lunes, 4 de agosto de 2014

LA SUERTE DE FAUSTO

Fausto caminaba por la terminal del aeropuerto con paso tranquilo. Su desenfadada apariencia podría engañar. Su pequeño carro parecía seguirle como un perro cariñoso y fiel. Se había levantado alegre presintiendo que el amor por fin había llegado a su vida. Apenas habían dormido, la noche con Pamela había sido deliciosa. Las horas habían transcurrido en un suspiro haciendo el amor, bromeando , riendo y haciéndose confidencias mutuas sobre sus pequeños secretos y querencias con una complicidad absoluta .
Definitivamente, algo había cambiado en el alma de Fausto.... Definitivamente y por primera vez en su vida, estaba enamorado..... Los rayos del sol de la mañana entraban por los grandes ventanales de la terminal iluminándola con una luz sesgada y misterosa.Como los rayos de las cristaleras de una catedral cortan la negrura de sus naves iluminando su interior, la esperanza, había entrado en su corazón, dotándolo de luz, desde el momento en que la conoció

!Por fin le tocaba a él ser feliz!. Su infancia, sin su madre había sido muy difícil. Para un "gafe" siempre lo es. Los niños tienen una fina intuición para de detectar su presencia huir de ellos y evitarlos., Es como si en la naturaleza existiera un sexto sentido en la infancia que se perdiera a medida que crecemos. Sus compañeros de clase, notaban rápidamente que si aparecía Fausto, se pinchaba el balón en el campo de fútbol, a Marina le picaba un escorpión en la excursión del colegio, a Luisito se le partía un tobillo al bajar de autobús de la escuela o Felipe su compañero de mesa cogía un "Tifus" que lo enviaba a su casa tres meses, haciéndole perder el curso.
Fueron muchos, muchos los colegios que conoció el pequeño Fausto. Su padre lo cambiaba de colegio cada vez que la situación se hacía insoportable en uno de ellos por el rechazo de sus compañeros. Cuando a los doce años comenzaba a dar signos de depresión, su padre no lo llevó al psicólogo, simplemente lo sentó una tarde en el viejo porche de su casa le contó la verdad.
Mira Fausto, en nuestra familia, somos especiales..... somos…. "Gafes". - ¿Qué es eso de ser Gafe Papa?-. Verás hijo....., Dios cuando creó el mundo, le dotó con una cantidad de agua que no ha cambiado en millones y millones de años. El agua se distribuye por los ríos, los lagos, las nubes, los mares. En unos sitios hay mucha y en otros hay muy poca y en otros a veces llueve y otras no, pero siempre , siempre ,siempre, hay la misma cantidad que al principio de los tiempos. Con la "Suerte", el creador hizo lo mismo. Nos otorgó una cantidad de suerte para todo el planeta y ella a su antojo, se va repartiendo y cambiando de una forma irregular y a veces, injusta y caprichosa. En realidad, la mala suerte, aunque la llamemos así, no existe, es simplemente la falta de suerte. Nosotros los "gafes", tenemos el don de ahuyentar la suerte a donde vamos. Por el contrario, existen personas llamadas Talismán que tienen el don de atraer la suerte allá donde van.

Cuando eres niño, no puedes dominar esta facultad de la que has sido dotado, y puedes hacer daño a alguien sin querer, pero cuando te vas haciendo mayor, vas dominando tu poder y te puedes especializar en atraer la mala suerte sobre lo que tú quieres sin afectar al resto, por lo que podrás hacer uso "profesional" de tu "Don" .- ¿ Papa? ¿Y a nosotros porqué no nos pasa nada malo ?-Pues no Fausto, a nosotros no nos afecta, somos inmunes a nuestro propio influjo, nosotros no tenemos que especial que hacer para que las cosas sucedan, nuestra sola presencia espanta la suerte de los demás sin afectarnos, porque junto a con hombres Talismán formamos un equilibrio en la naturaleza como el Yin con el Yang, ! Resígnate Fausto!, éste es nuestro don, y debemos vivir de él sin sentimiento de culpa porque es nuestro destino y la función para el que Dios nos creó.

