domingo, 5 de octubre de 2014

SILVERIO , HECHO DE BUENA MADERA


Silverio, fue el primer nombre con el que  "bautizaron" a aquel modelo de dibujo humano de madera de ciprés, porque había sido adquirido en "Casa Silverio: material artístico" allá por el año 36 del siglo pasado para el abuelo de Luisito como regalo de reyes. 
Sus articulaciones, le permitían adoptar cualquier posición y sus proporciones eran perfectas según todos los cánones del arte. Era ideal para que aquel niño, el abuelo de Luisito, aprendiera a dibujar. 

Pero la guerra civil cambió el rumbo de todos y con una severa posguerra, el niño tuvo que dedicarse a estudiar el Farmacia con las pocas "perras" que su padre pudo salvar después del desastre. Don Genaro, que así se llamaba aquel niño cuando se hizo mayor, jamás pudo olvidar su frustrada vocación artística y ofreció a su hijo Julio, el padre de Luisito, que mostraba su misma inclinación, todas las facilidades para seguir " El bello camino del arte ". 

La calidad e imaginación de las ilustraciones que Don Julio, el padre de Luisito, hacía para los libros clásicos, le llevó pronto a hacerse "Un Nombre" en el mundo editorial que le allanó el camino para hacer lo que de verdad lo hizo famoso : !Los Tebeos!. 
Con sus historietas llenas de gracia y aventura aprendieron a leer y desarrollar el sentido del humor varias generaciones de españoles, que aunque luego cambiaran los tebeos por los libros, jamás olvidarían sus personajes: El Capitán Relámpago con el gigante Moniat y la princesa Blanca de Alcántara. Aquella fue una época dorada para Don Julio y también para Silverio, al que él llamaba " El Ninot".

Pero Silverio, tenía entonces a su pesar una doble vida: Durante el día, debía adoptar las mil posiciones que Don Julio le exigía para dibujar a sus héroes... Pero al caer la tarde, el modelo era secretamente raptado por los hijos de Don Julio para ser sometido en sus juegos a los más aviesos tormentos.

Para comprender bien lo que os voy a relatar, amigos, debéis conocer un poco la personalidad de Silverio ; A pesar de estar hecho de madera, él siempre había sido muy pudoroso.... no le gustaba hablar de sexo y aunque a su constructor se le olvidó ponerle un pedacito de madera entre los muslos, él se sentía varón.. vamos…..! Muy varón! y…. !Sí!, se reconocía en este aspecto bastante educado a la antigua.
Aunque Luisito le llamaba "Tronco", Silverio prefería los juegos con él, que le hacía luchar contra los Madelman cargado con una metralleta, o morir aclibillado a balazos bajo su casco hecho con una chapa de Coca-Cola, que rebajarse a jugar con su hermana Elisa, a tomar el té con las muñecas, o a ser el novio ambiguo de una pija extranjera que se llamaba Barbie y que era tan caprichosa como insoportable.

Pero…….! Si amigos….!, ! Todo tiene su final!. Los niños crecieron y la llegada de la Televisión se llevó la gloria de Don Julio y la utilidad de Silverio, que quedó olvidado y lleno de polvo tras un jarrón en el estudio de dibujo.
Allí habían transcurrido sus los últimos lustros observando el discurrir de los acontecimientos y sintiendo cómo primero había pasado de "instrumento de trabajo" a "trasto inútil". Luego, descendió a la categoría de "curioso trasto viejo" , y por último, ahora como una recompensa, Silverio iba ya notando en sus maderos, el sentimiento de valor y dignidad que le producía  convertirse poco a poco en una "fina antigüedad".

Cuando Don Julio se jubiló decepcionado, Luisito , un muchacho inteligente que se había convertido en brillante arquitecto, tomó posesión del estudio. Para Silverio, su morada poco a poco fue quedando irreconocible; ordenadores…monitores….escáneres....enormes impresoras láser de última generación y todo ello, enmarañado de cables de todos los colores que combinaban de maravilla con las cien lucecitas parpadeantes y los monótonos " bip" de algunos "aparatitos" muy pesados. 


Para Luisito, fueron buenos tiempos….pero una vez más, todo se acaba y el pinchazo de la "Burbuja inmobiliaria", llevó al mundo de la construcción a una crisis tan grave, que Luisito se quedó sin trabajo.Para subsistir, le tocó sacar de nuevo a relucir la proverbial vena artística familiar y siguiendo los pasos de su padre ,Don Julio, tuvo que dedicarse a dibujar tebeos.....
¿Tebeos?……
Bueno, ahora se llamaban "Comics" y se hacían con mil colores, mediante complejos programas de dibujo informático cuyas bases de datos hacían inútil el trabajo de Silverio.
Desafortunadamente, Luisito, ya Don Luis, solo los podía firmar bajo seudónimo, por que los únicos comics rentables, eran los "comics eróticos", un eufemismo que disfrazaba unas publicaciones verdaderamente guarras llenas de culos provocativos , tetas enormes y nudosas vergas y húmedas vaginas. con guiones plagados !Ahhhhs! y !Uhhhhhhs!

Pero para Silverio, que había pasado los últimos meses lleno de vergüenza ajena, lo que sucedió hace unos días le sacó del olvido. Luisito estaba irritado, porque en un paso más de su declive, la editorial le había presionado para hacer una página para una conocida revista "Gay". Su subconsciente estaba jugándole una mala pasada: no le salía la escena, y la base de datos no ayudaba. Enfadado, hablaba en voz alta de modo que Silverio se enteraba de todo. Dibujar al gay " Activo" no era el problema: De pie y como "toca". Pero... a la postura del gay pasivo, agachado, apoyándose en una mesilla de noche y presentando redondeces, no le  cogía el aire ni a la de tres"…… . De pronto, como hombre de recursos, en la cabeza de Luisito  se abrió paso una idea: ! Volvamos a lo analógico! ! Silverio ! ¿ Dónde estás "Tronco"? ¿Dónde te has escondido?...! Te necesito para una posición difícil !...dijo revolviendo de arriba abajo todo el estudio… Por fin, lo encontró apartando el dichoso jarrón. Pero.... la visión que tuvo de Silverio le dejó de piedra : !!Estaba haciendo el más gracioso corte de mangas que había hecho muñeco alguno en la historia!!.


Luisito, Don Luis, experto en el lenguaje corporal, entendió el mensaje. Tomó al muñeco y lleno de respeto, le quitó el polvo y lo colocó encima de su monitor. Luego, llamó a la editorial para rechazar el encargo. Desde entonces, mira con admiración a Silverio todos los días, porque le recuerda lo importante, que 
para la dignidad de un hombre, puede ser en ocasiones ...! Saber decir que no!.

3 comentarios:

Tina Moriano dijo...

Me encanta el cuento y me encanta la acuarela que ya habia tenido ocasión de ver al natural.
El jueves en el estudio de Galarzo vi el retrato que acompaña el anterior relato, senti la envidia dentro, no del todo sana...
Y, Paco eres un artista!

NANI dijo...


ERES GENIAL

NANI dijo...


ERES GENIAL