldas  mar adentro.

Si  lo hubieran hecho, hubieran visto como aquel inmenso  muro negro azulado del gigantesco Tsunami  se iba agigantando traicioneramente hacia ellos.

Y…Eso fue todo…, o casi todo.  Apenas sin sentirlo notaron como el barquichuelo se elevaba como un corcho encima de un ola sobre los modernos edificios de los hoteles para luego caer monstruosamente en un caos de espuma y deshechos que los engulló al instante.

Sabes…Nunca se encontró a Mey-Lak. Nadie encontró su cuerpecito adolescente roto y varado como una muñeca en el rio…

Pero lo que Mey-Lak  ahora si sabe, es que cuando las almas comenzaron a elevarse sobre el horror de la playa abandonando cuerpos de todas las razas, todas se dirijan a un mismo lugar..¿Habrá un solo cielo para todos? Se preguntó su alma intrigada….

2 comentarios:

Amo-Ra-Net dijo...

8 Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo: 9 He aquí que yo establezco mi convenio con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros, 10 y con todo ser viviente que está con vosotros, aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra. 11 Estableceré mi convenio con vosotros, y no será talada ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra. (Gen 9: 8-11)

Que los Dioses Mediterráneos nos libren del dios semita que desde la altura de su soberbia solo ve el bosque galáctico que le impide distinguir el árbol. ¿no encontró a nadie justo? ¿tampoco en Sodoma? ni los niños (incluidos los de pecho) ni ancianos, ni esclavos ¿los perros, cabras, etc. tampoco lo eran?
Para colmo no solventó nada con el Diluvio y tubo que montar el Nuevo Testamento ¿para qué? si sigue habiendo Tsunamis que no distinguen un "guiri" bronceado de un globalizado de piel quemada sazonada con sudor de su frente a fuego lento.
Paco: me estás haciendo poner trascendente desluciendo la imagen frívola que tanto esfuerzo me ha costado crear cada mañana. Bueno siempre puedo salir en la procesión del Cabanyal disfrazado de las tres Marías, de samaritana o de romano cachas.

Francisco Ballester Monfort dijo...

Ramón eres total, para ser un ateo no esta mal, me has metido media biblia en el blog. Tu gran contradicción mantendrá intacta ella solíta tu imagen frívola. Puede que desfiles en la procesión de María Magdalena. pero hazlo solo por puro placer.