El padre de Fausto había nacido en de un familia pobre del campo. Su abuelo era "gafe de campo" o "gafe rural". Se dedicaba, por encargo, a crear inclemencias meteorológicas que asolaban los pueblos rivales : sequías…. tormentas…. pedriscos… e inundaciones…..El Padre de Fausto, aunque ya se había retirado, había sido "gafe social". Se introducía en las grandes familias ricas para hundir sus patrimonios, que pasaban irremisiblemente a manos de quienes lo contrataban. Entraba en la mansiones de chófer o jardinero, y pronto el comportamiento de sus miembros comenzaba a cambiar.....La señora dedicada en cuerpo y alma a temas de caridad se fugaba con el profesor de equitación .... El Señor, de siempre sensato ecuánime e inteligente se convertía en un jugador compulsivo..... El hijo mayor dejaba los estudios de Derecho pare dedicarse a las drogas y el rock, o la bella y fina hija educada en una residencia de Suiza, se dejaba preñar por un tarambana descerebrado.
Como Gafe profesional, el padre de Fausto no había hecho una carrera brillante, pero había logrado superar la de su padre, y ahora su hijo Fausto del que se sentía tan orgulloso, le había superado a él. Le había dado al chico una esmerada educación universitaria : idiomas, informática, Económicas, y los mejores Másteres, que le habían permitido colocarse en la cúspide de su profesión : "Gafe empresarial Multinacional". Investido del título de Auditor Internacional de cuentas, viajaba por todo el mundo infiltándose y hundiendo multinacionales en beneficio de sus competidoras, que se hacían avidamente con sus cuotas de mercado. Aún recuerda Fausto uno de sus primeros éxitos: Logró hundir la marca de automóviles B.L.W. cuando por un error técnico se cargaron con hidrógeno los airbags de los mejores modelos con el resultado de una terrible e incendiaria explosión al menor golpe, que no dejaba del vehículo ni las ruedas.
La última "operación" de Fausto, había sido la más sonada a nivel mediático: La gran multinacional Mactronals había reducido a más de la mitad sus beneficios y se había desplomado en bolsa cuando se produjo en todos sus establecimientos de comida de oriente medio una intoxicación por una bacteria alimentaria para la que no se conocía tratamiento alguno. La desgracia, dejó más de mil muertos entre la población más débil.
Ahora, contratado por una multinacional de Singapur iba en vuelo para California en los Estados Unidos, se dirigía a Microbit el gran gigante informático de Silicón Valley.
Fausto, volaba tranquilo arrellanado en su asiento de clase "busines" y a diez mil metros de altura sobre las frías y agitadas aguas del Atlántico, se preguntaba con curiosidad cómo su presencia iba esta vez a influir negativamente en aquella gigantesca estructura.
Súbitamente, un extraño sonido le apartó de estos pensamientos. Primero notó un suave ronroneo que venía del exterior. Un "rrrrrrrrrrrrr" que parecía provenir del motor del ala derecha de la aeronave. Luego, el avión dio unos pequeños tirones ligeros pero secos… una, dos… tres veces…. después, fue humo saliendo del motor lo que vislumbró a través de la ventanilla . y por último.... apareció lo más temido..! El fuego!.
A continuación , el aparato inició un vertiginoso picado en barrena hacia abajo, con toda la intención de estrellarse irremisiblemente en el mar…En los escasos veinte segundos que transcurrieron hasta el desastre y mientras el resto de pasajeros gritaban con horror, se besaban y abrazaban o intentaban llamar a sus familiares con el móvil, a Fausto todo le cuadró e su mente.... todo apareció claro como un día azul.... todo cobró sentido…. Se mantuvo sereno en su asiento..recordando que Pamela había estado en indonesia cuando lo del Tsunami, en Japón cuando el desastre de Fukoshima, e incluso… estaba estudiando Nueva York cuando lo de las Torres Gemelas. Entonces…. !tuvo la certeza!. Mactronals se había vengado. Le había enviado a él un "gafe", mejor dicho…..! una gafe !, pero no una gafe cualquiera..., era la mejor, y la más infalible "gafe de catástrofes" del mundo. Y es verdad "que no hay peor cuña, que la de la misma madera".
Con una sonrisa resignada e irónica en su cara, Fausto dijo muy bajito un segundo antes de morir:! Que pedazo de cabrona!.......